Municipalismo
Municipalismo para no exportar Extremadura

La inviabilidad social y económica de la “globalización” va a ofrecer una ventana de oportunidad para el despegue de mercados locales y economías más sostenibles.

Asamblea cerezas
Los productores de cerezas celebran una asamblea en el polideportivo de Cabezuela del Valle. Foto: Enrique Molina.

Integrante de la Cooperativa Ecojerte


Agricultor ecológico del Valle del Jerte e integrante del colectivo Comunaria
21 sep 2018 11:00

Varios fantasmas recorren Extremadura: la emigración de las personas más jóvenes, la precariedad social, el deterioro ambiental, una creciente desigualdad interna y un aumento de la misma con respecto a regiones de nuestro entorno. Son todos viejos, pero no por más sabidos dan menos susto. Y tienen que ver principalmente con la exportación de Extremadura. Sí, sí, con una economía centrada en la exportación de la propia Extremadura. No de productos elaborados en ella sino de las mismas bases de producción y reproducción sociales: nuestros ecosistemas y los seres humanos que la habitamos. Es decir, perdemos fertilidad y degradamos bienes naturales por un lado; y por el otro lado, no cesa la amenaza constante de despoblamiento de zonas rurales y aumento de la emigración de nuestros jóvenes.

¿Soluciones? Complejas, de corto, medio y largo plazo. Pero sin duda la diversificación productiva, la inversión en sectores pujantes que tengan que ver con economías más sostenibles y la creación de mercados más locales y directos es parte del camino. Y para asfaltar, sembrar mejor dicho ante el previsible encarecimiento del petróleo en la próxima década, el municipalismo puede jugar un papel importante. Por municipalismo entiendo en este artículo el desarrollo de políticas de proximidad. Política realizada por ayuntamientos, por ciudadanía activa, por asociaciones locales y por cooperativas o por tejido empresarial que atiende a las necesidades locales y que cuida de su entorno.

Para hablar de ello en Extremadura estamos impulsando un Encuentro por un Municipalismo transformador. Será en Carcaboso, los días 5 y 6 de Octubre. Para compartir experiencias, miradas y tratar de impulsar agendas que vayan más allá de consideraciones ideológicas. Muchas de estas apuestas están ya en vigor, pero son desconocidas para la ciudadanía o para la clase política. En este artículo paso a desarrollar la crítica y las alternativas a dichos fantasmas, puntos que pueden servir de antesala a los debates y construcciones que por allí impulsaremos.

Más que fantasmas: realidades inviables y penosas

La evolución de economías cada vez más globalizadas, en cuanto a mercados, políticas y financiación, no ha resultado un buen invento para Extremadura. Año tras año somos testigos de las pérfidas consecuencias del llamado “desarrollismo”. Se insiste en el mantra de “exportar” sin que te importe el qué, el para qué y el cómo. Se calcula que en Extremadura emigran cada día doscientos jóvenes (de entre 20 y 39 años) por falta de oportunidades o de alicientes para quedarse en estas tierras. Una de las claves, sin duda, es el elevado desempleo, motivado por esa prevalencia del exportar sin transformar en lugar de pensar qué podemos comercializar de forma sostenible para esta región. Según el Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal, en 2017 la tasa de paro llegaba al 25%, casi nueve puntos por encima de la media del país. La tasa de actividad era del 54,32% frente al 58,92% en España. Trabajo, por otro lado, muy precario: el 96% de los contratos tenían carácter temporal, cerca de un 30% con duraciones inferiores a una semana. Situación que se agrava para las mujeres extremeñas: su tasa de paro es seis puntos porcentuales mayor a la masculina y su tasa de actividad catorce puntos menor.

Se calcula que en Extremadura emigran cada día doscientos jóvenes (de entre 20 y 39 años) por falta de oportunidades o de alicientes para quedarse en estas tierras

Hablamos a la vez de condiciones de vida, pero también de desigualdades extremas, con una situación de riesgo de pobreza que afecta a cuatro de cada diez personas en Extremadura, algo desesperante y que ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Todo ello se produce a la vez que se alaba una política de exportaciones centrada en la extracción intensiva de recursos (y de personas). En una ponencia presentada en el VII Congreso Internacional de Agroecología, el profesor Jaime Aja hablaba de la creciente jornalerización y masculinización del empleo en Extremadura, particularmente en el medio rural: destrucción de empleo autónomo estable, aumento de trabajos más temporales y descenso del empleo para mujeres.

Efectivamente, junto con regiones similares, como Castilla y León, somos la comunidad que más se especializa en la extracción primaria de biomasa agraria, como señala el informe sobre Metabolismo económico regional español. Los ingresos provenientes de las exportaciones se complementan con productos semifacturados (hierro, acero) y energía que hará mover economías centrales como el País Vasco, Madrid y zonas mediterráneas marcadas por un mayor peso de la industria, por el boom inmobiliario y el subsecuente reclamo de una alimentación “barata” a través del control que ejercen las cadenas distribuidoras. Ocupa pues, Extremadura, un papel periférico, con muy baja diversificación industrial y productiva, muy dependiente de capitales e intereses de mercados externos que vienen de fuera y por ello conectada a esos centros, los cuales reclaman infraestructuras apropiadas y poco útiles para el grueso de la población extremeña. Es el caso del impulso que se ha dado al AVE, un tren elitista, en lugar de fortalecer un transporte público regional menos caro para el contribuyente, más sostenible, más asequible para la población y que nos conecte con regiones portuguesas y españolas de nuestro entorno.

La exportación de Extremadura (emigración y recursos naturales) no es nueva. Y aunque Extremadura ha pasado a mostrar unos avances considerables en indicadores sociales y de salud no se han resuelto sus problemas estructurales económicos y políticos, y están en riesgo ciertas conquistas de bienestar para quienes no tuvieron que emigrar. Hace un año repasábamos en un nuevo texto qué había sido de aquella Extremadura Saqueada, libro coordinado por José Manuel Naredo, Juan Serna y Mario Gaviria hace ya 40 años. Algunas de las conclusiones que recogía aquel informe publicado en 1978 por Ruedo Ibérico siguen estando, infelizmente, muy vigentes:

Con la configuración de un mercado extremeño reducido, inconexo, sin posibilidades de expansión por el oeste, por la línea fronteriza, dependiente del “centro”, el sistema asignó a este espacio la función de abastecedora de productos alimenticios y primarios (todos ellos de baja entropía) para las metrópolis industriales y burocráticas potenciadas por el capitalismo, a la vez que se le empujaba a consumir productos manufacturados que se elaboraban en esos centros. De esta manera Extremadura se vio discriminada por una relación de intercambio que ha sido tradicionalmente desfavorable a los productos primarios que exportaba a otras regiones o países.”

La economía sigue el modelo de un campamento minero: extraer y extraer sin que se sienten bases para una economía propia. En su versión más extrema, particularmente en zonas donde incide más la despoblación, Extremadura arrastra una suerte de cruzamiento entre feudalismo y capitalismo, dando lugar a flujos constantes de emigración y subempleos como dinámica constante para esta región. Es lo que ha llamado Juan Agustín Franco, profesor de Economía de la Universidad de Extremadura, “una condena de subdesarrollo permanente revisable”.

El profesor Jaime Aja hablaba de la creciente jornalerización y masculinización del empleo en Extremadura, particularmente en el medio rural: destrucción de empleo autónomo estable, aumento de trabajos más temporales y descenso del empleo para mujeres

En el caso de las mujeres, M. Ángeles Fernández y Jairo Marcos hablan de un “doble saqueo”: el de su invisibilización bajo el “desarrollismo” y el derivado del desigual acceso a la titularidad de explotaciones (inferior a un cuarto) y su escasa representación en la dirección de cooperativas.

En sus lúcidos análisis de la conformación jerárquica de España, el historiador Josep Fontana, que nos dejaba hace apenas dos meses, demostraba que lejos de un liberalismo para todos, el siglo XIX estableció la primacía de regiones que se establecieron como centros políticos y económicos del país (como Madrid, País Vasco). Y que en gran medida estas regiones debieron su despegue (caso de Cataluña) a la pujanza de mercados locales y economías orientadas desde su interior, impulsando posteriormente un despegue de exportaciones que no entraron a “saquear” su territorio. En la actualidad, buena parte de la prensa y determinada clase política corre a festejar el hecho de que las exportaciones en Extremadura ya suponen más del 10% de su producto monetario. Las exportaciones en el País Vasco superan el 30% de su PIB, efectivamente. Pero lo hacen a través de fábricas de coches, industria metalúrgica, derivados del petróleo, incluso distribuidoras de consumo. Muchos de estos mercados serán inviables, a poco que el petróleo comience a escasear y la movilidad se reduzca.

Pero aún así, los pilares del bienestar son bien distintos a los de Extremadura: el PIB por habitante es el doble y está el doble mejor distribuido, al margen de ofrecer entornos (renta mínima por ejemplo) que no hacen aumentar las bolsas de pobreza. Recordemos que también hay países del África subsahariana con exportaciones por encima del 30%, precisamente obligados a centrarse en la exportación de materias primas, energía barata y personas que engordarán la actividad y los impuestos de economías centrales. Si seguimos la política del campamento minero, la pregunta es palpable y urgente, nada fantasmal: ¿es que no hay alternativas a la exportación de Extremadura?

Municipalismos: construyendo alternativas a las falacias del “desarrollismo global”

La implicación de la población extremeña en la construcción de mercados locales, más justos, solidarios y sostenibles es una urgencia para poder siquiera replantearnos no seguir cayendo en el abismo. Algunas de dichas medidas tienen un horizonte de medio plazo aunque hay que ponerse manos a la obra inmediatamente. Otras, como el municipalismo, sirven para abonar otras sociedades de forma visible y convincente en el corto plazo.

La inviabilidad social y económica de la globalización va a ofrecer una ventana de oportunidad para el despegue de mercados locales y economías más sostenibles. La producción de energías renovables, el desarrollo comunitario de sistemas de salud y atención a la población en pueblos y barrios, la promoción de una cultura y una educación ambiental que cuide de los territorios, el cuidado como práctica cotidiana y política pública, la construcción de mercados locales, la entrada en un sector alimentario más diversificado y con más acento en valores añadidos derivados de la transformación, el retorno a una ganadería y a una agricultura ecológicas que no sobrepase los límites de recursos disponibles para generaciones venideras, el estímulo al crédito cooperativo local, el desarrollo de mini-industrias que no degraden nuestros entornos, iniciativas de telecomunicación y de educación más controlados por la población y empresas locales, un turismo de matriz más endógena y sostenible, entre otros, son sectores donde Extremadura puede encontrar oxígeno para no exportarse a sí misma.

La economía sigue el modelo de un campamento minero: extraer y extraer sin que se sienten bases para una economía propia. En su versión más extrema, particularmente en zonas donde incide más la despoblación, Extremadura arrastra una suerte de cruzamiento entre feudalismo y capitalismo

Dicha relocalización diversificada y sostenible de la economía habría de acompañarse con medidas de redistribución y justicia social que sirvieran para sostener derechos y también potenciales de consumo de proximidad. Hay muchos informes, algunos provenientes de la propia Unión Europea, que hablan de las bondades en temas de empleo, acceso más igualitario de la población y consolidación de derechos mínimos relacionados con el bienestar que se derivarían de un golpe de timón político hacia la sostenibilidad, particularmente en las economías más periféricas.

Buena parte de estas medidas, que aquí no puedo desarrollar, están intensamente relacionadas con el auge de un municipalismo en Extremadura. No entiendo por él la mera existencia de candidaturas (independientes o no de grandes partidos) de carácter local. Me refiero al impulso de una vitalidad local que es necesaria para el despegue económico y político de dicha relocalización que se enfrente de paso a los fantasmas tan reales con los que la globalización azota a Extremadura. Vitalidad que se construye, por un lado, abriendo ayuntamientos a la participación, a los consejos locales y al estímulo de economías ancladas en los territorios: la compra pública con criterios socioambientales, el apoyo al cooperativismo local para la cogestión de servicios sociales y culturales, el impulso a operadores energéticos y economías sociales en comarcas y biorregiones extremeñas, el acceso a un consumo local y a bancos de tierras, la construcción de espacios de cooperación que estimulen la sinergia entre industrias, estructuras logísticas y distribuidores locales.

Vitalidad, por otro lado, que sólo existirá en la medida en que un tejido social despegue y haga suyas las demandas de relocalización. El municipalismo se entiende como una apertura de instituciones pero también como la institución de un asociacionismo social y económico que quiere cuidar su territorio, que mira por el bienestar de sus habitantes y que hace la participación no un eslogan sino una realidad transversal a su forma de actuar. 

El municipalismo es, por tanto, una forma de aumentar nuestra cuota de autogobierno. La crisis socioambiental y económica en la que naufraga Extremadura exige más democracia, no menos, pues son los habitantes de un municipio o barrio quienes más pueden identificar y aportar a la hora de enfrentar retos derivados de una inaplazable transición de nuestros sistemas.

Mayoritariamente, las personas jóvenes en Extremadura se identifican con su territorio más cercano (su pueblo, su barrio, su comarca) y quieren quedarse a vivir en él, como daba cuenta el Informe de la Ciudadanía Joven en Extremadura de 2007. Hecho que convive con un asociacionismo muy por debajo de lo observado en otras regiones de España. ¿Será que la política y la cultura existente no conecta con sus necesidades y sus lenguajes? Quizás el municipalismo sea una forma práctica de investigarlo.

Por otra parte, el cambio climático, el agotamiento de los recursos fósiles, la disyuntiva de la emigración o la precariedad y el cansancio de una población que se percibe alejada de instituciones y de partidos generalistas van a demandar legitimidad e implicación de la ciudadanía. El municipalismo no sería tanto la respuesta como una herramienta muy poderosa para recuperar la confianza y la apuesta por cuidar esta tierra. Exportar Extremadura no es la solución. Queremos conservar la posibilidad de vivir aquí una vida digna.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Derechos reproductivos
Ofensiva antiabortista Unidas Podemos Plasencia denuncia que la Concejalía de Igualdad está financiando asociaciones antiabortistas
UP Plasencia señala que Igualdad subvenciona con dinero público a Red Madre, de la que está detrás políticos populares como Benigno Blanco, ex Presidente del Foro de la Familia y ex Secretario de Estado con Aznar.
Municipalismo
Manipulación de presupuestos Denuncian que el Ayuntamiento de Olivenza manipula los presupuestos participativos
Izquierda Unida Olivenza denuncia que el Ayuntamiento (PSOE) ha mandado papeletas a los vecinos con votos ya marcados, involucrando incluso a menores de edad de centros educativos de Primaria y Secundaria de la localidad.
Política
Fusión fallida Don Benito y Villanueva: la fusión de siempre nunca jamás
Memoria y reflexión de las horas que estremecieron las Vegas Altas del Guadiana y dieron paso a la emergencia del conflicto manifiesto de la etapa Siempre Don Benito.
#23296
21/9/2018 12:07

Muy interesante lo que aquí se plantea, el municipalismo transformador es fundamental. Espero que estemos a la altura de las circunstancias y se forjen alianzas amplias y dejemos de lado los sectarismos, egos y disputas personales que tanto abundan desgraciadamente por nuestra tierra

7
0
#23290
21/9/2018 11:12

O se toman medidas efectivas contar la despoblación o Extremadura se va a convertir en un desierto demográfico. Encima emigran la gente más preparada y joven, con lo cual nos espera un futuro muy complicado

8
0
Palestina
Flotilla de la Libertad Los cargos públicos integrantes de la Flotilla a Gaza regresan a España
Mientras la flota que llevará ayuda a Gaza permanece en Estambul por los impedimentos de Israel para que zarpe, las políticas españolas deciden retornar a España, ante el anuncio de Pedro Sánchez.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.
Ley de Memoria Histórica
Niños y niñas de la polio Víctimas de la polio y postpolio, desesperadas ante la nula respuesta de las administraciones a sus demandas
Claman por un apoyo inmediato o “van a acabar extinguiéndonos después de años de sufrimiento y abandono”, afirman desde la Plataforma niños y niñas de la polio que este viernes se concentran frente a Sanidad.
Racismo
Delitos de odio La fiscalía pide tres años de cárcel para el excomisario que vinculó migración y delincuencia
Ricardo Ferris, en un acto organizado por Vox en el Ateneo de València en 2022, incitó a los “españoles a dejar de ser pacíficos" después de haber equiparado la inmigración con la delincuencia.
Justicia
Juana Rivas El Tribunal Supremo italiano anula el juicio civil que separó a los hijos de Juana Rivas y obliga a repetirlo
La corte de Casación ha respondido al recurso de apelación de la madre reconociendo la violación del principio básico de no separar a los hermanos y la carencia de un informe que analice en profundidad el interés superior de los menores.

Últimas

Palestina
Genocidio en Gaza La Flotilla de la Libertad acusa a Israel de parar su salida con una nueva maniobra de presión
Los esfuerzos de Israel para impedir la partida del barco Adkeniz con destino a Gaza ponen otra traba que puede ser definitiva para el destino de una misión que pretende romper el bloqueo marítimo sobre Gaza.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Migración
Migración València suprime el Consejo municipal donde se abordaban las problemáticas migrantes
La supresión de este órgano consultivo pone en riesgo las iniciativas realizadas para facilitar la relación de la administración con el 22% de la población local.
Madres protectoras
Madres protectoras Escúchalas
Si un niño o niña le cuenta a su madre que su padre le toca, lo más probable es que al cabo de unos años ella acabe perdiendo a su hijo. Mira a tu alrededor, porque es posible que alguna de tus conocidas esté a punto de vivir algo como esto.
Más noticias
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo sería una transición ecosocial en la industria española?
El sector industrial es el segundo consumidor de energía, solo por detrás del de transporte. La transición ecosocial debe pasar obligatoriamente por la transformación de este sector de la economía.
Lawfare
Justicia a la derecha Pedro Sánchez no está solo: estos son los precedentes a su caso de ‘lawfare’
El presidente del Gobierno aseguraba en su carta que el suyo era un caso de lawfare “sin precedentes”. Lo cierto es que esta estrategia de judicializar la vida política se ha enraizado durante los últimos años.
Opinión
Opinión Cuando la mierda nos come
El panorama mediático se ha convertido en una amalgama de espacios a cada cual más insano. Basura fabricada por gabinetes ultras, aceptada por jueces afines y amplificada por pseudomedios de propaganda regados con dinero público. Hay que pararlo.
Medios de comunicación
Opinión ¿Y qué esperabas, Pedro?
Los gobiernos de derechas llevan años alimentando con dinero público a sus medios afines que esparcen bulos y manipulan sin que el Gobierno haya hecho nada para evitarlo.
Lawfare
Guerra judicial Las izquierdas brindan el apoyo unánime a Sánchez que él les negó durante la era del ‘lawfare’
Todos los partidos con representación en el Parlamento y ubicados a la izquierda del PSOE, también los soberanismos, han mostrado sus posiciones públicas en solidaridad con el acoso mediático y judicial contra el presidente del Gobierno.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.