We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Filosofía
Sortear la oscuridad: todo un esfuerzo filosófico
¿Cómo enseñar la filosofía? Puede mostrarse de un modo práctico, sencillo. Y de ello depende que nuestro aprendizaje sea útil y, sobre todo, permeable. Aragüés, con su último libro, titulado Ochenta sombras de Marx, Nietzsche y Freud. Diccionario de filósofos y filósofas en la senda de la sospecha (Plaza y Valdés, 2021), nos invita a reflexionar: ¿qué sentido tiene una filosofía enrevesada, oscura, indescifrable y hermética? ¿Quiénes somos junto a ella si nos resulta impenetrable? Como él mismo dice: “Vivimos entre sombras, esperando alguna luz que nos descubra los caminos a seguir”. La filosofía será siempre de quienes, totalmente conscientes de la oscuridad, buscan y esperan esa luz. En este sentido, Aragüés pone de manifiesto la gran tenacidad de las autoras y autores recogidos en el libro, ya que gracias a su aliento hemos topado con un pensamiento contemporáneo, no menos complejo, pero sí más afable. Se ponen en valor las tareas de descifrar, desentrañar todo un juego de interpretación del mundo social, económico, sexual, político.
Camino, y mientras tanto busco un adjetivo para describir este diccionario. De repente emerge rápidamente algo distinto: esta obra es un regalo. Es un regalo tanto para quienes conocen a las filósofas y filósofos que en él habitan, como para quienes los acaban de descubrir y a duras penas saben algo de filosofía. Aragüés nos presenta una obra muy cómoda, un trabajo muy bien realizado y que ofrece una lectura limpia, novedosa, tremendamente útil. Una ya la imaginaba útil ―al fin y al cabo, los diccionarios se caracterizan por ello―, pero solo tras completar su lectura, tras adentrarnos, solo tras el movimiento de páginas, consigue una entender que lo que tiene entre manos desprende cierto aire de unicidad, de paradójica exclusividad compartida, de deseo de retomar el baile una y otra vez. Que la filosofía pueda generar esta sensación ya le da sentido. Aragüés nos provoca en su introducción: “Nuestra intención es hacer comprensibles a los pensadores y pensadoras de la actualidad, por mucho que ellos y ellas se hayan empeñado, a veces, en resultar herméticos”. Provoca porque interpela a cualquier lector o lectora que simplemente quiera aprender y, por qué no, sentir. Una siente, en efecto, que leyendo el diccionario adquiere herramientas con las que construir realidad.
¿Es este un libro al uso de filosofía? No, no lo es. Se nos da a probar algo de ciencia, de feminismo, de psicología, de teorías críticas, de ética, metafísica, política, sociología o literatura
De esta manera, lejos de encontrarnos exclusivamente ante una obra meramente teórica, que también lo es, el pensamiento de los protagonistas aparece como algo palpable, material, que se recoge con mayor sentido en el diccionario por la información que nos ofrece. Descubrimos así, en estas páginas, un mensaje crítico, al tiempo que nos topamos con un lenguaje cercano; probablemente, porque a su autor le definen ambas cualidades.
¿Es este, pues, un libro al uso de filosofía? No, no lo es. De esto ya nos damos cuenta al ver su título, que con un guiño, transmite cierto deseo de querer estar en tantas bocas como sea posible. Se nos da a probar algo de ciencia, de feminismo, de psicología, de teorías críticas, de ética, metafísica, política, sociología o literatura. Nos encontramos, pues, ante todo un ejercicio de inconformismo y de revolución. La esperanza de cualquier amante de la filosofía, a mi parecer, es despertar el interés del otro hacia este ámbito, a veces tan denostado y siempre tan bello. La esperanza siempre habita en la ilusión y en esa complicidad eterna que se da en el efímero encuentro entre dos miradas con brillo simultáneo.
Pero bien, digamos más objetivamente qué es esta obra, ya que no es usual; y digamos qué se va a encontrar el lector del libro. Ochenta sombras de Marx, Nietzsche y Freud es un diccionario donde se recopilan diversas voces de autores relacionados con la filosofía, entendida desde una perspectiva crítica. Por sus páginas pasean desde nombres ya clásicos del pensamiento contemporáneo, como Husserl, Adorno, De Beauvoir o Wittgenstein, hasta actualísimas referencias que resultan insoslayables para pensar nuestro presente, como el Comité Invisible, Žižek, Butler, Rivera Cusicanqui, Sousa Santos o Agamben. Sin olvidar las aportaciones del pensamiento en castellano, con nombres como Dussel, Zambrano, Ortega y Gasset o Sacristán.
Bien, ¿pero por qué de la sospecha? ¿Qué tienen de especial Marx, Nietzsche y Freud? ¿Qué justifica el encuentro de estas autoras y autores? ¿Qué relación tiene la llamada filosofía de la sospecha y el pensamiento de carácter materialista basado en la reivindicación de la inmanencia? Bien, si podemos reconocer una gran polémica, esta es la del paso de la modernidad a la postmodernidad. La gran crisis de este paso o cambio radica en el hecho de que toda una mirada se modifica, cambia, se da una fuerte transición de paradigmas y, además, es un proceso, de cualquier modo, dilatado en el tiempo. Aparecen nuevas teorías, nuevos discursos científicos, se da todo un novedoso funcionamiento de la ciencia y ésta influye de manera determinante en la realidad. Además, la estética y con ella el lenguaje, modifican y producen de algún modo una existencia distinta. Tras este contexto, y conscientes de estos paradigmas y zonas oscuras, es cuando toman sentido, en el ámbito de la filosofía, las que podemos llamar las tres miradas modernas: la de Marx, la de Nietzsche y la de Freud. Sus visiones nos proporcionan nuevos elementos discursivos para pensar la realidad.
Filosofía
A vueltas con la posmodernidad
Esto significa que, desde diferentes ámbitos, se cuestiona ya de manera irreversible la mirada tradicional. Lo que une a los tres autores, Marx, Nietzsche y Freud es efectivamente la filosofía de la sospecha. Pero, además, les une el hecho de que cada uno de ellos modula una determinada crítica de la modernidad. Como de manera rica apuntaba Luis Arenas, profesor de la Universidad de València, en una de las presentaciones, el libro muestra lo que podríamos llamar las consecuencias sociales (de Marx), las consecuencias morales (de Nietzsche) y las consecuencias psíquicas (de Freud) de esa modernidad. Cada uno de estos autores, a su modo, sitúa el trastorno que genera la modernidad. ¿Y qué hay entonces, por este lado, de la posmodernidad? Žižek, por ejemplo, la entiende negativamente, señalando que es caracterizada por la derrota de su discurso ante el capitalismo, al aceptar el marco conceptual del mismo. Repara, con la controversia que le caracteriza, en el multiculturalismo como estrategia económica del capitalismo contemporáneo. Pero esta no es la única mirada, ya que sobre el concepto de postmodernidad hay muy diferentes valoraciones. He aquí la suerte de esta obra: nos las podemos encontrar todas recopiladas, lo que genera un buen cómputo de comprensión.
Lo que pretende Aragüés es “dar una visión panorámica del pensamiento contemporáneo del siglo XX y lo que llevamos del XXI, con esa vocación didáctica de transmisión de conocimiento”
Asimismo, tanto las tres figuras de la sospecha, como todas las autoras y autores que aparecen en tanto sombras, se caracterizan por una búsqueda de verdad que no tiene que ver con la verdad de la tradición filosófica moderna, sino con la verdad que hay detrás de todo trocito de tierra que permanece a oscuras. El mérito habita en la consciencia de que quedan huecos oscuros, parte de la realidad a la espera de ser desvelada. En palabras del autor de la obra, Aragüés: “Lo que he pretendido es dar una visión panorámica del pensamiento contemporáneo del siglo XX y lo que llevamos del XXI, con esa vocación didáctica de transmisión de conocimiento, y espero que os pueda resultar de interés, que el libro se convierta en una herramienta para ir bebiendo a sorbos o que pueda permanecer en la biblioteca para ir sacándola de vez en cuando para hacer alguna aproximación a algún autor o autora, y en resumidas cuentas que sea un texto útil y que sea una incitación a seguir leyendo y a conocer un poco mejor nuestro pensamiento contemporáneo que muchas veces tenemos bastante olvidado”.
Sobra señalar la utilidad que un estudiante de filosofía puede encontrar, por tanto, en esta obra. Aunque profesores o interesados en general por la materia también encontrarán en ella una magnífica herramienta. He aquí el regalo: una recopilación de pensadores y pensadoras contemporáneos ―muchos de ellos todavía vivos―, en una misma obra. Además, es una obra que se comprende con facilidad y que se puede disfrutar; una obra que se puede consultar reiteradamente y que se percibe como fuente de descubrimiento.
Para mí un diccionario es la emoción de la búsqueda y la sabiduría del descubrimiento, alternándose la una con la otra y la una para la otra. Ahora podemos volver a la pregunta: ¿cómo enseñar la filosofía? Quizá sorteando la oscuridad, y no inventando en ella dotes de seducción. Pues, al fin y al cabo, ¿quién habla en esta obra sino diversas voces que, con claridad, resuenan y sorprenden en un danzar coexistente? Celebremos lo sucedido, comenzando por estas ochenta sombras.