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Opinión
¿Y si el cómic salvara nuestra atención?

En la pasada Feria del Cómic de Madrid, las amigas libreras de Vino a por Letras me recomendaron un cómic que no dudé en comprarme: Alimentar a los fantasmas, de Tessa Hulls (Reservoir Books, 2025). Como gran fan del cómic de autoras, la propuesta de Tessa Hulls me ha parecido increíble. Esta novela gráfica se centra en la historia de tres generaciones de mujeres chinas: su abuela Sun Yi, su madre Rose y la propia Hulls. A través de ilustraciones en blanco y negro, la autora explora temas como el exilio, el trauma intergeneracional y la salud mental.
El cómic autobiográfico es un campo en el que muchas mujeres artistas del underground comiquero encontraron un espacio de expresión. Artistas como Alison Bechdel, Sylvie Rancourt, Aline Kominsky-Crumb o Phoebe Gloeckner, entre muchas otras, han encontrado en el mundo del cómic un espacio donde relatarse, pero también un lugar de expresión y denuncia de cuestiones que han tenido que vivir o superar para asegurar su supervivencia.
La forma en que Tessa Hulls se enteró de que había ganado el Premio Pulitzer es significativa de la precariedad que viven las mujeres dentro la cultura: se encontraba sirviendo comida en su trabajo de supervivencia
Alimentar a los fantasmas, de Tessa Hulls, la ha hecho ganadora del Premio Pulitzer 2025. La forma en que se enteró del premio es bastante significativa de la precariedad que viven—vivimos—las mujeres dentro de los campos de la creatividad y la cultura. Se encontraba sirviendo comida en su trabajo de supervivencia, del que la cuantía del prestigioso premio —que ganó el pasado año en la misma categoría Cristina Rivera Garza—, esperemos que le dé un respiro.
Pese a lo que pueda creerse, la lectura del cómic es, ahora más que nunca, una herramienta radical para aprender el lenguaje en el que nos movemos a diario: el lenguaje de la imagen. En un momento en que un adulto medio recibe una media de 80 000 imágenes al día a través de los dispositivos digitales y estamos aprendiendo a generar nuestros propios (y discutibles) imaginarios a través de herramientas como la IA, ¿no deberíamos intensificar la educación de la mirada en la imagen estática y aprender a distinguir y analizar los mensajes que se transmiten a través de ella? ¿No sería útil distinguir cuándo está manipulada y cuándo no, ahora que pasamos tantas horas expuestos a ellas?
Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
El reconocimiento de esta obra destaca la creciente aceptación del cómic como una forma legítima de literatura y una herramienta poderosa para la educación. Los cómics combinan texto e imagen, lo que facilita la comprensión de conceptos complejos y fomenta la alfabetización visual. Además, permiten a los lectores conectar emocionalmente con las historias, promoviendo la empatía y el pensamiento crítico.
Un cómic está pensado para contarse en un conjunto de viñetas, pero, a su vez, cada viñeta tiene un espacio pensado para el texto, el dibujo, la colorimetría. El cómic ahora trata temas de todo tipo y puede enseñar a leer la imagen estática, a leer colores, tipografías y expresiones faciales dibujadas para entender —al pasar a la imagen en movimiento— lo que se nos quiere contar.
Aunque hace tiempo que el cómic está reconocido como el noveno arte, aún surgen debates sobre si se trata de una lectura menor, como si leer un cómic puntuara menos que leerse una novela
Aunque hace tiempo que el cómic está reconocido como el noveno arte, aún surgen debates sobre si se trata de una lectura menor, como si leer un cómic puntuara menos que leerse una novela. Aunque es cierto que los estudios de este año indican un aumento de la lectura entre las opciones de ocio —por primera vez, el porcentaje de población que lee libros en su tiempo libre supera el 65 %— también lo es que vivimos una época donde todo compite por nuestra atención, y quizá esas lecturas concentradas a la luz de un candil en silencio absoluto ya no existan (ni falta que hace), y en eso el cómic puede ser una herramienta. ¿Por qué, en vez de quejarnos de una pérdida sucesiva de la atención, no trabajamos para recuperarla?
En el contexto de la genealogía y el estudio de la imagen, obras como Alimentar a los fantasmas, con excelente traducción de Juan Naranjo, ofrecen una perspectiva única al presentar historias familiares a través de narrativas visuales. Su éxito refleja una evolución en la percepción del cómic, consolidándolo como una herramienta valiosa para la enseñanza y la comprensión de experiencias humanas complejas.