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Partidos políticos
Pablo Iglesias, Mónica García y la herida que no se cierra en Madrid
Se buscaba un candidato o una candidata con un perfil propio, capaz de revertir las condiciones de una campaña que nacía bajo el signo de una encuesta terrible, publicada por Metroscopia el pasado viernes. No quedaban demasiados espacios a los que mirar, y en todos ellos estaba el signo de la incertidumbre. Para Podemos, Madrid ha pasado de ser el núcleo irradiador a un síntoma de la entrada en barrena. Sonaron los nombres de algunos ministros, especialmente el de Alberto Garzón, pero el titular de Consumo no lo vio claro. Su designación habría parecido un movimiento de Pablo Iglesias para alejar a un ministro con el que trabaja bien pero con quien no hay demasiada sintonía en el estilo. Iba a sonar a un castigo a Izquierda Unida, cuando no se trataba de eso, sino que se pretendía precisamente lo contrario.
Se ha publicado que se le ofreció a Rafa Mayoral, más cercano a Iglesias, pero no es cierto. No hubo más candidatos que sonaran en serio. La cuestión no era sostener los resultados en Madrid sino salir de la espiral de las pasiones tristes en las que estaba el proyecto. Había perfiles que hubieran podido hacerlo bien —en Podemos se reivindica a Isa Serra pero se recuerda que iba a ser candidata bajo la amenaza de la inhabilitación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid—, pero el plan pasaba por cambiar la historia de Podemos. Para ello, se podían dar dos caminos, o solicitar una entrada táctica como fuerza subsidiaria en Más Madrid —difícil, pero no imposible— o el camino que definió Iglesias con su anuncio del 15 de marzo.
Tras un fin de semana de deliberaciones, el secretario general de Podemos dirigió definitivamente su mirada a Madrid, allí donde empezó todo, lo bueno y lo malo. El objetivo macro, “matar a la serpiente en su huevo”, comenta un veterano intelectual de las izquierdas madrileñas. Es decir, abordar en términos agonísticos la emergencia de la extrema derecha, de la cultura de la banalización del fascismo y, de este modo, dar un vuelco a la conversación política. Plantar cara en una batalla puramente ideológica.
La pregunta sobre cómo iba a sentar eso en la izquierda madrileña vendría después, la respuesta intuitiva era que bien: Unidas Podemos espantaba el fantasma del 4,9%. La encuesta de Metroscopia del viernes 12 de marzo planteaba un escenario malo para el conjunto de la izquierda: cientos de miles de votos “tirados a la basura” si UP no llegaba al 5%, algo que no convenía a Más Madrid, por más que uno de sus caladeros principales iba a ser Unidas Podemos, ni al PSOE. Pero las respuestas automáticas no lo explican todo.
“Lo primero que hice con el anuncio de Pablo Iglesias fue alegrarme y lo segundo fue empezar a silenciar a gente en Twitter”, comenta una de las fuentes
El efecto Iglesias no iba a conseguir su primer objetivo, el de reunificar, agrupar bajo un solo paraguas, a la izquierda dividida en 2019. Ayer martes, la candidata de Más Madrid, Mónica García, respondía con un vídeo que no escondía agravios hacia Iglesias —“Madrid no es una serie de Netflix”— y la reivindicación del perfil propio de Más Madrid: feminista, regionalista y ecologista. Desde el partido madrileño se interpreta que el emplazamiento de Iglesias no era sino “el primer acto de campaña” y por eso se descartó en pocas horas.
Madrid, ciudad y comunidad, ha experimentado el efecto champán en la última década. Si en 2011 emergió un sujeto político nuevo, anónimo en cuanto no tenía nombre pero vivo y mutante, en 2021, tras el cierre sumarial de centros sociales y una larga resaca de desencanto tras la experiencia de Gobierno en el Ayuntamiento, el panorama era, quizá sigue siendo, de desmovilización y hastío. Un erial, vamos.
No habrá lista conjunta, por tanto, la siguiente pregunta es saber si estas elecciones dejarán cicatrices sobre las cicatrices de la anterior legislatura, que derivaron en una durísima campaña electoral en 2019 y una post-campaña de reproches cruzados, o si pueden deparar otro escenario, tanto electoral como social y cultural en la ciudad.
Afectos, feminismos y alfas
Las lecturas sobre si el movimiento de Iglesias puede abrir una nueva etapa de rearticulación política en la capital oscilan entre las diferentes ramas y entre quienes se implicaron en el significante “cambio” a principios de la pasada década. El denominador común es que “ilusión” no es la palabra, pero también se coincide en señalar aspectos positivos de la noticia política del año en la Comunidad. El Salto ha recabado algunas impresiones bajo la tranquilidad del anonimato, no requerido por las distintas fuentes para proteger su identidad, sino como un espacio menos mecanizado que el de los argumentarios de los partidos y las facciones.
“Lo primero que hice con el anuncio de Pablo Iglesias fue alegrarme y lo segundo fue empezar a silenciar a gente en Twitter”, comenta una de las fuentes, implicada en el ciclo de Ahora Madrid (2015-2019). “Todo el mundo es listísimo y hace análisis afilados, pero creo que lo que menos necesitamos esta vez son juegos de agravios y desagravios. De 2019 salimos todas muy tocadas, no creo que sea la única que haya tenido que hacer duelos y dejar de hablar con gente querida por un tiempo. Pero lo que tenemos de frente es tan peligroso que yo, al menos, puedo aguantarme un par de meses sin darle vueltas a todo lo sufrido. Sí creo que la candidatura de Pablo ayudará a movilizar a la izquierda, incluso a la que no quiere votarle a él, partiendo de la base de que es una figura visible y conocida, que marcará agenda (hasta ahora estamos dejando que lo haga Ayuso bailándole el agua a cada chorrada que dice)”.
Desde distintos espacios se ha planteado una especie de “gran pacto” previo a las elecciones que garantice un programa político conjunto para los dos años que quedan por cubrir de legislatura
La pérdida de los afectos, la resaca de las burbujas que eclosionaron a raíz de la acampada en Sol de 2011, de los centros sociales y en la primera hora de los medios de comunicación social (especialmente Twitter), es uno de los elementos que han imposibilitado la lista conjunta. Así lo explica otra activista: “Creo que por matemática pura lo de ir unidos tenía poco fuste. Sí lo tenía como por demostrar que la izquierda madrileña (institucional) es capaz de cooperar y dejar de darse leñazos. Pero es que esto no es verdad. No se puede ignorar toda la mierda de muchos años. Entonces, pedirle a la gente que coopere cuando no hay posibilidad afectiva de hacerlo pues me parece absurdo”.
El feminismo en rebelión contra la idea del “macho alfa” fue uno de los temas del vídeo de Mónica García y uno de los elementos que Unidas Podemos tendrá que afrontar en la campaña de su secretario general. En cualquier caso, la candidata de Más Madrid defenderá también su experiencia de azote del Gobierno de Ayuso durante la pandemia y desde su campaña se recalca que existe la voluntad de no repetir la experiencia de 2019, no hacer la campaña a la contra, sino marcar la diferencia en base al voto de las mujeres y el asentamiento a nivel territorial.
El hecho de que haya sido Iglesias quien haya “bajado al barro” de Madrid es una muestra de la solidez de García, a quien valora así una de las fuentes consultadas: “Creo que Mónica García es una baza buenísima, muy diferente a lo que estamos acostumbrados, un poco como Ada Colau pero sin la experiencia política que dan los movimientos sociales (esto es así y se nota bastante, la verdad)”.
Militancia y movilización
El relato en la otra acera es distinto, y pondera el “salto cualitativo” que supone que Iglesias haya enarbolado el discurso de la responsabilidad militante. Iglesias ha planteado su movimiento para dar la cara donde, a su juicio, se daba la contienda política más importante: del momento entre el Gobierno central y el poder fáctico que conforman los distintos poderes madrileños que ha sabido capitanear Ayuso. Un Gobierno que, en su experiencia, tiene capacidad limitada frente a ese Madrid sistémico que dificulta cualquier transformación social distinta a sus intereses. Una contienda que, explican desde Podemos, el PSOE ha renunciado a dar.
Otro de los militantes del pasado ciclo municipalista coinciden en que había “una cierta sensación de abandono por parte de la izquierda con la salida de Íñigo Errejón en su momento [campaña electoral de otoño de 2019] y creo que eso sí que se recupera, ahora parece que se preocupan de Madrid; esto puede ser un elemento de movilización”, explica, aunque resalta que los motivos de esa jugada de Iglesias parten en primer lugar de una lectura de tipo más interna: el hecho de que el espacio en torno a Podemos podía desaparecer virtualmente de darse malos resultados el 4 de mayo y por tanto “tiene algo de falso”.
“Creo que la jugada de PIT [Pablo Iglesias Turrión] profundiza en el carácter cada vez más inestable del sistema político representativo”, apunta otra de las fuentes. “El procés primero y la irrupción de los nuevos partidos, después, han llevado no solo a mayorías inestables, gobiernos y parlamentos interinos desde al menos 2015, sino a una metástasis de la comunicación política que se manifiesta en ritmos, giros, ciclos de noticias y captación del afecto que tienden a marginar cualquier proceso que no esté en esa lógica. Esto para los movimientos sociales se convierte en un sumidero de esfuerzo y en una lógica de competencia por la visibilidad, en la medida en que se apuesta por hacer lobby político entre esas mayorías inestables, usando al bloque de investidura o a sus partes como palanca. Y en ese trabajo no hay acumulación de fuerzas: tras años de reuniones en el parlamento y de compromisos firmados, por ejemplo el movimiento de vivienda no solo no ha conseguido concretar un avance legislativo (a nivel del Congreso estatal), sino que ni siquiera consiguió que el tema aparecería ni de pasada en el discurso y debate de investidura de Sánchez”, resume.
En esa clave, salir de la lógica del lobby político se convertirá también en uno de los aspectos fundamentales de la campaña para la movilización de la abstención, el único factor que puede provocar una reconfiguración del mapa político madrileño. Desde distintos espacios se ha planteado una especie de “gran pacto” previo a las elecciones que garantice un programa político conjunto para los dos años que quedan por cubrir de legislatura. Marcar una serie de líneas estratégicas en coordenadas de redistribución, de reequilibrio entre el norte y el sur de la Comunidad, con un plan que pueda ser asumido por Unidas Podemos, Más Madrid e incluso por el PSOE. Tal vez no evitará del todo los leñazos entre las distintas candidaturas en campaña, pero sí podría relajar las tensiones entre la militancia de base y las simpatizantes de las dos opciones: Iglesias o García.
En cualquier caso, otros veteranos de las pugnas del ciclo 2015-2019 advierten que es el momento de dejar paso a lo que viene, no estorbar el paso de una generación que se ha desarrollado políticamente ajena a las instituciones, en torno a dos fechas fundamentales, la huelga del clima del 27 de septiembre de 2019 y los 8 de marzo de 2018 y 2019.
Sin tiempo para el debate sobre cómo puede facilitarse ese trasvase de información a los movimientos sociales emergentes —especialmente sobre lo que no hay que hacer—, la pugna electoral de cara al 4 de mayo debe atender antes que a las luchas por el voto de los otros —convencer a las ya convencidas— al intento de recuperar el terreno perdido desde 2015, cuando “la izquierda del PSOE” consiguió casi 950.000 votos en las primeras generales a las que se presentó Podemos.
Movilizar votos en los municipios y barrios del sur, esa piedra de toque de los distintos proyectos desde ese lejano 2015, es la principal clave para salir de la espiral descendente del apoyo electoral. Un bajón que permea también a los movimientos sociales, pese a que colectivos antirracistas, ecologistas y feministas siguen teniendo más capacidad de movilización y de organización barrial que los “cayetanos” o la base del partido clave de estas elecciones, el hundido Ciudadanos.
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Aquí, como en la izquierda en general y la madrileña en particular , solo hay iluminados , filósofos y críticos. El 5 de Mayo vais a tener a los franquistas decidiendo el futuro de vuestros hijxs.
Venga, ya podéis seguir con el discursito con el vermú en la mano.
Pablo a ver cuando preguntas a lo rural del sur que siempre andamos invisibles.
Las dos caras del neoliberalismo posmoderno reinventado. Postureo.
Pero vamos a ver, que cuando ha gobernado "la izquierda" en Madriz lo que tuvimos de comer fué: Operación Chamartín, desahucios, pago de la deuda (¡sacando pecho!) y condenas a Venezuela. El útimo gobierno no pepero el de Leguina y del de PSOE/Podemos acargo de todo mejor no hablar. Hay perros apaleados a los que se les trata mejor. Lo raro es que quede tanto ingenuo ¡La lucha está en la calle y no en el parlamento! Sábado 20 a las 19:00 Atocha-Cibeles. Todas a tumbar el régimen corrupto
Pues mira. Soy madrileña, y no me creo el ombligo del mundo. Soy una currita que está hasta las narices del sopor y el aburrimiento . A mí no me sumistraís nada. Lo vendeís a Mercadona y cía. Exportáis todo, abrazáis a los ricachones de europa en turismo. Mi Comunidad es la barra del bar de Europa. A ver si dejamos de ver la tele y viajamos mas...
Joe, y yo que creía que en Catalunya teníamos la peor izquierda del estado.
En Madrid está tan extendida la creencia de que sois el ombligo del mundo que se hace difícil que entendáis el profundo sopor y aburrimiento que provocan los devenires narcisistas de su izquierda en los territorios que os suministran energía, alimentos, agua, aire, trabajo vivo, etc y que padecen la inflación informativa del madrileño centrismo. El centralismo es un viejo error histórico de los proyectos emancipadora, pero ahora está definiendo un cáncer con metástasis.
No se de dónde serás tú pero si hay elecciones en Madrid será lógico que se hable de ello. Pones la televisión y sale Cataluña hasta en la sopa y jamás te oído hablar de catalanocentrismo aunque sea mucho más evidente.
Tu comentario es alucinante, le das toda la razón al que contestas y ni te das cuenta.
En las tvs nacionales sale lo que interesa a la mayoría de televidentes. Con fines comerciales o políticos. Por tanto si sale Cataluña no es porqué !los catalanes quieran!
Sino por una obsesión enfermiza sobre el tema en la población española en general. No toda. Y en Madrid en particular. Los canales de tv son nacionales. No creo que pongas la televisión gallega. Ni tv Vallecas todo el día.
El centralismo es más grave de lo que creía. Que ya es decir.
Los canales de televisión son nacionales, no madrileños. Yo no he negado el centralismo si no el madridcentrismo, que no es lo mismo. No es verdad que Madrid sea el epicentro de la información y ni mucho menos es verdad que los madrileños se crean el ombligo del mundo.
Eso solo puede decirlo alguien que no sabe lo que dice porque cualquiera que se haya pateado Madrid sabe que es mentira. No creo que haya ninguna región de España que acoja a los foráneos como Madrid. A todo el mundo se le trata como si fuera de aquí. No existe la palabra "charnego" por ejemplo. Existe "gato" para referirse a los que tienen hasta abuelos madrileños pero no hay una palabra para definir al de fuera porque nadie es de fuera. Yo soy hijo de extremeños y en mi círculo cercano todos son hijos de emigrantes de otras regiones de España que se han sentido en Madrid como en su casa.
Y lo de asociar madrileño a facha en fin... Cogete un libro de historia y busca una ciudad que combatirse el fascismo con lo hizo Madrid, a ver si la encuentras.
Tirad de hemeroteca
Qué partido estuvo aguantando ostias mientras planteaba la renta mínima, la ley antideshacios, los eres... Vox votó en contra de esto..
¿No os acordaís?
Lástima que la hemorragia no acabe con vosotros los reformistas sin principios además de ineptos.
Es precisamente el "furor uterino" de este estafador con moño lo que eterniza fascistas como la Ayuso en los gobiernillos de este Sistema Franco-Borbónico, un circo lleno de payasos delincuentes. Y me alegro porque cada payasada hace detestar más a los oprimidos este Sistema, les aleja de las amañadas urnas.
Joder, en cuatro párrafos, ya se le ve la patita...
Lo del furor uterino, dice mucho de usted. Venga, ahora coger cita al médico, a ese médico, o médica, que lo pagan quienes sostienen este sistema,
Ah, y la abstención sirve, sobretodo, para aumentar los escaños de los partidos de su cuerda....
Que fácil es la crítica desde el sillón. Pablo se está dejando la piel demostrando su valentia. SI SE PUEDE!
Que comentario tan rebuscado y cultureta para decir que Franco estábamos mejor. Saludos
Se repite y se repite. A la izquierda le sobran líderes la derecha compran borregos para mantenerse como líderes los que ya fueron en el franquismo. Sobre la "censura" de c's contra el pp en Murcia, creo recordar que fue por corrupción. No oigo hablar de esto. Pensaba que lo importante era eso, la corrupción. Sobre lo poco que sé, creo recordar que Iglesia se ofreció incluso como segundo para poder sumar votos. Esto no ha sido bastante para limitar el "efecto macho alfa". La reacción de la admirada, Mónica García, no le falta "efecto macho alfa". Yo les propondría que se dejaran de "machos" y actuaran como lo que son personas adultas, conscientes del momento y, compañeros del mismo camino. Dejad el machismo para los estúpidos, no os rebajéis a confusiones con estos elementos.
Es curioso que Más Madrid inicie su campaña sacando a relucir lo de "macho alfa" de Iglesias que, quizás no me haya enterado, pero como que estaba olvidado... No me parece un estreno muy brillante por parte de Mónica García, bastante chusco en realidad. Creo que para distinguirse como candidata mujer frente al macho Iglesias, que es a lo que huele, por parte de la de Más Madrid harán falta más que estas frases tan de estrategas de comité central.
En todo caso, lo saco a colación por la sensación que tengo de siempre de "macho alfa con cara de niño" de Errejón, muñidor del verticalismo en la organización interna de Podemos antes y de Más Madrid ahora con Mónica García al frente.
Me parecen, Iglesias y Errejón, los dos lados del espejo reflejándose mutuamente: inteligentes, muy competitivos, con ideología social y maneras patriarcales. Pero son parte del movimiento político que más me interesa en España. Yo no busco seres perfectos ya en nada, si no terminaría suicidándome en un mar de autoexigencia, para empezar. Así que me quedo con la experiencia de gobierno de Iglesias, puestos a elegir.
Historicamente el PSOE siempre ha presentado un candidato de fuste al Ayuntamiento o la Comunidad,candidato que una vez derrotado por el PP dimitia "porque no iba a estar de concejalillo o diputadillo",no nos hagamos ilusiones si hay pico y pala huyen ,si hay despachos se quedan...Podemos en el gobierno ha adoptado parte del boato socialista de adorar al lider y formar parte del coro de ranas que croan...veremos si tambien huyen luego a mas altos destinos
Iglesias no me gusta en muchas cosas. Pero éste paso le honra, y da salida a todos los sapos que se ha tenido que comer. Creo que en el psoe se lo van a tomar más en serio. Y si no sale pues en parte se entenderá que dimita. Se presenta para plantar cara al fascismo, si fracasa tiene que hacer otra jugada para plantarle cara. En cuatro no en dos años de concejal podemos estar todos cantando el cara al sol. Lo que no puede es volver al gobierno a comer sapos. No es alguien muy previsible per Esperemos Unidos !?¿
Dado el lío en el que estamos haré un comentario, totalmente superficial.
La foto de Iglesias, con el moño japonés, los ojos achinados, la dentadura podrida con 40 años típico de éstos países, y una bandera roja detrás con estrellitas. Aunque ya la tenía E. Aguirre. Pues sí, me creo que quiere un gobierno comunista, bolivariano inspirado en la revolución cubana. Financiado por Pekín. Hay que cuidar el márquetin, el capital al menos lo tiene claro.
Yo si fuera tú me iba haciendo un molde de escayola de los dientes, no vaya a ser que gobierne y se eche a perder tu magnífica dentadura equina propia de los países "desarrollados".
El indeseable aumento del trumpismo+fascismo necesita hacerle frente con la contundencia debida. Se admiten candidatxs para esta confrontación.