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Gobierno de coalición
La fuga de más diputados de Sumar, en manos de Sánchez

El grupo plurinacional Sumar sigue desgajándose. El principal bastión que aglutina a la mayoría de la izquierda confederal en el Estado, pilar de la pertenencia al Consejo de Ministros, vuelve a sufrir escisiones. Que prometen ser más. Paradójicamente, eso depende del líder de otro partido.
A la salida de Àgueda Micó (Compromís) y al pie afuera que tiene Vicenç Vidal por la coalición soberanista Més de Illes Balears, podrían sucederse otras de diputados que están mirando la puerta de salida debido al escándalo de corrupción que afecta al Partido Socialista.
Fuentes de la Chunta Aragonesista y de Compromís han avanzado a El Salto que para tomar la decisión final están aguardando a lo que vaya a decir (y especialmente, anunciar) Pedro Sánchez en la comparecencia especial que ha pedido para el segundo miércoles de julio. La presión de las bases se hace notar.
Pétalos en caída
Un recordatorio para quienes no estén al día del nuevo culebrón de los partidos a la izquierda del PSOE: hace un año y medio, y solo seis meses después de las elecciones generales del 23J, los cinco diputados que tenía Podemos decidieron marcharse. Quedaron cuatro, ya que Lilith Verstrynge acabó renunciando y su sustituto pertenecía a Sumar. Ahora, quienes rompen son los soberanistas del Pais Valencià y los de Illes Balears.
Este lunes por la noche se conoció el resultado de la votación del Consell Nacional de la formación Més-Compromís, el partido mayoritario dentro del partido valencianista, heredero de la tradición del Bloc Nacional Valencià, que en 2021 decidió refundarse y cambiar su marca. De los más de 200 representantes de la asamblea, el 92,7% votó a favor de irse del grupo parlamentario Sumar.
El partido de Micó insistía en que se llame a comparecer a Pedro Sánchez en la comisión de la dana y lo incluyó en su lista de comparecientes, al igual que lo hizo el PP y Vox
La resolución es vinculante por lo que la diputada Àgueda Micó deberá irse del grupo. La gota que rebalsó el vaso ha sido la comisión de investigación de los hechos ocurridos por la tragedia de la dana en octubre del año pasado. El partido de Micó insistía en que se llame a comparecer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y lo incluyó en su lista de comparecientes, al igual que lo hizo el PP y Vox.
Movimiento Sumar (el joven partido fundado por Yolanda Díaz), Izquierda Unida y, por supuesto, el PSOE, no estaban de acuerdo en eso. Fuentes de IU explicaron días pasados a El Salto que no creían que estuviera mal convocar a Sánchez pero sí ponerlo al mismo nivel que al polémico president de la Generalitat, Carlos Mazón. “Sería sentar en el mismo banquillo a Sánchez con el culpable de lo ocurrido, no nos parece acertado”, explicaban. Pero Compromís se mantuvo inflexible y llevó el tema al Consell Nacional y se decantó por la salida.
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Pero la situación es más compleja: Compromís es una coalición valencianista con varias familias políticas en su interior. La segunda formación principal es Iniciativa del Poble Valencià (a ella pertenece la exvicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra). El otro diputado en el Congreso por Compromís, Alberto Ibáñez, es de Iniciativa y ellos no están de acuerdo con dejar el grupo parlamentario Sumar y si bien apoyan la convocatoria a comparecer de Sánchez, desisten de utilizarlo como excusa para una escisión. Por tanto, y por primera vez desde los largos años en que el frente valencianista tiene representación en el Congreso, los diputados electos por Compromís se dividirán y ahora pertenecerán a diferentes grupos.
Desde el sector de Iniciativa han explicado a El Salto que a diferencia de sus aliados, para ellos el debate “no es si Sumar sí o Sumar no, porque la corrupción no está en Sumar”, sino que la pregunta que se hacen es “si legislatura sí o legislatura no”. Las dudas de ellos es por la “viabilidad” de un gobierno liderado por un Sánchez que satisfaga las demandas de restauración de confianza y regeneración tras el escándalo del caso Koldo-Ábalos-Cerdán.
Izquierda Unida y Más Madrid no se plantean una salida del grupo parlamentario y no falta quien señale que el motivo es lisa y llanamente que ellos tienen ministerios a cargo
“Sí, lo del día 9 será clave para definir la continuidad”, aseguran en la formación valencianista, dejando abierta la puerta a que si el contenido de las explicaciones y propuestas de Sánchez son considerados insuficientes, sugerirán al propio Sumar abandonar el Consejo de Ministros.
Un pie más allá estaría la Chunta Aragonesista. Desde su interior han explicado a El Salto que la opción de llevar a su diputado Jorge Pueyo al grupo Mixto está más que abierta. “Depende mucho de lo que veamos el 9 de julio, si Sánchez rechaza las propuestas anticorrupción de Sumar o las asume. Tenemos que dar tiempo, creemos, para que haya negociación y ver el resultado”, recalcan. En Huesca y Zaragoza (en Teruel el partido tiene muy poco asentamiento) las bases y varios dirigentes intermedios han subido el tono en las últimas semanas.
En cuanto al escaño de los soberanistas de Mallorca y Menorca, el jueves por la noche votó su rama mallorquina a favor de salir del grupo pero no alcanzó los dos tercios requeridos por los estatutos, por lo que, solo por el momento, Vidal seguirá en Sumar. El sector menorquín (minoritario) en su propia asamblea aprobó su marcha del grupo. También en este caso quizás la jornada del día 9 pueda torcer las cosas.
Yolanda, a otra cosa
Sánchez y la cúpula de Movimiento Sumar cometen un error si piensan que las quejas de las confluencias son únicamente un mecanismo de defensa ante el electorado por la corrupción para no ser masacrados en las urnas en las próximas autonómicas. Hay disgustos acumulados con el liderazgo de la vicepresidenta, el ensamble de las diferentes voces (con realidades territoriales muy distintas) y la coparticipación en la toma de decisiones. Un ejemplo: antes de la reunión privada con Sánchez tras echar a Santos Cerdán, Díaz no preguntó ni consensuó lo que iba a exigir en Moncloa.
En este marco, Izquierda Unida y Más Madrid no se plantean una salida del grupo parlamentario y no falta quien señale que el motivo es lisa y llanamente que ellos tienen ministerios a cargo. Sea como fuere, allí los vientos soplan para el lado de Pablo Bustinduy, el ministro de Derechos Sociales elegido por ambos partidos para empezar a probar el reemplazo de Díaz y la construcción de un liderazgo.
Avanzado por El Salto hace dos semanas, todas las fuentes consultadas desde entonces no solo han ratificado la estrategia sino que la misma se ha consolidado, y alcanza con ver la difusión en redes sociales y el valor que le atribuyen a su palabra y presencia.
El momento de angustia y crispación de la semana anterior, ha descendido. Sánchez ha contado con la inestimable ayuda involuntaria de Trump y el matonismo de la OTAN
Muy cerca de Díaz lo admiten. “Yolanda sabe que muchos la dan por amortizada pero ella está a otra cosa, en la gestión de Trabajo especialmente. No le molesta que se impulse a Bustinduy, sabe que necesitamos más referentes porque no los tenemos”, responden ante la pregunta de El Salto.
Mientras tanto, la ministra de Trabajo va perdiendo optimismo sobre la reducción de jornada pero asegura que mientras haya negociación hay motivo de esperanza. Un dato: Junts ha acudido a reunirse con ella al ministerio este jueves por la mañana mientras que el PP ni siquiera eso.
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Pero se está preparando para el día después, con una estrategia es doble: castigo mediático y embestida legislativa. Sobre la primera, la ministra tiene previsto impulsar el 22 de julio que en el llamado ‘pleno escoba’ de fin de ciclo antes del verano se vote la reducción de jornada. “Que le expliquen a toda España por qué votan en contra, que se retraten”, se la ha escuchado decir. Desde lo legislativo, se sabe que puede intentar un real decreto relativo a las horas extras, que endurezca los castigos a las empresas y restrinja más esa carta con la que abusan los empleadores.
Esta semana había más oxígeno en el bloque de investidura. El momento de angustia y crispación de la semana anterior, quizás el peor desde la pandemia, había mermado un poco. Sánchez ha contado con la inestimable ayuda involuntaria de Trump y el matonismo de la OTAN, pero las encuestas registran en términos individuales de cada partido una caída generalizada de todas las opciones de izquierda.
Sin embargo, hay algo todavía a favor: no hay alternativa deseada por la mayoría. La derecha ruidosa del PP y la ultraderecha de Vox siguen dando miedo. Este jueves, la consultora Electomanía publicó un estudio en el que no se preguntó al votante por a quién votaría sino qué gobierno quisiera que salga de las urnas: ganó por lejos la alianza del PSOE y las otras izquierdas (32,5%). Bastante lejos, el 23%, prefería gobernando al PP en solitario y tan solo el 17% a los conservadores con Vox. Amargura para el Ibex: la gran coalición PP-PSOE solo seduce al 2%. Es lo que tiene apostar a la polarización extrema: cuando quieras reconstruir un centro, no será tarea sencilla.