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Gobierno de coalición
Sánchez sale del Congreso escaldado pero vivo tras su comparecencia por el Caso Koldo

“Su Gobierno necesita de un nuevo propósito”. La frase de Mertxe Aizpurua (EH Bildu) seguirá flotando las próximas semanas en el ambiente. El Ejecutivo de Pedro Sánchez sale hoy, 9 de julio, respaldado por la mayoría que le dio la investidura hace verano y medio, pero, después de la comparecencia, no se atisba un giro de guion que refuerce a un presidente del Gobierno en su peor momento político desde su llegada a La Moncloa.
“No voy a tirar la toalla”, ha dicho en su primera intervención Sánchez, disipando la posibilidad de dimisión y elecciones anticipadas. El presidente ha confesado que sopesó esa posibilidad, pero al final, no.
El minué previsto ha salido tal y como se esperaba. El Partido Popular ha pedido elecciones anticipadas, Vox ha hecho aspavientos antes de salir de la cámara —como es habitual— y entre el resto de partidos, los que dieron la mayoría a Sánchez en 2023, pocas ganas de mambo. “Nuestra confianza está en la UCI”, ha dicho la nueva portavoz del Partido Nacionalista Vasco, Maribel Vaquero.
El PNV ha enseñado los dientes: “No se ve un rumbo claro”, “Ha dado explicaciones, no todas las que corresponde”, ha planteado Vaquero. No se trata de un ultimátum, pero los nacionalistas han trazado las tres opciones de cara a futuro: plantear una cuestión de confianza, dimitir sin disolver la Cámara —sin precedentes, pero legalmente posible— o disolver la Cámara y convocar elecciones.
“Está usted en prórroga, señor Sánchez”, ha sentenciado la portavoz de Junts, Míriam Nogueras. El otro partido del nacionalismo conservador, Coalición Canaria, ha pedido una cuestión de confianza para ratificar el Gobierno, algo fuera de la agenda de Sánchez.
Algo más suaves, o al menos más duros con la derecha y la extrema derecha, han sido los partidos soberanistas de izquierda. EH Bildu y ERC no quieren que caiga el Gobierno y lo dicen. Claramente, como Gabriel Rufián: “Si esto es una cosa de tres listos usted se tiene que quedar, porque esto no hace caer a un Gobierno, pero si esto escala (...) nosotros le vamos a pedir, le vamos a obligar a que la gente decida".
Sánchez ha querido descargar su responsabilidad: “Soy un político limpio que desconocía las corruptelas”, y señalar que es el sistema el que ha permitido la extensión de tramas de corrupción
Sumar ha pasado la primera fase de la ira y se encuentra en la fase de defensa crítica del presidente: “Sé que usted es honesto”, ha dicho la ministra de Trabajo y vicepresidenta, Yolanda Díaz, que anoche perdió a su padre, el sindicalista Suso Díaz. Sumar vuelca su agenda a partir de ahora en arrancar a Sánchez una agenda social para la que no parecen dar los números en el Congreso —no con elementos como Junts y PNV.
El “nuevo propósito” al que aludía Aizpurua y que se destila en las exigencias de una agenda social por parte de Sumar, ha estado ausente en la sesión de hoy. ”Vivienda, vivienda, vivienda", ha repetido Rufián. Los números en el Congreso no dan para medidas profundas, pero sin medidas profundas no hay quien levante las opciones —por pequeñas que sean— de repetir
Entre dos aguas se encuentra Podemos, en el Grupo Mixto, que ha cargado las tintas contra Sánchez calificando de “medidas cosméticas” las medidas anticorrupción anunciados unos minutos antes por el presidente.
Medidas anticorrupción
El discurso de Sánchez, marcado por el Caso Koldo y la entrada en prisión del exsecretario general Santos Cerdán, estaba definido desde el fin de semana, cuando el PSOE llevó a cabo su congreso federal en medio del shock. “Han sido avalados por técnicos, expertos” y por la OCDE, ha defendido Sánchez, que ha hecho un guiño a Sumar al anunciar estas medidas.
Quince medidas en un Plan Estatal de Lucha contra la Corrupción estructurado en cinco ejes: prevención de riesgos, protección de informantes, investigación y sanción de la corrupción, recuperación de activos ilícitos, y promoción de una cultura anticorrupción.
En el marco mental del Caso Koldo y de la posible acción corruptora de empresas como Acciona, se plantea una serie de medidas legislativas de endurecimiento de las sanciones a empresas corruptoras y la publicación de un listado en el que aparezcan las empresas sancionadas. Además, “se proponen dos vías: la posibilidad de imponer multas proporcionales a los ingresos anuales o al beneficio ilícito obtenido, y la inhabilitación obligatoria que les impida obtener subvenciones y ayudas públicas, contratar con el sector público y gozar de beneficios e incentivos fiscales o de la Seguridad Social”.
Asimismo, el Plan introduce una Agencia de Integridad Pública independiente, que tiene entre sus funciones la prevención, supervisión y persecución de la corrupción.
Con este plan, Sánchez ha querido descargar su responsabilidad: “Soy un político limpio que desconocía las corruptelas”, y señalar que es el sistema el que ha permitido la extensión de tramas de corrupción. Es decir, que su Ejecutivo no ha sido ajeno a lo que viene ocurriendo desde hace cuarenta años.
En su segunda intervención, el presidente ha contraatacado, recordando los casos que afectaron a los gobiernos de Felipe González, los de José María Aznar —“presidió el Gobierno más corrupto de la democracia en España”, ha dicho Sánchez y el de Mariano Rajoy —“60 casos, 1.400 millones de euros robados”. En resumen, todas aquellas cosas que ahora se llaman “y tú más” y que hablan del problema irresoluble del bipartidismo con la corrupción.
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Por un escenario parecido al que tiene Sánchez con sus tres hombres de confianza dimitidos en tiempo record, a Esperancita Aguirre le sacaron el chiste del charco de las ranas en el que todos estaban pringados, mientras ella salía impoluta una y otra vez. Era un chiste porque ella actuaba con una inocencia por bandera que ni Heidi. Y la mayoría progresista se reía de pura impotencia, porque cómo no va a tener ni idea Esperanza Aguirre de lo que tiene delante de sus narices todos los días.
La diferencia entre las actitudes de entonces y las de ahora entre los medios y partidos progresistas, es que nadie creía esa imagen sin tacha de Esperanza Aguirre estando rodeada de hombres de confianza pillados, mientras que ahora todo el mundo quiere creer que Sánchez es un alma de cántaro.
Y la conclusión servía igual para Aguirre que sirve para Sánchez, si lo oculta porque lo oculta y si no lo veía porque demuestra ser un incapaz para el cargo, debiera dimitir.
Queda no sólo la sensación sino también la certeza de una España arrastrada por el bipartidismo hacia el fango irremediable, hacia el espectáculo triste y obsceno del “y tú más”, hacia la ruptura absoluta entre sociedad y política de baja estofa. Y todo esto sustentado por el cierre de filas de los ejércitos mediáticos del turnismo para frenar cualquier alternativa transformadora.
Toca movilizarse y crear lazos solidarios con los movimientos sociales: sindicalismo de verdad, feminismo, antirracismo y migración, ecologismo y antimilitarismo. Se vienen tiempos de revueltas y revolución. No queda.otra salida.
Puede valer para los suyos y para algún socio minoritario fagotizado, pero la pregunta es ¿servirá a la ciudadanía harta de casos de corrupción del bipartidismo? el solo formularla ya me parece ingenuo, ojalá, pero no es la primera vez que el PSOE "vive", como dice el titular, de de hacer grandes anunios de medidas que pintan bien, pero que luego quedan en nada. Por cierto no es tan difícil, esa empresa de la que me habla se llama Acciona y está en todos los saraos, de unos y de otros.