Islamofobia
Feministas musulmanas contra la islamofobia de género

Activistas, profesoras, madres, empresarias y periodistas dinamitan los estereotipos de mujer sumisa que necesita ser rescatada. Sufren agresiones verbales y, a veces, físicas. Pero no tienen miedo.

Laure Quiroga y Nawal Kallouch
Laure Quiroga y Nawal Kallouch, durante la entrevista con El Salto. Álvaro Minguito
14 sep 2017 09:49

“Que quede bien claro: las mujeres musulmanas no estamos oprimidas”, sentencia con voz firme Nawal Kallouch, una joven que se declara feminista incluso desde antes de saber qué era el feminismo. A este grito de guerra se suman cientos de activistas, profesoras, madres, empresarias y periodistas que, como mujeres, musulmanas y feministas, dinamitan todos los estereotipos que tratan de definirlas. Su objetivo es luchar contra el único modelo de mujer musulmana que vende occidente: sumisa, inculta, oprimida y tapada con un burka o niqab, a la que hay que rescatar de su cultura violenta, machista y misógina.

Y, cuando se rechaza a los salvadores, el odio: “Si crees en los derechos de la mujer, ¿por qué eres musulmana?”, “te vistes como una terrorista”, “vuelve a tu país si quieres ponerte el burka”, “mora de mierda, mereces que te violen los de ISIS [Daesh]”.

Estos son solo algunos de los mensajes con los que lidian a diario nuestras entrevistadas. Agresiones verbales e incluso físicas con las que crece, cada vez más, el miedo en las calles y en redes sociales. Ya en 2015, el principal delito de odio registrado en España fue la islamofobia (rechazo o aversión hacia los musulmanes y el islam). Al año siguiente, según la Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia, llegaron a contabilizarse casi 600 incidentes violentos, un 106% más. Y aun así, el principal problema no son estas alarmantes cifras, sino “la violencia cotidiana que impide acceder a derechos como la educación, el trabajo o la vivienda”, denuncia su presidenta, Amparo Sánchez. Las agresiones físicas, advierten, solo son el punto límite en una escala de violencia que no deja de aumentar.

guerras de hombres

Lo que no se ve, aquello que apenas roza la superficie mediática, son los ataques que enfrenta de manera sistemática toda una comunidad. Las más afectadas, una vez más, son las mujeres. Se llama islamofobia de género y consiste en utilizar a la mujer musulmana como objeto sobre el que proyectar el odio hacia la religión. “El patriarcado y la islamofobia se alían para que las mujeres sean las más atacadas, las más insultadas y las más agredidas, especialmente aquellas que usan hiyab, ya que son la cara más visible del islam”, cuenta Helena Gutiérrez, profesora, activista y autora de la obra satírica Unos baklavas por amor, donde denuncia esta situación.

Así, el cuerpo de las mujeres se convierte, una vez más, en un campo de batalla para las guerras de los hombres. A un lado quienes imponen: la mujer musulmana debe taparse; al otro, quienes obligan: la mujer emancipada debe destaparse. Y, entre ambas opresiones, la mujer musulmana que lucha por que su voz —su propia voz— sea escuchada. Sin interferencias. Sin ruido. Un grito limpio frente al mismo discurso de siempre: la crítica al cuerpo de las mujeres. “Hay que dejar claro que taparse no es sinónimo de opresión y destaparse no es sinónimo de libertad; la cantidad de ropa que uso no define quién soy ni cómo soy”, explica Nawal.

“El patriarcado y la islamofobia se alían para que las mujeres sean las más atacadas, insultadas y agredidas, especialmente las que usan hiyab, al ser más visibles”

Hace un año, recuerda, la policía francesa obligó a desnudarse en nombre de la libertad a una mujer con ‘burkini’ en una playa de Niza. “¿Por qué no dejamos de legislar sobre el cuerpo de la mujer y comenzamos a preocuparnos, por ejemplo, por el negocio armamentístico?”, plantea Nawal con la indignación propia de quien ve cuestionadas todas sus decisiones cotidianas. “El día que decida llevar el pañuelo, ¿qué debo esperar? ¿Que me miren mal, que me insulten, que me escupan o que me pateen como le sucedió a aquella mujer embarazada en Barcelona?”. En la lucha por la libertad, el hiyab se ha convertido en blanco de prejuicios y agresiones; también, en un símbolo de resistencia y dignidad frente al odio. Así lo defiende la activista Wadia N-Duhni: “Llevar hiyab en España es antisistema y, aunque los ataques duelan, solo reafirman la lucha”.

Islamofobia

Los motivos por los que las mujeres musulmanas deciden utilizar hiyab son infinitos: religiosos, identitarios, políticos, culturales, sociales, estéticos, de rebeldía y activismo, relacionados con la intimidad y el pudor… “Hay tantas razones para llevar velo, o para no llevarlo, como mujeres en el mundo. Legislar sobre el cuerpo de la mujer significa considerar a las musulmanas como menores de edad o como incapaces de decidir por sí mismas’’, explica Maite Carbajo, que nunca ha utilizado velo y critica que este sea el principal tema de debate en torno al islam.

“A mí me han dicho: estamos en un país libre, quítate el pañuelo. Pero ¿qué pasa con mi libertad? ¿Acaso las mujeres musulmanas no tenemos derecho a elegir qué queremos llevar y qué no?”, denuncia Siham Ater, una profesora de francés que lleva la lucha por los derechos de las mujeres impresa en cada gesto. Y así es como construye su discurso en las charlas que imparte sobre mujeres e islam. Aparece en el escenario sin pañuelo, con su melena afro al aire y utilizando ropa occidental. En la segunda parte de la conferencia, cuando hay que profundizar más en el tema, se pone su hiyab. “Quiero que entiendan que mis conocimientos no cambian por llevar o no pañuelo: que sigo siendo la misma persona que razona, que trabaja y que lucha”. Solo entonces, cuando se atraviesan estas fronteras culturales, estalla la curiosidad: preguntas que nacen del interés por conocer al otro y no del miedo hacia lo que no se entiende.

Para cuando acaba el encuentro, los estereotipos que limitaban a la mujer musulmana quedan obsoletos y comienza una nueva batalla: plantear el islam y el feminismo islámico como una herramienta clave en la emancipación y liberación de la mujer musulmana. “Se trata de la reivindicación y recuperación de nuestros derechos como mujeres, legítimamente recogidos en el Corán y en la Sunna (enseñanzas y dichos del profeta Mahoma)”, explica Wadia, reconociendo que el problema es la cultura patriarcal y las interpretaciones machistas que se han hecho de los textos sagrados. Para recuperar estos valores originarios resulta imprescindible el trabajo de mujeres como Carmen del Río, que realizan exégesis (interpretaciones) feministas del Corán con el objetivo de demostrar que la religión, en sí, no es machista, pero que los hombres que la transmiten sí lo son.

La policía francesa obligó a desnudarse en nombre de la libertad a una mujer que llevaba ‘burkini’ en una playa de Niza hace un año

Solo así puede comprenderse hasta qué punto el mensaje coránico ha sido adulterado y colonizado por las estructuras patriarcales. “Hace 1.400 años que el islam nos otorgó a las mujeres derechos como la propiedad, la herencia, el divorcio, el aborto hasta los 40 días de gestación… Sin embargo, en el mismo desierto en el que las musulmanas dirigían caravanas de camellos, ahora se prohíbe conducir a la mujer. Es un insulto al islam en sí mismo”, añade Wadia.

esfuerzo

Para combatirlo, yihad de género. Un término que suena aterrador y que, sin embargo, solo significa esfuerzo. Ni más ni menos. Concretamente, el esfuerzo por acercarse a Alá en la vida cotidiana. Ayudar a un desconocido, madrugar para estudiar o compartir tu comida con quien lo necesite son acciones legítimas de la yihad. Defender la emancipación femenina, luchar por los derechos de las mujeres o denunciar la violencia machista son acciones indispensables para la yihad de género. Así actúan quienes piensan, como Wadia, que islam y justicia social siempre deben ir de la mano: “El islam no es una religión pasiva que entregue la otra mejilla, sino una religión combativa que insta a la acción. Luchar contra las opresiones, ya sean de género, dictatoriales, genocidas…, es un deber religioso”.

El patriarcado es la batalla pendiente de esta yihad. No es sencillo el desafío. Frente a ellas, embisten ejércitos de prejuicios, colonialidad y conservadurismo religioso. Cada una de sus decisiones se convierte en un grito de guerra; cada centímetro de piel reconquistada, en una victoria. Y, como defensa, sororidad (hermanamiento entre mujeres), respeto y diversidad. Que ya han ganado la partida se sabe en cuanto ves a Laure Quiroga y Nawal Kallouch juntas. La primera, hiyab, ojos maquillados, chaqueta de cuero y tacones; la segunda, melena rizada, rostro limpio, pantalones hippies y zapatillas deportivas. Bromeando ante la cámara mientras nos cuentan que lo más bonito que les ha traído el activismo es el darse cuenta de que no estaban solas. Y es que, como afirma Wadia N-Duhni recordando a todas las mujeres que sufren o han sufrido violencia machista, la lucha merece siempre la alegría. “Porque, aunque sea lento, el cambio es real y el futuro, nuestro”, concluye.

Archivado en: Feminismos Islamofobia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Las cruzadas del siglo XXI
La propaganda sionista enmarca el genocidio palestino en una lucha de “occidente contra la barbarie” y en Europa cobran fuerza quienes se levantan contra la “invasión del islam”. Un ejército de bulos islamófobos cabalgan sobre los algoritmos de X.
Análisis
Análisis La laicidad del Nuevo Frente Popular francés
Más allá de las cuestiones sociales y económicas, el debate público francés también gira alrededor de temáticas como la laicidad y el lugar de las religiones en el espacio público.
Islamofobia
Islamofobia El Estado alemán veta a Varoufakis por su discurso para el Congreso proPalestina
Tres personas fueron detenidas en el contexto de un Congreso en el que iban a participar políticos y activistas internacionales. La organización ha convocado una manifestación de repulsa por la prohibición.
#70363
20/9/2020 14:32

Mujeres muslmanas: nosotras no estamos oprimidas.
Yo: diablos hacen todo lo posible para no reconocer que lo están.

0
0
Susana
30/6/2018 1:17

La verdad casi me trago eso de la igualdad.creo que nunca supe de mujeres marchando por el derecho al aborto.o marchando por cualquier motivo feminista.chicas porque dejan circuncidar a sus hijas cortando su clitoris sus labios superiores e inferiores si son feministas.mutilando a sus hijas?

2
4
Juan José
23/3/2018 12:01

Si os dais una vuelta por París, Bruselas o Londres, es fácil ver la misma estampa: pareja musulmana, hombre y mujer. El hombre, vestido como un occidental, traje o bien vaqueros, o también, en gente de nivel socieconómico bajo, chándal o ropa deportiva. La mujer, con túnica que tapa todo su cuerpo excepto las manos, y pañuelo que tapa la cabeza, dejando al descubierto sólo la cara. ¿Eso es igualdad? Sería igualdad si el hombre fuera igualmente cubierto. Que no nos vengan milongas.

5
4
#10298
9/3/2018 13:40

A quien quieren engañar cuando el hiyab es totalmente machista . Ya que se lo ponen para no excitar a los hombres cuando ven sus cabellos . No es machista cree que los hombres no pueden mirar a las mujeres como personas y no como objeto sexual ?????? No es machista que para que una mujer se tenga que tapar para que los hombres reparen en su inteligencia y otros valores ? no es machismo
Creer que el cuerpo de las mujeres haya que cubrirlas porque es objeto de pecado ?

5
2
fedorov
15/9/2017 16:19

"Las mujeres musulmanas no estamos oprimidas"
Esta afirmación es falsa. Cualquiera que tenga contacto con mujeres musulmanas puede atestiguarlo. No dudo que existan mujeres musulmanas que no lo estén, pero por desgracia la mayoria viven bajo la opresión de sus parientes hombres y de una religión retrógrada.

11
5
Chiwy
14/9/2017 23:24

Agradecería que haya en la pagina un botón para compartir los artículos en la red social libre Diaspora.

Muy buena publicación, felicidades.

6
4
#24283
11/10/2018 9:13

Por cierto... ¿Alguno de estos señor@s que opinan acerca del Islam, han leído el Coran, o conocen la vida del profeta Muhammad (s.a.w.)? Si es que sí, tengo la sensación que no se han enterado de nada y necesitan de un buen maestro que les ayude a resolver sus dudas.
Proverbio arabe:
La ignorancia es tan atrevida que nos hace hablar sin saber, juzgar sin conocer y negar para poder justificar nuestra propia ignorancia.

3
1
#44109
4/12/2019 10:03

He leido el Corán, los hadices, historia de países musulmanes y premusulmanes, antropología, filosofía, arte, literatura, además de visitar y trabajar en países musulmanes. Lo que cuentan estas falsas feministas es falso, sólo quieren hacer militancia islámica para una corriente islámica en particular en la que las mujeres sólo sirven para proselitismo y no se les permite subir en la jerarquía. El profeta era un guerrero pero no para impartir justicia social sino para acaparar poder para si mismo y sus familiares (el poder quedaba siempre entre los parientes). Empezó como joven esposo de una mujer independiente y culta, y acabó con una niña, más maleable y sumisa. Esa es la evolución, o mejor dicho involución, del islam en tiempos del profeta. Tan feminista como puede ser la poligamia y la guerra santa y la distribución de los derrotados como botín de esclavos y esclavas sexuales. Daesh no estaba tan alejado de las prácticas del profeta. Por suerte ha habido corrientes musulmanas críticas del corán y abiertas a la evolución, como sucede en otras corrientes de pensamiento político/religioso. Os recomiendo como lectura "El Origen del Patriarcalismo", de G. Lerner, y leer a musulmanes críticos como el sudanés Taha (justamente ejecutado por atreverse a ser un librepensador).

0
1
Lidia
14/9/2017 19:54

“Que quede bien claro: las mujeres musulmanas no estamos oprimidas”. Y más tarde, "El patriarcado es la batalla pendiente de esta yihad. No es sencillo el desafío". ¿ Por qué el patriarcado es la batalla pendiente, si previamente han afirmado que no están oprimidas, es decir que no sufren el patriarcado ?

11
3
#85
15/9/2017 13:34

No estamos oprimidas por el Islam, como pretenden hacer creer quienes ni siquiera son musulmanes. Las mujeres (todas), y otros colectivos, estamos oprimides por el cisheteropatriarcado.

8
4
#111
16/9/2017 19:53

no, que el islam establezca que la mujer ha de ir tapada, ser sumisa al merido y no tener derechos como conducir o salir sola a la calle, no es opresión. Son risas y buen rollo. Luego resulta que las mujeres estamos más oprimidas en España? No me hagas reír

5
2
#114
16/9/2017 21:55

Cuñada...

1
1
Juan José
23/3/2018 12:01

Ahí le has dao.

2
2
Víctor
14/9/2017 13:48

"Si quieres ponerte el burka, vuelve a tu país". Lamento que estar de acuerdo con esta afirmación sea considerado una agresión. El burka es terrible, terrible, y me alegro de que esté prohibido.

9
8
Víctor
14/9/2017 13:32

"Si quieres ponerte el burka, vuelve a tu país". Lamento que estar de acuerdo con esta afirmación sea considerado una agresión. El burka es terrible, terrible, y me alegro de que esté prohibido.

12
12
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.