Albania
Albania: más de 30 años de democracia corrompida

El Partido Socialista de Edi Rama se mantiene en el poder gracias a un sistema de redes clientelistas y una desilusión que ha hecho que más de la mitad de la población se haya resignado.
Edi Rama
Edi Rama, primer ministro de Albania, en una reunión en Tirana. SVIATLANA TSIKHANOUSKAYA. (CC BY-NC)
Tirana, Albania.
23 may 2025 14:00

El domingo 11 de mayo se abrían los alrededor de 5.000 colegios electorales que recogerían los votos de las décimo primeras elecciones democráticas en Albania. Los pronósticos se cumplieron y el Partido Socialista de Albania (PS), con Edi Rama a la cabeza, revalidó su mandato y derrotó al Partido Demócrata (PD) de Sali Berisha. Otros cuatro años que se suman a los doce que ya lleva en el Gobierno.

Rama se hizo con la mayoría del parlamento, con un total de 82 diputados y el PD de Sali Berisha consiguió 53 diputados. La tercera fuerza más votada fue el Partido Socialdemócrata y el resto quedó repartido entre Lëvizja Shqipëria Bëhet, Partia Mundësia y Lëvizja Bashkë, quienes consiguieron un asiento cada uno en el Parlamento.

El peso del pasado reciente en Albania

Arnold Kapinova, arqueólogo de treinta años procedente del municipio de Berat, explica cómo “el pasado es lo que más importancia tiene para los albaneses a la hora de votar: el burócrata contemporáneo cuyo abuelo ha sido funcionario del Partido del Trabajo en los años 70 se asocia con el Partido Socialista; mientras que un obrero que se mudó para vivir en la periferia de Tirana en los 90, después de la caída de la dictadura, se identifica más con el Partido Democrático”.

El trauma del régimen de Hoxha y el letargo económico al que sumió al país dieron la victoria al Partido Democrático en los primeros años tras la muerte del dictador

Fatos Lubonja, por otro lado, vivió durante el régimen de Enver Hoxha. Es escritor y disidente albanés; y pasó 17 años en la prisión de Spaç tras ser acusado de “agitación y propaganda” y por la “creación de una organización contrarrevolucionaria”. Para él, el pasado reciente del país ha moldeado las concepciones de los dos partidos que siempre han dominado el espectro político; el trauma del régimen de Hoxha y el letargo económico al que sumió al país dieron la victoria al Partido Democrático en los primeros años tras la muerte del dictador. 

Se trataba de una agrupación de talante anti-comunista y neoliberal. Sin embargo, las estafas piramidales y el colapso del Estado en 1997 le darían la victoria al Partido Socialista. “Es entonces cuando empezamos esta rotación de dos partidos; uno de los cuales representaba, sobre todo, a los exprisioneros perseguidos, con un espíritu anticomunista, el Partido Democrático. El otro, el Partido Socialista, está más cerca de los ex-comunistas. Ninguno de los partidos era realmente de izquierda o de derecha en el sentido europeo”, asevera Lubonja.

El peso del legado histórico para explicar el funcionamiento del sistema político en Albania

Lubonja vivió un pasado que aún pesa en la psique de la población; Kapinova, a diferencia,  estudió este pasado y lo escuchó de boca de sus mayores. Albania estuvo sumida en el régimen comunista de corte estalinista de Enver Hoxha por más de cuarenta años, de 1944 a 1985. El dictador aisló al país del resto del mundo y lo sumió en un letargo económico. En este régimen, 5.577 hombres y 450 mujeres fueron ejecutados; 17.900 fueron encarcelados, según datos del Instituto de Albania para la Integración de Antiguos Prisioneros Políticos.

“No se trata sólo de conocer el pasado, sino de cómo lo conoces y cómo te enfrentas a él. Cómo aprendes de él. Tanto Rama como Berisha, en cierto modo, tienen la misma mentalidad que Enver Hoxha. Venimos de un régimen donde solo había un partido de Estado, y esta es la mentalidad que prevalece en Albania. Los partidos siguen gobernando como partidos de Estado”, explica Lubonja.

Tras la muerte del dictador, la población albanesa empezó a invertir sus ahorros y posesiones en empresas de préstamo privadas controladas, en su mayoría, por familias cercanas al antiguo aparato comunista

En materia económica, Hoxha, convirtió Albania en un Estado colectivista. Y es aquí donde se encuentra el origen de un sistema electoral fuertemente clientelista. Enver Hoxha murió en 1985; y en 1991 se celebraron las primeras elecciones democráticas, aunque aún bajo una fuerte influencia del Partido Comunista.

Estos primeros comicios los ganó el Partido del Trabajo, del que el Partido Socialista es heredero; sin embargo, en 1992 se tuvieron que celebrar otras elecciones debido al gran descontento social que acabó con la legitimidad del Gobierno. Fueron estas las primeras elecciones consideradas democráticas en Albania; y el PD se hizo con la victoria gracias a un programa liberal en el que prometía una conversión radical hacia el capitalismo.

La población albanesa empezó a invertir sus ahorros y posesiones en empresas de préstamo privadas como Xhaferri o Gjallica, controladas, en su mayoría, por familias cercanas al antiguo aparato comunista. Como explica el escritor albanés, “después de los 90, los que tenían más posibilidades de invertir y enriquecerse eran los ex comunistas, porque habían estado antes en el poder. Algunos se cambiaron de ‘bando’ y otros siguieron en lo que en el futuro sería el PS, pero casi todo el mundo se volvió, de alguna manera, anti-comunista. La gente reclamaba reformas y privatizaciones”. Y es en este contexto que el país quiebra en 1997.

“[Albania] es un modelo de Estado oligárquico, en el que un grupo pequeño de ‘empresarios’ ha acumulado más poder que los mismos partidos políticos”

El colapso de los esquemas piramidales que dejaron a miles de personas en quiebra  desembocó en una gran oleada de protestas callejeras que llevaron a enfrentamientos armados, lo que se conoce como la guerra civil albanesa, y que llevó, incluso a la intervención internacional. Esto quebró la confianza de los albaneses en el PD, lo que ha contribuido a (casi) mantener al PS en el poder, a excepción de los mandatos entre 2005 y 2009 y a sentar las bases del clientelismo en el país.

Arnold Kapinova, quien nació en plena transición democrática y cuyos primeros recuerdos aparecen en plena crisis, tiene claro que “[Albania] es un modelo de Estado oligárquico, en el que un grupo pequeño de ‘empresarios’ que se han empoderado a través de favores políticos, privatización de bienes públicos y vínculos con el crimen organizado ha acumulado más poder que los mismos partidos políticos”.

“Albania es una narco-oligarquía”

La privatización de los terrenos tras la transición de un régimen comunista extremo a uno que quería ser lo más capitalista posible de la noche a la mañana, sumado a una serie de estafas piramidales, dejó la mayor parte de las propiedades del país en manos de unos pocos, conectados a los dos partidos principales. “Esto creó una especie de equilibrio entre estos dos partidos, ambos de talante oligárquico”, analiza Fatos Lubonja. 

Estos centros de poder no solo controlaban los terrenos, sino que a partir del 97, empezaron a construir lo que Lubonja califica como gobiernos ‘al estilo Berlusconi’: “Estos oligarcas empezaron a crear sus propios medios de comunicación. Berlusconi gobernó gracias al control de la radio y la televisión, y así lo empezaron a hacer aquí. Fue otro estilo, un sistema triangular: medios de comunicación de poder, medios de comunicación políticos y medios financieros, todos vinculados entre sí”.

Albania es como uno de los estados más corruptos de Europa, según  Transparency International, y este es uno de los retos más importantes a los que se enfrenta el país

El informe de la OSCE sobre las elecciones del 11 de mayo ha denunciado que la independencia, diversidad e integridad de los contenidos informativos están socavadas por una financiación poco transparente, con una falta de información independiente. La organización percibe que la mayoría de los medios de comunicación están alineados con el partido gobernante.

Albania figura como uno de los países más corruptos de Europa en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. Según un informe de Transparency International, la corrupción política es uno de los retos más importantes a los que se enfrenta el país. Las áreas de especial preocupación incluyen la financiación de los partidos, la impunidad de facto de los funcionarios de alto nivel, la influencia indebida de los intereses empresariales privados en la toma de decisiones políticas y la aplicación perjudicial del Estado de Derecho por parte de un poder judicial ineficaz.

En 2023 se creó la SPAK (Estructura Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, en español), que ha sacado a la luz varios casos de gran repercusión, como el del ex fiscal general Adriatik Llalla; el del ex ministro del Interior, Saimir Tahiri; el del expresidente del Partido de la Libertad, Ilir Meta; o el de Erion Veliaj, entonces alcalde de Tirana y figura prominente del Partido Socialista. 

El país tiene el salario medio más bajo de la región, una deuda pública que supera el 52% del PIB, una tasa de desempleo del 9%. Una situación que ha hecho que casi la mitad de la población, viva fuera del país

Ahora bien, a pesar de que estas figuras están fuertemente ligadas con los principales partidos —incluso Sali Berisha tiene casos de corrupción a sus espaldas— estos siguen siendo los más votados. Fatos Lubonja lo explica: “Albania se ha convertido en una narco-oligarquía. Aquí, la mafia tiene su propio Estado, y el régimen fortalece su poder, controlando cada vez más la sociedad”; y sigue: “Cada vez más gente, por diferentes razones, se vincula con este régimen. Es un país pequeño, y muchas familias trabajan en la administración; por eso el régimen tiene cada vez más apoyos”.

Albania tiene el salario medio más bajo de la región —alrededor de 408 euros mensuales—, una deuda pública que supera el 52% del PIB y una tasa de desempleo que ronda el 9%; una situación que ha hecho que más de 1,2 millones de albaneses, casi la mitad de la población, viva fuera del país. “La gente elige entre dos caminos: el primero es escapar; el segundo es intentar sobrevivir colaborando con esta mafia, porque es quien está dando de comer”, se lamenta, “este sistema funciona como un equipo de fútbol: si tienes dinero, puedes comprar los mejores jugadores y ganar”.

Es en este contexto en el que un millón de albaneses y albanesas votaron el pasado 11 de mayo. Fue la primera vez que la diáspora también votaba, unas 200.000 personas. “Estas son las primeras elecciones desde 2013 en las que he votado. Voté a Lëvizja Bashkë porque propone un nuevo modelo de desarrollo y crítica a la oligarquía”, dice Arnold desde Berat. 

El domingo 11 de mayo votó un el 41% de la población, una cifra inferior a la de las pasadas elecciones, cuando hubo una participación del  46,29 %

Lëvizja Bashkë (Movimiento Juntos, en español) pertenece al frente de izquierda de los Balcanes. Apareció en la escena política albanesa en las elecciones municipales de 2023, cuando consiguió un escaño en la capital del país. “Lëvizja Bashkë está bien porque necesitamos un partido de izquierdas, ya que el resto de los partidos, incluso los nuevos, son de derechas”, explica Lubonja, pero añade: “Dicen que el problema es Berisha, por eso Rama gana, lo que significaría que tenemos una democracia, pero una mala oposición. No es así”.

El domingo 11 de mayo votó un el 41% de la población, una cifra inferior a la de las pasadas elecciones, cuando hubo una participación del  46,29 %. Arnold reconoce que “hay una desilusión en general con la política. En más de 30 años de transición, los albaneses y las albanesas han visto gobiernos de ambos partidos y todos han llevado a cabo las mismas políticas neoliberales y han apostado por la privatización masiva de empresas estatales con concesiones; lo que ha favorecido a personas cercanas al partido”. Lubonja admite que no ha votado porque no confía “en el proceso democrático de las elecciones”.

Kapinova y Lubonja han vivido demasiado tiempo en un país donde oligarcas lo controlan todo: uno ha sido testigo de la creación de este escenario; otro nació cuando se implementaron sus cimientos y ha crecido con ellos. Ninguno conoce una Albania sin corrupción.  Los dos pertenecen a esa minoría más militante, activa políticamente; y los dos comparten la desesperanza. “No hay propuestas serias para solucionar estos problemas porque tampoco se articulan como tales. Para los partidos del ‘establishment’ no existe la oligarquía; y los que sí articulan una crítica al sistema son una minoría”, lamenta el arqueólogo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Rumanía
Rumanía El europeísta Nicușor Dan gana las elecciones en Rumanía
Tras haber perdido en la primera ronda electoral contra el ultranacionalista George Simion, el proeuropeo Nicușor Dan gana las elecciones en Rumanía.
Genocidio
Genocidio La segunda consultora más importante del mundo es señalada por su papel en el despiece de Gaza
Boston Consulting Group está considerada una de las “big three” del sector. Ahora, una serie de informaciones señalan cómo ha estado detrás de la fundación antiUnrwa encargada de la distribución de ayuda y de los planes de expansión en la costa.
Unión Europea
Unión Europea La sociedad del miedo al declive
La angustia ante el futuro acompaña a las sociedades europeas desde hace tiempo y precede a la Unión Europea. Se manifiesta con mayor claridad en los períodos de declive económico y las turbulencias políticas y sociales que los acompañan.
Andalucía
Derechos Humanos Decenas de barrios en Sevilla, Granada y Almería viven otro verano récord en calor con cortes de luz diarios
Endesa mantiene a miles de vecinos de decenas de barrios populares en las ciudades de Granada, Sevilla y Almería sin electricidad, las instituciones siguen sin atajar una situación que en muchas zonas lleva más de una década enquistada
Opinión
Opinión Archivo de gestos: lo mínimo como resistencia
Archivar no es solo conservar, es también decidir qué queda fuera. Todo archivo es una forma de poder, pero también puede ser —cuando se invierte desde los márgenes— una forma de desobediencia.
Ocupación israelí
Israel Netanyahu viaja a Washington para reunirse con Trump y valorar una posible tregua en Gaza
Hamás ha dado el visto bueno al acuerdo; pero los israelíes quieren peinar algunos flecos pendientes. El grupo islamista pide garantías y la retirada de las FDI del enclave.
Opinión
Opinión Sindicatos estadounidenses en la larga lucha contra Amazon: ¿una luz al final del túnel?
Amazon es el paradigma de la política empresarial antisindical en Estados Unidos, pero su suerte puede cambiar en los próximos años. El movimiento sindical se juega su supervivencia en ello.

Últimas

Cine
Cine Rezad por los viajeros
‘Les voyageurs’, ópera prima del camerunés David Bingong, es un retrato de la vida de los inmigrantes que esperan para cruzar la frontera que separa Marruecos de España.
Fútbol
Fútbol El equipo de fútbol femenino decidido a construir un nuevo Sudán desde el exilio
Un equipo de fútbol de desplazadas sudanesas en El Cairo lucha por continuar con el sueño de jugar. En el exilio, continúan entrenando.
Extrema derecha
Extrema derecha Estados Unidos declara la guerra contra los pobres con la ley “grande y bella” de Trump
VV.AA.
La norma presupuestaria, que contempla más de un centenar de disposiciones, convierte a ICE en el cuerpo de seguridad del Estado más financiado y es un cheque en blanco para las grandes contaminantes.
Obituario
Obituario Jane Lazarre (1943-2025)
La escritora neoyorquina, autora de ‘El nudo materno’, falleció el pasado mes de junio. Su obra conectó enseguida con entorno feministas por ofrecer un relato de la experiencia materna más allá de las estrechas paredes del hogar
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Una “victoria moral” da alas a la Plataforma STOP Planta de Biogás en Colmenar y Tres Cantos
La aprobación en el último pleno de una moción para revertir la declaración de utilidad pública del proyecto infunde ánimos a la plataforma, que ya ha denunciado el procedimiento ante los tribunales.
Más noticias
La vida y ya
La vida y ya Calma
Pienso en la cotidianidad en una ciudad grande. En la ausencia de calma que cubre casi todos los espacios.
Notas a pie de página
Notas a pie de página ¡Parecían tan buenos!
La desaparición de niñas y niños de las calles tuvo lugar a la vez que se construía un relato idílico sobre la infancia. En ‘República luminosa’, Andrés Barba retrata su vuelta como grupo inquietante.

Recomendadas

Laboral
Laboral Reivindicar los derechos laborales en microempresas, el reto de los sindicatos
Nuevas estrategias hacen frente a realidades como las de los falsos autónomos o los puestos en remoto, mientras el PP quiere restringir aún más los comités de empresa.
En el margen
En el margen Aisetou Kajakeh: “Nosotras no estamos rompiendo techos de cristal, sino sorteando muros”
Esta socióloga española asegura que las asociaciones gambianas en España mantienen un vínculo directo con el lugar de origen, lo que hace que nunca pierdan la conexión con las raíces.