Tribuna
Emergencia climática: moda, hipocresía o problema real

Ha llegado el momento de cuestionarse el propio modelo de desarrollo de nuestras sociedades y de nuestra civilización.

tierra espacio
Imagen: NASA/JPL/UCSD/JSC

Economista y sociólogo. Es miembro de Iratzar Fundazioa

24 sep 2019 06:11

La preocupación sobre el cambio climático va en aumento. No es de extrañar. Estamos asistiendo a los veranos más cálidos de los últimos años, tormentas impresionantes, grandes inundaciones e incendios sin precedentes... Todo ello pone en evidencia la gravedad de lo que está sucediendo.

Precisamente, y con el objetivo de subrayar dicha gravedad, los expertos en la materia han venido reclamando la superación del término “cambio climático” por los de “crisis climática” o “emergencia climática” y, obviamente, exigen la toma de medidas acorde con dicho posicionamiento.

Por su parte, diferentes iniciativas sociales a nivel mundial han elevado el tema a uno de los primeros puestos de la opinión pública internacional. Con todo ello, los medios están dando a conocer, como nunca, un buen numero de artículos y entrevistas sobre la crisis climática y los problemas ecológicos a los que nos enfrentamos. Las declaraciones e iniciativas políticas o institucionales se multiplican. Es cierto que hay mucha hipocresía en torno al tema y que hay quien, con declaraciones institucionales llenas de retórica medioambiental, pretende esconder todas las políticas antiecológicas que llevan a cabo en el día a día. Pero en todo caso, el debate se ha abierto con fuerza y no es poco. Las reflexiones y propuestas de agentes políticos, sociales y económicos se multiplican y todo indica que, afortunadamente, el tema de debate ha venido para quedarse. 

Vivimos tiempos donde las distopías y un imaginado futuro catastrófico pretenden atrofiar nuestras mentes para imposibilitar una reflexión creativa y transformadora

El objetivo de este artículo no es entrar a valorar las diferentes propuestas que, para hacer frente a la emergencia climática, se están haciendo publicas. Nuestro propósito es mucho más modesto. Simplemente queremos reflexionar sobre la dirección de dichas propuestas y sobre la necesidad de una mirada crítica a la hora de abordar la crisis climática, tanto en sus orígenes como en sus consecuencias. Evidentemente, la mirada condiciona nuestro quehacer y, por supuesto, ese y no otro es nuestro último objetivo: ayudar a la tarea de la transformación económica, social y medioambiental de la sociedad actual.

En primer lugar, hay una idea que nos gustaría subrayar. Vivimos tiempos donde las distopías y un imaginado futuro catastrófico pretenden atrofiar nuestras mentes para imposibilitar una reflexión creativa y transformadora. Ante ello, queremos poner en valor la necesidad y la posibilidad de una auténtica transformación social y afirmamos que existen alternativas al actual estado de las cosas, en lo económico, en lo social y también en lo medioambiental. No somos ingenuos, nos consta la cantidad de intereses económicos existentes tras la crisis ecológica, pero hemos de afirmar que luchamos porque creemos que otro mundo mejor es posible. Repetimos, otro mundo es posible. Proyección optimista y compromiso social.

La razón de la crisis climática ha de ser comprendida como resultado de un sistema capitalista, colonial y patriarcal cuyo objetivo último es la acumulación permanente de capital

Uno de los retos más importantes que como civilización tenemos de cara a los próximos años es hacer hegemónico un marco perceptivo basado en un verdadero respeto por la naturaleza y por nuestra Amalurra (Pachamama). Lo que estamos viviendo no es el resultado de ningún ciclo natural. La crisis ecológica que padecemos es un fenómeno que responde claramente a los efectos de la actividad humana. Estamos poniendo en grave riesgo el futuro del planeta y de sus recursos naturales y con ello, la biodiversidad en general y el futuro de nuestra especie en particular. Y cuando hablamos de actividad humana queremos decir que, en la actualidad, ésta ha de ser analizada en el marco de un sistema capitalista y patriarcal devorador de recursos naturales y que arrasa el planeta en beneficio de unos pocos.

Para ello, la crisis climática ha de ser caracterizada como un problema social y global. No es un problema sectorial. La crisis ecológica no es fenómeno que afecta a un determinado aspecto de nuestras vidas. La emergencia ecológica no es una moda identitaria a la que podemos mirar de forma recelosa. La crisis ecológica es un problema social y global de primer grado, que afecta directamente a nuestra vidas y nuestros cuerpos. Es uno de los problemas sociales más importantes de los que padecemos en la actualidad y que se puede y debe comprender en el marco del resto de crisis provocadas por el sistema capitalista y patriarcal (la crisis alimentaria, de los cuidados, energética, migraciones y, cómo no, las crisis económicas que multiplican la pobreza, el paro y la precariedad).

Resulta imposible basar un crecimiento infinito en unos recursos finitos. Es incompatible. No hace falta ser economista para darse cuenta de que no dan las cuentas

La primera premisa del pensamiento crítico es acudir a la raíz de los problemas. En el caso de la crisis climática la razón de la misma ha de ser comprendida como resultado de un sistema capitalista, colonial y patriarcal cuyo objetivo último es la acumulación permanente de capital. Para ello, somos empujados a un consumo salvaje e infinito. La homogeneización económica, social y cultural a la somos sometidos tiene un único objetivo: acabar con culturas, costumbres, lenguas y características locales para convertir el planeta en un gran y único mercado. El “desarrollo” infinito del capitalismo global del siglo XXI necesita de la explotación y esquilme permanente y sine die de Amalurra y de todos sus recursos naturales. Obviamente, resulta imposible basar un crecimiento infinito en unos recursos finitos. Es incompatible. No hace falta ser economista para darse cuenta de que no dan las cuentas.

Ha llegado el momento de empezar a tejer un nuevo modelo económico, social y medioambiental. Y habiendo mencionado ya a los economistas, en primer lugar, hemos de reivindicar la necesidad de una nueva y más amplia mirada económica. El paradigma principal de la economía en la que son adoctrinados en las universidades miles y miles de jóvenes ofrece una mirada miope (incapaz de ver más allá) e hipermétrope (incapaz de enfocar lo cercano y lo real).

No se trata de crecer más o menos, se trata de empezar a repensar en qué debemos crecer y en qué decrecer

Es necesario entrelazar una nueva mirada basada en las economías críticas que posibilite la comprensión, por ejemplo, del papel que tienen los cuidados en la reproductividad de nuestras vidas. Es necesaria una mirada que integre la importancia vital de los recursos naturales en la sostenibilidad del sistema y, por ende, del planeta. Es necesaria una mirada que visibilice las dramáticas consecuencias sociales de la famosa mano invisible. Es necesaria, por tanto, una mirada económica que de forma crítica visualice todas las explotaciones y que con ello colabore en la superación de las mismas y en la (re)creación de un nuevo modelo económico y social que garantice, también, las sostenibilidad y la reproductividad de los recursos naturales.

Más allá, incluso, del propio sistema capitalista, ha llegado el momento de cuestionarse el propio modelo de desarrollo de nuestras sociedades y de nuestra civilización. No se trata de crecer más o menos, se trata de empezar a repensar en qué debemos crecer y en qué decrecer. Necesitamos nuevos imaginarios sociales. Uno de los mayores logros del sistema capitalista y su versión neoliberal actual ha sido hacernos tragar hasta las entrañas el imaginario consumista.

Ese nuevo modelo no va a emerger de la nada, ni se va a poner en marcha de forma automática a partir de un día “D”. La transición ecológica es urgente y necesaria y va a tener que partir, irremediablemente, desde la realidad actual

Por ello, hemos de luchar para hacer hegemónica la idea del buen (con)vivir o de vida buena para todas y, claro está, ello nos lleva a replantearnos y reinventar la idea de lo que es una vida buena o el buen vivir. En definitiva, necesitamos de una nueva mirada crítica con la que observar la realidad y plantearnos su transformación. No se trata de maquillar la realidad actual, se trata de dibujar enteramente una nueva sociedad, en lo económico, en los social y en lo medioambiental.

En todo caso, ese nuevo modelo no va a emerger de la nada, ni se va a poner en marcha de forma automática a partir de un día “D”. La transición ecológica es urgente y necesaria y va a tener que partir, irremediablemente, desde la realidad actual. La brújula hacia un nuevo modelo nos marca el rumbo, pero nuestras coordenadas actuales nos obligan a empezar a dar pasos, aquí y ahora, en esa nueva dirección.

Ha llegado el momento de pensar, debatir, acordar y, sobre todo, poner en marcha la mencionada transición socioecológica. En materia energética, de transportes, de alimentación, cuidados, tecnología, en los sectores denominados productivos, en la educación, políticas de residuos, urbanismo o políticas públicas en general o en materia de relaciones comerciales.. .en todas ellas y en otros campos que seguro se nos escapan, se pueden tomar (se están tomando ya en alguno casos) medidas concretas, reales y muy prácticas para avanzar mediante una transición socioecológica real hacia un nuevo modelo socioeconómico, respetuoso y garante de la sostenibilidad de la vida y de los recursos naturales. La clave está en la necesidad de relacionar y tejer todas esas propuestas e iniciativas en una nueva dirección que empiece a dar cuerpo y lógica a la construcción de dicho modelo.

Hemos de reivindicar y las posibilidades del modelo de desarrollo local para levantar un nuevo modelo, precisamente, de abajo a arriba que garantice la participación popular y de los agentes implicados

Tres son en nuestra opinión las referencias sobre las que podemos orientar la necesaria transición ecológica. En primer lugar, y cuando en nombre de la globalización se nos impone un modelo de arriba a abajo que nos dicta qué y cómo producir y consumir, nosotros hemos de reivindicar y las posibilidades del modelo de desarrollo local para levantar un nuevo modelo, precisamente, de abajo a arriba que garantice la participación popular y de los agentes implicados.

Desde los pueblos, hacia las comarcas y desde éstas hacia Euskal Herria, para aportar desde nuestro pueblo lo que esté en nuestra manos a la necesaria transición ecológica mundial. Las dinámicas de soberanía alimentaria, de soberanía energética, de cero residuos, de gestión de los comunes o de nuevos modelos industriales pueden ser una referencia para potenciar y diversificar los mencionados procesos de desarrollo local.

Garantizar y luchar por la titularidad pública de los recursos naturales y exigir la necesaria intervención pública en dicha transición ecológica se convierte en una necesidad imperiosa

En segundo lugar, y en el marco de un mundo donde cada vez más gobiernan las transnacionales, hemos de subrayar y luchar por la defensa de los comunes y de los bienes, servicios y políticas públicas. Garantizar y luchar por la titularidad pública de los recursos naturales y exigir la necesaria intervención pública en dicha transición ecológica se convierte en una necesidad imperiosa para frenar las ansias devoradoras de recursos naturales que tienen las grandes transnacionales y tomar las medidas necesarias para una transición ecológica, real y efectiva.

Y finalmente, para frenar el actual proceso de destrucción masiva de nuestra Amalurra y tomar las medidas y políticas necesarias para la implementación de dicha transición ecológica necesitamos, irremediablemente, soberanía política. La necesidad de soberanía no es solo una reivindicación que hacemos desde un punto de vista identitario, cultural o lingüístico, es un elemento imprescindible para garantizar la toma de decisiones en materia social, económica y, también, en materia medioambiental. Solo el respeto a la soberanía de los pueblos puede garantizar la consecución de una ciudadanía soberana, empoderada y comprometida con un planeta y un mundo mejor.

Una brújula y un mapa, es lo único que tenemos para superar una crisis climática que amenaza nuestro futuro

El movimiento y la lucha ecologista tiene afortunadamente una larga historia en nuestro pueblo: Lemoiz, Las Bardenas, la autovía, el TAV, las dinámicas contra el fracking o la incineradora, el movimiento Bizi... Además de todas esas dinámicas y luchas de respuestas, afortunadamente se están multiplicando y consolidando dinámicas y alternativas reales en muchos de los campos que ya hemos mencionado. La tradición de auzolan —trabajo comunitario— y cooperativa de nuestro pueblo también tiene mucho que ofrecer y aportar ante este nuevo reto.

Reflexionar sobre un nuevo modelo que haga de brújula permanente, mientras damos pasos, aquí y ahora, en el marco de una transición social y ecológica que se presenta urgente e irremediablemente necesaria. Pensar y actuar, y saber que los propios pasos nos darán más pistas para repensar y reactuar. Una brújula y un mapa, es lo único que tenemos para superar una crisis climática que amenaza nuestro futuro. No es mucho, pero si sumamos voluntades en la consecución de un nuevo sentido común en favor de los bienes comunes y una vida buena en común, quizás sea suficiente.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Discurso y poder del extractivismo o cómo se legitima el saqueo en nombre del “desarrollo”
Los discursos institucionales, mediáticos o corporativos configuran las formas en las que se perciben los megaproyectos. Estos se presentan como proyectos de nación o como una oportunidad para el desarrollo, el empleo y la transición verde.
Tribuna
Regadíos Regar con un agua que no tenemos ni tendremos
Se encona la lucha por el control de un agua de la que somos deficitarios, exponiendo amplios territorios a la desertificación y el abandono.
Tribuna
Tribuna El juicio del siglo contra Greenpeace y el derecho a la protesta
El juicio contra Energy Transfer arranca hoy, 2 de julio, en los Países Bajos, donde Greenpeace busca justicia invocando por primera vez la nueva Directiva anti-SLAPP de la UE.
Daniel L.
4/11/2019 14:47

hay manipulación climática al menos desde los años 70 (con pruebas de ello en el BOE) y ahora además de todos los desastres climáticos provocados quieren hacer negocio con la emergencia climática.

0
0
#39901
25/9/2019 17:33

Y todo esto esto señor ideologo de la IAO pensais hacerlo desde las intituciones capitalistas, no?
Pues nada, buena suerte.

2
0
#39888
25/9/2019 16:33

Emergencia climática hay, pero la chica sueca es un camelo

1
0
minúscula
24/9/2019 11:55

Un texto muy acertado y que pone el foco en la dualidad sobre temas cruciales que conviven en esta fase de Capitalimo Neoliberal tardío que podríamos encuadrar en ese acertado término de la #Necropolítica (Crecimiento/Límites, Distribución/Desigualdades, Soberanía/Liberalismo, etc...)
El dogma/fetiche del PIB y el crecimiento ilimitado (cualquier crecimiento, tóxico o no) para distribuir, no funciona, ha colapsado, es insostenible y a estas alturas genera muchos más problemas reales que icas hipotétsoluciones (si alguna vez las hubo).
Nota: Las apuestas generan PIB, la prostitución genera PIB, las armas generan PIB, la petro-economía genera PIB, el turismo genera PIB, las drogas 'legales e ilegales' generan PIB, etc, etc, etc... pero todo es absolutamente mercantilizable, ¿y los problemas?, ¿acaso no hay límites?... Es el sitema y sólo caerá mediante un gran 'shock', si la especie sobrevive.

3
0
#39786
24/9/2019 9:56

https://www.extinctionrebellion.es/portal/

0
0
Laboral
Laboral Jornadas de 50 horas semanales haciendo tareas de categoría superior: así se trabaja en hostelería
Es uno de los sectores con más sanciones e intervenciones de la Inspección de Trabajo, con más de 12000 trabajadores extranjeros aflorados en las intervenciones y que cuenta con el 21% de las sanciones emitidas por este organismo.
Genocidio
Genocidio Israel asesina a diez niños que esperaban suplementos nutricionales en un hospital
La Unión Europea sigue evitando la imposición de sanciones al régimen de Tel Aviv. Estados Unidos anuncia sanciones contra la relatora de la ONU que ha denunciado el lucro de las empresas colaboradoras de Israel.
Fronteras
Fronteras europeas Un año más, la Caravana Abriendo Fronteras denuncia las políticas antimigratorias de Europa
Desde Baiona y Girona saldrán los grupos que recorrerán puntos críticos de fronteras europeas como Irún, Calais, Dunkerque y Toulouse donde se encontrarán con otros colectivos para movilizar la solidaridad con las personas migrantes.
Opinión
Opinión Libertad para las Seis de la Suiza
Cuando el sindicalismo entra en prisión, lo que está encerrado es mucho más que una protesta. Es el eco de todas las veces que dijimos “basta”.
Migración
Migraciones Entre la incertidumbre y la esperanza
El aumento de las muertes en el último año está relacionado con las condiciones cada vez más peligrosas con que se encuentran las personas para llegar a Reino Unido.
Opinión
Opinión Del malismo al imbecilismo
Los patanes en traje con poder que infestan nuestro ecosistema como moscas plastas, son el reflejo de un régimen que busca la imbecilidad masiva.
Derechos Humanos
Flotilla de la Libertad Yanis Mhamdi: “Israel es el Estado que mata más periodistas en todo el mundo”
Este periodista de Blast fue uno de los integrantes de la Flotilla de la Libertad. En esta entrevista cuenta cómo transcurrieron las horas en las que este grupo de defensores de derechos humanos estuvieron bajo detención ilegal en Israel.

Últimas

Salud laboral
Salud laboral Ser migrante y cosechar a más de 40 grados: el impacto del calor en un invernadero de Almería
La mitad de los trabajadores de la agricultura encuestados en Almería, Huelva y Lleida admitió haber experimentado al menos tres síntomas relacionados con enfermedades por calor durante las temporadas de verano.
Tribuna
Tribuna Discurso y poder del extractivismo o cómo se legitima el saqueo en nombre del “desarrollo”
Los discursos institucionales, mediáticos o corporativos configuran las formas en las que se perciben los megaproyectos. Estos se presentan como proyectos de nación o como una oportunidad para el desarrollo, el empleo y la transición verde.
Kenia
Kenia 31 muertos por violencia policial en Kenia en las últimas manifestaciones contra la nueva Ley de Finanzas
La sociedad civil keniana retoma las protestas tras tumbar un proyecto similar hace un año. El país se enfrenta a una crisis fiscal causada por el aumento de pagos de la deuda externa.
Falsos autónomos
Falsos autónomos El juez del caso Glovo carga contra el Estatuto de los Trabajadores y la libre competencia
El texto en el que el magistrado libra a la empresa de reparto de la demanda que le interpuso Just Eat es un ataque a las sentencias del Tribunal Supremo y a la Ley Rider, pero también a la seguridad jurídica que la derecha dice defender.
Más noticias
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sánchez sale del Congreso escaldado pero vivo tras su comparecencia por el Caso Koldo
El Gobierno anuncia un nuevo Plan Estatal contra la corrupción. Sánchez recuerda en sede parlamentaria las corruptelas pasadas de las administraciones de Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy.
Dependencia
Dependencia Denuncian “olvidos” y errores en los datos de Dependencia
Desde la asociación de directoras y gerentes de Servicios Sociales apuntan a que no se tratan de “listas de espera” si no de “listas de incumplimiento de la Ley”.

Recomendadas

Genocidio
Genocidio La segunda consultora más importante del mundo es señalada por su papel en el despiece de Gaza
Boston Consulting Group está considerada una de las “big three” del sector. Ahora, una serie de informaciones señalan cómo ha estado detrás de la fundación antiUnrwa encargada de la distribución de ayuda y de los planes de expansión en la costa.
Unión Europea
Unión Europea La sociedad del miedo al declive
La angustia ante el futuro acompaña a las sociedades europeas desde hace tiempo y precede a la Unión Europea. Se manifiesta con mayor claridad en los períodos de declive económico y las turbulencias políticas y sociales que los acompañan.