Opinión
Las redes sociales y las masas de sonámbulos

Una guerra, la de las redes sociales, no se acaba porque uno abandone la batalla.

Antropólogo y profesor universitario

@antroperplejo


5 jun 2021 06:00

Hace unas semanas, cuando Ada Colau anunció que dejaba Twitter, nos sumergimos en un debate que, quizás, hayamos cerrado de manera falsa y apresurada. Cabe recordar que la alcaldesa de Barcelona esgrimía, en su carta de despedida, tres  motivos principales para motivar tal decisión: la falta de debates reales, de un intercambio de opiniones razonadas y ordenadas, y su sustitución por mensajes que intoxican e incitan al odio; lo que ella misma presentó como “la tiranía de la presencia permanente”. Es decir, la necesidad de entrar en toda aquella noticia, discusión o disputa a la que seas llamado, y la creación de una cierta atmósfera artificial en dicha red. Una forma de relacionarse, de ser, que ha saltado, inadvertidamente, desde Twitter a la vida real y que ha acabado por influenciarlo todo.

Tras ella, muchas otras personalidades anunciaron también su marcha, ya sea por solidaridad o por compartir sinceramente su punto de vista sobre el funcionamiento de la red. Para mí, todas estas razones se resumen en una, también esbozada, aunque de forma condicional, por la propia alcaldesa: “Que la red y el algoritmo acaban  ocupando mucho tiempo. Y encima la sensación es que deforman la realidad: sobrerepresenta las polémicas y el discurso del odio, te acaba casi convenciendo de que la humanidad es mala, desconfiada, egoísta”. Mi hipótesis es que es precisamente esta la función principal que está desempeñando, hoy día, Twitter, pero no como una sensación, como un casi convencimiento, sino de forma real y, sobre todo, consciente. Sin embargo, no creo que la decisión más adecuada al respecto sea dejarla, marcharse, sino entender cómo funciona, cómo se generan estas polémicas y discursos para poder gestionar el tiempo que se le dedica y enfrentarlos mejor. Una guerra no se acaba porque uno abandone la batalla. 

Las conciencias colectivas pueden ser generadas ofreciendo resistencias, debatiendo, creando nuevos relatos y recuperando antiguos, no solo en las redes sociales, sino en el escenario por excelencia del combate social, la calle

Cómo se conforman y difunden opiniones

Las primeras aproximaciones desde las ciencias sociales a los modos en que se conforman y difunden las opiniones son casi tan antiguas como el origen mismo de la sociología. Habría que situarse en la vieja polémica masa/multitud vs. público que enfrentó a dos de los padres fundadores de esta ciencia: Emile Durkheim y Gabriel Tarde. Para el primero, la mera agrupación de diversos individuos elevaba sus conciencias individuales y las transformaba en algo más, en algo diferente, una razón colectiva que obedecía a sus propias leyes; un ser orgánico y social que actuaba con una mente propia y diferenciada. Tarde, sin embargo, se ponía a tales apreciaciones. Para él, una masa, una multitud, no perdía nunca la conciencia individual, la mente, de sus diferentes átomos conformantes. No existía una conciencia externa a la misma, ni leyes que hacían que ésta tuviera un determinado comportamiento. La efervescencia social de Durkheim venía explicada por Tarde por aquello que él denominó las Leyes de la Imitación, esto es, microprocesos, acciones reversibles, relaciones asimétricas que pueden ser directas o indirectas, voluntarias o involuntarias, conscientes o inconscientes y que se transmiten entre los individuos. Es su repetición lo que le da un carácter estable y, a su vez, genera procesos de socialización. No obstante, esta repetición no deviene en conciencia colectiva, sino que, al contrario, reafirma y crea la individualidad. Para Tarde, esta imitación/repetición genera una especie de “sonambulismo”, en palabras del propio sociólogo, lo que quiere decir una pérdida de la identidad individual, de la racionalidad. En este sentido, la propuesta de Tarde entronca con La psicología de las masas de Gustave Le Bon, conjuntos humanos a los que únicamente era posible calificar mediante adjetivos negativos y estigmatizadores, muchas veces relacionados con el género femenino –para Le Bon, las masas eran como las mujeres histéricas—. 

Dicho todo esto, se puede entender que las propuestas de un liberal-conservador como Gabriel Tarde se centraban, precisamente, en evitar la generación de masas, de multitudes a las que él veía como un estadio evolutivo inferior al del público. Este, para el sociólogo francés, era una multitud dispersa, esto es, un conjunto de personas sin coincidencia en el espacio y en el tiempo, en la que la mutua influencia, esto es, las leyes de la imitación, actuaba a distancia. Esta separación, que no era más, como bien señala el sociólogo Artemio Baigorri, que un ejemplo del gran medio burgués a las masas, permitía a las mentes más preclaras y cultivadas imponerse sobre un conjunto de individuos conformado por “gentes honestas”, de nuevo en palabras de Tarde, que leían periódicos y libros escritos, precisamente, por y para la minoría intelectual de la época. La posibilidad de controlar el mensaje evitaba, además, el paso de este público a masa, es decir, del control al descontrol de grupo sociales completos. Sin embargo, los periódicos, así como el resto de publicaciones, solo eran una vía más, y de hecho pequeña, en la que se podían difundir las ideas, introducir el control. La mayor parte de las mismas se expandían conforme otro de los elementos que estudió Tarde: la conversación.

Para Gabriel Tarde, la conversación era un síntoma de civilización. Este padre de la sociología notó, además, que ésta se volvía cada vez más rápida, más apresurada, en una observación en línea con la propuesta de Marx sobre la aceleración de la velocidad de circulación del capital como elemento distintivo del capitalismo moderno. Esta velocidad conllevaba, por otro lado, que se fueran dejando de lado los debates serenos y conscientes y se diera una mayor importancia al mero intercambio de información; un intercambio que, además, podía analizarse según las leyes de la imitación. Las ideas de las conversaciones se daban —y debían darse— por la imitación del inferior sobre el superior, es decir, por la clases sociales bajas —obreros y campesinos— sobre las superiores, la élite intelectual y burguesa de la época. Las propuestas de Tarde no pueden separarse de su visión conservadora y liberal, sus propuestas conducen todas a evitar, de distintas formas y mediante diferentes instrumentos, a la conformación de masas, a un conjunto de seres sonámbulos e histéricos mediante la mediación en la transmisión de la información, la generación de los debates, de arriba abajo, desde una clase social a otra. Todo esto ha desaparecido en la era de las redes sociales.

Las teorías de Tarde no se han cumplido, no porque la burguesía haya perdido el poder, sino porque ésta ha cedido el asiento del piloto a una masa enfebrecida de individuos que solo buscan enriquecerse en el mejor de los casos

La extinción de los mediadores

Si algo nos ha traído la popularización y la democratización del acceso a internet ha sido la desaparición, la extinción podríamos decir, de los mediadores. Todos y cada uno de nosotros tenemos acceso a la gran conversación que es Twitter, Facebook, Youtube o Reddit, pero también a la blogosfera y al sin fin de publicaciones de uno y otro tipo y temática que permite internet. Esta conversación global que, como decía Tarde, “solo podrá tener lugar entre iguales” ha devenido, como no podía ser de otra manera, en una selva donde impera la ley del más fuerte. La sustitución de unos mediadores por otros –digamos, de El País o el ABC a tuiteros reconocidos o blogueros famosos, como Javier Negre o Antonio Maestre, y medios de comunicación financiados y apoyados por la extrema derecha, como La Gaceta de la Iberosfera, pero también la aparición de supuestos emprendedores, oportunistas y spin doctors de nueva creación, ha roto con los esquemas tardianos de la creación de un público racional y superior capaz de elevar la moral de las clases bajas y, a la vez, formarlas.

Ahora es mucho más importante conocer oportunamente el algoritmo que posibilita la expansión, la viralidad, de los mensajes, que la idea misma a transmitir. Solo así es posible transformar ese público en una masa informe que actúa, como señalaba Ada Colau, en función del carácter del líder de opinión, intoxicando, insultando o, simplemente, contribuyendo a expandir mentiras, bulos e ultrajes. En Antisocial, La extrema derecha y la libertad de expresión en internet, su autor, Andrew Marantz, lo explica muy bien cuando señala que “Twitter no se concibió como un patrón fiable […] la plataforma no reflejaba objetivamente los pensamientos y opiniones de todos […]. Lo que Twitter en realidad reflejaba era la interacción: qué memes generaban, en un momento dado, las emociones más activadoras. Esto significaba que la plataforma sobrerrepresentaba la controversia […], que los troles y otros macrofocalizadores podían generar de manera intencionada pseudoescándalos casi siempre que quisieran […], la amplitud nunca se distribuía de manera equitativa”. 

Las teorías de Tarde no se han cumplido, no porque la burguesía haya perdido el poder, sino porque ésta ha cedido el asiento del piloto a una masa enfebrecida de individuos que solo buscan enriquecerse, en el mejor de los casos, pero que, en otros, actúan sin conciencia, ideología perfilada o, simplemente, por pura motivación xenófoba o antisocial. Sin embargo, y como decía al principio de este texto, la solución no es dejar en sus manos la creación de masas de sonámbulos, sino pelear porque éstas no se creen y caigan en manos de una extrema derecha que, como decía Alfred, el mayordomo de Bruce Wayne, “a veces solo quieren ver el mundo arder”. Tarde no tenía razón en que las masas no conforman conciencias colectivas superiores. Éstas pueden ser generadas ofreciendo resistencias, debatiendo, creando nuevos relatos y recuperando antiguos, no solo en las redes sociales, sino en el escenario por excelencia del combate social, la calle, un escenario que estos pilotos no conocen y no pueden controlar. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.
#91845
7/6/2021 11:11

Muchas gracias por la información. Muy interesante

1
1
#91766
5/6/2021 23:11

No siempre una victoria se gana quedándose en el campo de batalla.

Hay veces que hay que abandonar.

Este artículo lo explica muy bien pero explica que hay que quedarse en el campo de batalla.

Pongamos un ejemplo: cuando te enfrentas a un rival "canibal", ya sabes que se va a "devorar" a si mismo. Entonces, ¿por qué combatir?

Pongamos otro ejemplo: cuando te enfrentas a un rival mucho más fuerte que tú, ¿por qué esperarle en campo abierto?; mejor un terreno que te favorezca, ¿no?

Y, por último, otro ejemplo: cuando te enfrentas a un enemigo mucho más capaz y con mucha más razón que tú, ¿por qué combatirlo? ¡Si lleva razón! ¿No será mejor preguntarle cómo ha llegado a esa razón y porqué ha decidido poner un aviso en un periódico transversal de que no quiere combatir; que prefiere La Paz?

Yo lo digo: ojalá no existiesen las guerras, aunque sean en las redes sociales.

(Ya veréis como se pone esto).

1
4
Laboral
Laboral El nuevo convenio en Correos encalla y la CGT llama a la huelga: “Quieren completar la amazonización”
La mesa negociadora del acuerdo marco previo al convenio apenas se reúne desde el 15 de marzo, cuando se amplió el límite para llegar a un acuerdo. El 30 de junio es la nueva fecha para lograr un consenso entre patronal y sindicatos.
Galicia
Galicia La Xunta repartió tres millones a O Son do Camiño tras ser adquirido por el fondo proisraelí KKR
El Gobierno de Alfonso Rueda ejecutó un contrato publicitario para la edición de 2025 del festival en el que se benefician Esmerarte y Old Navy, una de las ramificaciones del fondo de inversión en Galicia.
Crímenes del franquismo
Catalunya Blanca Serra, primera víctima de torturas franquistas en declarar delante de un juez
La histórica activista catalanista ha prestado declaración en la causa que investiga las torturas franquistas y durante la transición en la barcelonesa comisaría de Vía Laietana.
Opinión
Opinión Ahora es en serio
Luís Montenegro ha sido premiado por las urnas en Portugal a pesar de su retórica vacía sobre la estabilidad política.
Laboral
Laboral Victoria sindical en Mediapro: ningún trabajador perderá su puesto de empleo
Los sindicatos CNT, CGT, CCOO y UGT han llegado a un acuerdo con el grupo audiovisual, poco antes de iniciarse la huelga en protesta por las condiciones que quería aplicar la empresa a la plantilla.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Airbnb
Airbnb Consumo exige el bloqueo de 65.000 anuncios de pisos ilegales en Airbnb
El Ministerio que dirige Pablo Bustinduy toma la decisión después de que la empresa haya ignorado el envío de tres resoluciones ordenando la retirada de los anuncios.
Portugal
Elecciones legislativas Portugal mantiene su rumbo hacia la derecha y Luís Montenegro revalida su victoria en las urnas
La extrema derecha de Chega supera su techo histórico. El Partido Socialista será segunda fuerza más votada con poca ventaja sobre los de André Ventura. Noche horrible para la izquierda parlamentaria lusa.
Opinión
Opinión ¿Y si el cómic salvara nuestra atención?
La lectura del cómic es una herramienta radical para aprender el lenguaje en el que nos movemos a diario: el lenguaje de la imagen. ‘Alimentar a los fantasmas’, de Tessa Hulls, es un ejemplo de ello.
Islas Canarias
Manifestación “Canarias tiene un límite” une a miles de personas contra el modelo de sol y ladrillo
Más de cien mil personas, según la organización, han recorrido las calles de las ocho islas canarias para denunciar el modelo depredador de suelo y territorio que fomenta el turismo como monocultivo del archipiélago.
Más noticias
Altri
Economía Social Por qué Galicia no necesita Altri, o cómo la economía local y solidaria actúa de escudo
Galicia es el ejemplo más visible de lo que ocurre cuando la megaindustria se topa con un tejido productivo y social fuerte: un escudo. Las zonas despobladas corren peor suerte ante la amenaza de eólicos, solares o macrogranjas.
València
València El peaje de Vox para apoyar las cuentas de Mazón
La ultraderecha aprovecha la debilidad política del president para imponer más recortes en áreas como memoria democrática, emergencia climática, lengua propia o migración, entre otras.

Recomendadas

Historia
Ocio y política Puy du Fou: la historia al servicio del relato reaccionario
Mientras en España el parque se posiciona dentro de la batalla cultural de la nueva derecha, en Reino Unido la propuesta de apertura de uno nuevo abre el debate sobre los vínculos del grupo Puy du Fou con Putin y la derecha europea.
Galicia
Pensamiento La incómoda libertad de pensamiento de Castelao
Este año se cumple el 75º aniversario del fallecimiento del artista e intelectual Alfonso Daniel Rodríguez Castelao. El profesor Xoan Carlos Garrido ha investigado sobre la obra de esta figura clave de la historia de Galicia.
Abusos a la infancia
Pau Lluc “La casa no es un lugar seguro para muchos niños y niñas”
Pau Lluc (Alboraia, 1974) sufrió violencia sexual cuando era pequeña por parte de su padre. Asegura que necesitamos relatos para que la sociedad tome conciencia de que ella no es la excepción.