Opinión
¿Para quién genera riqueza la industria militar y a costa de qué?

En el contexto europeo de impulso político económico de la producción para el desperdicio y la guerra hay que enmarcar la abyecta apuesta del Gobierno Vasco por este negocio.
KEM-MOC
Antimilitaristas del KEM-MOC intentan derribar el cuartel militar de Irala en Bilbao Ander Balanzategi

En nombre del colectivo Gasteizkoak.

23 may 2025 05:02

En nuestro libro sobre la conversión, ya explicamos (con documentación demostrativa) cómo, tras observar que el gasto militar europeo llevaba una curva de decrecimiento desde finales de los 80 del siglo pasado, a principios del actual XXI los mercaderes de la muerte europeos decidieron organizarse, e imitando el modelo estadounidense se estructuraron en forma de lobby, naciendo así en 2004 ASD (Aerospace, Security and Defence Industries). A partir de ahí su estrategia se centrará, también a imitación de la estadounidense, en procurar la infiltración en los órganos de decisión de la Unión Europea.

Esa estrategia consigue sus objetivos en una década, lo que se traducirá en un giro copernicano de la política de la Unión Europea ante el gasto militar: pasará de estar excluido de los presupuestos de la UE, a ir contando poco a poco con cada vez mayor número de partidas presupuestarias parciales (la mayoría ligada a la subvención a la industria militar), hasta culminar en la actualidad con un Comisario de Defensa de la UE, una partida presupuestaria propia y la reciente propuesta del Programa de ReArme por el que se pretende incrementar el gasto militar europeo en 800.000 millones de euros.

También comentábamos que esa dinámica iba a provocar un conflicto entre lobbies, pues el fortalecimiento de la industria militar europea, y las medidas proteccionistas aprobadas por la UE en su apoyo (por ejemplo, los programas que financie la UE deben tener un importante tanto por ciento de producción propia), iba a suponer recortar beneficios a los financiadores de la campaña de Trump, sus amigos del lobby militar estadounidense.

Industria armamentística
Industria militar a debate (II) Los tambores de guerra que pretenden cegarnos
¿Y si ese ruido estruendoso lo que estuviera pretendiendo fuera precisamente no dejarnos pensar con claridad y que el miedo nos ofusque el análisis?

Hay quienes vieron venir la jugada, y en los últimos años comenzaron a tomar parte en las principales empresas de producción militar europea: los grandes fondos de inversiones estadounidenses. Así, pase lo que pase en esa competencia entre lobbies, ellos saldrán ganando. Un solo dato que habla por sí mismo: Blackrock es el principal inversor en el sector a nivel mundial, donde cuenta ya con 542 empresas participadas.

En ese contexto de la creación de lobbies y de impulso político económico de la producción para el desperdicio y la guerra (la industria militar) es donde hay que enmarcar los llamamientos de Zedarriak (el lobby vasco del sector) y la abyecta apuesta del Gobierno Vasco de fortalecer la Producción de Euskal Herria para el Desperdicio y la Guerra (PEHDG) para hacer negocio. Sobre lo que supone esa apuesta gubernamental desde el punto de vista ético y político, se han pronunciado con claridad algunas voces, desde ámbitos como el sindical, de la cooperación, los derechos sociales, el feminismo, el ecologismo, el movimiento juvenil, o, con elogiable contundencia, el profesorado universitario. También, por supuesto, el espacio antiguerras y el antimilitarismo. Pero más allá de las fundamentales cuestiones éticas, conviene abordar otros ángulos del debate en los que Zedarriak y el Gobierno Vasco no parecen querer profundizar.

A menudo se nos sugiere que el sector armamentístico va a crear riqueza social y puestos de trabajo, pero el dinero destinado a programas de armamento se detrae de las partidas de gasto social, lo que demuestra que lo que genera es más pobreza social.

Por ejemplo ¿para quién y por qué es un gran negocio? A menudo se nos sugiere que el sector va a crear riqueza social y puestos de trabajo. Pero los datos lo desmienten. El dinero destinado a programas de armamento se detrae de las partidas de gasto social, lo que demuestra que lo que genera es más pobreza social. En cuanto a los puestos de trabajo, veamos un ejemplo cercano, el de Sapa Operaciones: mientras sus beneficios en el quinquenio 2015 a 2019 pasaron de 42.057 euros a 5,1 millones (en el 2018 fueron de 22,5 millones), durante el mismo periodo la plantilla se redujo de 159 a 140. Esto en sí mismo es ya un chollo empresarial, pero hay mucho más.

En los debates sobre el sector de la producción para el desperdicio y la guerra se suele omitir una cuestión básica: su condición de monopsonio, esto es, un sector que vive única y exclusivamente de dinero público (son los ministerios de defensa o los organismos de defensa internacionales quienes les compran), por lo que no arriesga capital, y no solo eso, sino que, además, cuenta habitualmente con financiación pública previa (muchas veces sin intereses) e importantes ayudas a la investigación, así como a la creación de nuevos centros tecnológicos y de producción. Todo ello a través de subvenciones, préstamos y avales de los Ministerios de Industria y Comercio, pero también del Gobierno Vasco, las Diputaciones e incluso los Ayuntamientos.

Pero aún hay más ventajas para el sector. Como señala Alejandro Pozo, la forma de funcionar del sector es parecida a la siguiente: “si yo soy la industria, y como Ministerio de Defensa me pides un tanque y te digo que vale 10 millones y tú me dices que eso es mucho y yo te digo “bueno, pídeme diez y te vale cinco cada uno; y tú me dices “Pero es que solamente quiero uno.” Yo (industria) te digo “bueno, pues uno para ti y nueve los exportamos. Yo gano cinco veces más. Tú pagas la mitad. Y con los otros nueve haces relaciones internacionales”.

¿Todo ese dinero público, esas capacidades de las plantillas, esas instalaciones, no podrían dedicarse a otro tipo de producción, que tuviera como objetivo abordar las cuestiones realmente importantes y urgentes ante las diversas crisis y colapsos que nos amenazan?

Todas estas ventajas se multiplican cuando se impulsa la carrera de armamentos, aumentando compulsivamente los contratos de material militar. Así, volviendo al mismo ejemplo de antes, aún antes del anuncio de los 800.000 millones que la UE va a despilfarrar en armamento (insistimos, que van a salir de nuestros bolsillos vías impuestos), la vasca Sapa, gracias a la guerra en Ucrania, incrementó su facturación en 2023 en cerca de un 20%, y alrededor de un 50% en 2024.

A ello hay que sumar los 200 millones en que se han revalorizado en tres años las acciones que a empresa de Aperribay tiene en la mayor española del sector, Indra. Pues bien, paralelamente a esta situación, la plantilla de Sapa, en marzo de 2024, se vio obligada a iniciar una huelga indefinida que, tras tres semanas, sólo consiguió garantizar la subida del IPC. Así que, cuando el lobby Zedarriak y el Gobierno Vasco nos dicen que la producción vasca para el desperdicio y la guerra genera riqueza, ya sabemos que es exclusivamente a sus dueños, los mercaderes de la muerte.

Reivindicando la ingenuidad, cabría preguntarse ¿por qué Zedarriak y el Gobierno Vasco no nos aportan estos datos para que el debate sobre la armagintza se pueda hacer desde el conocimiento de su realidad?

Apuntemos una posible respuesta: Porque podría suceder que la población atáramos cabos, y viendo que el rearme no supone ningún tipo de aumento de seguridad y defensa (ya hemos visto que se exporta a hipotéticos enemigos) sino que nos acercará el riesgo de guerra, que implica un importante recorte en los gastos sociales, que es una de las causantes del daño medioambiental del planeta, que sólo enriquece a los mercaderes de la muerte dueños de las empresas (y a los fondos buitres que en ellas invierten), y que todo ello se hace con dinero público, con el dinero de nuestros impuestos, igual nos da por plantearnos ¿pero todo ese dinero público, esas capacidades de las plantillas, esas instalaciones, no podrían dedicarse a otro tipo de producción, que tuviera como objetivo abordar las cuestiones realmente importantes y urgentes ante las diversas crisis y colapsos que nos amenazan? Esa es la cuestión que abordaremos en el siguiente capítulo de este serial, también disponible en euskera en Argia.


Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión No seas idiota (según los griegos)
Así se llamaba en la Atenas clásica a los ciudadanos que se desentendían de los asuntos públicos. No era un insulto a su inteligencia, sino a su falta de implicación.
Opinión
Opinión ¿Qué somos?
Lo cierto es que fuimos algo, con el primer beso tibio, con el primer paseo de la mano, con aquellas cartas secretas (que era mejor que nadie descubriera).
Opinión
Macroproyectos Cuando salvamos Alén: una lucha popular en defensa del territorio y contra los macroproyectos
Comprendimos que la barbarie que ya se había devorado buena parte del Cantábrico y de la península ibérica era la misma que durante décadas ha asolado los ecosistemas de América Latina y del resto del mundo.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Imputados dos altos cargos de Ayuso por los protocolos de exclusión sanitaria en las residencias
Por primera vez, un juzgado llama a declarar como investigados a Carlos Mur y a Francisco Javier Martínez Peromingo, ambos colaboradores de los protocolos por los que se impidió el traslado a hospitales de mayores dependientes.
Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a ‘Periodista Digital’ en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda KKR y el negocio del ladrillo: de vender pisos en territorios ocupados a gestionar las viviendas de la Sareb
Desde 2022, el fondo proisraelí KKR es el encargado junto a Blackstone de gestionar la cartera residencial del banco malo. En verano vencen sus contratos y los fondos presionan para seguir sacando rédito del patrimonio público.
Madrid
Madrid Los bomberos forestales esperan una solución tras 17 años de espera por un nuevo convenio
Denuncian salarios congelados de 1250 euros, la temporalidad y que no están protegidos ante el riesgo de agentes cancerígenos propios de los incendios.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Opinión
Opinión No seas idiota (según los griegos)
Así se llamaba en la Atenas clásica a los ciudadanos que se desentendían de los asuntos públicos. No era un insulto a su inteligencia, sino a su falta de implicación.
València
València El País Valencià se prepara para la huelga general del 29 de mayo contra la gestión de Mazón
Siete meses después de la dana, mientras la justicia apunta al Consell, los sindicatos combativos preparan la huelga general con el respaldo de amplios sectores sociales.
Educación
Educación La Educación en Madrid sale a la calle para defender lo público
Estudiantes, profesorado y trabajadores de todos los niveles educativos recuperan la manifestación que no pudieron hacer por el apagón del pasado 28 de abril.
Opinión
La industria militar vasca a debate (III) ¿Para quién genera riqueza la industria militar y a costa de qué?
En el contexto europeo de impulso político económico de la producción para el desperdicio y la guerra hay que enmarcar la abyecta apuesta del Gobierno Vasco por este negocio.
Más noticias
Andalucía
Genocidio en Palestina El fondo proisraelí KKR impulsa la privatización de la Formación Profesional en Andalucía
En 2021, el fondo proisraelí KKR compró la compañía malagueña de educación MEDAC, impulsora de la universidad privada online UTAMED avalada por la Junta de Andalucía y empresa líder de la privatización de la FP en la comunidad.
El Salto Radio
El Salto Radio Extranjería trabada
Con motivo de su entrada en vigor esta semana, hablamos sobre el Nuevo reglamento de extranjería con Matilde Mérida, Abogada especialista en extranjeria, letrada del Colegio de abogados de Córdoba.

Recomendadas

Gordofobia
Lara Gil “Es más peligroso para la salud una cirugía de reducción de estómago que ser una persona gorda”
Lara Gil (Madrid, 1988) es antropóloga y activista antigordofobia. Ha escrito un libro, 'Manual para romper un cuerpo', en el que cuenta como una cirugía bariátrica ha destrozado su cuerpo. Denuncia que nadie habla sobre las consecuencias de mutilar el estómago cuando está sano.
Comunidad de Madrid
Exclusiva Ayuso oculta cuántos pacientes atendió el Hospital Isabel Zendal en 2024
La Comunidad de Madrid inadmite una petición de este diario para conocer cuántas personas han sido atendidas durante el último año en este hospital. En 2023 se produjeron 1,1 ingresos de pacientes al día.
Comunidad de Madrid
Coral Latorre “Las siete de Somosaguas somos un ejemplo más del retroceso democrático que estamos viviendo”
Una protesta contra la presencia de Espinosa de los Monteros en la Complutense ha acabado con la apertura de diligencias penales contra siete estudiantes, acusados de delitos como desórdenes públicos, coacciones y delitos de odio.