We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Opinión
Juanma Moreno será Baltasar, blackface mediante, y otras aberraciones presentes en la Andalucía colonial

El anuncio es totalmente anacrónico. Juanma Moreno Bonilla, el moderado, será el Rey Baltasar en la Cabalgata de Reyes de Sevilla en 2026. Es anacrónica por vertiente doble, porque pensar a 42 grados en la época navideña es un proceso de disociación inimaginable. Y segundo -y más grave- porque en 2025, el máximo gobernante de un territorio como Andalucía, el supuesto representante de todas las andaluzas y andaluces, está no solo dispuesto, sino orgulloso de hacer blackface, una práctica racista y violenta que ya ha sido, por suerte, erradicada en muchas de estas carrozas.Poco le ha importado a la organización de la Cabalgata, el Ateneo de Sevilla, las críticas que en la última cabalgata tuvieron por realizar esta práctica. La respuesta a las denuncias es clara, y perdón por la imagen que voy a referir: ha sido poner los cojones encima de la mesa y decir: “¿No os gustan nuestras tradiciones?”. Pues aquí tenéis.
También está claro el mensaje que da el presidente a las miles de afroandaluzas y afroandaluces, y a las miles de personas migrantes que sostienen con su sudor “el milagro económico andaluz” del que tanto presume. Un mensaje de odio e incomprensión que deja claro quiénes son los otros, personas a las que no asemejarse, de las que poder burlarse, a las que tener miedo y odio. Muy a nuestro pesar, esta Andalucía nuestra está plagada de símbolos coloniales que crean un inconsciente colectivo. Por poner un ejemplo, nací y me crié en una ciudad cuyo eslogan es “la ciudad del descubrimiento” y cuyas fiestas locales se llaman Colombinas y celebran la partida de Cristóbal Colón o el inicio del mayor genocidio de la historia. Según el libro Conquista y Destrucción de las Indias, unos 70 millones de personas fueron asesinadas durante la colonización.
Es incomprensible adoptar el papel de territorio pisoteado e intentar buscar justicia sin que primero hayamos entendido y profundizado en nuestro papel, pasado y presente, en el proceso de destrucción de otros pueblos
Por si fuera poco, además, la excursión obligatoria anual de todos los colegios de la provincia es la visita al Muelle de las Carabelas, donde están representadas las tres naves que utilizó Cristóbal Colón. A un lado de las Carabelas, una representación de la ciudad europea medieval y al otro, y de verdad no estoy exagerando, chozas y personas racializadas en taparrabos. A escasos kilómetros de esta representación se encuentran varios asentamientos de jornaleras migrantes que trabajan en el sector de los frutos rojos onubenses. Me aterra pensar cómo crecen esos niños que anualmente van a visitar esa representación, qué pensarán de sus compañeros afrodescendientes en un lugar que les deja claro día a día, como el presidente y su blackface, quiénes son los conquistadores y quiénes los conquistados.
Toda Andalucía es una oda a Colón, desde su supuesta tumba dentro de la catedral de Sevilla, donde hay distintos puntos del pasado colonial que se exhiben presumiendo de pasado poderoso como el Archivo de Indias. También en Granada, donde la fiesta local celebra la mal llamada “reconquista” el 2 de enero y en cuyo centro neurálgico se alza una estatua de Isabel La Católica junto a Colón. Estos espacios de honra al colonialismo no son un gesto azaroso, sino la construcción de una cultura y una identidad impulsada por todas las instituciones. Unas raíces impuestas desde 1492 a un territorio que las ha padecido, pero también las ha disfrutado y las disfruta a través de privilegios. Es incomprensible adoptar el papel de tierra pisoteada e intentar buscar justicia sin que primero hayamos entendido y profundizado en nuestro papel, pasado y actual, en el proceso de destrucción de otros pueblos.
Colonialismo
Laura Casielles “No se pueden entender los regímenes europeos del siglo XX sin pensar en el colonialismo”
Lo que queda claro es que, lejos de ser un gesto nimio, disfrazado por la parafernalia de la ilusión infantil de los Reyes Magos, es una declaración de dónde se encuentra el presidente andaluz, que desde hace rato se le cayó la careta de moderado. El anuncio coincide en el mismo día con el partido de ultraderecha VOX, que defiende la deportación de ocho millones de inmigrantes, en la misma semana en la que el PP andaluz busca un acuerdo para destituir al actual defensor del pueblo andaluz (que en sus informes ha recogido las vergüenzas del gobierno andaluz: la crisis de los servicios públicos y las privatizaciones) y necesita alguien que le apoye.
La imagen del presidente con la cara pintada, haciendo blackface, el próximo enero deja claro hacia dónde mirará en la carrera electoral autonómica de 2026 el presidente andaluz. Una imagen que me temo será una premonición: a la Andalucía de los derechos humanos y la justicia social le esperan más años aún de carbón.