Opinión
Los guerrilleros antifascistas españoles: héroes en Francia y bandoleros en España

Historiador y coordinador-director de los Campos de trabajo de memoria histórica de la ARHMEX.
María del Carmen Alonso Tenorio, hija de Jesús Alonso Escobar, de 92 años, nos contó que su padre salió a la calle en Fuensalida (Toledo) hace apenas unos días, ya en 2024, y un señor, bastante de derechas, le espetó que su primo se merecía la muerte que tuvo, que se la merecía porque “se levantó contra el régimen”. Jesús Alonso Escobar era primo hermano de Mariano Álvarez Escobar, guerrillero antifranquista muerto y “desaparecido” en una fosa común en Burgohondo (Ávila) en 1947. Su nombre en clave como combatiente fue el de Antonio.
Antecedentes
La guerra provocada por los golpistas del 17 y 18 de julio de 1936 contra la II República española supuso la destrucción del país y la instauración de una dictadura de corte fascista avalada por la Alemania nazi y la Italia fascista. Miles de muertos, desparecidos en cunetas, prisión, campos de concentración, mujeres rapadas, torturas, niños robados, exilio… un amplio abanico de vulneración de los derechos humanos que se prolongó hasta la muerte del dictador Francisco Franco e, incluso, años después.
Finalizada la guerra (1936/1939), grupos de republicanos españoles siguieron combatiendo a la dictadura franquista a través de la organización guerrillera. Algunos de los más activos fueron los que actuaron en los límites de las provincias de Cáceres, Ávila y Toledo. Especialmente activa fue la 12ª División de la Agrupación Guerrillera de Extremadura-Centro, de la que fue jefe Pedro José Marquino Monje, El Francés. Pero la muerte en Serradilla (Cáceres) de El Francés, luego en septiembre de 1946, y de Jesús Bayón González, comandante Carlos, jefe de la Agrupación guerrillera Extremadura-Centro a la que pertenecía la 12 División de El Francés, supuso la práctica desaparición de la lucha guerrillera en estas comarcas. Los miembros que quedaban intentaron huir hacia Portugal o Francia, perdiendo muchos de ellos la vida en este intento.
Guerrilleros españoles héroes en Francia…
Hace unos días nos hemos encontrado con la noticia de que Celestino Alfonso es el primer español inscrito en el Panteón de París, el lugar que homenajea a las personas ilustres de la historia de Francia. Celestino fue un guerrillero español, que luchó en la resistencia francesa, que fue detenido y fusilado por los nazis. El Estado francés, con un gobierno de derechas, ha homenajeado así a los extranjeros que combatieron, y muchos murieron, por liberar a Francia de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. No es difícil, al visitar Francia, ver y comprobar los numerosos monumentos y reconocimientos que tienen los españoles que habían luchado contra Franco, y que, tras su victoria, pasaron a Francia y allí siguieron luchando por la liberación de este país. Algunos de estos combatientes, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, pensando que contarían con el apoyo de las democracias vencedoras, se internaron en España con el objetivo de tratar de derrotar a la dictadura.
“Bandoleros” en España. La historia que nos contaron al revés
La dictadura franquista hizo todo lo posible por presentar a los resistentes antifranquistas como “bandoleros”, para quitar el componente político de estos luchadores y presentar ante la población civil como grupos de delincuentes que había que exterminar. Se trataba de restar puntos de apoyo a estos grupos entre la población civil y generar el rechazo de la población, a la vez que se justificaba el asesinato o la detención de los componentes de estos grupos y sus apoyos. Esta idea que durante tantos años impuso la dictadura caló entre la población durante décadas de miedo y represión. Hasta tal punto llegó esta práctica, que aún hoy encontramos a personas -y lo que es más triste, algunos familiares- que se creyeron esa versión e, incluso, justifican la violencia ejercida por el régimen franquista, así como la muerte y desaparición de estas personas en fosas clandestinas.
El caso de Fuensalida (Toledo) y el intento por destruir lo que la sociedad ha avanzado en materia de memoria histórica
Mariano Álvarez Escobar, Antonio, natural de Fuensalida (Toledo), contaba con 29 años cuando murió. Mariano era hijo de una familia muy humilde de jornaleros, Celedonio y Victoriana. En 1936, con 18 años, cuando se produce el golpe de Estado, contra la Republica, estaba afiliado a UGT.

Tras la ocupación de Fuensalida por los rebeldes, el 6 de octubre de 1936, huyó a Madrid, donde siguió combatiendo en defensa del régimen democrático, pasando por el frente en Levante, Extremadura y siendo detenido a finales de la guerra en Córdoba. Fue encarcelado, acusado de “rebelión”, curiosamente, por los rebeldes que habían dado un golpe de Estado y provocado una guerra. Como señala Roberto Félix García (“El guerrillero de Fuensalida: Mariano Álvarez Escobar “capitán”. Revista En Fuensalida, nº 5, septiembre 2022, https://vestigiosguerraciviltoledo.blogspot.com), Mariano Álvarez fue condenado y encarcelado durante años, pasando por los centros de Sanlúcar la Mayor, Sevilla, Yeserías o Talavera de la Reina. Estuvo también como preso trabajando como esclavo en una de las Agrupaciones de Colonias Penitenciarias. En febrero de 1946 le fue concedida la libertad condicional y volvió a su pueblo, a Fuensalida. Sin embargo, la presión social y la persecución contra los vencidos y sus familias, continuaba, por lo que Mariano Álvarez decidió arriesgarse, abandonar su pueblo y seguir luchando en la sierra junto con otros guerrilleros.
Allí perdió la vida junto con sus compañeros Andrés Iglesias Prieto, Olivero, natural de Piornal (Cáceres), de unos 25 años y Tomás López Gutiérrez, Rubio, natural de Madrid, de unos 20 años. El 23 de enero de 1947, los tres guerrilleros, Olivero, Antonio y El Rubio estaban descansando en unos almiares de heno en el paraje Palancar de Abajo, una finca en Burgohondo (Ávila), cuando fueron asaltados por la Guardia Civil. Los cuerpos de los guerrilleros, acribillados, quedaron tendidos sobre el heno hasta que, a eso de las cinco de la tarde, el juez, el fiscal municipal, el médico titular, un alguacil y unos cuantos hombres del pueblo de Burgohondo, en compañía de unas caballerías puestas a disposición de la comitiva por el alcalde, llegaron al lugar con intención de hacer el reconocimiento y el levantamiento de los cadáveres.
Olivero, Antonio y El Rubio dejaron de tener sus nombres para pasar a ser identificados como cadáver uno, cadáver dos y cadáver tres en los informes, según los datos extraídos del consejo de guerra seguido contra el único superviviente, Jerónimo Martín. Allí quedaron en una fosa común sin nombre en el cementerio de Burgohondo.
La reconstrucción de la memoria
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEx) desarrolló durante el año 2022 el proyecto “Exhumación, estudio y posible identificación de los restos óseos hallados en el Cementerio Municipal del municipio de Burgohondo (Ávila)”. Dicho proyecto se ejecutó a través del Ayuntamiento de Piornal (Cáceres), en colaboración con el Ayuntamiento de Burgohondo (Ávila), a través de la financiación de la “Convocatoria, mediante resolución de 7 de julio de 2021, de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática por la que se ha concedido a la FEMP para ejecución de actuaciones y proyectos relacionadas con la Memoria Democrática”. En dicho proyecto se contemplaba, según marca la Ley de Memoria Democrática, que en el caso de no poder identificar los cuerpos y entregar a sus familiares, se devolverían al ayuntamiento de la localidad donde se encontraban para su reinhumación, como finalmente se hizo. Además, en este supuesto, de no identificación de los restos, se contemplaba en dicho proyecto que, al menos, se colocaría una placa de recuerdo en el cementerio de Piornal (Cáceres) y en el cementerio de Fuensalida (Toledo), de donde eran originarios dos de las personas buscadas y de las que se pudo localizar a familiares. En la misma placa están los nombres de sus compañeros muertos y desparecidos en las mismas circunstancias.
Además, en este supuesto, de no identificación de los restos, se contemplaba en dicho proyecto que, al menos, se colocaría una placa de recuerdo en el cementerio de Piornal (Cáceres) y en el cementerio de Fuensalida (Toledo)
La ARMHEx solicitó el permiso, autorización y colaboración para que dicho ayuntamiento de Fuensalida colaborara en la instalación de dicho memorial, que fue inaugurado el día 12 de agosto de 2022 con la asistencia del alcalde de la pasada legislatura, familiares y amigos de Mariano Álvarez Escobar, Antonio, y de Andrés Iglesias, Olivero. Por fin, Jesús Alonso Escobar, primo hermano de Mariano Álvarez Escobar, podía cumplir el deseo de su madre y hermana de Mariano, saber qué pasó y tener un lugar en el cementerio de su pueblo donde poder llevar unas flores al igual que hacían el resto de los familiares con sus difuntos. El objetivo de este Memorial es que, al menos, los familiares que lo deseen puedan tener una placa en el cementerio de la localidad donde nació Mariano Álvarez y deje de ser un “desaparecido” y olvidado. Como señala Daniel Palacios González (De fosas comunes a lugares de memoria. La práctica monumental como escritura de la historia, 2022) “El gesto de sepultura como «escritura» dotaría tanto a los muertos de un lugar y a los vivos de un referente físico y del cumplimiento para con ellos del «deber hacer» en el presente y en el futuro”.

Sería lo que se viene definiendo como “deber de memoria”, es decir, la necesidad de contar lo que pasó; una forma de construcción social del duelo acorde a nuestra cultura; una práctica de contar la historia y quedar escrita en un soporte, como puede ser un memorial, para que las nuevas generaciones conozcan lo sucedido y para no olvidar nunca.
Y el intento por hacer desaparecer, por segunda vez, la memoria de Mariano Álvarez
Según diversas informaciones recabadas y la aportada por algunos familiares, existen varias denuncias sobre las intenciones de la actual corporación municipal (PP) en Fuensalida para derribar dicho Memorial. Este intento de hacer desaparecer por segunda vez la memoria de Mariano Álvarez tiene que ver con una venganza por la sentencia del 24 de octubre de 2022 del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Toledo, por la que se condenaba al Consistorio de Fuensalida (actualmente gobierno del PP) a modificar la denominación de 12 calles franquistas: calle General Asensio, calle General Mola, calle General Moscardó, calle General Varela, calle General Yagüe, Plaza del Generalísimo, calle Héroes del Alcázar, Plaza José Antonio, calle Onésimo Redondo, calle Queipo de Llano, calle 18 de Julio y calle General Barrón.
Según diversas informaciones recabadas y la aportada por algunos familiares, existen varias denuncias sobre las intenciones de la actual corporación municipal (PP) en Fuensalida para derribar dicho Memoria
A nadie en su sano juicio se le escapa que son dos cuestiones totalmente diferentes. El tema de la sentencia está referido a la anterior Ley 52/2007, de Memoria Histórica en su Artículo 15, que hace referencia a la obligación de retirada de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática (como son los nombres de calles dedicados a algunos de los principales acusados de ser los dirigentes y verdugos de la represión). En cambio, el Memorial dedicado a Mariano Álvarez y a sus compañeros, viene respaldado tanto por la anterior Ley como por la actual, ya que en el Artículo 3 se refiere a las víctimas, señalando en el apartado i) que, entre ellas, están: Las personas que participaron en la guerrilla antifranquista, así como quienes les prestaron apoyo activo como colaboradores, en defensa de la República o por su resistencia al régimen franquista en pro de la recuperación de la democracia. Además, esta Ley, en su Artículo 15, recoge el Derecho de las víctimas a la verdad.

Este proceso de “memoricidio” se enmarca en otro mucho más amplio que lleva aparejado la demolición de los avances logrados hasta ahora por el movimiento memorialista, la derogación de las Leyes de Memoria Histórica y Democrática en las CC.AA. donde gobiernan el PP y Vox, así como una vuelta atrás con respecto a la atención a las víctimas.
Este proceso de “memoricidio” se enmarca en otro mucho más amplio que lleva aparejado la demolición de los avances logrados hasta ahora por el movimiento memorialista
Es esta una cuestión de derechos humanos, de dar un merecido reconocimiento a personas que fueron asesinadas, desaparecidas y enterradas en fosas clandestinas, en la línea de lo que recogen organismos internacionales como la ONU. Como señala el Manifiesto por la Dignidad y la Memoria en Extremadura y en Recuerdo de las Víctimas del Golpe y la Dictadura Franquista (12 de julio de 2023) aprobado por las asociaciones memorialistas de Extremadura “el movimiento por la memoria histórica y democrática seguiremos hablando del franquismo, seguiremos dignificando a las víctimas, seguiremos recordándoles la historia, seguiremos haciendo memoria”. En definitiva, añadimos nosotros, para que Jesús Alonso Escobar y tantos miles de familiares y víctimas del franquismo puedan tener un poco de Verdad, Justicia y Reparación.
Crímenes del franquismo
Homenaje en Serradilla al maquis Pedro José Marquino Monje, alias ‘Francés’
Este sábado se homenajea en Serradilla (Cáceres) al que fuera Jefe de la 12ª División de la 1ª Agrupación Guerrillera Extremadura.
Memoria histórica
La guerrilla en Extremadura
Memoria histórica
Entre piornos: los últimos días de tres combatientes antifranquistas
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