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Salud mental
El álbum ilustrado entra en las unidades de salud mental
“Los álbumes ilustrados nos dan la oportunidad de reconocer sentimientos que tenemos escondidos y eso nos transmite confianza y tranquilidad”. “A mí me han ayudado a tener perspectivas distintas a la mía, otros puntos de vista que me ayudan a encontrar soluciones que quizá no se me habían ocurrido en ningún momento”. “A veces también me facilitan que pueda hablar de problemas que, aunque pensaba que tenía superados, no era así. Te das cuenta de que siguen ahí”. “A mí también me ayudan porque a partir de ellos comparto experiencias, hablo y escucho a los demás. Para nosotros es muy importante encontrar puntos en común al compartir los álbumes ilustrados, eso nos ayuda a aceptarnos mejor”. Las reflexiones anteriores son de pacientes que asisten a los recursos de hospitalización y ambulatorios del Hospital Universitario José Germain (Leganés, Madrid), especializado en atención a personas con problemas de salud mental.
Decía el dramaturgo británico William Nicholson que “leemos para saber que no estamos solos”. Sobre esa máxima se sostiene en parte el curso online La lectura en el ámbito terapéutico, que se está desarrollando con profesionales del Área de Salud Mental del Hospital Universitario Gregorio Marañón y del citado Hospital Universitario José Germain. El curso pretende generar espacios de encuentro entre los profesionales que trabajan directamente en su día a día con los pacientes y fomentar el descubrimiento de diferentes recursos novedosos para su desempeño, como puede ser la utilización del arte (en este caso, de la literatura) como vehículo para conectar con el otro. “La literatura abre una ventana para asomarse al mundo desde otro lugar, compartiendo momentos de lectura, evocando recuerdos, haciéndonos reflexionar sobre los aspectos de la vida, dando voz a los que no la tienen”, explica Irene Ramos, coordinadora de la Red de Bibliotecas para Pacientes de la Fundación de Educación para la Salud (Fundadeps).
Fundadeps, precisamente, organiza el curso La lectura en el ámbito terapéutico en colaboración con la Asociación ¡Âlbum!, que reúne en su seno a 24 editoriales independientes de literatura infantil especializadas en álbum ilustrado. “Después de cuatro años trabajando en la promoción lectora basándonos en la fuerza de la colaboración entre editoriales, este 2021 nos hemos propuesto profundizar aún más nuestro trabajo, buscando ampliar las fronteras sociales y geográficas del álbum. Queremos de alguna manera contribuir a derribar esos muros invisibles, pero tan reales, que dejan fuera del alcance de vastos sectores sociales la posibilidad de disfrutar de lecturas de calidad con todos los beneficios que ello conlleva”, asegura Clara Jubete, coordinadora de la asociación.
Cómo puede ayudar el álbum ilustrado a la salud mental
Carolina Lesa Brown es especialista en literatura infantil, promotora de lectura en temas de infancia, atención a la diversidad y ambientes críticos y una de las formadoras del curso La lectura en el ámbito terapéutico. En su opinión, el álbum ilustrado es un recurso que “invita a crear otro tipo de vínculo con el paciente, porque lo que se ofrece es luz y belleza”. Según la experta, si profesionales sanitarios y pacientes comparten una lectura emotiva y emocionante para ambas partes, la relación se vuelve más horizontal: “En lugar de preguntas y respuestas, hay comentarios, diálogo, creación de significado y construcción de sentido”. Por otra parte, señala, el álbum, por sus propias cualidades, “ofrece palabras e imágenes que pueden ayudar a los pacientes a poner palabras a sus propias historias personales, al mismo tiempo que estas narraciones, si se da el espacio de escucha, permiten que los profesionales sanitarios amplíen la visión sobre el paciente”.
Para Irene Ramos, por su parte, el libro álbum es una herramienta “magnifica” para trabajar con las personas que tienen problemas de salud mental, ya que muchas de ellas, debido a los tratamientos farmacológicos que reciben, tienen afectadas diversas funciones cognitivas como pueden ser la atención o la concentración, algo que dificulta la realización de lecturas muy densas. “Las ilustraciones de este género nos dan mucha información, no son necesarias las palabras para dar un sentido a la historia y cada persona puede darle el que desee, lo cual nos abre un sinfín de oportunidades a la hora de trabajar con el mismo libro. Al final, las imágenes nos incluyen a todos y nos colocan en el mismo lugar”, subraya.
Estas apreciaciones las refrenda desde la práctica Mercedes Oliver, portavoz del grupo de Terapia Ocupacional y coordinadora de formación continuada del Hospital Universitario José Germain, donde han comenzado a utilizar los álbumes ilustrados con los pacientes. Reconoce Oliver que en las unidades con pacientes con mayor cronicidad a nivel psicopatológica y mayor deterioro cognitivo les ha “parecido difícil dar continuidad a las sesiones y profundizar más en los contenidos”, pero asegura que en el grueso de pacientes ambulatorios y hospitalarios sí que han observado una mayor captación de la atención, un aumento de la motivación y una facilitación de la comunicación en dinámicas más participativas. “El uso de material creativo, visual y simbólico permite el acercamiento al paciente a través de un elemento intermedio que provoca la conexión con el mundo interior del paciente sin que éste sienta una intromisión en su vida personal” afirma.
Según la terapeuta ocupacional, al ser el álbum ilustrado un recurso muy práctico y versátil, en la clínica los están utilizando de diferentes formas, tanto a nivel grupal como individual, adaptando en todo momento el recurso a las necesidades de cada paciente y a los objetivos de los grupos terapéuticos ya existentes. “Trabajamos el desarrollo de múltiples habilidades y destrezas creativas, cognitivas, sociales y emocionales desde una perspectiva a la vez conocida y novedosa en terapia. Conocida porque todos en nuestra infancia hemos tenido contacto con la literatura, los cuentos, etc. Y novedosa porque es un trabajo que se aleja de las herramientas clásicas, ante las que a veces algunos pacientes sienten gran rechazo”, explica Mercedes Oliver, que considera que estos dos factores facilitan que el paciente tenga una disposición activa y participativa en su propio proceso de recuperación.
Esa predisposición y esa aceptación de la herramienta, para Lesa Brown, es una muestra de que el álbum ilustrado vuelve las historias “totalmente democráticas”. No importa el idioma que el paciente hable, la atención que pueda prestar, la cultura de la que provenga o, incluso, si sabe o no leer. Para la experta en literatura infantil, no obstante, lo más significativo del álbum es su cualidad de obra de arte: “siempre logra un puente comunicativo, y esa comunicación está basada en una conexión emocional directa capaz de calar en lo más profundo”.
En las tres ediciones del curso La lectura en el ámbito terapéutico realizadas hasta la fecha se ha formado aproximadamente a un total de 50 profesionales de diferentes ámbitos socio sanitarios
Cinco maletas viajeras con veinte álbumes ilustrados
En las tres ediciones del curso La lectura en el ámbito terapéutico realizadas hasta la fecha se ha formado aproximadamente a un total de 50 profesionales de diferentes ámbitos socio sanitarios (psiquiatría, psicología, trabajo social, educación social, terapia ocupacional, enfermería, auxiliares, celadores e incluso personal técnico). “Nos ha sorprendido gratamente la acogida de los cursos que estamos realizando. Llegamos con una propuesta nada convencional y hemos tenido la gran suerte de encontrarnos en el camino con grandes profesionales, jefas de servicio o directoras médicas, que no sólo han apoyado esta iniciativa, sino que se han volcado totalmente en incorporar estas prácticas en el día a día de sus servicios”, asegura Irene Ramos, que destaca el feedback que reciben de los profesionales, lo que les ha permitido poder adecuar la formación a sus necesidades, diseñando los cursos con una estructura parecida a la de un club de lectura, con la presencia de los editores y autores del libro, una lectura compartida y tiempo para reflexiones.
En el proyecto de colaboración entre Fundadeps y ¡Âlbum! para acercar el álbum ilustrado a las unidades de salud mental se han elegido libros que no dejarán indiferentes a los participantes: “Originales en su tema, planteamiento o con una potencial riqueza en su capacidad para generar un espacio de diálogo”, en palabras de Lesa Brown. En la actualidad el programa cuenta con cinco maletas con unos 20 títulos cada una que se utilizan en las sesiones del curso La lectura en el ámbito terapéutico y que forman parte de un proyecto de préstamo que se entrega a cada hospital. Dos son genéricas, una está especialmente pensada para el turno de noche, otra está dirigida al público infantil y la última contiene títulos repetidos para que puedan realizar clubes de lectura con sus pacientes. Entre esos títulos algunos como Mundo cruel y Yo, persona (Wonder Ponder), La belleza del final (A buen Paso), Migrantes (Libros del Zorro Rojo), Cuando mamá llevaba trenzas (Bookolia), Cosas de adultos (Gato Sueco) o Cosas que hacen los mayores (Nube Ocho).
Como afirma Carolina Lesa Brown citando a Silvia García Esteban, mediadora que trabaja directamente con los pacientes en los Clubes de lectura ¡Âlbum! realizados en los Centros de Salud Mental de los distritos madrileños de Moratalaz y Hortaleza, gracias a esta iniciativa los pacientes “están más vivos y menos derrotados, porque la palabra ha tenido un efecto profundamente humanizador”. Y es que, como concluye la experta, el arte rescata y parte de lo más distintivo que tenemos como especie: la capacidad de simbolizar y crear, a partir de ahí, un relato de nosotros mismos y del mundo: “Estos espacios ofrecen la oportunidad de crearse y recrearse a través del lenguaje, sea verbal o visual. Y, en ese camino, hacer la vida más habitable”.