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Crisis climática
El cambio climático multiplicó las muertes por doce en Madrid y por seis en Barcelona durante la ola de calor

El aumento generalizado de las temperaturas se traslada a la intensidad y mortalidad de las olas de calor. Estos fenómenos son entre 1 y 4 grados más agudos que en un mundo sin cambio climático, según un estudio del Imperial College de Londres publicado este miércoles. A más calor, más mortalidad: 2.300 personas murieron por altas temperaturas durante la pasada ola de calor en Europa. 1.500 de ellas —dos de cada tres— se habrían librado de la muerte en un planeta que no se hubiera calentado 1,3 grados por encima de la media preindustrial, asegura Friederike Otto, climatóloga e investigadora de la institución británica.
Crisis climática
Crisis climática La adaptación a las crecientes olas de calor, una asignatura pendiente de las ciudades españolas
Preguntados por el porqué de la enorme cantidad de defunciones de Barcelona con respecto a las de Madrid o el motivo por el que la capital sufre tanto el exceso de muertes atribuido al cambio climático, los investigadores no tienen una respuesta clara. Clarke no se moja: “Diferentes ciudades tienen diferentes vulnerabilidades o adaptaciones”. “Es posible que las olas de calor estén más potenciadas en Madrid porque no tiene costa”, aventura Otto, que señala que el cambio climático solo incrementó en un grado centígrado la ola de calor en Lisboa. “Probablemente tenga algo que ver la proporción de gente mayor o de hogares de un solo habitante”, tercia Garyfallos Konstantinoudis, profesor en el Imperial College.
Aumentos relativamente pequeños de las temperaturas más cálidas pueden desencadenar enormes repuntes de mortalidad cuando el calor afecta a personas con problemas de salud
Los resultados muestran cómo aumentos relativamente pequeños de las temperaturas más cálidas pueden desencadenar enormes repuntes de mortalidad cuando el calor afecta a personas con problemas de salud subyacentes, como cardiopatías, diabetes y problemas respiratorios. El estudio también habla de las olas de calor como “asesinos silenciosos”: la mayoría de las muertes relacionadas con el calor no se notifican y las estimaciones oficiales pueden tardar meses en publicarse o incluso no hacerlo.

Los investigadores se han centrado en las temperaturas y exceso de muertes registrados entre el 23 de junio y el 2 de julio en ciudades como Budapest, Londres, Atenas o Zagreb. Dentro de ese rango, han escogido para análisis los cinco días más calurosos (la media de duración de la última ola de calor en Europa), que en el caso de la península ibérica sería entre el 28 de junio y el 2 de julio. Ya que contabilizar las muertes por calor es imposible de realizar solo con certificados de defunción, el estudio estima los decesos utilizando modelos computacionales y datos históricos de mortalidad.
Crisis climática
Crisis climática La crisis climática ha añadido un mes de temperaturas extremas a España en el último año
El cambio climático triplicó la mortalidad de la ola de calor en Europa
Unas 1.500 de las 2.300 muertes estimadas por altas temperaturas son un resultado del cambio climático. “La mortalidad se triplicó debido a la quema de combustibles fósiles”, dicen los investigadores, que señalan que la mortalidad en Barcelona, Milán o París están cerca o superan los decesos causados por otros desastres recientes, como la dana de València (224 fallecidos) o las inundaciones de 2021 en Europa noroccidental, que dejaron 243 muertos.
La ola de calor conllevó el cierre de más de 1.300 escuelas en Francia, el apagado de reactores nucleares en Suiza y el país galo o incendios forestales en Grecia, Turquía o España
El perfil de persona fallecida es, antes que nada, de edad avanzada: un 88% de las muertes vinculadas al cambio climático se dieron en la demográfica de personas de 65 años o más, de manera que “queda subrayado cómo aquellos con problemas de salud subyacentes son quienes están más en riesgo”.
La ola de calor que recorrió Europa entre junio y julio de este año dejó temperaturas de más de 40 grados en varios países. El calor extremo llevó a una restricción de las horas de trabajo al aire libre en Italia, el cierre de más de 1.300 escuelas en Francia, el apagado de reactores nucleares en Suiza y el país galo o incendios forestales en Grecia, Turquía o España. En la península, el incendio de Lleida de la semana pasada fue uno de los de velocidad de propagación más elevada registrados en Europa, con velocidades punta de 28 kilómetros por hora.
Pierre Masselot, epidemiólogo ambiental: “El año pasado vimos que el cambio climático era responsable de la mitad de muertes por calor. En esta ola ha provocado el 65% de las muertes. La proporción va subiendo”
“El año pasado vimos que, de las 60.000 muertes por calor en Europa, la mitad se podían atribuir al cambio climático. Con este análisis hemos atribuido al cambio climático el 65% de las muertes. Es decir, la proporción va subiendo”, analiza Pierre Masselot, investigador de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. El científico receta adaptar las ciudades: aumentar las zonas verdes o reducir el espacio para coches, por ejemplo. O, en vez de ir al síntoma, atajar la causa: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
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