Alicia Murillo: “Una mujer adulta es una persona opresora respecto a la infancia”

El feminismo de hoy en día es adultocentrista porque solo defiende a las mujeres adultas. Así lo denuncia Alicia Murillo, activista feminista, artista y ama de casa que desde hace tres años lidera el proyecto Becas La Caja de Música, destinado a niños que han sufrido maltrato por parte de su padre o madre.

Alicia Murillo
Imagen cedida por Alicia Murillo.
8 dic 2019 05:00

Alicia Murillo (1975, Sevilla) se define como artista —múltiple e indisciplinada—, activista feminista y ama de casa. Su vida escapa de identidades rígidas y etiquetas. Es música, madre, humorista y cristiana. También es la creadora de las becas la Caja de Música, para que niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social aprendan música en la Sala Mera, un proyecto ubicado en el barrio de Triana, en Sevilla.

Hace 12 años que tomó “conciencia política” de las violencias que sufre la infancia. Ser madre fue el detonante que arrasó con todo y le hizo recordar: lo que había vivido, lo que había interiorizado, lo que había perdonado. Defender la infancia, afirma, es un proceso de auto sanación. Lo contrario, es justificar toda la violencia que recibiste de pequeña. Para Murillo solo hay dos opciones: ampararnos en el privilegio adulto y seguir maltratando —“a mí me pegaban y no estoy traumatizado”— o poner fin. Decir: “No, mis hijos no lo van a vivir”.

Violencias adultocentristas

La familia y la escuela son dos de los principales focos de violencia contra la infancia, afirma Murillo. Pero no son los únicos. También se ejerce desde la presidencia del Gobierno y se sufre en los ambulatorios, donde no existen espéculos para niñas. “Cuando se quiere comprobar si han sufrido violencia sexual, es imposible”, explica. El nuestro es un mundo diseñado para adultos. Desde el tamaño de los objetos hasta la propia arquitectura de las ciudades, en las que, denuncia, no hay espacio para que los niños corran libremente: “Los coches lo han invadido todo”.

En el origen de estas violencias sitúa el adultocentrismo: “El privilegio que tienen las personas mayores de edad respecto a la infancia”. Así lo apunta en uno de sus posts, en el que afirma que no se maltratata a los niños desde la opresión —ser drogodependiente, tener una enfermedad mental, estar desempleado o ser inmigrante—, sino desde el privilegio: ser adulto.

Por eso, a Murillo le parecen una manipulación las declaraciones del portavoz de Vox en el Congreso afirmando que las mujeres asesinan más a los niños. En sus perfiles en redes sociales, contestó: “Las mujeres no maltratan a menores por ser ellas mujeres, los maltratan por ser adultas”. Y lo hacen en proporciones muy similares a los hombres. Pensó muy bien esta respuesta, explica, porque no quería entrar en su juego, pero tampoco “tirar balones fuera” como las feministas que responden “no, los hombres más”. En las historias que ha conocido en su aula de música, las cifras están bastante igualadas. Aunque, eso sí, existe un estilo masculino y otro femenino: “Los padres son abandonadores y abusadores sexuales; las madres ejercen violencia física y psicológica”.

Entre todas las violencias que sufre la infancia, Murillo señala el abandono como la más común, la más invisibilizada y, también, una de las peores porque, según explica, es muy difícil de tratar. Crea una dependencia que muchos no superan, ni siquiera en la edad adulta: “Toda su infancia queda en stand by, esperando a sus padres, pensando: ‘Van a venir a por mí’”. Incluso rechazan a familias de acogida. Para Murillo, esa esperanza lo rompe todo porque crecen sin la oportunidad de restaurar males.

Afirma que el problema es que no vemos a los niños como seres humanos, sino como proyectos de seres humanos. Solo así se entiende que ignoremos sus protestas. Porque el activismo infantil existe, pero no lo estamos reconociendo. Murillo sugiere ir en septiembre a la puerta de un colegio. Allí encontraremos niños y niñas que se agarran a las piernas de sus madres para no entrar y eso, sostiene, es “resistencia pasiva”.

Poner infancia (y cuidados) en el centro

“La infancia es uno de los colectivos menos escuchados”, insiste Murillo. No hay herramientas ni plataformas suficientes para defenderlos. Ni si quiera en los movimientos sociales, de los que están excluidos desde el momento en que no pueden participar en los espacios de activismo. Hay que cambiar horarios y formas de organización, afirma, para que los niños y niñas tengan voz.

También, dentro del feminismo. Murillo denuncia que el movimiento está constantemente definiendo qué es una mujer, sin tener en cuenta a las niñas. Su objetivo es incluir la reflexión de la edad en este debate. Plantea que si pensamos solo en adultas cuando decimos mujeres o legislamos sobre mujeres, o hacemos activismo en defensa de los derechos de las mujeres, tenemos que revisarnos porque la figura de mujer lleva intrínseca la opresión de edad. Por eso, denuncia que hoy el feminismo es adultocentrista: solo defiende a las mujeres adultas y no tiene en cuenta el hecho de que una mujer adulta es una persona opresora respecto a la infancia. En las reivindicaciones del 8 de marzo, continúa, no se defiende a las niñas. Salimos a defender nuestros derechos, pero no nuestros deberes y, “como mujeres y activistas, tenemos muchísimos”.

Cuidar es uno de ellos. Murillo explica que tanta imposición de la maternidad y tanto “justísimo activismo en contra” han hecho que confundamos maternidad con cuidados. Está estupendo que las mujeres no estemos obligadas a ser madres, subraya, “pero todo el mundo tiene que cuidar”. En eso, el ecofeminismo da la clave, afirma: una sociedad solidaria es la que pone los cuidados en el centro.

Así ocurre en la Sala Mera, un espacio multidisciplinar dedicado a la infancia y al feminismo. Allí aprenden los niños y niñas del programa Becas la Caja de Música, una iniciativa destinada a menores en riesgo de exclusión social que, gracias a las aportaciones de los mecenas y al trabajo de Alicia Murillo —creadora del proyecto y profesora—, cumple su tercer año. La música no hace milagros, pero tocar en grupo “ayuda a que confíen unos en otros”, explica. Y estos niños necesitan volver a confiar, porque han sufrido la gran traición de sus vidas: ser maltratados por su padre o su madre.

La infancia no solo es protagonista en los ensayos de música, sino también en los talleres y charlas feministas que la Sala Mera organiza. Para que los niños y niñas estén a gusto, han apostado por cambiar arquitectónicamente el concepto de espacios: en lugar de sillas, se utiliza una alfombra grande con cojines y juguetes. Además, hay un patio sin coches al que pueden salir a jugar y las asistentes han acordado turnarse para acompañarlos. Así, explica Murillo, ninguna madre tiene porqué perderse toda la charla.

“Como activistas, no podemos pasar por encima de los derechos de otros colectivos”, concluye Murillo. Especialmente si son dependientes: ancianos, enfermos, niños… “La revolución feminista hay que hacerla bien o, ¿qué queremos? ¿convertirnos en hombres?”, cuestiona. Rotunda, niega: “Yo no tengo ningún interés; yo no quiero ser la Merkel”.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 11
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Economía social y solidaria
Cuando el arte se organiza: economía social y solidaria frente a la precariedad de la cultura
Artistas y gestoras culturales encuentran en cooperativas y asociaciones una alternativa para combatir la inestabilidad laboral, pero también para desarrollar proyectos con un trasfondo social.
Región de Murcia
Torre Pacheco, explotación humana y ambiental para que Europa pueda comer lechuga los 12 meses del año
Los migrantes que son perseguidos en Murcia son un engranaje clave de un insostenible modelo agroexportador que mantiene una alta rentabilidad tanto por la explotación humana como ambiental. “El modelo está petando”, coinciden los expertos.
Extrema derecha
Nuria Alabao: “Frente a la lógica reaccionaria que explota el odio, una política cara a cara y apoyo mutuo”
La periodista analiza en su primer libro, 'Las guerras de género. La política sexual de las derechas radicales', los elementos centrales de este movimiento ultraconservador global, desde su lucha contra los valores de la contracultura del 68 hasta el presente, en relación con las cuestiones de género.
Siria
Drusos: tierra, honor y armas
En el sur de Siria, la comunidad drusa mira con desconfianza el nuevo Gobierno de transición y, aunque no quiere la independencia, sí pide más autonomía.
Siria
Wael Tarbieh
“Israel hace que tu vida sea un infierno para que huyas por tu cuenta”
El ejército israelí, que ocupa los Altos del Golan desde 1967, amplía la ocupación a nuevos territorios sirios. Grupos locales denuncian que los soldados israelíes echan a la población civil de sus pueblos.
El Salto n.79
Galicia dice 'no' al capitalismo verde y en el último número de la Revista El Salto te lo contamos
Ya está disponible el número 79 de nuestra revista, en el que destacamos la investigación y el rechazo social que encuentra el proyecto de macrocelulosa de la multinacional Altri.
Francia
Calais, lugares de vida en la frontera
Segunda crónica desde la Caravana Abriendo Fronteras-Mugak Zabalduz, desde el paso fronterizo de Calais, lugar de paso entre Francia e Inglaterra.
Galicia
Todo lo que podría ser el género y cómo deshacerlo desde el escenario
La compañía Disiden.cia rompe los moldes de la identidad con ‘Bipedestrucción’ en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia, que cumple 41 ediciones con una apuesta radical por la diversidad, la memoria y el pensamiento crítico.
Asturias
Las Seis de la Suiza consiguen el tercer grado penitenciario a la espera del indulto prometido por el Gobierno
Las sindicalistas podrán cumplir su condena en régimen de semilibertad y durmiendo en la cárcel. Se prevé que las manifestaciones continúan a la espera del indulto prometido por la vicepresidenta Yolanda Díaz, aún sin fecha de posible aprobación.

Últimas

Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Portugal
La derecha y la extrema derecha portuguesas acuerdan una ley antimigrantes sin precedentes
El Parlamento luso aprueba una ley que endurece los requisitos para la obtención de nacionalidad a los extranjeros, incluyendo a los lusófonos, y limita extraordinariamente los supuestos de reagrupación familiar.
Análisis
¿Estamos dejando las maternidades en manos de la extrema derecha?
¿Existen diferencias entre las propuestas fascistas o postfascistas y las propuestas feministas en relación a las maternidades?
Euskal Herria
La transferencia a Euskadi de los subsidios de desempleo se atasca
La reunión entre Pradales y Sánchez ha servido para pactar el traspaso de algunas prestaciones familiares, pero aún no ha prosperado la negociación sobre los subsidios de desempleo con el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Incendios
El vecindario de la Cañada responsabiliza del incendio a Ayuso y denuncia la actuación de Emergencias
Un total de 19 dotaciones de Bomberos acudió a sofocar un incendio en el sector 6, afectado por cortes de luz desde 2020, como vienen denunciado vecinos y organizaciones.
Más noticias
Grecia
Grecia muestra su peor cara ante el aumento de llegadas de personas migrantes a Creta
El país heleno suspende, durante los próximos tres meses, los procedimientos de asilo para las personas migrantes que lleguen por mar desde el norte de África.
Torrejón de Ardoz
Torrejón clama justicia por Abderrahim un mes después de que muriera asfixiado por un policía de Madrid
La plataforma Justicia por Abderrahim ha querido sacar músculo en las calles de la ciudad y honrar la memoria del vecino magrebí fallecido estrangulado por el agente municipal.
Palestina
El ataque de Israel a una iglesia indigna al Gobierno francés, que sigue sin hacer nada contra el genocidio
Eslovenia se convierte en el primer país europeo en prohibir la entrada y en imponer sanciones contra jerarcas del régimen de Tel Aviv.

Recomendadas

Laboral
Legislación laboral en condiciones de calor extremo: existe pero ¿se aplica?
Los sindicatos y expertos demandan mejoras en los reglamentos, que muchas veces dejan en manos de la buena voluntad de las empresas aplicar medidas de protección en alertas meteorológicas.
Pensamiento
Nuria Romo
“Los procesos de medicalización no son neutros, se hacen sobre todo hacia las mujeres”
Catedrática de Antropología Social y Cultural, Nuria Romo Avilés lleva más de dos décadas compaginando la investigación con perspectiva de género acerca de drogodependencia con la docencia en la Universidad de Granada.
Comunismo
Jodi Dean
“Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
La politóloga e historiadora Jodi Dean ha estado en Barcelona para reivindicar el poder de las organizaciones políticas y de la camaradería. En la actualidad trabaja sobre el neofeudalismo y la reconfiguración de la clase trabajadora.
Arte contemporáneo
Palabras contra el poder: la vigencia radical de Barbara Kruger
La primera retrospectiva completa de Barbara Kruger en España presenta los distintos formatos y soportes con los que ha trabajado en las últimas cinco décadas: ‘paste-up’, instalaciones de vídeo, obras en LED y vinilos murales.
Comentarios 11

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...