Las sanciones europeas contra colonos israelíes, sin impacto en Cisjordania

Mientras el mundo mira hacia Gaza, Israel y los grupos de colonos violentos que residen en Cisjordania están haciendo lo mismo de siempre pero a un ritmo más elevado que nunca.
Cisjordania, ocupación en Yenín y Tulkarem - 8
Mauricio Morales Calles destruidas en el barrio oriental de Yenín, tras una incursión militar israelí los días 3 y 4 de marzo.

La construcción de viviendas para israelíes en Cisjordania alcanza este 2025 máximos históricos, como también lo hacen los registros sobre apropiación de tierra palestina por parte de Israel o sobre agresiones lanzadas por colonos israelíes contra la ciudadanía palestina. Todo, amparado por un Gobierno israelí de extrema derecha que sueña abiertamente con anexionar el territorio a corto plazo.

En un contexto de creciente oposición popular hacia las agresiones israelíes contra la población palestina, algunos líderes occidentales han barajado abiertamente la posibilidad de emitir o de ampliar las sanciones contra colonos israelíes. Es el caso de Canadá, Francia o el Reino Unido.

Londres, de hecho, ya tiene en marcha algunas medidas coercitivas contra una serie de individuos israelíes que residen en Cisjordania. La capital británica, que este mayo ha incrementado las sanciones contra algunos colonos, los acusa de ser impulsores de proyectos que “amenazan, perpetran y apoyan actos de agresión y de violencia” contra los nativos de la Cisjordania ocupada. David Lammy, ministro de Exteriores del Reino Unido, ha asegurado que estas medidas demuestran “nuestra firmeza para rendir cuentas con los colonos extremistas, mientras comunidades palestinas sufren violencia e intimidación”.

Las sanciones individuales, ¿sirven para algo?

El anuncio de Lammy llegaba meses después de que Donald Trump, que asumió la presidencia de Estados Unidos en enero, tomara ese mismo mes la dirección contraria y levantara sanciones contra colonos a los que Joe Biden había sancionado el año anterior.

Una de las personas en el punto de mira del Gobierno británico, también en el foco de la anterior Administración estadounidense, es Neria Ben Pazi. Londres le tiene en la lista de sanciones de manera personal desde hace un año, y ahora ha incluido la organización que lidera.

Desde hace años, este colono israelí está implicado en la creación de “puestos de avanzada”. Estas construcciones, que a veces pueden ser unas simples barracas, sirven de puntos base desde los cuales los colonos lanzan ataques contra las comunidades palestinas, a menudo con la intención de expulsarlas del territorio.

Aunque Israel considera ilegales los puestos de avanzada, los protege y a menudo los legaliza, con lo cual pasan a convertirse en asentamientos. En Cisjordania, el derecho internacional considera ilegales tanto los asentamientos israelíes, donde residen centenares de miles de judíos israelíes, como los puestos de avanzada.

Aunque Israel considera ilegales los puestos de avanzada, los protege y a menudo los legaliza, con lo cual pasan a convertirse en asentamientos

El establecimiento de puestos de avanzada está especialmente presente entre las colinas áridas del Valle del Jordán, en el este del territorio, donde predominan las comunidades beduinas de pastores. Su forma de vida, lejos de la urbanización y a menudo carente de estructuras sólidas, les hace más vulnerables ante las intimidaciones de los colonos.

Ben Pazi, que está en contacto permanente con los cuerpos de seguridad israelíes, también ha estado implicado en la expulsión de comunidades palestinas enteras en Cisjordania. Un ejemplo de ello es la comunidad de Wadi al Seeq. Junto con otros colonos y con el apoyo de soldados israelíes, Ben Pazi coordinó en 2023 la “limpieza” de este lugar de presencia palestina.

Las sanciones británicas que ya existen sobre algunos colonos y las amenazas de otros países de tomar acciones similares no tienen por ahora ningún impacto sobre los sancionados

La operación, según explica un artículo de New Yorker, incluyó palizas y torturas contra civiles palestinos y contra activistas israelíes. Ese mismo medio recogió tres declaraciones que retratan el modo en el que las autoridades israelíes acogen individuos como Ben Pazi: “Él mantiene a los árabes alejados, que es algo conveniente”, decía el líder de un asentamiento en Cisjordania. “Hay que contar con personas que crean en esta misión pionera y que lideren la tarea de mantener el control de la tierra”, aseguraba Avi Naim, antiguo miembro del ministerio de Asentamientos. “Ben Pazi es la primera línea de defensa contra el enemigo”, tuiteó Amichai Eliyahu, ministro de Patrimonio, después de visitarle en territorio ocupado.

Las sanciones británicas que ya existen sobre algunos colonos y las amenazas de otros países de tomar acciones similares no tienen por ahora ningún impacto sobre los sancionados. Ben Pazi, ya sancionado, es uno de los colonos que se han unido durante los últimos días a una campaña de intimidación que ha logrado expulsar a los palestinos de Mughayyir al Deir. Se trataba de una comunidad beduina, formada por pastores, con 150 residentes y ubicada a 20 kilómetros de Ramala, la capital de Cisjordania. Al principio de la operación, los colonos construyeron un punto de avanzada ubicado a 100 metros de la comunidad, lo que ocasionó el miedo y el terror de los habitantes del enclave. Más tarde, llegó la expulsión final.

“Los palestinos fueron expulsados”, explica en declaraciones a El Salto el activista israelí contrario a la ocupación Guy Hirschfeld: “Tuvieron que huir después de que los colonos llegaran al lugar”. Según Hirschfeld, los colonos metieron a sus ovejas en el corral y se hicieron con el control de los terrenos. “La comunidad sobrevivió hasta la semana pasada. Cuando Ben Pazi llegó con sus matones, la comunidad decidió escapar antes de sufrir todavía más. Todo estaba coordinado por él”, explica el veterano activista, que añade que a este tipo de colonos “las sanciones no les importan; no les afectan en el ámbito personal”.

La entrada de Ben Gvir y Bezalel Smotrich en la Knesset, un punto de inflexión

Lo sucedido en Mughayyir al Deir encaja con el objetivo abiertamente reivindicado por miembros del Gobierno de Israel, que ansían la repoblación de Cisjordania y la sustitución de la población palestina por población israelí.

Aunque anteriores gobiernos israelíes de un perfil más centrista también han impulsado la construcción de asentamientos en territorio ocupado, la tendencia ha ido al alza desde que colonos que comparten la ideología de hombres como Ben Pazi —y que salen del mismo espacio y ecosistema— han alcanzado posiciones de poder en la Knesset. Se trata de individuos que se ven a sí mismos como responsables de una misión mesiánica, la de entregar Cisjordania —Judea y Samaria, según escrituras bíblicas— al pueblo judío.

Dos hombres que habían llegado a ser investigados en Israel por terrorismo, ahora pasaban a ocupar posiciones de poder

Esto se vio de manera evidente a finales de 2022, cuando Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich—-colonos que residen en Cisjordania— se convirtieron en ministros del gobierno de Benjamin Netanyahu. Supuso un punto de inflexión: dos hombres que habían llegado a ser investigados en Israel por terrorismo, ahora pasaban a ocupar posiciones de poder. Ben Gvir, como ministro de Seguridad Nacional y jefe de las Fuerzas de Seguridad. Smotrich, como ministro de Finanzas y con cargos de responsabilidad en administraciones que gestionan la Cisjordania ocupada.

La llegada al poder de ambos aceleró las cosas en las instituciones, donde se tomaron medidas para agilizar la construcción de asentamientos en Cisjordania; y sobre el terreno, donde Ben Gvir distribuyó armas y uniformes militares entre grupos de colonos violentos. A partir de entonces, cuando los beduinos veían llegar hordas de hombres armados y vestidos como soldados, no sabían si se trataba del Ejército regular o de matones disfrazados.

Este 2025 se ha aprobado la construcción de casi 17.000 viviendas en ese territorio palestino, un récord "histórico”
Peace Now, una organización israelí que monitorea la construcción de asentamientos en Cisjordania, alerta de que este 2025 se ha aprobado la construcción de casi 17.000 viviendas en ese territorio palestino. “Un récord histórico”, lamenta el grupo. Smotrich no lo esconde. Este mayo, el ministro y líder colono ha reivindicado la construcción de estas viviendas, así como de carreteras y otros servicios que las nutren. “Se ha aprobado de manera silenciosa y sin espectáculo”. Se prevé que la construcción de futuros asentamientos divida Cisjordania en dos mitades. “Así es como se mata el Estado palestino de facto”, ha dicho Smotrich este mes: “Si Dios quiere, durante este mismo mandato habrá soberanía [israelí] sobre Judea y Samaria [en referencia a la anexión de Cisjordania]”.
En 2024 Israel se apropió ilegalmente “de más tierra palestina que toda la que se habían anexionado durante los últimos 20 años”

“Cisjordania está sufriendo unos niveles de violencia sin precedentes para este territorio”, explica Zainah el-Haroun, portavoz de la organización de defensa de los derechos humanos Al Haq, con base en Ramala. El-Haroun denuncia a este diario que en 2024 las autoridades israelíes se apropiaron ilegalmente “de más tierra palestina que toda la que se habían anexionado durante los últimos 20 años”. La violencia de los colonos contra los civiles palestinos también se ha disparado durante los últimos años. En 2021, explica el-Haroun, las Naciones Unidas registraron una media de un ataque violento al día. En 2022, la cifra se dobló a los dos ataques diarios. Tras octubre de 2023, la cifra llegó a los siete ataques cada 24 horas.

“Este tipo de colonos están apoyados por el Estado”, denuncia Al Haq. Cuando establecen un punto de avanzada, como el que han implantado al lado de Mughayyir al Deir, “el Estado de Israel los conecta a las redes de agua y de electricidad”, algo que no se hace con las comunidades palestinas. Según los cálculos de esta organización, la violencia israelí desde octubre de 2023 se ha traducido en la expulsión de 46 comunidades en Cisjordania.

Por todo ello, explica el-Haroun, lanzar sanciones contra unos pocos colonos está lejos de ser una acción que pueda invertir la tendencia en este territorio ocupado. “Tememos que lo estén haciendo como chivo expiatorio”, dice, “como cuando se culpa a Netanyahu de todo lo que perpetra el régimen israelí”. La portavoz de Al Haq no entiende el inmovilismo global. “[Los líderes israelíes] están hablando abiertamente de anexión. Hablan abiertamente de limpieza étnica. Admiten sus propios crímenes. ¿Dónde está la acción?”, concluye.

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