Palestina
La ONG anti-UNRWA lanzada por exespías y marines de EEUU siembra el caos en el reparto de alimentos en Gaza

Bendecida por Israel e impuesta por Estados Unidos como parte del “plan riviera” anunciado por Donald Trump, la ONG Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) ha comenzado esta semana la distribución de ayuda humanitaria a la población del territorio palestino bajo asedio. Las primeras horas de ese reparto, que la ONG lleva a cabo junto con dos empresas de seguridad con sede en Estados Unidos, han estado marcadas por el caos. GHF no tiene recursos, empleados ni almacenes sobre el terreno, pero tiene el apoyo de la administración Netanyahu, responsable del posible delito de genocidio que, según la Corte Internacional de Justicia, está produciéndose en Gaza.
Las imágenes publicadas por Drop Site News muestran escenas de caos: miles de personas haciendo colas al sol durante horas, en recintos vallados y en condiciones de hacinamiento. Asimismo, también se señala que muchas personas no han acudido a por la ayuda debido al proceso de detección con tecnología de reconocimiento facial y biométrico de la GHF, que está favoreciendo la detención de civiles en la “jaula bajo control armado” donde se acumulan las personas que esperan.
Los informes recogidos por Al Jazeera indican que el ejército israelí intervino, incluso disparando al aire. Los reportes señalan también que una persona fue capturada por parte de GHF y se encuentra desaparecida, “que fue secuestrado cuando fue a buscar una de las pequeñas cajas de comida” en el punto de distribución del cruce de Muraj, según el periodista Jeremy Scahill.
Por parte del Departamento de Estado de EEUU se ha comunicado que a través de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) el martes se han repartido 8.000 cajas de alimentos que contenían más de 460.000 comidas. Muchas personas volvieron de vacío tras horas de espera.
“Los llamados 'lugares de distribución seguros' no son más que 'guetos de separación segregados' establecidos bajo supervisión israelí en zonas vulnerables y militarizadas” denuncia el Gobierno de Gaza
Eyad Amawi, coordinador del Programa de Ayuda de Gaza (Gaza Relief Program), que colabora con organizaciones internacionales de ayuda y representa a miles de familias desplazadas en Deir al-Balah, resaltaba para Drop News la insuficiencia de esas ayudas. Los alimentos de esas ocho mil cajas caben en siete camiones y las necesidades actuales en Gaza son de más de 600 camiones diarios. Amawi recordaba en una intervención televisiva que más de 3.000 camiones están en la frontera egipcia y aún esperan el permiso del lado israelí para entrar en Gaza.
Desde el Gobierno de Gaza, las imágenes de caos registradas el martes refleja el colapso de la vía de resolución del problema humanitario tomada por los responsables de la creación de ese problema: “Los llamados 'lugares de distribución seguros' no son más que 'guetos de separación segregados' establecidos bajo supervisión israelí en zonas vulnerables y militarizadas. Representan un modelo coercitivo de 'corredores humanitarios' armados, utilizados como fachada para implementar las agendas de seguridad israelíes, reforzando políticas de hambre y chantaje, especialmente en medio de la obstrucción sistemática de la entrada de ayuda humanitaria a través de los cruces fronterizos oficiales y organizaciones humanitarias internacionales independientes”, señala el Gobierno en un comunicado.
El embudo creado para el reparto por parte de GHF llevó al punto de Rafah donde se distribuía a personas procedentes desde Khan Younis, a unos ocho kilómetros y desde la propia ciudad de Gaza, a más de 40 km. El Gobierno de Gaza, dirigido por Hamás, reseña que 77.000 niños y niñas están expuestos a la muerte debido a la desnutrición, el hambre y la escasez de alimentos.
Adnan Abu Hasna, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina, ha señalado el contrasentido de enviar a estos puntos de distribución —se plantean cuatro— a las personas necesitadas de ayuda, un gran número de ellas en situación de hambruna. Esos cuatro puntos están dentro de la llamada “zona estéril”, bajo control de las Fuerzas de Defensa de Israel para distribuir alimentos y medicinas“. Según anunció el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la distribución en esa zona será mínima.
La agencia y otras ONG expertas en el auxilio humanitario han criticado duramente los métodos usados por la Fundación Humanitaria de Gaza. Las críticas han llegado también desde World Central Kitchen, la organización fundada por el cocinero José Andrés: “La Fundación Humanitaria de Gaza ha dejado a los palestinos sin comida”, criticó.
Petraeus, de KKR, bendice el plan de entrega de ayuda
Creada este mismo año en Ginebra (Suiza), la Fundación Humanitaria de Gaza está formada por agentes de la inteligencia estadounidense y exmarines. Un artículo de The Washington Post publicada esta semana explicaba que los propios impulsores del proyecto reconocían que se trata de una “entidad completamente nueva... que no cuenta con proyectos ni resultados previos en los que basarse”.
Esa falta de experiencia no solo se aplica sobre lo logístico sino también en el escepticismo hacia su propia financiación. GHF se fundó en febrero de este año y ya ha recibido, según ha informado Reuters, 100 millones de dólares de un donante anónimo. Pero el hecho de proceder de EEUU y venir avalada por la Administración Trump fue el motivo inicial de su nacimiento en Suiza, un hecho que se ha visto truncado esta semana.
El pretexto para su papel como principal designado para la distribución de la ayuda es que Hamás “no obtenga paquetes de alimentos”. Su papel ha sido cuestionado desde el comienzo por organizaciones de la sociedad civil. Amnistía Internacional de Suiza emitía un comunicado que explicaba que “no es posible decir con certeza si los servicios prestados por la Fundación Humanitaria de Gaza contribuirían a crímenes internacionales, pero el riesgo existe”.
Esto relega a la UNRWA, acusada desde el inicio de la campaña de exterminio por Israel y considerada “terrorista” por la knesset —el Parlamento israelí— en la distribución de alimentos y material de primera necesidad. 13.000 trabajadores humanitarios de UNRWA en Gaza quedan marginados en la distribución de esa ayuda en favor de una ONG con menos de medio año de vida y plagada de individuos sin experiencia en este tipo de gestión.
En el consejo de Team Rubicon también está David Petraeus, exdirector de la agencia de inteligencia estadounidense CIA, y en la actualidad presidente del fondo de inversión KKR para Oriente Medio
El lunes, Jake Wood, director de esta organización elegida por EEUU e Israel para la distribución de la ayuda, anunciaba su dimisión porque la ONG no estaba pudiendo operar en base “a los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia”.
Wood, cara visible de la ONG hasta esta semana, es un exfrancotirador de la Marina de los EEUU, con experiencia en emergencias en Haití —uno de los países más castigados por catástrofes humanitarias e injerencias extranjeras del planeta.

Wood intervino en Haití mediante su empresa Team Rubicon, especializada en desastres naturales y asociada desde hace más de una década con la compañía armamentística y de ciberseguridad, Palantir, propiedad del 'broligarca' Peter Thiel.
En el consejo de Team Rubicon también está David Petraeus, general de cuatro estrellas, exdirector de la agencia de inteligencia estadounidense CIA, y en la actualidad presidente del fondo de inversión KKR para Oriente Medio.
En virtud de ese cargo, Petraeus explicaba a Expansión el pasado 22 de mayo los objetivos de establecer un tipo de control de Gaza “similar a lo experimentado en Iraq, facilitando a la gente el regreso a sus casas, mediante controles que permitan crear una zona de seguridad. Una vez que tienes la seguridad, puedes introducir ayuda humanitaria a través de ONGs o programas de alimentos”.
El big money aparece en la hoja de ruta de la Fundación Humanitaria de Gaza a través de Truist Bank JPMorgan Chase y probablemente Goldman Sachs.
Tras la dimisión de Wood, la GFH suiza anunció que se retiraba y dejaba la responsabilidad a una fundación con el mismo nombre pero con dirección corporativa en Delaware, Estados Unidos, de la que se conoce menos aún que de la fundación del mismo nombre registrada en Ginebra.
Mara Kronenfeld, directora ejecutiva de UNRWA Estados Unidos, explicaba en un post en Linkedin que “la GFH (la antigua y la nueva) no es independiente ni transparente. Dependerá completamente de la coordinación militar israelí para su lanzamiento, principalmente en el sur de Gaza. Este enfoque geográfico se alinea convenientemente con Israel, cuyo objetivo declarado públicamente es expulsar a toda la población del norte de Gaza y, finalmente, a toda la población de Gaza, según las declaraciones de altos funcionarios israelíes”.
Kronenfeld, descendiente de judíos asesinados en la shoa, ha comparado el plan de Israel en las zonas estériles con los campos de concentración nazis. El pretexto de que la ayuda distribuida por Naciones Unidas caerá en manos de Hamás, que la GFH ha esgrimido sin pruebas, incurre, según los expertos, en la definición canónica de castigo colectivo, condenado por el derecho internacional.
Jens Laerke, portavoz de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), ha afirmado que GHF amenazó a la ONU con expulsarla si se negaba a cooperar, informa Mint Press.
Mercenarios de Blackwater en la distribución de alimentos
La ayuda es distribuida por GHF con la colaboración de dos contratas estadounidenses de seguridad: Safe Reach Solutions (SRS) y UG Solutions, compuestas por exmiembros de la CIA, Blackwater y militares estadounidenses. En el caso de SRS, el medio israelí Haaretz ha informado de que su director trabajó 29 años en la CIA, además, ha sido vicepresidente de Constellis, otra contratista de mercenarios considerada una reencarnación de la mucho más conocida agencia Blackwater. En el caso de UG Solutions, fue fundada por un boina verde de EEUU.
Haaretz revela en su reportaje que en EE UU se contempla la posibilidad de que estas dos contratistas estén siendo pagadas por el gobierno israelí o por ricos empresarios pro-israelíes cuyo objetivo puede ser el “desplazamiento masivo e incluso el traslado forzado de población”.
“El sistema de la Fundación Humanitaria de Gaza es, por su propia naturaleza, un sistema de ocupación, control y desplazamiento” ha denunciado el activista Ameer Makhoul
Las dos contratistas han trabajado previamente en el llamado corredor Netzarim, el puesto de control militar construido por Israel, que durante el alto el fuego que se extendió desde finales de enero hasta el 18 de marzo fue el escenario de las largas esperas de la población gazatí.
The Wahington Post apuntaba a dos figuras clave en las conversaciones que han dado lugar al nacimiento de GHF. El primero es Liran Tancman, empresario y reservista de la unidad de inteligencia 8200 de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI); el segundo Michael Eisenberg, vinculado a la nueva empresa de Shalev Hulio, fundador de NSO, creador del software de espionaje Pegasus.
Ameer Makhoul, destacado activista por los derechos humanos en Israel —y represaliado en la década pasada por el Régimen de Tel Aviv— ha dado la voz de alarma sobre lo que está ocurriendo en nombre de la ayuda: “El sistema de la Fundación Humanitaria de Gaza es, por su propia naturaleza, un sistema de ocupación, control y desplazamiento. No garantiza alivio para los palestinos ni el fin de la guerra contra ellos”.
“Con el dinero de los contribuyentes estadounidenses fluyendo a manos de exagentes de inteligencia, agentes financieros globales y mercenarios, la Fundación Humanitaria de Gaza representa la convergencia de la vigilancia de Silicon Valley, la especulación de Wall Street y los objetivos militares sionistas”, concluye el periodista y documentalista Robert Inlakesh en Mint Press.
Espionaje
Los señores israelíes de la ciberguerra
Relacionadas
Siria
Israel da un paso más en la desestabilización de Oriente Medio y ataca Damasco
Comunismo
Jodi Dean: “Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
Justicia
La justicia española ordena a Juana Rivas que entregue a su hijo menor al padre para su regreso a Italia
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
Economía
Montoro, el ministro de los recortes del gobierno del PP, imputado por presunto tráfico de leyes
Aborto
Gritos de “asesina” y citación en comisaría: así es abortar cuando te acosan grupos antielección
Madrid
Victoria inquilina: la Justicia reconoce como abusivas seis de siete cláusulas del fondo buitre Nestar
Siria
La justicia, el gran reto de la transición siria
Opinión
Racismo en Torre Pacheco
Con todos ustedes: España
Últimas
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Opinión
Lecciones de Torre Pacheco. Combatir el racismo desde la fuerza de clase
México
Si México fuera verde: niñas madres, leyes muertas y la lucha por decidir
Análisis
La carrera que nunca termina: una respuesta a Quinn Slobodian
Murcia
La Fiscalía de Murcia investigará si el presidente de Vox Murcia ha incurrido en delitos de odio
Opinión
Superman y el ‘reset’ de los superhéroes en crisis
Comunidad de Madrid
Los bomberos forestales madrileños inician una huelga de un mes
Opinión
Lo de Torre Pacheco tiene un nombre: terrorismo supremacista blanco
Opinión
Integración, valores europeos, y otros grandes chistes racistas
Recomendadas
Arte contemporáneo
Palabras contra el poder: la vigencia radical de Barbara Kruger
Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!