Explotación laboral
“En HaciendasBio, te dan de baja el día 29 de cada mes y luego te vuelven a contratar”
El verano pasado, las noticias sobre HaciendasBio corrían como la pólvora de boca en boca por el campo extremeño. La pujante empresa agroecológica ubicada entre Mérida y Esparragalejo tenía a sus trabajadores y trabajadoras en pie de guerra. En la actualidad, acumula seis meses sin hacer efectiva la subida del Salario Mínimo Interprofesional decretada por el Gobierno. Recogemos dos testimonios de extrabajadoras.

El verano pasado, las noticias sobre HaciendasBio corrían como la pólvora de boca en boca por cuestiones de las que poco se habla, y menos en la prensa. Varias decenas de jornaleros y jornaleras contratadas por la empresa agroalimentaria se negaban a se seguir trabajando hasta que no se les pagaran los salarios atrasados que acumulaban.
Este mes de marzo la plantilla volvía a concentrarse a las puertas de la fábrica para reclamar la subida del Salario Mínimo Interprofesional decretada por el Gobierno de Pedro Sánchez y de obligado cumplimiento a partir del 1 de enero de 2019. La respuesta de la empresa fue clara: “en cuanto se haga oficial la nueva tabla salarial, ya ratificada por la patronal o cualquier organismo oficial, se pagarán los salarios correspondientes y todos los atrasos debidos con carácter retroactivo”. A junio de 2019, a pesar del laudo arbitral que confirma la subida del salario mínimo en el campo, esta sigue sin aplicarse a los trabajadores y trabajadoras de HaciendasBIO. Son seis meses de atrasos.
Para quien no la conozca, HaciendasBio es un empresa productora de fruta y verdura ecológica —con fuerte participación del grupo Agostini, vinculado a Atresmedia— propietaria de 2.263 hectáreas de cultivo repartidas en 35 fincas ubicadas entre Cataluña, Canarias, Aragón, Andalucía y Extremadura, que se ha constituido en los últimos años como el conglomerado agroindustrial líder en España en producción ecológica. Su sede central se encuentra en la finca La Albuera, un paraje rústico situado entre Mérida y Esparragalejo en el que en plena campaña agrícola llegan a trabajar más de 1.500 personas.
Aunque la empresa ha crecido en los últimos años de manera exponencial, con una facturación de 32 millones de euros en 2018, más de un 60% superior a la del año anterior, y el halago unánime de la prensa de información económica, las dudas sobre las condiciones laborales de sus trabajadores y trabajadoras también se mantienen al alza.
Para tratar de despejarlas, hemos hablado con dos extrabajadoras de la empresa. El primer testimonio es de una joven jornalera de Montijo que trabajó durante siete meses en HaciendasBio en el entresaque y recogida de fruta. Aunque prefiere mantenerse en el anonimato, se lamenta de que, fuera de campaña, haya tan poco trabajo para la mujer en la agricultura. A ella le han vuelto a llamar para la campaña de este año, pero no ha aceptado la oferta porque, según nos dice, ha encontrado trabajo en mejores condiciones en la hostelería.

En un radio de apenas de 10 kilómetros, la empresa tiene, por lo menos, tres fincas: Torremayor, Guadiana y Pueblonuevo. “Por esta zona, nos cuenta nuestra entrevistada, tiene muy mala fama, porque tienen muy malas maneras con los/as trabajadores/as”. Cuando preguntamos en qué se traduce esas “malas maneras”, la retahíla de prácticas, cuando menos de dudosa legalidad, es interminable: “En la central han estado registrando los coches de las trabajadoras por si te llevabas fruta para casa, dan de baja a la gente el día 29 de cada mes, para que no cojas antigüedad, y luego la vuelven a contratar, etc. El año pasado, en plena ola de calor nos hacían seguir currando a más de 40 grados. A once mujeres les dio un golpe. Era inhumano”.
¿Cuánto pagan?
Hasta el año pasado pagaban a 5,40€/hora, te salía el día por 35€ más o menos, pero este año lo han subido a poco más de 6€/hora, 6,5€ más o menos. Yo creo que es una estrategia para que la gente se crea que están pagando la subida del salario mínimo, pero la verdad es que no llega al salario mínimo (que está en 7,13€/hora para fijos y eventuales, por lo que en el campo se deben cobrar 46,34€ por seis horas y media de jornada). Además, pagan todas las horas al mismo precio, aunque sean horas extras, nocturnidad, etc., y, si se te acaba el corte antes de la jornada, no te dan la peonada.
Hace mucho tiempo que funcionan por rendimiento, para achucharte y que trabajes más. El rendimiento lo calcula un perito que va allí un rato y mira cuánto se tarda, por ejemplo, en podar un árbol y, a partir de ahí, echa cuentas y te dice cuántos árboles hay que podar al día. Pero, claro, así no se tiene en cuenta el descanso ni si un árbol es más grande que otro. Son solo matemáticas. Para el rendimiento, siguen un sistema diferente según el tipo de cultivo: por caja, por árbol, por surco, por kilos, etc. Cuando acaba la jornada, marcas la fila o el surco por donde lo has dejado, para saber por dónde seguir el día siguiente. Esto lo utilizan para vigilar si un día haces menos o si unas personas avanzan más lento que otras, para presionarnos. Hace cuestión de un mes han puesto por aquí “incentivos” en el entresaque. A partir de 30 árboles te pagan 3€/árbol.
¿Qué ocurrió el verano pasado con la huelga porque no pagaban a los/as trabajadores/as?
La subcontrata sí pagaba más o menos puntual, la que no pagaba en tiempo era la propia HaciendasBio. Después de todo el revuelo que se formó empezaron a pagar, pero a los dos meses ya estaban otra vez igual.
¿Qué opinas sobre la noticia de tener que fichar en el campo?
Eso se hace en HaciendasBio desde hace mucho tiempo. Se hace a través de una máquina donde pones la mano y metes un código. Se controla por tramos de media hora. Si fichas unos minutos tarde dentro de la primera hora, te quitan el sueldo de media hora completa de forma automática, y así en cada tramo. Lo puedes reclamar pero es un poco pesado.
Pagan todas las horas al mismo precio, aunque sean horas extras, nocturnidad, etc.
A la hora de fichar, durante la cosecha, se forman grandes colas y estamos al sol con mucho calor. Esperando pierdes un tiempo que no te pagan, un cuarto de hora como mínimo cada vez que fichas.
Dicen que no se puede fumar allí, porque es ecológico –cosa que dudamos mucho-, y sin embrago tienen a gente echando productos como cobre o azufre sin tener el curso de "fitosanitarios".
¿Conoces cómo es el trabajo en las fábricas?
Tienen muy malas formas, las tienen vigiladas.
¿Y no tienen inspecciones?
Cuando hay inspecciones, están avisados y nos dan instrucciones de hasta cómo tenemos que hablar y cómo comportarnos.
¿Tiene representante sindical?
Me parece que hay uno para toda la empresa, que es muy grande, pero no estoy segura. Aunque, si es quien yo creo, es una buena "lámina".
¿Hay trabajos separados por cuestión de género?
Bueno, las mujeres hacen sobre todo entresaque y cogida; los hombres, también, pero ellos hacen además otros trabajos.
Con las herramientas nos pasa como a Raúl, el jornalero que se ha hecho famoso, las tijeras las tienes que traer de casa, la empresa solo pone los recambios.
Es increíble, con el montón de perras que mueven y que te paguen lo que te pagan. Hasta los más chicos te pagan más, 2-3€ más al día. Muchos de los chicos te pagan 38-39€/día. Así que la gente se va. Yo tengo muchos amigos que se han ido a Madrid. Si pagaran más, la gente se quedaría aquí. Lo que no puedes es estar pegando bandazos todo el día por ahí y llegar a casa con seis mil pesetas.

Tras estas ilustrativas declaraciones, nos disponemos a contrastarlas con otra extrabajadora afincada en Guareña. “Estuve en Los Concejiles (término de La Zarza, junto al pantano de Alange) unas dos semanas más o menos, porque me salió otra cosa y salí pitando de la mafia esa”, son sus primeras palabras.
Dejamos que hable: "Entrábamos a eso de las 7 de la mañana. Teníamos que fichar, y a las que llevaban coche nos separaban en distintas cuadrillas. Ahí venía la primera del día. Como los coches los turnamos, si tú ese día no llevabas, te tenías que buscar la vida y, si los coches iban llenos, te tenías que ir al corte andando por una finca que no conocías, te perdías, llegabas tarde al corte y ahí venía la primera bronca de la mañana. Luego ya ibas de culo todo el día a destajo, porque la gente que había podido llegar en hora ya te llevaba unos árboles de ventaja al empezar antes, y eso te exigía ir a destajo todo el día porque te pedían hacer un número de árboles".
¿Cuántos árboles te piden como mínimo?
Pues depende de cómo estaban los árboles, aveces eran 25, otras 46, y te amenazaban con echarte a la calle. De hecho, a los que menos hacían los dejaban en casa, sin tener en cuenta que todos los "líneos" no son iguales, porque unos tienen más fruta que otros. En fin, todo el día con amenazas.
Llegabas a casa con 35€ después de ir todo el día a destajo
A la hora de irnos a casa la gente que llevaba coche tenía “la suerte” de perder quince minutos fuera del horario para fichar, porque quienes no tuvieran coche ese día perdían otros 15 minutos más andando hasta llegar al fichero para hacer cola. Llegabas a casa con 35€ después de ir todo el día a destajo.
Como dice la chica de Montijo, todos los meses te dan de baja antes de terminar el mes y de alta de nuevo al empezar el mes. Y es cierto que no te dejan fumar, es más, ni siquiera te dejan echarte repelente de mosquitos por ser ecológico. Imagínate en pleno verano.
Y ya te digo, broncas todos los días. El día que me fui, reñí con mi encargada porque una compañera me sujetó la escalera porque no apoyaba bien y tenía que entresacar unas ramas. Eso a ella no le gustó y yo, que tampoco me callo, los mandé a tomar por culo y le dije que no me volverían a ver el pelo.
Esa fue mi corta y mala experiencia en HaciendasBio.
Los autores de este artículo somos conscientes de que una parte del empresariado agrario extremeño cumple el convenio colectivo e incluso ya está aplicando la subida del salario mínimo, aunque la propia patronal se oponga a ello. También somos conscientes de la importancia de la agricultura ecológica para el futuro de nuestro pueblo, pero tenemos muy claro que hay que defender la tierra y los derechos de las personas que la trabajan. Ambas cosas son inseparables.
Estos testimonios son únicos y exclusivos de estas dos mujeres, pero el hecho de las dificultades que hemos encontrado para que la gente quiera hablar, y que las que hablen no quieran ser identificadas, nos da una idea de que en una parte del campo extremeño en general, y en HaciendasBio en particular, no es oro todo lo que reluce.
*Nota: seguiremos hablando de otras empresas en artículos posteriores.
Agroecología
Embudos verdes (I)
¿Por qué no está despegando el sector de agricultura ecológica en Extremadura?
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