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Análisis
Voto, demografía y renta, una mirada a las elecciones vascas
Este domingo se celebran elecciones autonómicas vascas en un contexto de indecisión política: aunque la probabilidad de que el Gobierno resultante sea continuista es muy alta puede darse el primer sorpasso de la izquierda abertzale al PNV, perdiendo su posición como partido dominante del espacio nacionalista vasco —y partido más votado en unas autonómicas vascas— por primera vez en su historia.
En este contexto inestable es interesante mapear la realidad electoral vasca para visualizar cómo influyen diferentes variables demográficas en el voto, como la renta o la densidad de población, que ayudan a conocer los puntos fuertes y débiles de cada partido. Para ello, y al igual que en otros artículos, revisaremos los resultados electorales recientes recopilados en el SEA Database por el Grupo de Investigación en Procesos Electorales y Opinión Pública (GIPEyOP) de la Universitat de València, así como datos demográficos procedentes del INE, cruzando información de voto y otras variables a nivel de municipio, distrito y sección censal. El procedimiento será similar al de anteriores artículos publicados en El Salto en esta línea, centrados en agrupar la población en deciles de menor a mayor renta, densidad de población, etc. y ver si estos grupos comparten características comunes.
Antes de empezar una última nota: todos los mapas y gráficos son interactivos, por lo que se recomienda pulsar sobre sus diferentes elementos para destacar información, ver los datos o ampliar los mapas.
Las elecciones vascas de 2020 dieron un resultado de pérdida de votos para la mayor parte de partidos mientras subían la abstención y los votos a otros partidos, blanco y nulo. Este salto es llamativo, ya que en el caso de Galicia, que celebró elecciones simultáneamente, el aumento en abstención no fue tan fuerte: habrá que ver si este resultado se debe a la situación anómala del COVID o permanece en estas elecciones.
Cabe preguntarse sobre si existe relación entre la caída del espacio político que ocupa Elkarrekin Podemos y la subida de EH Bildu y el voto: sin embargo, no parece que sean fenómenos relacionados. Si ordenamos todos los distritos electorales vascos (equivalentes a los distritos de las ciudades o a los pueblos), según su voto a Podemos en 2016, vemos que Podemos se desangra sobre todo en las zonas donde era más popular, y que en esas zonas no gana muchos más votos EH Bildu que en el resto, por lo que supondremos que se habrá ido a la abstención. La diferencia con el caso del BNG, que en 2020 se come el espacio de Podemos es llamativa, probablemente vinculado a que originalmente las marcas previas a Podemos en su espacio compartían más con el BNG que lo que han podido compartir con Bildu.
Por su parte, los resultados de renta y densidad de población muestran resultados interesantes: la comunidad autónoma vasca es una región con una mayor renta que la media estatal, y así tiene un comportamiento similar al de Madrid o Catalunya: una derecha que crece con la renta y una abstención que decrece con ella, parte de la izquierda preferida por las rentas bajas y otra por las medias, y mucha derecha entre las rentas altas. Por su parte, respecto a la densidad de población se ve que los partidos nacionalistas vascos son más populares entre las poblaciones menos densamente pobladas, mientras que el resto de la izquierda es más urbana. La abstención también es mayor cuanto mayor es la urbanización.
La coincidencia demográfica entre PNV y Bildu, bastante cercanos en renta y mucho en densidad de población, puede provocar transferencias inesperadas entre ambos partidos: Bildu ha ido mostrando una imagen más centrista que le puede permitir absorber votos, aunque haya provocado la alienación de parte de su base, reorientada hacia otras propuestas progresistas. Sin embargo, es también una posibilidad que la población que en 2016 votó a PSE o Podemos se movilice por Bildu, como recoge el CIS, al verla como una fuerza de izquierdas con posibilidades de victoria frente a la derecha tradicional.
Veamos qué distritos aportan más votos a cada bloque ideológico en términos absolutos: ¿cuáles tienen una diferencia de votos más favorable a la izquierda y cuáles a la derecha?
Se aprecia una clara diferencia entre provincias (Gipuzkoa frente al resto) y distritos de las principales capitales, así como ciudades abiertamente escoradas a un lado, como las próximas aunque muy distintas Barakaldo y Getxo. Si agrupamos los partidos según las posiciones vasquistas frente a las españolistas, vemos que en prácticamente todos distritos se generan mayorías favorables a PNV-Bildu, pero que Álava sigue siendo un territorio de donde extrae menos diferencia de votos.
Las razones principales para esta menor diferencia tienen que ver con un menor número de población, pero también por las diferencias históricas de voto entre territorios. Álava es una región con una mayor presencia de la derecha españolista que el resto y menor nacionalismo vasco. Álava también es una región mucho menos poblada: en el siguiente gráfico se puede apreciar tanto la diferencia en resultados entre provincias, así como el total de población de cada una.
Sin embargo, a pesar de esta diferencia de población entre provincias todas dan los mismos escaños: esta anomalía puede provocar resultados inesperados si los partidos consiguen recoger votos de la abstención, especialmente en las regiones menos pobladas, como explicaba la politóloga Eva Silván. La capacidad de cada organización para mantener sus votos originales y para recoger de la abstención decidirán el resultado electoral incierto, que más allá del gobierno resultante puede suponer un shock simbólico para la política en Euskadi.