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“Iglú”, “congelatorio” o “nevera superior de música”, son algunos de los términos que utilizan los alumnos para referirse al Conservatorio Superior Victoria Eugenia de Granada. Llevan semanas soportando temperaturas de menos de 15 grados en más de la mitad de las aulas debido a la mala climatización del edificio y al estado de la caldera y sus instalaciones.
Alumnos y sindicatos denuncian que muchas de las clases están siendo suspendidas, que los instrumentos se están deteriorando, y que se han cancelado las actividades programadas para la Semana de Santa Cecilia, patrona de la música. En el Día de la Música, los estudiantes del conservatorio de Granada parecen tener pocos motivos de celebración.
“Hay una compañera con sabañones, a varios compañeros se les han rajado los instrumentos debido a los cambios bruscos de temperatura... La situación es insostenible”, alerta Lorena Crovetto, miembro del Consejo Escolar de Alumnos.
UN EDIFICIO DEL SIGLO XVI
Al Conservatorio Victoria Eugenia acuden un total de 475 alumnos. Cuenta con dos edificios: el principal, que data del siglo XVI, y el del Auditorio. La caldera del principal tiene más de 35 años, y además de estar descatalogada, no superó la última inspección técnica. De la misma manera, la bomba de calor que hay en el Auditorio también quedó inhabilitada el pasado mes de julio al no reunir las condiciones sanitarias adecuadas.
Los estudiantes se reparten en más de 35 clases, de las cuales solo 14 de ellas tienen calefacción. “Hay muchas clases que no podemos dar, porque las condiciones son nefastas”, lamenta Rubén Rojo, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Alumnos.
Lo comprobamos. A las 11 de la mañana encontramos 13 grados en el Salón de Actos, vacío. Por la tarde, 14 grados en el aula 38 y en la 11 “Ayer a las 10 de la mañana, teníamos 15 grados en el aula 2, así que suspendieron las clases”, comenta Miguel López, estudiante de clarinete. “A las 12 volvieron a medir la temperatura, pero no había subido y tampoco pudimos dar clase”.
LA RESPUESTA DE LA DELEGACIÓN
Desde la Delegación Territorial de Educación recuerdan que el edificio en el que se ubica el Conservatorio Superior Victoria Eugenia está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que subrayan que esta característica del centro condiciona y dificulta la instalación de la caldera o cualquier otra reforma.
Rechazan, además, la denuncia de que el auditorio no reúne las condiciones sanitarias, a pesar de que la inspección técnica en julio de 2017 inhabilitó la bomba de calor que lo abastece.
La Delegación ha aprobado un presupuesto cercano a los 40.000 euros para la sustitución de la caldera del edificio central, pero no así para el sistema de climatización del Auditorio.
“Nos dieron un plazo de diez días. Ha pasado ya una semana y no han comenzado a hacer nada”, denuncia Lorena Crovetto.
Por su parte, desde la Asociación Juvenil de Músicos de Granada estiman que “hasta enero, con suerte, no será posible la entrada en funcionamiento de la caldera, debido al malísimo estado del lugar donde se encuentra actual. Hace dos años hubo una fuga de gasoil. Tuvimos que ser evacuados, una profesora tuvo que ser trasladada al hospital y suspendieron las clases durante tres días”, recuerda la presidenta, Patricia González.
“Esta situación se sabe desde hace mucho tiempo. El Delegado de Educación estuvo en el Conservatorio en septiembre y se le trasladaron los problemas. Por ello exigimos que desde Delegación nos den ya una fecha concreta y comience la instalación”, concluye.
La precaria situación del conservatorio
Los alumnos denuncian también la falta de profesorado: cuatro plazas docentes sin cubrir en las especialidades de oboe, violín barroco, musicología y pedagogía. Imparten asignaturas de hasta casi un tercio de los créditos totales, por lo que son “básicas y fundamentales para la carrera. Algunos no hemos podido dar una sola clase en todo el año”, denuncian.
Por otro lado, critican ausencia de acondicionamiento que permita el acceso a personas con movilidad reducida. “Todavía no se ha dado el caso, pero si a una persona de movilidad reducida le asignaran este centro, tendría que renunciar”, explica Rubén Rojo, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Alumnos.
Además, los estudiantes se quejan de la rotura continua de los baños, y exigen la instalación de un ascensor en el edificio. “He llegado a subir tres pisos de escaleras con más de veinticinco kilos de peso. Lo mismo ocurre con los compañeros que tocan el contrabajo o la percusión”.
Alumnado y sindicatos tienen prevista otra movilización para el próximo lunes, y sostienen que mantendrán las reivindicaciones hasta que se solucione su situación.
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No se podría haber redactado un mejor artículo para este problema. Que gusto da ver periodismo de calidad de vez en cuando