Opinión
Saber dónde dormir

Los que no olvidamos que el sudor andaluz no solo ha sido la mano invisible que produjo la Catalunya burguesa, sino que toda Europa cometió el pecado original de la acumulación de trabajo de andaluces pobres.

26 nov 2018 13:45

En las fotografías de Jean Morh del libro conjunto con John Berger Un séptimo hombre, aparecen hombres en fila, recién llegados a Suiza, mientras los médicos los examinan. Son emigrantes turcos, italianos, andaluces. Esos que, según Berger, son inmortales porque son siempre intercambiables. “No nacen, no tienen que crecer, no envejecen, no se agotan, no mueren. Tienen una sola función: trabajar. Todas las demás funciones de su vida corren por cuenta del país del que proceden”.

En Andalucía sabemos mucho de lo que significa irse. Porque, si lo queremos (vivir, pagar el alquiler, tener futuro, desarrollar nuestra profesión), hay que irse. ¿Adónde? Donde sea. Sabemos de las maletas de cartón, los trenes, las barracas, de tener en el DNI Rotterdam y primos franceses. Eso sí. La diáspora andaluza se hace notar y es posible ir a una feria de abril en Barcelona o escuchar pasodobles de carnaval un sábado por la mañana en Edimburgo. La saudade es grande y se consuela con vacaciones en el paraíso. Pero como decía un cartel de los 70: “Si el andaluz acomodado piensa en Madrid y el andaluz pobre en Barcelona, ¿quién piensa en Andalucía?”.

La constante fuga de cerebros nos ha dejado solos con los palmeros serviles. El vasallaje que lo único que sabe es aferrarse al clientelismo estructural habitual. También ha dejado los tópicos en las narrativas de los centros de poder donde las chachas andaluzas van a trabajar. Y el nuevo idiota que, viviendo en una tierra de idas y venidas, de multiplicidades culturales, busca el rédito del meme del inmigrante que copa la seguridad social. El colmo.

Porque siempre esconden que aquí ser emigrante es la norma por culpa de ese vasallaje y adoración a la red clientelar, por el éxodo de cerebros, de manos y estómagos. Escamotean que las que se van siempre son más numerosas que las que llegan. Porque Andalucía es tierra de paso, la casilla primera de la misma ruta que hacen los del otro lado del Estrecho. El muro de Melilla y los autobuses a Ginebra están más cerca de lo que parece. Las horas de trabajo en Berna, en Coslada o en Dublín pagan carreras e hipotecas en Cádiz, Sevilla o Almería. O en Senegal.

Los que no olvidamos que el sudor andaluz no solo ha sido la mano invisible que produjo la Catalunya burguesa, sino que toda Europa cometió el pecado original de la acumulación de trabajo de andaluces pobres, sabemos qué significa irse y quedarse. Y qué significa volver. Y encontrarse con lo mismo y los mismos. O peor. Aunque sea de vacaciones. Nietzsche hablaba del eterno retorno en unos términos que el millón de desplazados de la diáspora no entiende. Qué sabrá el bigote este de volver a tu tierra para vivir. Qué sabrá. Na. Escribía María Teresa León: “Estoy cansada de no saber dónde morirme. Esa es la mayor tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos?”.

Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Murcia
Extrema derecha
La Fiscalía de Murcia investigará si el presidente de Vox Murcia ha incurrido en delitos de odio
El órgano judicial responde a las denuncias de PSOE, Izquierda Unida y Podemos que apuntan a José Ángel Antelo como instigador de las razzias que se están llevando a cabo en Torre Pacheco.
Opinión
Integración, valores europeos, y otros grandes chistes racistas
El poder ha sabido rentabilizar bien las migraciones: se explota su fuerza de trabajo para engordar las sacas del capital, se explota su alteridad para que la gente no piense en la desposesión que sufren por culpa de este régimen de la avaricia.
Opinión
Lo de Torre Pacheco tiene un nombre: terrorismo supremacista blanco
Lo que está pasando en la localidad de Murcia es responsabilidad de una narrativa supremacista blanca alimentada por políticas migratorias racistas y por la criminalización y estigmatización que sufren las poblaciones migrantes y racializadas.
Comunidad de Madrid
Los bomberos forestales madrileños inician una huelga de un mes
Cerca de 80 trabajadores se han encerrado en la sede de Tragsa a la que acusan de no negociar mejoras laborales y ante la “desidia” de la Comunidad de Madrid.
Economía
¿Cómo funciona el mecanismo de defensa que Europa podría activar contra los aranceles de Trump?
Varios gobiernos europeos apuestan y presionan a la Comisión Europea para que active el Instrumento contra la coerción económica contra las amenazas estadounidenses.
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
El jueves 17 de julio os esperamos en el CS “A Nubeira” de Vigo para presentar el último número de la revista El Salto.
Maternidad
La discriminación de las familias monoparentales por los permisos de nacimiento llega al TEDH
Una familia monoparental demanda al Estado español por entender que se ha vulnerado su derecho a la no discriminación.
Fronteras
Las devoluciones en caliente de solicitantes de asilo pasan a ser política oficial en Alemania
La Alemania de Friedrich Merz consagra una política de mano dura y devolución en caliente de solicitantes de asilo que las ONG de apoyo a migrantes denuncian como ilegal.

Últimas

Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Alicante
Denuncian cortes de suministro en pleno verano por parte de Aguas de Alicante
Varios bloques de edificios del barrio de Los Ángeles padecen cortes de agua a lo largo del mes de junio y julio sin que la empresa les diera una respuesta clara sobre la situación.
Sindicatos
Extremadura con Las Seis de La Suiza
CNT Extremadura, con el apoyo del Sindicato 25 de Marzo, CC.OO y UGT, convoca una concentración de apoyo en Cáceres el jueves 17 de julio.
Opinión
Redes sociales
Todos vivimos ahora en el castillo del vampiro
Puede parecer contraintuitivo, pero irritar a la gente es de hecho una manera ahora de pacificarla. Porque lo que hace es agotarnos: canalizar nuestro tiempo y nuestra energía creativa al espacio virtual.
Más noticias
Palestina
La coordinadora europea contra el antisemitismo dice que los informes sobre la hambruna en Gaza “son rumores”
Katharina von Schnurbein es la encargada de proteger a Israel en las discusiones que esta semana tienen lugar sobre el acuerdo preferencial que la UE tiene con el Estado sionista.
Palestina
Más de mil caras conocidas de la cultura exigen al Gobierno que cese la venta de armas a Israel
Una carta dirigida al presidente del Gobierno por más de mil profesionales de la cultura considera que “mantener los negocios armamentísticos con Israel es complicidad activa con el genocidio”.

Recomendadas

Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Diversos fondos de origen israelí están presentes en proyectos urbanísticos de Málaga influyendo en la turistificación de la provincia mientras se enriquecen con la ocupación de Palestina
Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
Patricia Reguero Ríos, redactora de El Salto, presenta ‘Todo lo que pasó el día que me mordió mi hija’ (La Imprenta, 2025), un conjunto de relatos que desde lo individual apelan a lo colectivo y que se devoran con una mezcla entre ansiedad y placer.
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
La autora y psicóloga argentina pone en valor la amistad frente a los modelos relacionales centrados en la pareja y la familia. Tampoco le interesa la familia elegida: “Marca una línea muy clara entre lo que pertenece y lo que no”.
Barcelona
El reciclaje invisible: la relación entre la chatarra y la ciudad de Barcelona
La red de reciclaje en Barcelona es de una complejidad casi hermética, más aún si hablamos de los recicladores informales, más conocidos como chatarreros. Salimos a la calle a entender una economía sumergida que está a la vista de todos.
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...