Silicon Valley
Una lección de Silicon Valley para la vida: la acumulación de dinero te aplasta

Un informe del grupo cívico Institudo de Estudios Regionales de Silicon Valley califica como “duras” las condiciones de vida en el centro de alta tecnología de California.

Traducción: Diego Sanz Paratcha
13 mar 2020 09:00

Si todo lo que nos cuentan los ricos —sobre la prosperidad— resultara ser cierto, ahora mismo Silicon Valley estaría desbordado de gente extremadamente feliz. Silicon Valley, después de todo, tiene todo lo que los ricos dicen necesitar para que una economía marche y crezca: una abundancia de gente “exitosa” con mucho dinero para invertir, recompensas espectacularmente generosas para ejecutivos corporativos “innovadores”, y miles de millones en subsidios de los gobiernos locales.

¿Qué más querrían los pudientes? ¿Tal vez un entorno principalmente libre de sindicatos? Eso también lo tiene Silicon Valley. Esta meca de la alta tecnología apenas tiene centros de trabajo con esos incómodos sindicatos y su desagradable costumbre de pedir que las empresas deban compartir la riqueza con cualquiera que haya ayudado a crearla.  

Los poderosos de Silicon Valley no practican el compartir. Lo que sí practican es hacerse ricos. Lo hacen fenomenalmente bien. En Silicon Valley,  “el dinero se concentra”, en palabras del presidente de un importante grupo cívico local.

Se concentra entre quienes más tienen. En casi cualquier otra parte, la gente lo está pasando mal y no es feliz, y el Instituto de Estudios Regionales de Silicon Valley tiene un nuevo informe sobre qué está impulsando esa infelicidad. 

El coste de la vivienda en Silicon Valley, según destaca el informe del Instituto de Estudios Regionales, “sigue siendo el mayor del país”

Las penas locales empiezan con la vivienda. El problema: la gente no puede permitirse un hogar decente en Silicon Valley sin dedicar una parte obscena de sus ingresos al alquiler o al pago de una hipoteca. El coste de la vivienda en Silicon Valley, según destaca el informe del Instituto de Estudios Regionales, “sigue siendo el mayor del país”. El típico hogar local se gasta 2.401 dólares mensuales en la vivienda, muy por encima de los 1.626 dólares mensuales de gasto medio en California y de la media de 1.082 dólares de todo Estados Unidos.   

Esta crisis del coste de la vivienda va creando, una por una, crisis en otros aspectos de la vida cotidiana. Para encontrar una vivienda asequible, la gente se tiene que mudar más y más lejos de su centro de trabajo. Eso implica más kilómetros de viaje en coche. Eso implica más tráfico. Mucho más.

La tasa de muertes debido a la hipertensión y a trastornos renales por hipertensión se ha disparado un 270% desde 1999, el doble de la tasa de mortalidad por hipertensión en toda California

Cualquier trayecto de más de media hora, según los investigadores, tiene un importante impacto. Cerca de la mitad de Silicon Valley necesitó media hora para llegar al trabajo el año pasado. Añade al estrés de ese trayecto la continua ansiedad de apurarse para poder pagar las desorbitadas facturas mensuales de Silicon Valley y tendrás la base para una tormenta perfecta de hipertensión. Las condiciones de vida, señala sin rodeos el nuevo estudio del Instituto de Estudios Regionales, se pueden clasificar como “duras para las amplias periferias de la población”.

“La necesidad de individuos y familias de elegir entre pagar por su vivienda y alimentarse adecuadamente”, añade el Instituto, “se está convirtiendo en un asunto cada vez más destacado en la región, incluso para quienes tienen ingresos muy superiores al umbral de pobreza”.

En 2019, una familia media de cuatro miembros de Silicon Valley con un niño pequeño y un bebé necesitaba un ingreso combinado de 131.600 dólares para arreglárselas sin ayuda pública o privada

El año pasado, una familia media de cuatro miembros de Silicon Valley con un niño pequeño y un bebé necesitaba un ingreso combinado de 131.600 dólares para arreglárselas sin ayuda pública o privada. ¿Cuál fue el umbral de pobreza definido por el gobierno federal el año pasado para ese tipo de familia? Apenas 27.750 dólares.

Esta presión implacable para la vida cotidiana en Silicon Valley puede estar incluso endureciéndose. El precio local de la vivienda se ha doblado en la pasada década. El sinhogarismo también se ha doblado en los últimos años. La congestión de tráfico se ha cuadruplicado desde 2002. La tasa de muertes debido a la hipertensión y a trastornos renales por hipertensión se ha disparado un 270% desde 1999, el doble de la tasa de mortalidad por hipertensión en toda California.

¿Por qué están empeorando las condiciones de vida en Silicon Valley?  Un factor clave: la distribución de los ingresos y de la riqueza en Silicon Valley se está volviendo aún más sesgada y concentrada.

Los hogares con ahorros por debajo de los 100.000 dólares —“no acaudalados”, según el análisis del Instituto de Estudios Regionales— representan la mitad de los hogares de Silicon Valley, el 53% para ser exactos. Pero estos hogares poseen solo el 2% de la riqueza de Silicon Valley.

Del otro extremo, los hogares “de altos ingresos netos”, con más de un millón de dólares disponibles para invertir, suponen un 13% de Silicon Valley. Poseen un enorme 75% de la riqueza de los hogares de Silicon Valley.

Esta intensa concentración está haciendo a Silicon Valley cada vez más inhabitable para cualquiera que no sea extremadamente rico. Su riqueza está envenenando a Silicon Valley en una serie de aspectos.

¿De qué manera? Partamos de nuevo de la vivienda. Los ricos de Silicon Valley se pueden permitir pagar cualquier precio que se les antoje por su vivienda. Los promotores lo saben y centran su energía en construir viviendas de lujo de alto nivel. En los últimos cuatro años, según informa el Instituto de Estudios Regionales, el 83% de los permisos de construcción de nueva vivienda se pueden clasificar como destinados para casas de lujo “inasequibles para la mayoría de compradores e inquilinos”.   

La gente rica también puede, por supuesto, permitirse pagar más impuestos, dólares que podrían usarse para desarrollar programas de vivienda asequible y opciones locales para el transporte público. Pero la gente rica no necesita vivienda asequible y no monta en autobús. No tiene ni una pizca de interés en pagar impuestos para servicios que no usan y jamás usarán. 

Qué es lo que sí tienen los ricos gracias a su enorme riqueza: un enorme poder político, que usan para mantener un bajo nivel de impuestos y las arcas públicas sin recursos.

Los ricos de Silicon Valley sacan adelante todo esto, la mayor parte de las veces, con serenidad. Se deslizan por la vida como iluminados representantes de la confianza pública. Donan a proyectos de beneficiencia. Reciclan. Ponen los ojos en blanco cuando Donald Trump se arranca con una de sus diatribas nativistas. Se sienten nobles. 

¿Y los demás? En Silicon Valley y más allá, empezamos a sentirnos como campesinos feudales.



Artículo original publicado en inequality.org, traducido para El Salto por Diego Sanz Paratcha.

 

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