Renta básica
Del Ingreso Mínimo Vital a la Renta Básica
Parece existir un cierto consenso en que tenemos que buscar soluciones sobre aspectos manifiestamente mejorables del IMV. Hay que avanzar hacia un ingreso mínimo vital automático. Es una buena noticia. Ganaríamos en menores retrasos y en llegar a más beneficiarios. Pero mientras se mantengan condiciones, los obstáculos burocráticos seguirán existiendo. Como señalé en un artículo reciente, hay que atreverse a que sea además incondicionado y universal.
Sin embargo, existe más consenso social de que se cree.En mayo de 2020, la Red de Renta Básica (2020) encargó una encuesta en España sobre el tema. Un 56 % se muestra a favor de un ingreso incondicional y universal como derecho de ciudadanía, frente a un 30% más bien en desacuerdo.
Muy interesante es la aproximación de RINCÓN en la que analiza los apoyos recibidos en función de distintas alternativas. La universalidad reduce el apoyo a la renta básica, pero no así la incondicionalidad. Se prefieren ayudas destinadas a personas que lo necesitan, frente a un ingreso universal, pero no son más populares las ayudas que llevan alguna forma de condicionalidad frente a las incondicionales.
La universalidad reduce el apoyo a la renta básica, pero no así la incondicionalidad.El respaldo disminuye significativamente cuando se financia mediante la reducción de los gastos sociales, pero aumenta si se hace vía un impuesto sobre los umbrales más altos de renta. En todo caso, parece existir un consenso elevado en favor de un sistema que garantice ingresos mínimos a la población que lo necesite.
La universalidad es la más importante de las barreras para aceptar la renta básica. Por dos tipos de razones:
· Financieras: intuitivamente parece que dar una renta mínima a toda la ciudadanía resultaría financieramente insoportable y conllevaría necesariamente o una pérdida en otras prestaciones sociales o un incremento de la presión tributaria.
· Conceptuales: la lógica dominante es que las ayudas deben destinarse a aquellas personas que lo necesitan, pero nunca a personas en buena situación económica. Una renta universal parece chocar con esa regla y, por ello, genera resistencia en la opinión pública. Incluso cuando se explica que quienes no la necesitan la devolverán vía impuestos, la primera reacción es señalar el punto absurdo de dar para luego quitar.
El IMVA que reconociera a toda persona residente una renta básica (de cuantía similar al actual IMV) podría financiarse fácilmente. La absorción de las prestaciones asistenciales y otros beneficios fiscales semejantes posibilitaría un IMVA para el 30% más pobre de la población.
Para cubrir el 70% restante bastaría el juego paralelo de un Impuesto Negativo sobre la Renta (INR) que recuperara progresivamente esa renta básica de quienes no la necesitan. El resultado neto permitiría, sin incremento de necesidades financieras, que el IMVA llegara a quienes lo necesitan y que el beneficio sea decreciente de forma automática según se elevan los ingresos: los niveles de renta media alta resultarán con un saldo neto en torno a cero y los contribuyentes con mayores recursos tendrían que pagar algo más de impuesto que lo que han recibido vía IMVA.
El Ingreso Mínimo Vital Automático que reconociera a toda persona residente una renta básica de cuantía similar al actual IMV podría financiarse facilmente.
¿Por qué no es absurdo un sistema que primero da y luego quita? En primer lugar, porque es más sencillo que restringir el pago a quienes lo necesitan. La transferencia universal no exige trámites burocráticos. La recuperación vía INR utiliza el canal ya existente de las retenciones del IRPF.
En segundo lugar, porque el resultado es más justo. La prestación llega a todas las personas que lo necesitan sin retrasos ni trabas. La fórmula progresiva permite evitar el error de salto de tantas políticas públicas que excluyen del beneficio por ganar algo más que el límite superior fijado para el derecho.
La ayuda se gradúa automáticamente según cambian las circunstancias. La pandemia fue la mejor muestra de cómo la situación personal puede variar inesperadamente. Con el IMVA, las personas repentinamente en necesidad estarían recibiendo la ayuda sin trámite ni retraso alguno.
El hecho de que la prestación se proporcionaría sin ninguna contrapartida es otro de los aspectos más controvertidos, aunque en los estudios más recientes no parece especialmente decisivo. Recordemos que:
- La mayoría de las prestaciones sociales (educación o sanidad, por ejemplo) son también derecho sin condicionados.
- Existe una contrapartida general que es el pago de impuestos. Nuestras contribuciones son la garantía de nuestros derechos.
- Las exigencias de formación o búsqueda de empleo por parte del beneficiario parecen responder a una imagen culpabilizadora, como si estar en situación de necesidad fuera responsabilidad de las personas afectadas.
- Ya existe una ayuda sin contrapartida en el IRPF como es su mínimo personal y familiar, con una idea de base idéntica pero que favorece más a los ricos que a los más necesitados.
La historia nos muestra que las medidas importantes de avance social han ido acompañadas siempre de enormes resistencias por los intereses de quienes detentan más riqueza y poder. Para acabar consolidándose como derechos irrenunciables.
Lo mismo está ocurriendo con la renta básica, de la que el IMVA sería una forma posible de implantación en España. Solo hace falta voluntad política y valentía. Un buen reto para el nuevo gobierno.
Juan A. Gimeno es catedrático emérito y exrector de la UNED. Miembro de Economistas sin Fronteras y de Economistas Frente a la Crisis.
Economistas sin Fronteras no se identifica necesariamente con la opinión del autor y ésta no compromete a ninguna de las organizaciones con las que colabora.
Renta básica
IMV: una campaña aborda el problema de los cobros indebidos que asfixia con deudas a miles de perceptores
Renta básica
Jaume Saura: “Hay que conseguir explicar que con una Renta Básica Universal muchos, muchísimos, ganarían”
Relacionadas
Siria
Israel da un paso más en la desestabilización de Oriente Medio y ataca Damasco
Comunismo
Jodi Dean: “Sin organización, los movimientos surgen y desaparecen como setas”
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
Justicia
La justicia española ordena a Juana Rivas que entregue a su hijo menor al padre para su regreso a Italia
En saco roto (textos de ficción)
Miedo
Economía
Montoro, el ministro de los recortes del gobierno del PP, imputado por presunto tráfico de leyes
Aborto
Gritos de “asesina” y citación en comisaría: así es abortar cuando te acosan grupos antielección
Madrid
Victoria inquilina: la Justicia reconoce como abusivas seis de siete cláusulas del fondo buitre Nestar
Siria
La justicia, el gran reto de la transición siria
Últimas
Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Opinión
Racismo en Torre Pacheco
Con todos ustedes: España
Opinión
Lecciones de Torre Pacheco. Combatir el racismo desde la fuerza de clase
México
Si México fuera verde: niñas madres, leyes muertas y la lucha por decidir
Análisis
La carrera que nunca termina: una respuesta a Quinn Slobodian
Murcia
La Fiscalía de Murcia investigará si el presidente de Vox Murcia ha incurrido en delitos de odio
Opinión
Superman y el ‘reset’ de los superhéroes en crisis
Comunidad de Madrid
Los bomberos forestales madrileños inician una huelga de un mes
Opinión
Lo de Torre Pacheco tiene un nombre: terrorismo supremacista blanco
Recomendadas
Arte contemporáneo
Palabras contra el poder: la vigencia radical de Barbara Kruger
Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!