Patinaje urbano en Iruñerria: entre la diversión y el derecho a la ciudad

La tradición del patinaje en Iruñea viene de lejos. Sin embargo, la ciudad no está adaptada para que este modo de transporte —y diversión— tenga la misma consideración  que la bicicleta en la normativa de tráfico.

Arte-deslizarte, patinaje y derecho a la ciudad
Ione Arzoz Arte Deslizarte. Este espacio permite aprender la técnica del patinaje a personas de todas las edades.
24 nov 2017 18:32

Una patinadora urbana circula por Carlos III, calle arriba. Se mueve despacio y rebasa a los peatones con fluidez y sin sobresaltos. Al llegar a la Plaza Merindades, se incorpora al paso de cebra. Empieza a cruzarlo lentamente, pero enseguida se pasa a la calzada. Ha esquivado la zona rugosa de la mediana que orienta a las personas ciegas. De no hacerlo, habría caído al suelo tras frenar en seco. Al subir de nuevo a la acera, un policía municipal que observa la maniobra desde los soportales del Gobierno Civil la intercepta y, tras amonestarla, la deja marchar.

En Francia, Italia o Alemania el patinaje urbano está extendido y normalizado. En los países nórdicos —la meca de este deporte y modo de desplazamiento— su práctica es masiva. En la Biblioteca Real Holandesa, una institución fundada en 1789, que tiene tres millones de documentos y 67 kilómetros de estanterías, está permitido andar con patines. Entrar así en el Hipermercado Eroski de Berriozar puede suponer ser retenido por la seguridad privada o, incluso, ser identificado por la Policía Nacional.

Pamplona y su entorno no están adaptados a las ruedas 80 (el diámetro en milímetros) de los patinadores urbanos, la mayoría de los cuales son mujeres. Las aceras son inadecuadas. La Ley de Tráfico y las ordenanzas locales consideran peatonas a las patinadoras y les prohíben usar la calzada. Las instituciones las ignoran. Ver a una mujer adulta patinando es como ver a una anciana cruzando la calle por una zona sin señalizar: una mezcla de rareza y práctica de riesgo. Todo ello en un territorio, Iruñerria, donde las pendientes y la climatología no ayudan precisamente: patinar con lluvia es desaconsejable porque multiplica el riesgo de caídas.

Y todo ello a pesar de que Iruñea es la cuna del patinaje de velocidad competitivo estatal —impulsado en los años 60 por los clubes Amaya, Chantrea, San Juan y, un poco más tarde, por Lagunak— aunque no es hasta el siglo XXI cuando empiezan a verse a los primeros grupos de patinadoras por sus barrios. Al principio, las más animadas quedaban para dar vueltas en Antoniutti. Luego un primer grupo empezó a citarse martes y jueves, de 19h a 21h... y se corrió la voz de que se impartían clases improvisadas. Después comenzaron los ruteos de los domingos por la Cuenca, siempre entre mayores de edad y sin perros (la carretera vieja a Sangüesa, NA-2420, ha sido y es una vía muy transitada a pesar de los controles de la Policía Foral). Las patinadoras solitarias que se cruzaban se iban sumando poco a poco... y el boca a boca hizo el resto.

Hoy en día se hacen regularmente quedadas de nivel medio-avanzado (entre cuatro y cinco horas de patinaje) y de nivel extremo (entre 12 y 16 horas). Además, los eventos empiezan a poblar el calendario: desde 2007, el último fin de semana de agosto se celebra la Quedada de Patinaje, que parte del Civivox Jus la Rocha, recorre la ciudad durante cuatro horas y a la que acuden dos centenares de patinadoras, incluidas entusiastas de las provincias limítrofes. En septiembre, se celebra la P2P (Pamplona – Puente la Reina Skate Marathon), una carrera con proyección internacional creciente, con más de 400 patinadores de todo el mundo, y que este año celebrará su novena edición.

Y, sin embargo, Pamplona dispone de pocas infraestructuras adecuadas. Ahora mismo solo hay instalaciones en los nuevos barrios de Sarriguren, Mendillorri y Ripagaina. Los históricos patinódromos de San Jorge y Antoniutti (en los que, junto con Barañain, se celebró el Campeonato Mundial de Patinaje de Velocidad sobre Patines en Línea de 1998, con miles de espectadores) languidecen, con el estado de la pista cada día más deteriorado. Es la realidad de muchas ciudades.

El patinaje urbano peninsular, no obstante, sigue ahí. Invisible, como si todavía no se hubiera desprendido de su aroma a subcultura urbana. Surgido en los años 70 en Barcelona a través de grupos de jóvenes que, junto con el skate, solo querían hacer acrobacias y divertirse en los parques, reivindica, 40 años después, su lugar como medio de transporte de pleno derecho.

militantes del patín

Entre tanto, una red de escuelas han ido surgiendo aquí y allá y se han convertido en catalizadoras. Suele tratarse de centros de formación gestionados por clubes deportivos y subvencionados por ayuntamientos y diputaciones. Otras, como Arte-deslizarte, la iniciativa que abrió sus puertas en Berrriozar hace tres años, son proyectos privados, puestos en marcha por militantes del patín con vocación de servicio público. Durante este corto periodo, más de 288 alumnas han pasado por los cursillos que se imparten en los bajos de la calle Lantzeluze —en la zona noreste de la Avenida Gipuzkoa que atraviesa la localidad—, de las cuales el 90% son mujeres de entre 18 y 71 años. Ahora mismo solo nueve son hombres entre las 64 personas inscritas. Viene gente de toda la comarca e incluso de otros pueblos de Nafarroa.

El entorno, Berriozar, no ayuda: un pequeño núcleo de clase trabajadora atravesado por vías de alta capacidad (autovía-ronda norte y ferrocarril), rodeado de polígonos industriales y comerciales, y cuya trama urbana es poco densa y discontinua. Un espacio donde la movilidad de peatones, bicicletas y patines —poco intuitiva, incómoda y lenta— no es fácil. Los pequeños talleres abandonados y las viviendas humildes de la época franquista conviven con adosados unifamiliares y un urbanismo de baja densidad con calles anchas —y espaciosas para el coche—, carriles-bici aislados y espacios dotacionales con estéticas típicas del ciclo inmobiliario.

Pero el contexto urbano hostil no amilana a los dinamizadores de Arte-deslizarte. El trasiego de alumnas y actividades es constante. Los patines pueden llegar a costar 225 euros, pero los hay desde 40 euros. De segunda mano se puede conseguir un equipamiento completo por 50 (patines, rodilleras, coderas, muñequeras y casco) y se alquilan patines por 10 euros al mes. Además de la formación y el ruteo, la escuela organiza actividades mensuales como Roller Derby, Roller Dance o Freestyle Slalom.

Sus responsables lo tienen claro: el objetivo del patinaje urbano en Pamplona es homologarse a la bicicleta. Que la gente vaya al trabajo o se vaya de compras en patín. Que deje de ser algo de jóvenes y deportistas, que se normalice y regule, y que pase a formar parte del paisaje urbano. En definitiva, que el miedo y el desconocimiento den paso a la experimentación, a la diversión y a otras formas de transporte.

Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

Murcia
Extrema derecha
La Fiscalía de Murcia investigará si el presidente de Vox Murcia ha incurrido en delitos de odio
El órgano judicial responde a las denuncias de PSOE, Izquierda Unida y Podemos que apuntan a José Ángel Antelo como instigador de las razzias que se están llevando a cabo en Torre Pacheco.
Opinión
Integración, valores europeos, y otros grandes chistes racistas
El poder ha sabido rentabilizar bien las migraciones: se explota su fuerza de trabajo para engordar las sacas del capital, se explota su alteridad para que la gente no piense en la desposesión que sufren por culpa de este régimen de la avaricia.
Opinión
Lo de Torre Pacheco tiene un nombre: terrorismo supremacista blanco
Lo que está pasando en la localidad de Murcia es responsabilidad de una narrativa supremacista blanca alimentada por políticas migratorias racistas y por la criminalización y estigmatización que sufren las poblaciones migrantes y racializadas.
Comunidad de Madrid
Los bomberos forestales madrileños inician una huelga de un mes
Cerca de 80 trabajadores se han encerrado en la sede de Tragsa a la que acusan de no negociar mejoras laborales y ante la “desidia” de la Comunidad de Madrid.
Economía
¿Cómo funciona el mecanismo de defensa que Europa podría activar contra los aranceles de Trump?
Varios gobiernos europeos apuestan y presionan a la Comisión Europea para que active el Instrumento contra la coerción económica contra las amenazas estadounidenses.
El Salto n.79
La celulosa o la vida: periodismo situado y lucha social para frenar un ecocidio
El jueves 17 de julio os esperamos en el CS “A Nubeira” de Vigo para presentar el último número de la revista El Salto.
Maternidad
La discriminación de las familias monoparentales por los permisos de nacimiento llega al TEDH
Una familia monoparental demanda al Estado español por entender que se ha vulnerado su derecho a la no discriminación.
Fronteras
Las devoluciones en caliente de solicitantes de asilo pasan a ser política oficial en Alemania
La Alemania de Friedrich Merz consagra una política de mano dura y devolución en caliente de solicitantes de asilo que las ONG de apoyo a migrantes denuncian como ilegal.

Últimas

Comunidad El Salto
El Salto estrena nueva página: una web como una casa
Después de un año de trabajo, lanzamos en julio la nueva web de El Salto, con un nuevo diseño, pero, sobre todo, con una nueva Zona Socias llena de ventajas para las personas que hacen posible El Salto con su apoyo.
Alicante
Denuncian cortes de suministro en pleno verano por parte de Aguas de Alicante
Varios bloques de edificios del barrio de Los Ángeles padecen cortes de agua a lo largo del mes de junio y julio sin que la empresa les diera una respuesta clara sobre la situación.
Sindicatos
Extremadura con Las Seis de La Suiza
CNT Extremadura, con el apoyo del Sindicato 25 de Marzo, CC.OO y UGT, convoca una concentración de apoyo en Cáceres el jueves 17 de julio.
Opinión
Redes sociales
Todos vivimos ahora en el castillo del vampiro
Puede parecer contraintuitivo, pero irritar a la gente es de hecho una manera ahora de pacificarla. Porque lo que hace es agotarnos: canalizar nuestro tiempo y nuestra energía creativa al espacio virtual.
Más noticias
Palestina
La coordinadora europea contra el antisemitismo dice que los informes sobre la hambruna en Gaza “son rumores”
Katharina von Schnurbein es la encargada de proteger a Israel en las discusiones que esta semana tienen lugar sobre el acuerdo preferencial que la UE tiene con el Estado sionista.
Palestina
Más de mil caras conocidas de la cultura exigen al Gobierno que cese la venta de armas a Israel
Una carta dirigida al presidente del Gobierno por más de mil profesionales de la cultura considera que “mantener los negocios armamentísticos con Israel es complicidad activa con el genocidio”.

Recomendadas

Málaga
Málaga, el punto de inversión para los fondos israelíes a pie de playa
Diversos fondos de origen israelí están presentes en proyectos urbanísticos de Málaga influyendo en la turistificación de la provincia mientras se enriquecen con la ocupación de Palestina
Feminismos
Patricia Reguero
“Mis relatos están escritos al lado de otras, arropada por la escucha de otras”
Patricia Reguero Ríos, redactora de El Salto, presenta ‘Todo lo que pasó el día que me mordió mi hija’ (La Imprenta, 2025), un conjunto de relatos que desde lo individual apelan a lo colectivo y que se devoran con una mezcla entre ansiedad y placer.
LGTBIAQ+
Mana Muscarsel
“La amistad da más juego para salir de la lógica de la familia porque tiene menos reglas"
La autora y psicóloga argentina pone en valor la amistad frente a los modelos relacionales centrados en la pareja y la familia. Tampoco le interesa la familia elegida: “Marca una línea muy clara entre lo que pertenece y lo que no”.
Barcelona
El reciclaje invisible: la relación entre la chatarra y la ciudad de Barcelona
La red de reciclaje en Barcelona es de una complejidad casi hermética, más aún si hablamos de los recicladores informales, más conocidos como chatarreros. Salimos a la calle a entender una economía sumergida que está a la vista de todos.
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...