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Las Kellys
Las camareras de piso de Alicante se organizan para defender sus derechos laborales
Ayer se celebró la primera asamblea de las Kellys de Alicante. Siguiendo el ejemplo de las camareras de piso de otras partes del Estado, las trabajadoras de esta ciudad han decidido asociarse para luchar juntas contra su precariedad.
Cada vez más mujeres visten camiseta verde. Las camareras de piso de Alicante han decidido dar el paso y organizarse por un trabajo digno en una ciudad costera donde la alta ocupación hotelera se traduce, en muchas ocasiones, en explotación. Ayer se celebró la asamblea inaugural de las Kellys de Alicante: quince mujeres se dieron cita en un primer encuentro en el que unir fuerzas contra la precariedad. El nuevo grupo nace con dos objetivos interiorizados: acabar con la sobrecarga laboral e impedir la externalización de su trabajo.
"Ayudarnos las unas a las otras forma parte de la esencia de las kellys y a nosotras nos rige el mismo convenio", recordó Yolanda García
A esta asamblea inaugural acudió también Yolanda García, portavoz de la asociación Kellys Benidorm-Marina Baixa, con el objetivo de recordar la necesidad de apoyo mutuo entre los colectivos: “Ayudarnos las unas a las otras forma parte de la esencia de las kellys”, subrayó, “y nosotras pertenecemos a la misma provincia y nos rige el mismo convenio”. Ahora hay dos grupos en la provincia de Alicante, pero es bien conocida la presencia de kellys en ciudades como Barcelona, Madrid, Fuerteventura, Lanzarote, Cádiz o Mallorca.
Ya había contactos previos entre las camareras de piso de la provincia; de hecho habían participado de manera conjunta en varias acciones. Desde hacía meses existía un compromiso por parte de empleadas de hoteles alicantinos para "buscar soluciones y no limitarnos a quejarnos", tal y como definieron ellas mismas. Un compromiso que, incluso, a algunas les "costó el puesto de trabajo". Así que sólo faltaba dar el paso.
En la reunión se intentó encauzar las próximas acciones para darse a conocer como colectivo, pero sobre todo para configurarse y funcionar de forma eficaz como tal. En este sentido, las Kellys Benidorm-Marina Baixa ya llevan tiempo asociadas y, aunque su portavoz insistió en la necesidad de que ellas mismas se autoorganizaran desde el principio, también compartió algunos consejos para dar los primeros pasos como equipo.
Entre ellos, el de estar preparadas para las consultas que les llegarán de otras camareras de piso. El convenio que engloba al sector de la comarca recoge las tablas salariales y otros aspectos de los derechos laborales de las kellys: "Hay mucha desinformación con el convenio y leer estos textos forma parte del servicio que podemos prestar a compañeras", expuso Yolanda García, que ya ha explicado en otras ocasiones cómo funciona el colectivo.
En la asamblea, las camareras de piso de Alicante y de Benidorm compartieron casos que evidencian la explotación laboral a las que a menudo se ve sometido el colectivo
También les alertó de la necesidad de escucharse las unas a las otras: "Os encontraréis que muchas camareras de piso os escriben simplemente porque necesitan sentirse escuchadas por alguien que les entienda", contó, "y conoceréis historias durísimas". La cuestión quedó plasmada en la primera asamblea de Alicante, donde ellas mismas compartieron casos particulares o de compañeras que evidencian, una vez más, la explotación y precariedad laboral a las que en muchas ocasiones se somete a las trabajadoras de la hostelería. Y el miedo que tienen a denunciar por posibles represalias.
El tema de las enfermedades causó indignación entre las asistentes: "Con la sobrecarga están creando una máquina de enfermas, ¿y qué hacemos cuando no podamos trabajar?"
Otro de los puntos más comentados en la reunión de ayer fue el tema de las enfermedades profesionales, que causó gran indignación entre las asistentes. María lleva casi 30 años en el sector: "Yo no he vivido ninguna situación como las que se están exponiendo aquí, pero lo que me ha hecho levantarme han sido los despidos de unas compañeras", explicó. "Con la sobrecarga están creando una máquina de enfermas, ¿y qué hacemos cuando no podamos trabajar?".
Aunque la externalización agrava esos problemas, hay una cuestión fundamental: "Hablamos de hoteles externalizados, y no de un hotel concreto o de una zona concreta, porque tenemos que pensar en común", incidió Yolanda García. También se planteó la necesidad de realizar acciones con colectivos afines como las aparadoras de Elche: "Debemos trabajar sabiendo que la idea general de asociarse es convertir lo individual en colectivo".