Seis maneras de apoyar a las kellys si vas de vacaciones y te alojas en un hotel

Las Kellys Benidorm denuncian el aumento de la carga de trabajo durante estos días, sin plantilla extra y con un 95 % de ocupación. En Madrid, el colectivo denuncia que el 70% de los hoteles externaliza el servicio, lo que ahonda en la precariedad de estas trabajadoras. La presión de los clientes, junto a la movilización de las trabajadoras, ha forzado a algunos hoteles a abordar la precarización de sus trabajadoras. 

Hotel de Benidorm
David F. Sabadell Fachada de un hotel en Benidorm.

Las kellys han conseguido arrancar a los turoperadores internacionales el compromiso de que no trabajarán con hoteles que externalicen el servicio de limpieza de habitaciones en Lanzarote. Ha ocurrido en la la feria de turismo de Berlín, la más grande del mundo, donde además pasó otra cosa importante. Myriam Barros, de las Kellys Lanzarote, recogió el Premio TO DO de Derechos Humanos en el Turismo.

“Que los turoperadores se nieguen a contratar hoteles externalizados es un paso importante”, valora la portavoz de las Kellys Benidorm, Yolanda García. Sin embargo, el problema no es solo la externalización y los usuarios de los hoteles tienen en su mano apoyar a las kellys para ejercer presión. Estas son algunas ideas para alojarte en un hotel y apoyar a las camareras de piso en estas vacaciones.

Uno: Ten en cuenta sus circunstancias para valorar el servicio

Las camareras de piso soportan una fuerte carga de trabajo que se ve incrementada en épocas de alta ocupación, como la Semana Santa. La ocupación hotelera en la Comunidad Valenciana para estos días está estimada en un 84%. En Benidorm, llega al 95%.

“La Semana Santa es una de la épocas de mayor ocupación, pero como son pocos días las empresas no contratan personal extra”, explica Yolanda García. Esto hace que se sume más presión a unas jornadas de trabajo que ya son duras. De hecho, según García, la media de entre 25 y 27 habitaciones que se exige a una camarera de hotel en la Costa Blanca excede media nacional.

Además, en estos días la habitaciones tienen camas supletorias y cunas, junto a un nivel mayor de entradas y salidas que recae sobre las camareras de piso. “En verano es más espaciado, pero en estos días el nivel de trabajo es muy grande”, dice García, que sugiere a los clientes que estos días vayan a alojarse en un hotel de playa que tengan en cuenta estas circunstancias a la hora de hacer la valoración de la limpieza”.

Dos: Pregunta al reservar por las condiciones de las trabajadoras

“A veces un cliente está pagando por una calidad que es imposible darle con las condiciones de trabajo que tenemos, ¿qué calidad puedes ofrecer cuando tienes diez minutos para hacer una habitación”, dice García.

Un ejemplo: en los primeros días de Semana Santa, una compañera ha mostrado un parte de trabajo que refleja que ha hecho 80 camas en una jornada, una situación que las Kellys Benidorm denunciarán a la Inspección de Trabajo. En marzo de este mismo año, la Inspección de Trabajo determinó con respecto a un hotel de esta misma zona que “el personal de pisos se encuentra expuesto a ritmos de trabajo elevados y a la exposición a factores de riesgo de origen ergonómico que redundan en padecimiento de patologías osteomusculares”.

Pero la situación se repite, con el consecuente deterioro para la salud laboral de las camareras de piso. De hecho, según un estudio de CC OO, muchas camareras de piso trabajan medicadas para soportar las cargas de trabajo.

3. Incluye comentarios sobre la salud laboral 

Los cuestionarios de evaluación de calidad se convierten en un método de presión para estas trabajadoras. “Al hotel le interesa obtener la máxima puntuación, y le da igual las condiciones de las camareras”, dice García.

Pero esos mismo cuestionarios pueden utilizarse para interpelar al hotel, que sí tiene en cuenta estas valoraciones. García es optimista: “Los clientes cada vez están más concienciados”.

Las movilizaciones de las kellys ha conseguido que se reconozcan algunas patologías como enfermedades laborales de esta profesión, y así el síndrome del túnel carpiano, la bursitis y la epicondilitis o “codo de tenista” pasaron en agosto de 2018 a formar parte de las enfermedades profesionales de las kellys.

Pero muchas quedaron fuera. Nicolás Alonso, abogado de Colectivo Ronda, explica que las dolencias de espalda, como las lumbalgias, quedan fuera de este reconocimiento, pese a que el hecho de tener que mover a diario muebles pesados o los movimientos necesarios para hacer una cama tiene mucho que ver con esta dolencia. Según Alonso, la prevención de riesgos es deficiente. “Los clientes puedes hacer presión, pero el cambio tiene que ser legislativo”, asegura.

4. Facilita el trabajo de las kellys 

El cambio legislativo que esperan las kellys es la modificación del artículo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores, modificación a la que se comprometió el Gobierno tras una reunión con las kellys en septiembre de 2018. La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, prometieron tener avances ese mismo otoño. Esta modificación garantizaría que externas y empleadas del hotel tuvieran las mismas condiciones de trabajo. Pero no se ha producido.

“En Madrid hasta el 70% de los hoteles están externalizados”, dice Ángela Muñoz, portavoz de las kellys Madrid. El boom de los hoteles de lujo en Madrid no ha contribuido a mejorar las condiciones de las camareras de piso. En los próximos meses, se espera la apertura de varios hoteles de cinco estrellas donde, según sospechan las kellys madrileñas, el servicio estará externalizado a través de empresas multiservicios, cuyas prácticas ya han sido denunciadas por el colectivo de camareras de piso.

Como explica Muñoz, una trabajadora externalizada trabaja por producción y debe cumplir unas ratios. Si no llega a esas ratios, deberá días de trabajo a la empresa. “Cuando un cliente te cuelga el cartel de no molestar o te dice que no quiere que le hagas la habitación, tú lo anotas en su parte, pero son habitaciones que no te cuentan”, explicaba recientemente en un desayuno informativo junto al Colectivo Ronda.

“Externalizar un departamento estructural es cesión ilegal de trabajadores”, mantiene Ángela Muñoz, que considera que esta práctica se ha cebado con mujeres que suelen estar en situaciones muy vulnerables. “Un hotel se abre para vender habitaciones, ¿qué va a vender si no las limpian?”, argumenta para explicar que las camareras de piso son un departamento estructural de un hotel. Con la externalización “pierdes derechos, te enferman, te explotan y luego te echan”.

5. Usa tus redes sociales

En noviembre del 2018, el Hotel Barceló Nervión tuvo que dar explicaciones por repartir a sus clientes tapones para los oídos. Las camareras de piso de este hotel, y las del NH Villa de Bilbao, subcontratadas por la empresa Constant, llevaban mes y medio de huelga luchando por mejorar sus condiciones laborales, por las que cobraban desde 2,5 euros por habitación, y el hotel facilitó a sus clientes unos tapones para que no escucharan las protestas. 

La protesta de un cliente en Twitter de Joaquín Urias, profesor de Derecho Constitucional y exletrado del Tribunal Constitucional que se alojaba en el hotel, puso en evidencia a la dirección del hotel: “¡En vez de disculparse por el ruido que causan las protestas de las trabajadoras en huelga, mejor harían en pagar un sueldo decente a las Kellys!”.

Es otro ejemplo de cómo alojarse de manera responsable en un hotel.

6. Habla con ellas

A Yolanda García, desde Benidorm, se le ocurre una más: “Que hablen con nosotras, estamos siempre por los pasillos”, dice a El Salto. “Cada vez más clientes nos preguntan, sobre todo el turismo nacional. Nos dicen “Ah, ¡vosotras sois las kellys”. Nos animan y lo van entendiendo”, explica Yolanda García a El Salto.

“Los clientes cada vez están más concienciados”, dice García.

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