Fronteras
No existe una justificación ‘de izquierdas’ para las fronteras

Los argumentos a favor de las fronteras descansan en un razonamiento históricamente iletrado y moralmente inexcusable que no tiene derecho a llamarse ‘de izquierdas’.

La valla de la frontera de Tijuana
La frontera entre México y Estados Unidos en Tijuana.
Traducción: Eduardo Pérez
24 dic 2018 06:00

La escritora Angela Nagle [colaboradora de medios de izquierda como JacobinThe Baffler] generó polémica recientemente con su artículo “La justificación de izquierda contra las fronteras abiertas”. Nagle argumenta que la tolerancia con la migración es una táctica de derechas para asegurarse mano de obra barata, móvil y desechable, una estratagema de la que dice que la izquierda ha caído víctima. Vemos argumentos similares, más cerca de casa, en comentarios de gente como Paul Mason [periodista británico —como el autor de este texto—, mientras que Nagle es irlandesa], un análisis al que se adhiere una parte significativa de la izquierda organizada, votante del líder laborista Jeremy Corbyn. Nos dicen que tenemos que ponernos serios con la inmigración; después de todo, los inmigrantes socavan los salarios y provocan tensiones culturales. De manera importante, las clases trabajadoras nativas mirarán a la extrema derecha si sus legítimas quejas no son escuchadas.

Para estos izquierdistas, todo el mundo pierde cuando se fomenta la migración —los migrantes hiperexplotados y las clases trabajadoras nativas—, todo el mundo menos la élite. Quizás, entonces, todos ganemos si se refuerzan los controles de inmigración, aunque raramente se explica cómo sucederá esto. Vale la pena insistir en este punto y preguntar qué formas de violencia en la frontera pueden estar justificadas entre estos izquierdistas.

Mientras que otros han criticado el revisionismo histórico de Nagle, su afirmación infundada de que los migrantes reducen los salarios, y su aparición notablemente cordial en Fox News [canal de televisión estadounidense, conocido por su derechismo], yo estoy menos interesado en lo que motiva las pobres y serviles intervenciones públicas de Nagle. En cambio, quiero incidir un poco más en una pregunta amplia: ¿qué aspecto tendría un régimen de fronteras ‘izquierdista’?

Como si se anticiparan a la acusación de que son nativistas —lo que aparentemente ven como ofensivo, aunque simplemente significa ‘poner a los nativos primero’, lo cual hacen—, los izquierdistas pro-fronteras normalmente explican que los controles de inmigración pueden y deberían proteger a los pobres del mundo. Para salvar a los extranjeros de la explotación, deberíamos apoyar sus luchas en sus países.

La simpatía con los extranjeros, siempre que se queden en su lugar, no es tan distinta del discurso de la ultraderecha. Jean-Marie Le Pen decía: “Amo a los magrebíes, pero su lugar está en el Magreb”

Es evidente que estos son comentarios vacíos, de usar y tirar, vacíos de cualquier significado o compromiso político. Después de todo, ¿están quienes los proponen seriamente preparados para comprometerse con un programa radical de distribución global, una reestructuración que necesariamente daría un importante bocado a la desproporcionada parte de riqueza e ingresos de la que actualmente disfrutan los países occidentales desde los que hablan?

Por supuesto, la simpatía con los extranjeros, siempre que se queden en su lugar, no es tan distinta del discurso de la ultraderecha como las Nagle de este mundo pueden desear creer. Sólo necesitamos recordar la memorable afirmación de Jean-Marie Le Pen: “Amo a los magrebíes, pero su lugar está en el Magreb” y el recordatorio de Stuart Hall de que Enoch Powell [político británico conocido por sus posiciones racistas] “adoraba India… Simplemente pensaba que ningún indio debería estar aquí”.

Pero incluso si tomamos la palabra a Nagle, y asumimos que ella cree realmente que a los pobres del mundo se les apoya mejor animándoles a quedarse ‘en casa’, claramente mientras tanto, a la espera de la paz mundial y la redistribución global, muchos seguirán moviéndose, así que la pregunta permanece: ¿qué deberíamos hacer ‘nosotros’ con ‘ellos’?

Hablando como un izquierdista, ¿qué formas de poder estatal coercitivo pueden justificarse contra estos vagabundos indisciplinados? ¿Cuál debería ser nuestra postura sobre los centros de detención, los vuelos de deportación o los muros?

¿Qué formas de poder estatal coercitivo pueden justificarse contra estos vagabundos indisciplinados, hablando como un izquierdista, por supuesto? ¿Cuál debería ser nuestra postura sobre los centros de detención, los vuelos de deportación y la proliferación global de muros fronterizos?

En un régimen de fronteras izquierdista, ¿quién ofrecería refugio a los millones de personas desplazadas por la guerra? ¿Son justos los campamentos de refugiados del tamaño de grandes ciudades en regiones de gran escasez, en Kenia, Turquía o Jordania? ¿Y por qué se debería esperar que estos países carguen con la continua ‘carga’ mientras nosotros renegamos alegremente de estas tareas en el interés de proteger nuestra propia ‘clase trabajadora indígena’?

En el contexto británico, ¿cuáles son nuestras obligaciones con la gente desplazada por las guerras en Afganistán, Iraq y Libia, en las que hemos jugado un papel crucial? Esto no es sólo respecto a aquellos que piden asilo aquí, sino respecto a nuestras obligaciones de ofrecer tránsito seguro a la gente que no puede escapar.

Frente a la migración desde las antiguas colonias, ¿cómo deberíamos responder cuando nos recuerdan que están aquí porque nosotros estuvimos allí?

¿Y cuál debería ser nuestra postura respecto a aquellos que migran de las antiguas colonias, desde Nigeria, Ghana, Jamaica o Pakistán? ¿Cómo justificamos la exclusión de esos antiguos ‘nativos’, especialmente si reconocemos que la historia del capitalismo global es la historia de su desposesión? ¿Cómo deberíamos responder cuando nos recuerdan que están aquí porque nosotros estuvimos allí?

Incluso si evitamos la cuestión de nuestra responsabilidad histórica en las desigualdades globales coloniales —como sistemáticamente hacen los exponentes del análisis de la izquierda blanca—, ¿qué hay de la dantesca realidad del cambio climático? Como anticapitalistas de izquierda, seguramente reconocemos que las crisis ecológicas no son culpa de los pobres del mundo, y entonces ¿cómo les ayudamos a quedarse en su sitio cuando los mares suban y las tormentas golpeen?

Del mismo modo, como europeos, ¿qué deberíamos hacer con la tumba masiva en la que hemos convertido el Mediterráneo? Si queremos cambiar el cálculo que hace que viajar en una barca abarrotada valga miles de dólares, entonces necesitamos estar dispuestos a aumentar las rutas para el viaje seguro. ¿O deberíamos en cambio doblar nuestros esfuerzos de reforzar las fronteras en el mar?

En Gran Bretaña, seguramente los izquierdistas deberían estar pidiendo el cierre de nuestros centros de detención, donde miles de internos trabajan por sólo una libra por hora. ¿Y entonces qué? ¿Ayudamos a estos extranjeros a regularizarse, de forma que puedan ‘competir’ con los nativos en el mercado laboral en igualdad de condiciones, o deberíamos deportarles en vuelos chárter (después de todo, los vuelos chárter emplean de dos a tres escoltas por ‘deportado’, trabajos británicos para trabajadores británicos)?

Estas preguntas pueden parecer referencias fáciles a diversos actos de violencia fronteriza, pero son preguntas que me gustaría que tuvieran respuesta. ¿Qué piensan los defensores de izquierda de los controles de inmigración sobre los centros de detención, los vuelos de deportación, las políticas restrictivas de asilo, los regímenes de visado clasistas, las restricciones sobre la migración familiar y de matrimonio, y las tecnologías biométricas de vigilancia y documentación?

Por favor decidme cómo tomaría forma vuestro mundo con fronteras, y cómo se unirán los trabajadores rodeados por murallas

Si se acusa a los defensores de la posición contra las fronteras (como yo) de no ser realistas, ciegos ante la perspectiva apocalíptica del movimiento incontrolado, entonces por favor decidme cómo tomaría forma vuestro mundo con fronteras, y cómo se unirán los trabajadores rodeados por murallas.

Nagle y la gente de este tipo respaldan una política radical en la que la lucha por mejores condiciones de trabajo afecta sólo a los nativos. Su ‘izquierdismo’ justifica inmovilizar a la gente a escala global, a pesar de la expansión inevitable de las violentas tecnologías de coerción y vigilancia estatales en las que se basa un programa así.

Nagle defiende que cuando exponemos argumentos a favor de las fronteras abiertas, acabamos haciendo coro con los capitalistas de libre mercado, y mucha de la izquierda organizada parece estar de acuerdo. Pero una política contra las fronteras —no de fronteras abiertas— es precisamente una que rechaza todas las formas de violencia en las fronteras. Este rechazo se basa en el reconocimiento de que no hay manera de restringir la movilidad de las personas en un mundo así de desigual excepto a través de formas extremas de coerción estatal. Esta negativa ofrece el punto de partida para nuestra solidaridad con los migrantes, no porque idealicemos toda forma de migración sino porque aborrecemos toda forma de frontera.

El ‘izquierdismo’ nativista, por otro lado, está tan vacío de imaginación, tan a la deriva de la lucha por la liberación colectiva, y es tan profundamente provinciano (léase racista) en su imaginada base electoral, que no ofrece nada a aquellos preocupados con hacer vivible este mundo tambaleante. Nagle y la gente de este tipo presentan las peores tendencias dentro de la izquierda: un tipo de necropolítica de las fronteras en la que a los pobres globales, a los que se debe más de lo que podemos pagar, se les deja morir en una escala inimaginable, se les dice que se queden donde están, se les hace objeto de los mayores excesos del poder del Estado si se atreven a moverse sin autorización.

artículo original
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Grecia
Grecia Las familias de los ahogados en el naufragio de Pylos en 2023 continúan buscando respuestas
Se cumplen dos años de uno de los peores naufragios en las costas griegas. La madrugada del 14 de junio de 2023, un pesquero en el que viajaban unas 750 personas, colapsó. Solo hubo 104 supervivientes.
Estados Unidos
Estados Unidos “Provocación”: Trump despliega 700 marines en Los Ángeles
El gobierno estadounidense sigue tensando la cuerda en California. A las redadas masivas se le suma el despliegue de soldados, sin precedentes desde 1992. Los sindicatos de trabajadores migrantes llaman a la resistencia no violenta.
Estados Unidos
Estados Unidos Miles de personas se rebelan contra las redadas racistas y el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles
El Gobierno de Donald Trump echa gasolina al fuego con el envío de tropas a la ciudad californiana. Trabajadores de origen migrante se manifiestan contra las políticas de la agencia ICE.
#28491
28/12/2018 18:57

Probemos a prohibir, a las clases medias del mundo, su movilidad (en avión supersónico) hacia cualquier destino turístico donde puedan sentirse los privilegiados del mundo entre la miseria local...
¿Estallaría una revolución por la claustrofobia impuesta?

0
0
#28439
27/12/2018 13:54

En el contexto actual suprimir las fronteras sólo beneficiaría al capital internacional y llevaría al desastre a las clases trabajadoras, evidentemente, eso, a los rentistas os da igual

1
2
#28445
27/12/2018 17:24

"Y el que no piensa como yo es un rentista". Menudo argumento falaz y miserable, te lo dice un obrero industrial, que sabe que hay muchos factores que están llevando al desastre a las clases trabajadores, entre las cuales no están los trabajadores migrantes, no soy ningún rentista.

1
0
#29048
11/1/2019 20:55

A mi lo que me sorprende, y le aseguro que no percibo renta alguna de nadie, es que a la lase trabajadora le preocupe más impedir la mobilidad de la clase trabajadora que el absolutamente liberadísimo flujo de capitales o el más que permitido tráfico de mercancías. Las fronteras para las cosas, divino, para las personas ya no tanto.

0
0
#28369
24/12/2018 16:50

Mñé, non sei...Coido que co rearmamento ideolóxico da castilla eterna non estaba de mais marcar diferencia diante da xihad do estado hispánico. Non digo poñer unha alfándega pero si erguer un novo telón de grelos. Non é odio, é supervivencia.

0
0
#28362
24/12/2018 11:16

Dices que no hace falta entrar a desmontar los argumentos pro-fronteras de la izquierda. Yo creo que hace más falta que nunca... porque mucha gente los cree honestamente, nadie se los ha desmentido nunca, y sé que no tienen base alguna, por tanto, hay que explicarle a la gente el motivo.

2
1
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Tribuna
Tribuna Almacenamiento energético de Enlight Renewable Energy en Huesca: lavado verde de la imagen de Israel
VV.AA.
La empresa israelí Enlight Renewable Energy tiene intención de construir un parque de baterías para energías renovables en el pirineo oscense. Operación que el Gobierno debería prohibir por la contribución de la compañía a la ocupación ilegal israelí
Consumo
David Sánchez “Shein está diseñado para crear adicción a través de patrones muy oscuros”
David Sánchez Carpio es director de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), una de las organizaciones que han denunciado al gigante chino de venta de ropa por internet ante la Comisión Europea. “No hay que culpabilizar a los consumidores".

Últimas

Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Más noticias
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.

Recomendadas

Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.