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Memoria histórica
Portugal supo enterrar a su dictador hace casi medio siglo
Los restos de Oliveira Salazar (1932-1968), que apoyó a Franco en el alzamiento, yacen en una sencilla tumba en su localidad natal
Una de las medidas que mediáticamente más se hizo notar, a la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, fue el anuncio de la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, que será decreto ley este viernes. La noticia dio paso, nada más conocerse, a una serie de reacciones por parte de los sectores afines al viejo régimen, que tuvieron su colofón en un manifiesto publicado en el diario La Razón y suscrito a posteriori por hasta seiscientos militares retirados y algunos más en situación de reserva.
Contra ese manifiesto se dio a conocer recientemente otro, suscrito por tan solo veinte militares retirados, que denota según uno de sus firmantes la preocupante relación que ahora mismo se da a favor y en contra de Franco en el interior de la Fuerzas Armadas, como consecuencia de la mala educación democrática recibida en los últimos cuarenta años en las academias, en opinión de este mismo firmante (el capitán Maira).
Llama la atención que el necesario pero insuficiente desalojo de su mausoleo de los restos del dictador (el Valle de los Caídos es una gran fosa común donde yacen miles de sus víctimas), haya hecho aflorar en determinados platós de televisión voces redivivas del ideario franquista, como si los encendidos debates que se suscitan entre sus defensores y sus antagonistas incidieran positivamente en los índices de audiencia. Podría ser así en razón a la peculiaridad gritona y airada del espectáculo, a pesar del bochorno que suscita este por las barbaridades que propalan los devotos del viejo régimen.
Si ocurre esto, tendríamos que sentir, además de la vergüenza que comporta mantener y conservar durante cuatro décadas el mausoleo de Franco (caudillo por la gracia de Dios), una cierta indignación ante determinados medios y un periodismo que ni en Alemania, Italia o Portugal concedería imagen y palabra a quienes exaltaran a sus respectivos y fallecidos dictadores. En ninguno de esos países, ciertamente, cabe imaginar la permanencia de un monumento en homenaje a cualquiera de ellos después de cuatro décadas de democracia.
En lo que respecta a Portugal, habla la historia de la relación de conveniencia que mantuvieron durante sus respectivos y semejantes regímenes el general Franco y Antonio de Oliveira Salazar, con un apoyo decidido de éste al golpe de Estado de 1936. El dictador portugués autorizó que pasara por su país la ayuda prestada a Franco por Hitler y Mussolini. Nicolás Franco, que fue embajador de España en Lisboa desde 1938, ocupó ese cargo durante veinte años y coordinó desde la capital portuguesa las ayudas financieras de aquellos banqueros partidarios de su hermano.
También es de subrayar que el gobierno de Oliveira Salazar mandó cerrar la frontera para impedir una avalancha de refugiados procedentes de España y evitar que Portugal se convirtiera en un corredor hacia el territorio republicano o hacia los países dispuestos a dar asilo a los perseguidos. Insensible a todo argumento humanitario, la dictadura de Oliveira devolvió incluso a una muerte segura a quienes habían conseguido burlar el cierre fronterizo y fueron hallados en suelo portugués, como leemos en Franquismo y Salazarismo unidos por la frontera: cooperación y entendimiento en la lucha contra la disidencia, de Juan Chaves Palacio. Es de recordar que Miguel Hernández fue detenido en el sur de Portugal y entregado a las autoridades franquistas después de haber sido interrogado por la PIDE (Policía Internacional de Defensa del Estado), que le abrió un expediente carcelario por indocumentado, descubierto hace un año por el escritor onubense Augusto Thasio. El poeta murió poco después en la prisión de Alicante.
Oliveira Salazar fue el fundador del Estado Novo, un régimen que presidió desde 1932 hasta 1968, sin que en Portugal se diera la gran sangría de un conflicto armado como el que desató el golpe de Estado de general Franco en España y llenó de muerte las cunetas y fosas comunes, en las que siguen hasta hoy más de cien mil republicanos. Se trataba, como la española, de una dictadura personal de partido único, la Unión Nacional, basada en el corporativismo -a imitación del fascismo italiano-, y que contaba con el apoyo confesional de la iglesia católica y la poderosa y expeditiva mano represora de la PIDE, capaz de sofocar todo asomo de oposición o disidencia.
A pesar de tan larga y similar dictadura, sería inimaginable en el vecino país, y más a estas alturas, que los canales de televisión abriesen sus platós a los nostálgicos de aquel viejo régimen. Mucho menos, que hasta seis centenares de militares retirados apoyasen un manifiesto de exaltación a Oliveira Salazar publicado en uno de los diarios nacionales. Cerca de Lisboa no hubo nunca un monumento en el que estuviera enterrado su dictador. Los restos de Oliveira Salazar, fallecido en 1970, están enterrados desde entonces junto a los de sus padres en una sencilla tumba, ubicada en el cementerio de Vimieiro, en Santa Comba Dao, la localidad en donde había nacido en 1889.
Hoy leemos en eldiario.es que el único militar en activo (cabo) que ha firmado el citado manifiesto antifranquista viene oyendo desde hace 19 años, al romper filas, el grito ¡Arriba España!, obligatorio durante la guerra entre los militares golpistas.
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Ramón Lluis Bande “Asturies tiene sin construir el relato de su tiempo revolucionario”
En el Valle de los Caídos hay eso, caídos en la guerra. No "víctimas" de Franco ni de represalias.
No cuesta nada ser un pelín riguroso con estas cosas que luego nos pasa lo que nos pasa.
Ahora echan de menos a Salazar. No era Ni nunca fue muňeco de nadie. Ahira sólo hay miseria y corruptos en Portugal. Igual que en España. Y querréis comunistas y claves. ..déjame reír. Porque llorar. Van hacerlo nuestros hijos. Pir culpa de lis ilusos
Vergonzoso, del todo vergonzoso es ver cómo en una supuesta democracia, donde tienen y deben de prevalecer y ser defendidos comportamientos como la ética, la igualdad, el respeto y la tolerancia entre todos y todas, sigamos estando rodeados de símbolos y monumentos de una dictaduea que impuso el terrorismo y el odio sobre todos los que pensaran diferente a sus ideas ultranacionalistas y ultramilitaristas.
Esto deja ver que el régimen del 78 no fue un cambio total, sino un cambio de cromos para no cambiar nada. El régimen y los pilares que lo soportaban (iglesia, militares, empresarios y monarquía), siguen siendo los pilares de esta democracia liberal
A ese militar lo hizo general Un gobierno del PSOE y fue jefe de la policía municipal de Madrid cesado por Aznar.
Ayer en La sexta noche se hizo apología del terrorismo franquista con un general retirado que ejerció su cargo durante la democracia. Cuántos como él?
También sobra Primo de Rivera .Falange mató mucho en la guerra y fue su fundador.
El Valle debe ser un monumento de repulsa al fascismo como Auschwitz.
El 4 de mayo de 1939, un agente de Policía llamado Rafael Córdoba rellenaba el expediente carcelario de un joven de 29 años de edad que había sido detenido ese mismo día en la localidad portuguesa de Moura. Al agente que le detuvo le llamó la atención su acento español y, al no llevar nada que acreditase su nacionalidad portuguesa, fue arrestado por inmigración ilegal. Aún no sabía que el detenido era Miguel Hernández, que había comenzado en ese pueblo portugués su calvario por las prisiones de la dictadura franquista.
https://www.publico.es/politica/historia-proyecto-arqueologico-busca-aclarar-ocurrio-portugal-ataco-aldea-gallega-buscando-milicianos-antifranquistas.html
Acabo de escuchar en la SER que Defensa investigará al cabo en activo que firmó el manifiesto contra el manifiesto franquista.