Infraestructuras
“Hay que profundizar en las externalidades negativas de la ampliación del puerto de València y su coste”

La ampliación del puerto de València puede considerarse, sin demasiado miedo a equivocarse, el principal conflicto ambiental vigente en la ciudad. La controversia se reavivaba el pasado lunes 1 de julio cuando la Autoridad Portuaria de València decidía adjudicar las obras, a pesar de la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que estipula la paralización cautelar de cualquier trámite hasta el pronunciamiento de Puertos del Estado y a pesar del resto de procesos judiciales pendientes de resolución. La licitación por 592 millones de euros ha sido adjudicada a la Unión Temporal de Empresas (UTE), formada por Acciona Construcción SA, Jan de Nulo NV y Grupo Bertolín SAU.
En medio de esta situación, un grupo de estudiantes del Master's International Land and Water Management de la Universidad de Wageningen (Holanda) han acudido a València para realizar un estudio del caso y aportar una visión externa sobre las implicaciones del proyecto. Las estudiantes de la universidad holandesa –referente mundial en asuntos ambientales– fueron invitadas por la Comissió Ciutat‑Port a presentar un adelanto de las conclusiones de su informe el pasado jueves 4 de julio en La Nau de la Universitat de València. La formación previa de Claudia Fantini, Natalia Gómez, Esther Keemink, Joris Krol y Gina ter Haar –autoras del informe– oscila desde la producción alimentaria hasta la innovación empresarial en sostenibilidad, pero todas coinciden a la hora de mostrarse preocupadas por las consecuencias derivadas de la implementación de grandes infraestructuras industriales, especialmente en el actual contexto de emergencia climática. Desde El Salto hemos podido hablar con dos miembros del equipo –Natalia Gómez y Claudia Fantini–, para que nos expliquen qué han sacado en claro después de este periodo de trabajo intenso.
Las grandes infraestructuras se asocian solo a beneficios económicos, pero también es importante evaluar las implicaciones ambientales y sociales
Tengo curiosidad, ¿qué os llevó a escoger el caso de la ampliación del puerto de València para realizar vuestro trabajo?
Natalia Gómez: Para el proyecto del último curso de máster podíamos escoger entre una serie de temas. Nosotros escogimos realizar un análisis de los potenciales costes y beneficios del proyecto de expansión del puerto de València. Personalmente, lo encuentro bastante interesante porque muchas veces las grandes infraestructuras se asocian solo a beneficios económicos, pero también es importante evaluar las implicaciones ambientales y sociales.
Claudia Fantini: En nuestra universidad se habla mucho de todo aquello que está relacionado con la agricultura en países en vías de desarrollo, pero es muy diferente hablar de un caso como este, aquí en Europa.
¿Qué enfoque decidisteis aplicar cuando preparabais estos meses de trabajo?
N.G.: Lo que buscamos es proporcionar una visión sistémica y a la vez holística sobre los costes y beneficios para los próximos 10 años categorizándolos en tres pilares: ambiental, social y económico. Nos basamos en la realización de un análisis documental bibliográfico y las encuestas que hemos realizado a la población de las zonas afectadas. Concretamente en el municipio de Alboraya, en el norte del puerto; en la ciudad de València, barrios del centro; y en los barrios que limitan con el puerto al este, Nazaret, el Grado y el Cabañal.
C.F.: Hemos realizado un análisis multifactorial para conectar los resultados del análisis documental y de las encuestas. Básicamente, una estrategia para entender qué opina la gente y como el análisis documental se conecta con la opinión pública siguiendo varios indicadores de los tres pilares que hemos mencionado: economía, sociedad y medio ambiente.
Respecto a las encuestas, ¿destacaríais algún aspecto sobre la percepción de la gente sobre el proyecto?
C.F.: Una cuestión interesante es que, de las personas encuestadas, casi el 50% no tenía ni idea del proyecto. A nosotros nos parece importante encontrar una manera de hablar más a menudo con la gente de este tema, porque parece que muchas personas no saben de esta situación.
N.G.: Una cosa curiosa fue que también las personas con una visión positiva respecto de la ampliación le dan una importancia similar al pilar ambiental comparándola con las respuestas de aquellas que se oponen, no es que subestiman la importancia del aspecto ecológico. En cambio, esto no ocurre con el pilar sociedad, es decir, todo aquello relacionado con calidad de vida, cultura o patrimonio. Aquí las personas con una percepción negativa de la ampliación le dan más valor.
También tengo entendido que os habéis entrevistado con varias expertas y personas involucradas con el proyecto. No sé si podéis hacer un resumen sobre con quienes habéis hablado y cuáles son las cosas más relevantes que habéis recogido.
C.F.: Sí, las entrevistas fueron muy importantes para poder tener un contexto de todo lo que está pasando, porque no somos de aquí. Es complicado para nosotras.
N.G.: Entrevistamos el regidor de grandes proyectos del Ayuntamiento de València, los partidos políticos Podemos y Compromís, una experta en dinámicas costeras y, también, un experto en aspectos legales. Al Partido Popular también le contactamos pero no nos respondieron y, también, evidentemente a la Autoridad Portuaria de València. Enviamos la solicitud tan pronto como empezamos y nos respondieron que sí, que querían, además, que hablasemos directamente con las personas a cargo de la ampliación. Finalmente no nos pudieron ofrecer una fecha a tiempo debido a sus agendas. De todos modos, consideramos también los documentos que nos proporcionaron con el objetivo de tener una perspectiva tan amplia como fuera posible.
C.F.: Por otro lado, también nos reunimos con la Comissió Ciutat‑Port, la asociación Per l'Horta y líderes locales de los barrios de Nazaret y La Punta.
Las implicaciones se perciben como negativas independientemente de si la gente está de acuerdo, se opone a la ampliación o no tiene idea del que está ocurriendo
La pregunta es obligada, ¿habéis podido llegar a alguna conclusión?
C.F.: Para el tipo de análisis que realizamos es un reto la forma de integrar los diferentes indicadores y darles un peso apropiado, dado que cada uno depende de las preferencias y diferentes percepciones de la gente. Pero, al final, siguiendo la metodología que nosotras utilizamos, el resultado de la percepción en los tres grupos de población fue negativo. A la hora de trasladarlo a un ejercicio cuantitativo, observamos que las implicaciones se perciben como negativas independientemente de si la gente está de acuerdo, se opone a la ampliación o no tiene idea de lo que está ocurriendo.
N.G.: No podemos afirmar que los costes sean mayores que los beneficios, porque no hemos llegado a profundizar tanto, y es complicado integrar factores tan diferentes. Sin embargo, el balance obtenido según nuestro método de análisis holístico resulta negativo.
La Comissió Ciutat‑Port se ha interesado por vuestro trabajo y ha estado acompañándoos hasta el punto de organizar una presentación del informe en la universidad. ¿Cómo han sido estas experiencias? Por un lado, entrar en contacto con una plataforma ciudadana inmersa en esta controversia y, por el otro, poder explicar vuestro análisis a la ciudadanía preocupada.
N.G.: Destacaría la diferencia que hemos percibido respecto a las encuestas. Cuando hacíamos las preguntas, más bien teníamos que explicar a las personas aquello que está pasando, pero con la Comissió Ciutat‑Port hemos descubierto que existe una sociedad civil interesada que le da seguimiento al tema y también está informada.
C.F.: También me imaginaba la sensibilidad que hemos encontrado en la sala. Nosotros intentamos entender el contexto, pero al fin y al cabo no lo vivimos. Sabemos que es un tema complicado que ha tocado la vida de muchas personas a lo largo del tiempo. Ha sido muy interesante también poder ser parte de esta discusión.
En vuestro caso, ¿ha sido fácil conseguir la información necesaria para realizar el trabajo? ¿Creéis que existe suficiente información accesible para la ciudadanía media para conocer este tema?
N.G.: Creo que no, ha sido bastante complicado. Incluso considero que todavía hay más información en manos de algunas organizaciones concretas, pero que no resulta tan accesible al final. De todos modos, la información accesible continúa siendo poca. Otra cosa que concluimos respecto a los datos de la Autoridad Portuaria es que siempre referían cifras sobre la cantidad de puestos de trabajo, costes económicos, beneficios, etc. En cualquier caso, nos faltan datos sobre los costes de las externalidades negativas, como por ejemplo la afección a la salud pública, la contaminación ambiental o los conflictos con el turismo. Hay que profundizar más en estas externalidades negativas y los costes que implican.
C.F.: Para escribir un informe para la universidad, además, lo que necesitas son fuentes científicas y lo que encontrábamos, sobre todo a través de internet, no siempre era así. Nos hemos encontrado también, incluso, con el caso de documentos de los que conocemos su la existencia, pero a los cuales no hemos podido acceder.

¿Creéis que con el actual modelo de gobernanza del puerto –donde existe una mayoría de representación de las empresas navieras– es posible abordar el problema con una mirada global, tal como planteáis en vuestro estudio?
N.G.: Esta es mi opinión personal, pero creo que se tendría que democratizar la toma de decisiones en las autoridades portuarias, basándome en todo aquello que hemos leído y también en las encuestas realizadas. Los puertos son grandes infraestructuras que generan un gran impacto. Los efectos llegan a la población y son pagados con los impuestos de las personas, pero la toma de decisiones siempre se ha percibido como un asunto privado. A nuestro trabajo se indica la necesidad de hacerla más inclusiva y que realmente exista representación de la sociedad civil.
Nosotras nos preguntábamos sobre cuáles son las herramientas que tiene la población al alcance para poder incidir. Al final, ves que la puerta de entrada a esta estructura de gobernanza está muy alejada de la población. Por eso, creo que se tiene que destacar el trabajo de organizaciones como por ejemplo la Comissió Ciutat‑Port, que permite realizar estas charlas, difundir estudios diversos y aumentar la sensibilización de la ciudadanía.
Resulta difícil de entender por qué se continúa con la ampliación si hay varios procesos judiciales abiertos y una parte de la población posicionada en contra
La semana pasada fueron licitadas las obras para la ampliación, a pesar de las controversias sociales y los procesos judiciales abiertos. En vuestra opinión, como agentes que os habéis aproximado de manera externa, ¿os parece prudente la decisión de la Autoridad Portuaria?
C.F.: Creo que, en general, la estructura de los puertos es muy complicada y también como se relacionan con las diferentes autoridades del estado. Por eso, parecería más lógico abordar procesos tan grandes con un poco más de calma.
N.G.: Nosotras no tenemos información suficiente sobre los procesos legales. Aun así, según lo que hemos escuchado, resulta difícil de entender por qué se continúa con la ampliación si hay varios procesos judiciales abiertos y una parte de la población posicionada en contra.
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