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Vivimos en la edad de oro de los juegos de mesa. Cada año aparecen miles de nuevos juegos de mesa, con los que juegan millones de personas en todo el mundo. Los juegos de mesa, llenos de estrategia y excitante tensión, han vivido un resurgimiento decisivo incluso en la era de los videojuegos.
Para 2023, se espera que se valore a la industria de los juegos de mesa en 12.000 millones de dólares [11.000 millones de euros]. Y, en 2018, los juegos de tablero superaron a los videojuegos en la plataforma de crowdfunding Kickstarter: los juegos de tablero recaudaron un total de 165 millones de dólares [150 millones de euros], mientras que los videojuegos recaudaron un total de 15,8 millones de dólares [14,3 millones de euros].
Como todas las formas de arte y entretenimiento, a menudo los juegos son un reflejo de nuestros valores como sociedad, y también pueden tener influencia sobre cómo pensamos y actuamos. Si miraras solo hacia juegos como Monopoly, Risk o Los Colonos de Catán, parecería que los juegos de mesa más populares se centran en ganar guerras, explotar recursos y joder a alguien.
Pero muchos juegos durante la historia han tratado sobre hacer del mundo un sitio mejor, desde criticar al capitalismo a luchar por los derechos de las mujeres.
El Juego del Casero
Puede que el juego de mesa más significativo sobre el cambio social no sea el que te esperarías.
A principios de la década de 1900, una activista llamada Elizabeth Magie inventó un juego sorprendentemente popular que bautizó como El Juego del Casero. El juego se convirtió en una sensación underground: familias y estudiantes universitarios hicieron sus propias copias, jugando en escuelas y hogares, especialmente en el nordeste de EE UU pero también en el medio oeste. La intención de Magie era enseñar a los jugadores “la demostración práctica del presente sistema de acumulación de tierra con todos sus habituales resultados y consecuencias”.
Escribió que ella creía que su juego podía cambiar las mentes de una generación de personas, escribiendo: “Dejad que los niños por una vez vean claramente la manifiesta injusticia de nuestro presente sistema de tierras y cuando crezcan, si se les permite desarrollarse de forma natural, el mal será pronto remediado”.
Hoy, El Juego del Casero es conocido de manera más común como Monopoly. Sí, ese Monopoly.
Tras pasarse décadas como un éxito underground, eventualmente un hombre llamado Charles Darrow robó el juego a Magie. Darrow descubrió el juego a través de un amigo y quedó enamorado. Empezó a hacer sus propias copias retocando la parte artística y comercializándolo como suyo, anunciándolo como el Monopoly que hoy conocemos (que fue uno de los muchos nombres que previamente había usado Magie para el juego).
Es oportuno y fascinante que el juego que más se asocia con la avaricia se creara para protestar contra ella
Después de que Parker Brothers comprara los derechos a Darrow en 1935, descubrieron que podía ser que él no hubiera sido el verdadero inventor del juego, pero decidieron seguir vendiéndolo de todas maneras. La versión robada por Darrow de El Juego del Casero se convirtió en el juego de mesa con mayor éxito comercial de todos los tiempos. Darrow también se convirtió en el primer diseñador de juegos millonario.
Aunque eventualmente se vació al juego de los principios que Magie buscó inculcar, algunos de sus valores todavía viven en el Monopoly de formas sorprendentes Por ejemplo, ¿alguna vez pensaste por qué recibes 200 euros cuando pasas por la casilla de salida? Magie pensaba que los jugadores se lo habían ganado porque habían “realizado tanto trabajo sobre la Madre Tierra”. No era sarcasmo; en una de las muchas versiones de Magie para El Juego del Casero, los jugadores se agrupaban por la igualdad económica.
Es oportuno y fascinante que el juego que más se asocia con la avaricia se creara para protestar contra ella. Sirve como la mayor lección que el juego de Magie buscaba impartir: el dinero consume todo.
Suffragetto
También a principios de la década de 1900, el grupo sufragista de mujeres conocido como Unión Social y Política de Mujeres Británicas (WSPU, por sus siglas en inglés) desarrolló el juego Suffragetto, jugado en un tablero parecido a una versión modificada del ajedrez.
En el momento en que se creó, la unión estaba frustrada por la falta de progreso hacia los derechos de las mujeres y el enfoque relativamente tímido de muchas que se organizaban por la causa. Tomaron una posición más militante. La socióloga Renee Shelby, que ha hecho mucho del trabajo para preservar la historia del juego, describe a la organización que lo inventó de esta forma: la WSPU se formó en respuesta a las lentas tácticas pacifistas de otros grupos sufragistas. Participaron en estrategias para captar la atención incluyendo alteración del orden público, ocupación, destrucción de propiedad privada, incendio y huelgas de hambre. La policía respondió con la fuerza, llevando a la WSPU a crear un servicio de guardaespaldas de 30 mujeres para proteger a sus líderes y miembros.
El Suffragetto fue diseñado para difundir la idea de la misión y tácticas de la unión, así como para recaudar fondos de los partidarios del grupo mediante ventas del juego.
En el Suffragetto, un jugador emula a la Unión Social y Política de Mujeres Británicas, mientras que el otro jugador toma el papel de la policía que lucha por detenerlas
En el Suffragetto, un jugador emula a la Unión Social y Política de Mujeres Británicas, mientras que el otro jugador toma el papel de la policía que lucha por detenerlas. La premisa del juego es parecida al ajedrez o las damas, en los que cada jugador empieza en un lado del tablero y mueve piezas para capturar las del oponente.
Las reglas del Suffragetto, actualizadas y editadas por Shelby, describían el objetivo del juego como “pasar las líneas policiales y entrar en la Casa de los Comunes” e “impedir que la policía entre en Albert Hall, espacio de reuniones a menudo utilizado por la Unión Social y Política de Mujeres”.
Aunque nunca disfrutó de una masiva popularidad, todavía se puede jugar a Suffragetto hoy con una versión para imprimir disponible en internet.
Lucha de Clases
Puede sonar a chiste, pero un juego de mesa llamado Lucha de Clases fue real. Creado por Bertell Ollman, un profesor de política en la Universidad de Nueva York, el juego apareció en 1978. Su propósito explícito era promover el marxismo, y se convirtió en un éxito sorprendente. Antes de quedar agotado, el juego vendió más de 230.000 copias, principalmente a finales de los ’70 y ’80. Eso es algo increíblemente exitoso para los estándares de cualquier juego de mesa.Al inicio de cada ronda de Lucha de Clases, los jugadores tiran los dados para determinar si son trabajadores o capitalistas. Los trabajadores pueden crear alianzas con los demás, formar sindicatos y organizar sus propios partidos políticos. Los trabajadores ganan si desencadenan una revolución; los capitalistas ganan sin lanzan la guerra nuclear.
Puede parecer ridículo, pero la irónica naturaleza del juego es probablemente lo que le llevó a la popularidad. De hecho, en una de las cartas del juego se lee: “Junto a tus camaradas trabajadores, has ocupado tu fábrica y encerrado a tu jefe en el lavabo. Los capitalistas pierden dos turnos”.
Aunque hoy no se juega regularmente, dejó una impresión duradera.
Juegos progresistas de hoy para todos
Los juegos que consisten en mejorar el mundo no solo existen en el pasado. De hecho, crear y publicar juegos que abordan temas de cambio social y económico es una tendencia en crecimiento.Aquí hay solo unos pocos de los últimos quince años:
- Keep Cool, un juego sobre evitar el cambio climático.
- Co-opoly: El Juego de las Cooperativas, que va sobre construir una nueva economía.
- Rise Up: El Juego de la Gente y el Poder, un juego sobre la organización y el activismo comunitarios.
- Space Cats Fight Fascism [Los gatos espaciales combaten el fascismo], un juego que es exactamente como suena.
- STRIKE! El Juego de la Rebelión Obrera, que hará su debut a finales de 2019.
- Freedom: El Ferrocarril Clandestino, un juego de la historia popular.
- Bloc-by-Bloc, un juego sobre insurrección.
- Dawn of Peacemakers [El amanecer de los pacificadores], un juego centrado en evitar la guerra.
- Spirit Island, un juego sobre derrotar a los colonizadores.
El movimiento moderno para crear juegos que reflejan y promueven los valores del cambio social está en aumento, pero hacen falta más jugadores. Así que llama a tus amigos, junta algunos juegos y algo de picar, y juega hacia un mundo mejor.
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Soy socio, de izquierdas, y llevo toda mi vida jugando a juegos de mesa y hago talleres y explico juegos. Es el 2º artículo que os leo sobre el mundo lúdico, y francamente, me parece que escribís estos artículos desde fuentes curiosas, y bienintencionados, pero desde un desconocimiento total del mundo del juego de mesa, y se nota. Decir que los juegos de mesa más populares tratan de explotar recursos, o ganar una guerra, y que eso es "malo", siendo un juego, es tan ridículo como decir que no veas películas sobre asesinos, porque cogerás valores de asesinos xD
Juego a juegos de mesa, entre cientos más, del desarrollo de compañías ferroviarias, en la era industrial, con compra y venta de acciones, y jamás se me ocurriría invertir en la bolsa real.
Hablando de historia que es esta sección, hay muchos juegos ambientados históricamente, que recrean o simulan batallas famosas, tanto militarmente, como batallas famosas económicas e ideológicas. Uno de los más conocidos, por ejemplo, Twilight Struggle, representa la Guerra fría entre USA y la URSS hasta 1989, conflictos geopolíticos en todo el mundo, nivel def-con de amenaza nuclear y la carrera espacial. Todo con un sistema de cartas con eventos históricos, y representación en el mapa de la influencia de ambas ideologías en cada país.
Precisamente están los juegos, tanto colaborativos, como competitivos, primero para divertir y entretener, y a veces, para aprender sobre todos los puntos de vista. Y sobretodo, para socializar (alejados de la hegemonía digital, y charlar y verse las caras), y aprender valores, como la tolerancia, el respeto, seguir las mismas reglas y aprender a ganar y perder.
Decir que el Spirit Island es un un juego progresista porque tienes que derrotar a los colonizadores (manejas dioses-espíritus de una especie de isla virgen) en un juego de fantasía, es como mucho anecdótico y como poco ridículo.
Se habla en muchos juegos si tienen un transfondo educativo y respetuoso con el tema, o emiten valores superficiales o poco constructivos o todo lo contrario. Pero ese es otro debate.
Si queréis informaros acerca de este mundo, estaré encantado de contaros mi experiencia y comentaros muchas fuentes: ocioalcubo@gmail.com
Salud y República!
La hegemonía cultural se juega en todos los campos, y este es uno más