Fútbol
Mundiales de fútbol y cine (II): Si Ken Loach es futbolero, todos debemos serlo
Desde Ken Loach a Paolo Sorrentino, los creadores de cine siempre han sido devotos del fútbol. Pero por alguna razón, el cine no acaba de casar bien con este deporte.

Resultado de la primera parte: Elige chute o chutazo
Arranca la segunda parte con victoria local.
Cuando el fútbol y el cine se han unido normalmente el resultado ha sido mediocre. Por esas incógnitas inexplicables, dos de los productos por excelencia de nuestro tiempo, no terminan de encajar. Sin embargo, hay historias y anécdotas venidas de la confluencia entre ambas artes (qué arriesgado acabar así la frase).
Famosa e inmortal es ya la historia que recuperó Galeano en El Fútbol a sol y sombra de cómo los restos del Dinamo de Kiev en 1942 se negaron a perder un partido contra un combinado nazi. El partido acabó 4-2 (otras fuentes dicen que 5-3) y varios de ellos fusilados en lo que sirvió de base para Evasión o Victoria (1981), película en la que se vio a un Pelé preso meter una tijereta épica gracias a la fabulosa dirección de John Huston. Sin duda, la película de fútbol más exitosa de la historia del cine.
El fútbol y el cine están ligados por muchos motivos, pero sobre todo tienen un lazo invisible gracias a ser productos para la masa. El cameo de Zidane en Asterix en los Juegos Olímpicos (2008), George Best en Percy (1971), David Beckham en la infame Operación U.N.C.L.E (2015) o el mismísmo Di Stéfano en Once pares de botas (1954) son algunas de las apariciones más gloriosas que los exfutbolistas han dado a la gran pantalla. Letras de oro aparte, como siempre que se le menciona, merece Ken Loach, que ayudó a que el equipo del que él es fan, el Bath City, no fuera a la bancarrota. Sus constantes guiños al fútbol se pueden apreciar en Buscando a Eric (2009) o Mi nombre es Joe (1998), por mencionar los más evidentes. El director inglés tiene la respuesta al porqué en el cine no se ve tanto fútbol: "El fútbol es un deporte de la clase trabajadora. Si no ha estado más a menudo en el cine es porque las películas se hacen tradicionalmente desde perspectivas burguesas", confesaba en una entrevista en Panenka.
De Sorrentino al Mundial de Videla
Igual de épico pero sin dinero por medio es Paolo Sorrentino, que tiene pendiente el estreno de Loro, un 'biopic' sobre Berlusconi. El director napolitano es, como no podía ser de otra manera, fiel e incondicional del equipo de su ciudad en el que un día jugó Maradona. Nunca desaprovecha la ocasión de mostrar algún guiño en sus proyectos, siendo tal vez el más personal el que se produce en la serie El Joven Papa, pues el Cardenal Voiello (Silvio Orlando) es un fanático del ‘Pipita’ Higuaín cuando éste jugaba en la escuadra sureña.
Conocida por muchos es la historia en la que un joven Sorrentino viajó para ver a su Napolés de Maradona frente al Empoli mientras sus padres marchaban a su casita de fin de semana. Al regresar de ver aquel partido, los padres del ahora director habían fallecido por un problema con la caldera. Sorrentino tenía 16 años.
Uno de los acontecimientos que mejor han casado con el cine y la documentación histórica es el Mundial de 1978, celebrado en Argentina durante la dictadura militar de Videla. El documental Mundial 78, la historia paralela (2003) refleja lo bien que le vino a la dictadura que Mario‘El Matador’ Kempes junto a Passarella lideraran al conjunto nacional para levantar la Copa del Mundo y hacer olvidar a todos las atrocidades que allí se sucedían.
César Luis ‘El Flaco’ Menotti, entrenador de aquel inolvidable plantel, confesó que pertenecía al Partido Comunista en la clandestinidad. Seguro que en todas las veces que Videla le estrechó la mano no fue capaz de atisbar ese detalle que de saberlo no habría pasado por alto.Tal vez la mayor referencia a los Mundiales de Fútbol en el cine español la tengamos en La Gran Familia Española (2013), de Daniel Sánchez Arévalo, madridista confeso. La historia de cómo las tensiones familiares estallan en una tragicomedia mientras Iniesta hace el partido de nuestras vidas, muestra lo básico que es el fútbol a la vez que evidencia lo básicas que son las familias. Solo quieren salud, dinero y amor, lo mismo que un jugador cuando se sienta a pelear su renovación.
Empate visitante justo antes del final.
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