Agricultura
Los pesticidas en Aragón: preguntas y respuestas

Plaguicidas, pesticidas, productos fitosanitarios… Con unos u otros nombres, pero seguro que la mayoría de las personas –por no decir todas- habéis oído hablar de ellos. A mí mente vinieron un día, al ver un tractor y su apero correspondiente pulverizando un campo con estos productos mencionados. Una, que es muy curiosa, empezó a hacerse preguntas, MUCHAS. Posiblemente las mismas que os haréis si también sois personas ajenas al sector. Así que, a base de preguntar –también mucho– a diferentes expertos/as y de consultar diversa documentación, he conseguido resolver bastantes de aquellos interrogantes. Aquí os dejo el resultado.
Portada fitosanitarios
26 abr 2021 08:00

LO QUE SIEMPRE QUISISTE PREGUNTARLE A… UN INGENIERO AGRÓNOMO

Joaquín Aibar Lete, profesor de la Universidad de Zaragoza, responde:

  • ¿Y si un/a agricultor/a está aplicando un pesticida en spray y pasa alguien andando cerca de allí?

Afortunadamente, en este aspecto, la posible presencia de transeúntes en pleno campo es muy escasa. Pero te lo voy a poner más fácil aún. En pleno campo, en un momento determinado del día que no hay personas ni nada en kilómetros incluso… puedes hacer daño al cultivo del vecino porque tu producto está destinado a tu cultivo. Si hay un viento (exagerado o tampoco hace falta que sea muy exagerado en determinadas condiciones) puede que vaya una nubecita, pequeñas gotitas, al cultivo de al lado, para el que no está autorizado el producto. Esto que sucede, también puede suceder en lo que me estás diciendo. Lo que se trata es de hacer el tratamiento cuando no haya personas pasando.

Evidentemente, se puede alterar. Por ejemplo, si tú aplicas un insecticida sobre un trigo, probablemente al suelo no va a llegar absolutamente nada porque se va a quedar todo en la planta. Depende del producto fitosanitario que se emplee, de cómo, de cuándo… y de las condiciones. Si estamos hablando de un cultivo en un huerto donde el contenido de materia orgánica es muy alto (puede pasar en algún sitio, pero la mayor parte es muy bajo) y le aplicas muchos productos que vayan dirigidos al suelo, algo puede alterar. Si aplicas un fungicida, afecta a muchos hongos que hay en el suelo. ¡Ojo! Hongos fitopatógenos –los malos– y hongos beneficiosos, que hay de todo.

Alterar el equilibrio de la naturaleza es un problema, normalmente. Entonces, los productos fitosanitarios hay que utilizarlos con conocimiento de lo que estás haciendo. Si lo haces mal puedes producir que ese año te haya ido todo muy bien, pero el siguiente o al cabo de unas campañas tengas más problema todavía. Si se hace bien, en principio no debe haber ningún problema.

  • ¿El producto aplicado a la tierra desparece?

Todos los pesticidas se degradan. Tenemos una herramienta que degrada todo que es el ultravioleta que emite el sol. Es una radiación que corta en trocitos pequeños las moléculas de los pesticidas. La otra [parte] es la volatilización. Se volatilizan y desaparecen. Pero sí que es verdad que pueden quedar metabolitos. Los trocitos que deja el herbicida, fungicida, insecticida… que el ultravioleta ha troceado. Porque el ultravioleta no es un desintegrador. Entonces, lo que hace falta y es importante es que esos metabolitos también sean inocuos. Y a veces lo son, otras veces no lo son tanto, y a veces puede haber algún metabolito que incluso sea peligroso, la molécula de la que procede, desde el punto de vista ambiental.

  • ¿Y qué se puede hacer en ese caso?

Se trata de no utilizar ese producto con reiteración. Si es en un campo, exponerlo a la luz. ¿Y cómo se expone un campo a la luz? Haciendo pases del cultivador o la vertedera y lo dejas más expuesto. Así se corta en más trocitos y al final se queda en segmentos de molécula que digamos son prácticamente inocuos.

Y, otras veces, el producto fitosanitario se queda adherido en la superficie de la partícula del suelo. Eso casi nunca es reversible, algunas veces puede, y entonces se queda allí inmóvil. Ni se lava, ni va al acuífero ni nada. Simplemente se queda allí pegado. Y se va degradando poco a poco. Eso pasa la mayor parte de las veces.

  • Estamos hablando también de que hay unos límites máximos de residuos…

El Límite Máximo de Residuos (LMRs) es una cifra que ha puesto la Administración europea. En función de la dieta y de las Buenas Prácticas Agrarias. Cada producto fitosanitario tiene sus LMRs. Si las cosas se hacen bien, no tiene por qué quedar ningún tipo de producto en el cultivo. Pero, aun así, hay un pequeño margen que te da la administración (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). Te dejan que todavía tenga unas partes por millón. Son cifras muy bajitas. [En la práctica], casi siempre se está por debajo [de estos límites] o literalmente no tiene residuos. Está claro que lo mejor sería que no tuviera nada. Pero, si tiene algo, los límites de seguridad tienen unos márgenes tan grandes que hace que el problema sea mínimo.

Te voy a poner un ejemplo, tú comes coles. Y esas coles tienen un límite de residuos de 0,2 partes por millón. Pues para que eso tuvieras un problema de salud tendrías que comerte en el orden de mil kilos de coles todos los días durante una semana para que eso tuviera posibilidad, que no significa seguridad, de tener algún problema en la salud. 

  • ‘Bonus track’ de Aibar Lete.

Al final es como todo, depende de la voluntad del que lo hace. Lo mismo que el que se toma un medicamento, se lo tiene que tomar… Las normas están. Otra cosa es que hay que cumplirlas.

Reportaje fitosanitarios 1

¡Esperad! Que nos estamos adelantando… Empecemos por el principio.

¿Esto qué es? Una ley española los denomina ‘medios de defensa fitosanitaria’. Esta viene a decir que son: las sustancias base –la levadura– y los preparados que las contienen –el bizcocho-, en la forma que sea (spray, polvo, líquido…) y que se venden para: proteger los vegetales contra plagas, mejorar la conservación de los vegetales, destruir aquellos que sean indeseables o partes de estos vegetales y/o “influir en el proceso vital de los mismos, de forma distinta a como actúan los nutrientes”. Estos también son utilizados para controlar la transmisión de enfermedades a través de animales, como los mosquitos. Posdata: la citada normativa es la Ley 43/2002 de Sanidad Vegetal.

Existen diferentes tipos de fitosanitarios, clasificados según el ‘problema’ que se pretende solucionar con ellos: herbicidas (para controlar las malas hierbas), insecticidas (los insectos), fungicidas (los hongos), rodenticidas (los roedores) y helicidas (los caracoles).

Como os decía al principio, se los conoce por diversos nombres. Por lo que una de mis preguntas era… ¿Serán cosas distintas? “Es todo lo mismo”, afirma el ingeniero agrónomo, Joaquín Aibar Lete. El también profesor universitario explica que solo las diferencian sus connotaciones: “Biocida, pesticida, plaguicida… tienen un contenido peyorativo; producto fitosanitario no es nada peyorativo”. Por su parte, el abogado ambiental, Fernando López Ramón, aclara que jurídicamente tampoco existen distinciones.

Bien. Ya tenemos claro lo básico. O quizá no, porque… ¿Esto se controla de alguna manera? Pues, de hecho, de unas cuantas. Comenzando por el momento de aprobación de cada producto.

Los pesticidas que se usan en el campo aragonés –y, por tanto, en el español– son los autorizados por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, que se encuentran incluidos en el Registro de Productos Fitosanitarios. Así lo afirma la jefa de la Unidad de Control de Medios e Inspección Fitosanitaria (Centro de Sanidad y Certificación Vegetal) del Gobierno de Aragón, Ana María Aguado Martínez. Todas estas sustancias “han pasado por unos controles exhaustivos de seguridad de todo tipo”, asegura Joaquín Aibar Lete. Dichos exámenes incluyen apartados como el de toxicología, eficacia y ecotoxicidad. “El dossier de un producto fitosanitario es inmenso”, añade el ingeniero agrónomo. Antes de registrarse el producto, se reúne en Madrid una comisión donde cada empresa aporta su documentación. Finalmente, quién tiene mayor peso en la decisión es el Ministerio de Sanidad: “Comprobando que las pruebas toxicológicas que hay (y, sobre todo, las de toxicidad para las personas) han superado con creces, con unos factores de seguridad enormes, todas las pruebas”, sentencia Aibar Lete.

Por otro lado, están las leyes. Sobre pesticidas hay un buen puñado, de todas las clases y perspectivas; empezando por las sanitarias: producciones vegetales, alimentación animal y alimentación humana. También tenemos las de protección del medioambiente o defensa de recursos naturales. Y una última de gran importancia, el comercio mundial. El problema de los pesticidas no se reduce solo a Aragón, España, ni tan siquiera a la Unión Europea. Afecta al total de estados miembros del planeta Tierra. El comercio mundial es igual de importante que la perspectiva sanitaria y medioambiental: “De nada nos sirve que nosotros prohibamos la fabricación de un determinado producto si este se produce en el estado de al lado y no hay restricciones a la importación”, como explica el abogado ambiental, López Ramón.

Y… ¿Quién las pone? Mucha gente de muchos sitios, sería el resumen más acertado. Mira… está la OMS, la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA, más conocida por sus siglas en inglés, FAO). Aunque, más que leyes propiamente dichas, lo que hacen todos estos organismos es marcar una serie de directrices

En nuestro caso (España-Aragón), las leyes –esta vez sí– las incluye la Unión Europea en sus reglamentos. Y, como formamos parte de la UE, nosotros las incorporamos a nuestra legislación, a nivel nacional y autonómico. Aquí podrás encontrar las leyes principales que existen a este respecto. Por su parte, López Ramón valora el caso específico de la Comunidad Autónoma de Aragón: “Podemos incrementar las medidas de tutela, pero no lo hemos hecho ni parece que tengamos capacidad para hacerlo. Tenemos problemas concretos, como por ejemplo el tema del lindano, pero no tenemos una legislación específica en la materia”.

En esta búsqueda de respuestas descubrí que existen una especie de excepciones a la regla. A ver, que os cuento. Una ley europea –véase, el Reglamento (CE) No 1107/2009– prohíbe la comercialización de sustancias activas –la masa madre– y de los plaguicidas que las contengan –la barra de pan– si tienen “efectos adversos para la salud humana, animal o el medioambiente”. En concreto, las “sustancias clasificadas como mutágenas, cancerígenas o tóxicas para la reproducción”; y aquellas que puedan causar “efectos nocivos a la salud humana o en organismos diferentes de la plaga a tratar por su capacidad de alterar el sistema hormonal”. 

“Existe, sin embargo, una forma de que estas dejen de estar prohibidas durante un tiempo”, afirman desde Ecologistas en Acción. La citada ley permite el uso de estas sustancias solo en situaciones excepcionales de “emergencia fitosanitaria”, que requieran controlar un peligro que no pueda gestionarse por otros medios razonables. Estas “autorizaciones excepcionales” deberán estar científicamente justificadas, serán para usos concretos y durante un plazo de tiempo limitado, no superior a 120 días. Además, las sustancias se autorizan para usos y cultivos determinados.

Reportaje fitosanitarios 2

Y… ¡Seguimos con las preguntas!

¿Quién y cómo solicita esto? La agrupación, la cooperativa o el sector agrícola son los que realizan la solicitud a las autoridades autonómicas competentes. Luego estas evalúan la necesidad de la autorización y trasladan la solicitud al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Por último, el Ministerio lo valora y decide su autorización o rechazo. Una vez aceptada la solicitud, la Administración (en colaboración con las ATRIAs) lleva a cabo un seguimiento de estas y vela así por su cumplimiento, así lo asegura Ana María Aguado Martínez.

La siguiente pregunta es… ¿Cuáles se han autorizado en Aragón? Según el informe ‘Autorizaciones de pesticidas prohibidos’ (2020) de Ecologistas en Acción, en 2019 se autorizaron dos: 

Autorizaciones de pesticidas prohibidos
  1. Chloropicrin / Cloropicrina. A nivel nacional, este plaguicida se aplicó en cultivos de “pimiento, tomate, calabacín, pepino, berenjena, fresa, frambuesa y mora”. A nivel autonómico, el informe indica que se utilizó en las provincias de Huesca y Zaragoza. Por su parte, Joaquín Aibar Lete –recordemos, el ingeniero agrónomo– explica que el Chloropicrin es un desinfectante de suelo. Razón por la que le extraña que se haya usado en Aragón, más allá de en algún vivero. “No hay una horticultura tan intensiva como para tener que utilizarlo, eso es un problema en los invernaderos del sur de España”, añade.  En referencia a los riesgos, Ecologistas en Acción afirma que esta sustancia es “mortal si se inhala, nociva si se ingiere, [provoca] grave irritación de ojos y de la piel, y posible irritación respiratoria”. También la califican de “inaceptable para trabajadores”. En cuanto al medioambiente, el grupo ecologista apunta que el Chloropicrin supone un “riesgo elevado para organismos acuáticos, aves y mamíferos; y de transporte a gran distancia a través de la atmósfera”. Además, reclaman la imposibilidad de “evaluar la exposición de las aguas subterráneas, ni exposición a concentraciones de fosgeno en el aire”. Por último, acusan una “falta de datos para evaluar la exposición de las aguas superficiales y los sedimentos, y para los riesgos a organismos que habitan en los sedimentos, las abejas, las lombrices y las plantas no destinatarias”.
  2. Propanil. Se trata de un herbicida autorizado excepcionalmente “para el control de malas hierbas de hoja estrecha en arroz” (la Echinochloa), que según el citado informe se empleó en las tres provincias aragonesas. Ecologistas en Acción apunta que el Propanil es una sustancia “perjudicial si se ingiere y muy tóxica para la vida acuática”. Además, la califican de “riesgo agudo para aves herbívoras, alto riesgo para los organismos del suelo y alto riesgo a largo plazo para las aves insectívoras”. En el presente informe también se menciona que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria: “Propuso clasificarlo como carcinógeno de categoría 2”, “concluyó que afectaba al sistema hormonal, probablemente por sus propiedades antiandrogénicas” e “indicó en diciembre de 2018 que la evaluación de este plaguicida no pudo finalizarse porque no [se] disponía de información suficiente”. 

Ana María Aguado Martínez confirma que las citadas sustancias “estuvieran autorizadas de manera excepcional”. La jefa de la citada unidad asegura que si estos productos se utilizan “de manera adecuada no deberían tener consecuencias indeseables en fauna, flora y seres humanos”. Es decir, se deben seguir las especificaciones de la etiqueta y la guía de buenas prácticas agrarias, como con cualquier otro producto fitosanitario.

Hemos mencionado ya su carácter extraordinario. Sin embargo, los datos muestran la recurrencia de esta práctica. Según Ecologistas en Acción, el Cholopicrin se autorizó 13 veces entre 2013 a 2019 (de 1 a 4 veces por año), y el Propanil todos los años desde el 2014 al 2019 (6 veces). El colectivo ecologista condena este “acto rutinario” al considerar que imposibilita “el desarrollo y empleo de nuevas técnicas y plaguicidas menos lesivos con el medioambiente y la salud humana”. Por su parte, la jefa de Unidad de Control de Medios e Inspección Fitosanitaria insiste en recalcar que “se trata de sustancias autorizadas por el Ministerio de Agricultura en aquellas comunidades autónomas en las que, por las características de sus cultivos, no hay ningún otro medio de controlar determinados patógenos”. El responsable de UAGA en la Comarca de La Almunia, Vicente López, apunta que “aquí en España no es muy habitual” este tipo de autorizaciones. Y, por último, Joaquín Aibar Lete explica que “es una excepcionalidad, lo que pasa que esta ya lleva varios años”. 

Seguro que no soy la única que, llegados a este punto, se pregunta… ¿Por qué se recurre a ellos? “Porque no hay nuevos productos y hay que recurrir a lo que se conoce que funcionaba en su momento”, opina Aibar Lete. A esta falta de productos hay que añadirle la prohibición otros: “El quitar como se ha ido haciendo puede ser una solución, porque lo eliminan por algún motivo, pero se quedan muy pocas materias activas a disposición del agricultor”, continúa.

Y si la solución más obvia es la creación de nuevos productos… ¿Por qué no se hace? La inversión [de la empresa de fitosanitarios] es tan grande que luego a lo mejor no es rentable, [por eso] investigan cada vez menos”, añade el ingeniero agrónomo. Para entenderlo mejor vamos a viajar en el tiempo a aquellos tiernos años de infancia. A aquellos odiados problemas de matemáticas: si el cultivo menor –“lo que tú vas al mercado a comprar”– del entorno urbano de Zaragoza es de 10 hectáreas aproximadamente –“pequeñísimo”–, y la multinacional de fitosanitarios tiene que invertir entre 300 y 400 millones de euros para crear un nuevo pesticida… ¿Será eso rentable? “Pues no”, concluye.

Ya hemos respondido a buena parte de las cuestiones que se agolpaban en mi mente. Sin embargo, hay dos perfiles de personas a las que todavía no hemos asaltado con preguntas –y más preguntas–.

LO QUE SIEMPRE QUISISTE PREGUNTARLE A… UN AGRICULTOR CONVENCIONAL

Vicente López, responsable de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) en la Comarca de La Almunia, responde:

Vicente López
  • ¿Qué opinión tiene respecto a los productos fitosanitarios?

A mí me sabe muy malo oír a la opinión pública que se trata mucho, que la fruta está muy contaminada… Eso es una mentira enorme. Nunca se ha comido tan sano como ahora.

La mayoría de los productos fitosanitarios son de síntesis vegetal, tienen un plazo de seguridad muy corto, la mayoría de los agricultores hacen global gap, no se trata por sistema sino cuando hace falta, con trampas de captura de insectos, la inmensa mayoría estamos asesorados en un ATRIA en la que un técnico nos dice cuando hay que tratar, con qué hay que tratar, qué plazo de seguridad hay que guardar… Todo esto hace 20 años no existía, los productos estaban todos prácticamente permitidos y la forma de tratar era totalmente diferente.

Entre la agricultura convencional y la agricultura ecológica hay una separación, pero cada vez esa separación es mucho más pequeña.

  • ¿Las medidas que se toman para asegurar esas buenas prácticas son suficientes? 

Yo creo que sí. La Comisión Europea es la que pone los plazos de seguridad cuando permite utilizar un producto. Quiere decir que transcurrido ese plazo el residuo prácticamente ha desaparecido o no queda nada en la fruta y con el tiempo desaparece. Hay técnicos que son los que nos lo dicen, no somos nosotros los que decimos cuando es el plazo de seguridad de un producto.

  • Estos productos cumplen una utilidad en cuanto a plagas, ¿no?

Utilidad tiene. Yo no critico al que hace agricultura ecológica, al contrario, creo que es otra manera de producir. Pero también te digo una cosa, si el 100% de la producción mundial fuera ecológica, yo dudo mucho que pudiéramos comer la humanidad.

El ejemplo lo tienes con la cereza el verano pasado. Fue un año de muchísimas lluvias, que se rajó muchísima cereza y la mayoría de la que hacían en ecológico ni la cogieron porque se pudrió. No poder tratar con ningún fungicida, ningún producto que evite la monilia o la botrytis o el pudrimiento del fruto... Al final hace que estas cerezas no se puedan comer. Los que estamos en agricultura convencional pudimos tratar con ese producto y una mayoría de las cerezas se pudieron coger. Si no hubieran estado tratadas yo creo que no hubiera habido ni cerezas en el mercado

  • Los consumidores tenemos parte de responsabilidad porque nos hemos acostumbrado a que el aspecto de frutas y verduras sea perfecto… 

La gente come más con la vista que con la boca. Y es una equivocación. Hay una variedad de cereza que se llama sonata.  Es espectacular de tamaño, bonita, tiene forma de corazón… es una preciosidad de cereza. Y, sin embargo, de comer es malísima.

[Los agricultores] nos estamos encontrando que hay frutas que se están dejando de comer. Y es el ejemplo del albaricoque. Hay muchas variedades de albaricoque que tienen una presencia muy bonita; pero, a mi manera de pensar, muy malas de comer. Esto va en detrimento del agricultor porque la gente compra una vez albaricoque de ese tipo, pero no lo compra otra vez. [Ni esta variedad ni ninguna otra] Porque le queda en el pensamiento que el albaricoque es ácido, no es dulce.

  • Existen problemas derivados de la prohibición de productos, la falta de investigación en nuevos…

Hay un producto post-cosecha, el imazalil, que se utiliza para la conservación de la manzana, principalmente. Era un producto que, transcurrido un mes del tratamiento, dentro de cámara, prácticamente desaparecía. O desaparecía el 99%. Y se ha dejado de poder utilizar porque en unas pruebas que hicieron, no sé a qué alma de la caridad se le ocurrió decir que cuando se asaba una manzana este producto como que se reactivaba. 

No hay ahora ningún producto post-cosecha que se pueda utilizar para la conservación sobre todo de manzana. Y nos estamos encontrando con verdaderos problemas para poder mantener una fruta en atmósfera controlada, sobre todo manzanas y peras. El problema es que estas cosas las tendrían que decidir técnicos, no políticos.

  • ¿Qué opinión le merece el uso del glifosato?

Era un producto que se degradaba totalmente en el suelo. Esto toda la vida se ha dicho. Que no era residual. Lo que no sabemos es si habrá otro tipo de herbicidas que se puedan utilizar. Porque quitar un producto es muy fácil, pero a los agricultores de cada vez nos dejan menos herramientas.

Y desde hace unos años, dicen que no. Y yo creo que la razón es porque hay una guerra comercial entre empresas, entre multinacionales, y al final ha ganado la que no tenía la concesión de producirlo. Sino no lo entiendo.

Por ejemplo, antes había un producto herbicida de contacto que, aquel, los agricultores sabíamos que era muy peligroso y lo retiraron. El Paraquat. Pero prácticamente fuimos los agricultores quienes decidimos retirarlo del mercado porque dejamos de utilizarlo.

  •  ‘Bonus track’ de Vicente López.

El mito de que la fruta ecológica tiene más sabor que la que no lo es, eso es una mentira enorme, grandiosa. El utilizar un producto fitosanitario ni le pone ni le quita sabor. El sabor de una fruta u hortaliza depende mucho del momento que se recolecte.

Incluso en un mismo árbol yo he hecho prueba de grado Brix (la dulzura del producto) y te puedes encontrar diferencias de una fruta de la parte de debajo, de tener 8 grados Brix, y una fruta cogida de arriba, 12 o 14. Las frutas que les da más la luz y el sol son más dulces.

LO QUE SIEMPRE QUISISTE PREGUNTARLE A… UN AGRICULTOR ECOLÓGICO

Fernando Laviña

Fernando Laviña, exagricultor convencional y copropietario de Ecoguaral junto a su hermano Gerardo, responde:

  • ¿Por qué cambió la agricultura convencional por la ecológica?

Ya desde el principio, no era muy amigo de los fitosanitarios, los tratamientos y todo eso cuando hacíamos agricultura convencional. Empezamos con hortícolas, luego pusimos el olivar. Al ver que funcionaban los cultivos y para darle un valor añadido, decidimos hacer agricultura ecológica. Reconvertimos toda la explotación. Ahora todo el cereal que hacemos es en ecológico, las almendras también, hasta leguminosas (garbanzos y lentejas). El paso fue ese, pero luego la concienciación también, de una agricultura sana y de calidad.

  • ¿Se puede hacer agricultura sin fitosanitarios?

Yo la hago, esa es una realidad. El agricultor que hace convencional lo ve difícil, porque está muy acostumbrado a ‘ahora hay hierba, saco la sulfatadora y a cascala’. Luego hay gente del pueblo que hace convencional y me dice ‘pero vosotros, ¿cómo tenéis buenas cosechas y no echáis?’. Y digo, ‘pues chico, ya ves…’. Poco a poco la tierra se va acostumbrando.

Cuando se hacía agricultura convencional antes, la sulfatadora era una cosa que empleabas una vez en primavera y ya no la empleabas más en todo el año. Pero ahora es que las sulfatadoras están todo el día por el campo.

En ecológico tienes que aprender a vivir un poco con las malas hierbas… Procuro echar estiércol, purines, que también se puede en ecológico, en unas condiciones [determinadas] (sobre rastrojo y una cantidad determinada). En ecológico es importante aportar materia orgánica.

  • ¿Sin fitosanitarios se puede conseguir rentabilidad a nivel de producción?

No creo que haya mucha diferencia entre los agricultores que hacen convencional, aquí en Perdiguera, y lo que hacemos nosotros, en las producciones. 

Ahora hay un tipo de agricultura que, desde luego, no se podría conseguir sin los fitosanitarios. La agricultura de conservación.

¡INCISO! - ¿QUÉ ES LA AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN?
Este sistema no requiere de un gran labrado del campo, ya que se procura que siempre haya una cobertura vegetal en él. Además, se basa en la variación del tipo de cultivo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, entre sus ventajas se cuenta el realce de la biodiversidad y los procesos biológicos naturales, “lo que contribuye a un mayor aprovechamiento del agua y una mayor eficiencia en el uso de nutrientes, así como a la mejora y sostenibilidad de la producción de cultivos”. Por otra parte, también se evita que la tierra se erosione, disminuye los costes en horas de trabajo y en consumido de gasoil por uso de maquinaria. Esta última “al campo solo entra a sembrar y a echar fitosanitarios”, afirma Fernando Laviña. El agricultor ecológico señala como consecuencia de esta práctica la necesidad de mantener los campos limpios mediante fitosanitarios: “El glifosato se consume, vamos, a toneladas. Al no hacer labores del tractor de teja, de cultivador…  Si no se les pone mucha hierba y no lo pueden trabajar”.

  • ¿Cree que se toman medidas suficientes para controlar el uso de estos productos?

Creo que aquí cada agricultor tiene que llevar un libro de explotación, que tiene que poner los productos que echa y las cantidades... Yo también tengo que llevar un control, pero a mí me controla el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Precisamente, mañana tengo una inspección, se llevarán una muestra del producto y la analizarán.

Ellos supongo que estarán cumpliendo la legalidad. Eso no lo dudo, vamos, que están echando cosas permitidas.

  • Se hace alusión a que cada vez tienen menos productos fitosanitarios que poder usar y a que las plagas se hacen resistentes a los permitidos.

Productos han quitado un montón. Y a lo mejor han rebajado las dosis de materia activa porque ahora dicen ‘Me caguen… he echado herbicida y no me ha matado ni los ababoles’. Comentarios de bar, sabes.

Esta primavera pasada, por ejemplo, ha sido muy curiosa. Ha habido agricultores que han echado herbicida y, bueno, ha habido una plaga de ababoles… Los campos estaban rojos de amapolas. Y yo que he estado haciendo agricultura ecológica no tenía o tenía pocos.

  • ¿Qué diferencia a los fitosanitarios ecológicos de los convencionales?

Son todos a base de productos naturales. El Comité Aragonés de Agricultura Ecológica tiene un vademécum. Hay extractor de plantas para el pulgón, el jabón potásico, cosas de esas. Y cada vez hay más investigación y están sacando más productos. Hay líneas especializadas para agricultura ecológica.

  • ¿Es posible vivir de la agricultura ecológica?

Sí, es posible, nosotros estamos viviendo de eso. No tenemos otros ingresos que los de la agricultura ecológica y vivimos [de ello] dos familias.

  • ¿Existen muchas exigencias para poder realizar este tipo de agricultura?

Hay que llevar un cuaderno de campo, tienes que poner todos los kilos de semilla, las proporciones, el estiércol que has echado, dónde compras las semillas, que sean ecológicas, las facturas… Tienes que llevar un control exhaustivo. Todo lo que vendes debe llevar una trazabilidad, los números de lote… Burocracia, es mucho la agricultura ecológica.

Creo que es lo que más les echa para atrás. A lo mejor a gente joven que empieza no, pero a la gente que está ya acomodada… Ellos cogen la cosecha, la llevan a la cooperativa y se despreocupan de todo. Sin embargo, en esto te tienes que buscar tú la comercialización… todo. Y siempre es más lío.

  • ¿Compensa?

Sí, claro. Nosotros estamos contentos. Aparte del cereal, hacemos nuestro propio aceite de oliva, hortícolas que vendemos en el Mercado Agroecológico de Zaragoza. Nos defendemos.

Reportaje fitosanitarios 3

Hay todavía una cuestión que aclarar. Tanto Vicente López como Fernando Laviña han opinado sobre las medidas tomadas para controlar el uso de estos productos. Pero… ¿Cuáles son esas medidas?

La principal es la obligatoriedad del Carné de manipulador de Productos Fitosanitarios, prueba de que agricultores y/o técnicos han recibido el curso de nivel básico –también existe uno superior, el “nivel cualificado”–. Así lo afirma Joaquín Aibar Lete, que entre los contenidos de dicha formación destaca la protección personal, del medioambiente y “de los daños que pudieran causar si lo hicieran mal”. El Gobierno de Aragón gestiona los carnés y los cursos de los agricultores a través de la Unidad de Control de Medios e Inspección Fitosanitaria, que dirige Ana María Aguado Martínez. También se encargan de la autorización de las empresas de formación, el asesoramiento, la inspección de los equipos de aplicación, y la ejecución de diferentes programas (Higiene de la Producción Primaria Agrícola, Vigilancia de experimentación con productos fitosanitarios, y Control Oficial del Uso de productos fitosanitarios y de la Comercialización de Productos Fitosanitarios), entre otras cuestiones.

Por su parte, el SEPRONA (sección de la guardia civil dedicada a la protección de la naturaleza) también hace sus inspecciones “de cuando en cuando”. Como cuenta Joaquín Aibar Lete, “te pueden pedir el carné y la etiqueta del envase [del producto fitosanitario], a ver si lo que estás aplicando está correcto en el entorno y para ese problema que tú tienes”.

Como quién va a la panadería, solo pide eso, pan, y recibe de vuelta un… ‘¿Algo más?’. Sí. ¡Nos queda algo más! Se trata de las medidas referidas a un concepto ya mencionado: los residuos. Existen varios puntos donde se miden dichos restos de productos fitosanitarios. Uno de ellos es Mercazaragoza. Sanidad realiza el “control de residuos de pesticidas una vez que el producto está fuera de la explotación agrícola”, según palabras de Ana María Aguado Martínez.

El otro punto es el mismísimo río Ebro. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) lleva a cabo la medición de los residuos fitosanitarios en el agua de este río. Y es que, como dice Joaquín Aibar Lete, “al final todo acaba en el Ebro”. En el último informe de medición de la CHE (2019) se han obtenido unos resultados interesantes de conocer:

Técnico preparando muestras de laboratorio. Fuente CHE
Técnico preparando muestras de laboratorio. Fuente CHE

En primer lugar, es llamativo el hecho de que han aumentado los plaguicidas utilizados respecto a otros años (Atrazina, Simazina, Terbutrina, Desetilatrazina, apenas usados antes) y que prácticamente haya desaparecido el Clorpirifós, presente en informes de años anteriores. La razón de su ausencia es su “reciente prohibición”. Según el Área de Calidad de Aguas, esto explica que se hayan empezado a encontrar esos otros plaguicidas que “buscan el mismo efecto” como productos fitosanitarios. Por su parte, el ingeniero agrónomo argumenta que la Atrazina, Simazina y Terbutrina “son herbicidas”, por lo que su uso es diferente al del Cloropirifós, “un insecticida”. La Desetilatrazina es un metabolito de la degradación de la Atrazina. Además, Aibar Lete sostiene que estos fueron “retirados hace muchos años y que no se emplean”.

El mencionado informe recoge que se ha superado la norma de calidad ambiental respecto a la concentración media anual y la concentración máxima admisible. El Área de Calidad de Aguas explica que sobrepasar cualquiera de la dos significa que “esas masas de agua no están en buenas condiciones y se deben adoptar medidas (sobre todo, por parte de los usuarios de esas sustancias) para disminuir su uso y, por tanto, su concentración en el agua de los ríos”, añaden. Para ello, se traslada este informe a las Comunidades Autónomas. Una de las sustancias detectadas que ha superado ambas concentraciones es el Endosulfán, clasificado como ‘sustancia peligrosa’. El Real Decreto 817/2015 define este tipo de sustancias como “tóxicas, persistentes y bioacumulables”. Joaquín Aibar Lete sostiene que el Edosulfán “puede aparecer, pero hace años que no se usa”.

En este informe se hace referencia a la Red ABASTA, puntos de captación de agua para abastecimiento. En ella se han detectado plaguicidas en el 5,04% de los análisis, y 10 sustancias en 13 puntos (de un total de 19). Desde el Área de Calidad de Aguas de la Confederación indican que se trata de “datos informativos”. Lo que “se quería resaltar” con ellos es que detectar “solo 10 sustancias parece que son pocas”, en comparación con el total de sustancias que se analizan. De igual manera que 13 puntos “no parecen una cifra elevada, ni el 5,04% de plaguicidas (sobre el total de analizados) es un porcentaje llamativo”. Sin embargo, hacen hincapié en que en esos puntos de captación concretos “deberán adoptar unas medidas más exigentes para la potabilización del agua”.

Otro límite superado es el umbral de los 1.000 ng/L. Dos de las sustancias detectadas son el Metolacloro y la Terbutilazina, clasificadas como ‘sustancias preferentes’. Según el RD 817/2015, estas presentan “un riesgo significativo” para las aguas superficiales españolas debido a su “especial toxicidad, persistencia y bioacumulación o por la importancia de su presencia en el medio acuático”. Por ello, la citada norma fija ese umbral, que no se ha superado en la media anual, pero sí de forma puntual.

Por último, algunas de las sustancias que se han empezado a analizar este año en el laboratorio están incluidas en la Lista de Observación (Acetaprimid, Clotiadinina, Imidacloprid, Oxadiazón, Tiacloprid y Tiametoxam). Según afirma el Real Decreto 140/2003, las sustancias de dicha lista “pueden suponer un riesgo significativo al medio acuático y a través de él”. Es debido a su inclusión en esta la razón por la que se han empezado a analizar. Además de que la técnica analítica necesaria se ha conseguido desarrollar en el laboratorio. Los/as expertos/as de la CHE destacan que ahora se está recopilando información sobre las integrantes de la Lista de Observación: “Para conocer, primero, las concentraciones en que se detectan en el agua; y, segundo, para comprobar la toxicidad a corto plazo y a medio y largo plazo de la misma”. Y así fijarles posteriormente unos umbrales “de obligado cumplimiento”. Respecto al riesgo significativo al medio acuático mencionado en el Real Decreto, estos concluyen: “Depende lógicamente de las concentraciones en que una sustancia se encuentre en el agua, como indica la Unión Europea”.

Dicho esto, Susana Cortés Corbasí, jefa de servicio de esta área y coautora del mencionado informe, nos indica que no se puede generalizar respecto a los resultados: “Hay puntos que han empeorado y [otros] que han mejorado”. Cada punto es diferente y un factor clave son los caudales de los ríos de ese año. Por ejemplo, si ha llovido bastante, baja más agua y, por tanto, se detectan menos residuos de productos fitosanitarios. Corbasí aclara que esto no significa que haya estas concentraciones en toda la cuenca del Ebro: “Hemos ido a buscar los plaguicidas a los puntos donde creemos que puede haber”. Estos “puntos negros” se sitúan en retornos de zonas agrícolas, debajo de los regadíos más importantes. Por su parte, el ingeniero agrónomo, Joaquín Aibar Lete, considera que los resultados del informe prueban un buen uso “dado el volumen de productos que se utilizan, que se utilizan muchos, y dada la superficie que tiene la cuenca del Ebro”.

Reportaje fitosanitarios 4

¡Tranquilos/as! No hay más preguntas… Como tal, no. Solo unas conclusiones finales. No me negareis que se os esté pasando por la mente si serán suficientes estas medidas. Tanto el agricultor convencional, Vicente López, como su homólogo ecológico, Fernando Laviña, han contestado ya. Ahora le toca el turno al resto de expertos/as.

Joaquín Aibar Lete opina que sí lo son. No obstante, también cree que se pueden hacer mejoras. Por un lado, aumentar la formación para agricultores y técnicos. Por el otro, “ir más allá en los ensayos previos al Registro en pequeños matices mediante la experimentación local, ya que las condiciones del cultivo y las ambientales no son iguales en todo el país. Por ejemplo: Si en el Valle del Ebro hace mucho viento “a lo mejor los productos que sean volátiles (que enseguida se evaporen) habría que tener un plus de cuidado porque si no puede ir a parar al campo del vecino o al señor que está paseando”, explica el ingeniero agrónomo.

En cuanto a la legislación, Fernando López Ramón, apunta que el derecho ambiental de la Unión Europea es “muy avanzado” en cuanto a prohibiciones, delimitaciones y autorizaciones. “El principal déficit que tenemos, sobre todo el ámbito Mediterráneo, es el cumplimiento, la ejecución, la efectiva aplicación de las reglas”, añade el abogado ambiental. El problema llega al poner en práctica la teoría. No obstante, el Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de los Productos Fitosanitarios (2012) “sí se está aplicando y, sobre todo, está generando entre los agricultores unas buenas prácticas que luego son premiadas”, considera el abogado ambiental. Por ejemplo, el cultivo ecológico está recibiendo subvenciones por parte de la UE. Según López Ramón, “el premio” es la razón del éxito. Este método se está aplicando en algunos sectores de la Política Agrícola Común (PAC): “Por esta vía se están consiguiendo mejoras muy sensibles”, afirma.

Por su parte, Ana María Aguado aclara que el Plan de Acción Nacional no se premia de manera directa mediante subvenciones: “Puesto que hay muchos productores (frutas y hortalizas principalmente) que no reciben este tipo de ayudas”. La jefa de la Unidad de Control de Medios e Inspección Fitosanitaria sostiene que el cumplimiento de estas buenas prácticas, más la labor que desarrollan las ATRIAs, las nuevas herramientas informáticas, así como los programas de control integrado “ayudan al agricultor a tener una mayor capacidad de decisión y gestión de sus explotaciones, haciéndolas económicamente viables y respetuosas con el medio ambiente”. Sin embargo, Aguado Martínez insiste en que lo relevante es que esto garantiza que de sus explotaciones sale un “producto seguro para el consumidor”.  En cuanto al tercero de nuestros expertos, Joaquín Aibar Lete, opina que “las cosas se están haciendo bastante bien”.

Reportaje fitosanitarios 5

¡Se acabó! Los datos, los informes, los documentos legales, las declaraciones de expertos/as… han llegado a su fin. Y espero, encarecidamente, que al menos algunos de vuestros interrogantes también. Posdata: un especial reconocimiento a Robbin Higgins por su tremendo arte al posar

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#88325
27/4/2021 23:08

intenta ser un articulo abierto a todas las miradas, pero no contrasta pir ningún lado la info.

lo de que los plaguicidas no llegan al suelo, o que se volatilizan con el sol, y ya no son perjudiciales, es de un sesgo brutal.

los productos de sintesis, y de moléculas no organicas (sino estarían permitidos en ecológico) perduran incluso en nuestros organismo, a pesar de sufrir preocesos de digestion y ruptura quimicos.

el manzano es un paradigma de contaminacion con hasta 54 tratamientos y componentes de sintensis distintos aplicados en campaña, siendo la piel de la fruta la que condensa mayores indices.

que se han hecho avances en integrada no lo dudo, tampoco que en eco a edio plazo se puede producir casi tanto como en convencional y reduciendo el despilfarro de alimentos, no se note en nada

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0
#88294
27/4/2021 15:29

Se debería comentar también en el artículo, que la sustancias se detectan con los análisis, si no se encuentra la sustancia porque se ha degradado, no es que haya desaparecido, es que aún no hemos sabido detectar la nueva molécula que se ha creado. El ejemplo típico es el que había antes en la sustancias de dopaje y el ciclismo. Decir que las sustancias de síntesis se degradan con el sol y gracias a exponer la tierra al a este, sin decir el daño que produce la pérdida de materia orgánica, y por lo tanto de co2 Del suelo, es faltar mucho a la verdad. En la agricultura ecológica está muy avanzado las técnicas de mejora del suelo y de tratamientos fitosanitarios. Es muy habitual leer que la agricultura ecológica no se pueden echar productos fitosanitarios, lo que es mentira. También existen, pero están muy controlados y hay que justificar su uso. Para crear un artículo de opinión hay que beber de varias fuentes, Si no se nota demasiado el sesgo

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#88258
27/4/2021 9:05

Los agricultores "convencionales" y subvencionados, no se quieren enterar. Hace tiempo que vendieron el campo al feroz mercado de divisas. Creen lo que el perito agrario les dice: cuando hay que curar, que hay que cultivar, que hay que arrancar etcétera, para ellos lo único importatnte es la producción, no la calidad de la misma, porque no sería competitiva con el vértigo de los mercados. Los lobbies se encargan, cada vez con más dificultad de lavar esa imagen bucólica de la agricultra que ya no existe. Explotaciones envenenadas y que envenenan todo a su alrededor. Las leyes que deberían velar por nuestra salud y la del planeta, se las saltan, se centran en los trabajadores "ilegales" y no me refiero a inmigrantes, sino a miembros de una misma familia que no pueden ayudar a recoger la cosecha si no están dados de alta, ahí focalizan su misión de detectives, seguir sacando tajada con los seguros. El discurso anacrónico del campo, tengo familiares con pequeñas explotaciones, incluso en ecológico, es una trampa, un arma de doble filo, un callejón sin salida, donde siempre gana el mercado y sus usureros. Los agricultores, aligual que los cazadores, se creen que el campo (y la Naturaleza en general), les pertenece, porque están protegidos por una legislación que invisibiliza las consecuencias de un crecimiento no-infinito, eliminando de raíz la soberanía alimentaria. El artículo demuestra que todo sigue en su sitio y este antropocentrísmo desmedido que estamos sufriendo no tiene pinta de ser equilibrado.

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