Ecofeminismo
Cuidados para recrear el mundo en común
Edith Pérez Alonso y Daniel García Blanco son parte del grupo motor del proyecto editorial y audiovisual de Los Cuidados, que nace de un agradecimiento inmenso a la capacidad comunitaria de construir cuidados transformando la realidad que nos rodea. A propósito de este proyecto y la experiencia vivida comparten sus reflexiones y aprendizajes.

@dandindan
Poner la vida en el centro y los cuidados son dos partes de un mismo engranaje que construye una (id)entidad. Van de la mano, toman sentido en comunión. Si se separan dejan de existir. “Cuidamos, por lo tanto, somos”, señala Belén Gopegui en su precioso prólogo del libro Los Cuidados, evocando la etimología del cuidar en una reconducción de la famosa cita de Descartes cogito ergo sum.
El ecofeminismo señala que es necesario poner la vida en el centro. No es una entelequia. Requiere de acción desde lo cercano a lo global para cocrear un mundo en el que pueda vivirse dignamente integrando los cuidados. Por eso este proyecto, que incluye una película y un libro, parte de experiencias vividas o en tránsito. Se estructura desde lo colectivo hasta lo individual, en tres secciones (crisis, comunidades, cuerpos) con 28 textos que han sido posibles gracias a la colaboración desinteresada e imprescindible de colegas del mundo de la salud, el ecologismo, el feminismo, las ciencias sociales, la antropología, la economía, la comunicación, la educación o el urbanismo.
Los Cuidados nace de un agradecimiento inmenso a la capacidad comunitaria de construir cuidados transformando la realidad que nos rodea. Y a personas concretas, de carne y hueso, que conscientes de su poder lo ejercen vinculándose con otras por el bien común, poniendo el foco en la vida y los condicionantes que la afectan y contribuyendo de forma creativa al cambio colectivo. Surge de un regalo, una celebración y un reconocimiento a una de ellas, Juan Luis Ruiz-Giménez, en el momento de su jubilación. Persona admirada y querida por tantos y tantas, con una capacidad de amor y trabajo inmensa, y cuya aportación a los procesos colectivos y la salud comunitaria como médico de familia en el Centro de Salud Vicente Soldevilla de Vallecas a lo largo de las últimas décadas es incuestionable.
Somos seres vulnerables. Todas las personas necesitamos de los cuidados de otras, más en las etapas de la niñez, vejez, o cuando ciertos procesos de enfermedad o pérdidas funcionales llegan. No sobreviviríamos solas. Para bien vivir necesitamos también agua potable, aire limpio, alimentos que nos ofrece la tierra que cuidamos. Somos pues, interdependientes y ecodependientes, como señala Yayo Herrero.
Y esto a su vez es inseparable de la capacidad individual y colectiva de resolver nuestros problemas, de reinventarnos ante la adversidad.
La primera parte del libro se aproxima a los cuidados en el contexto de la crisis.
Nos ha tocado vivir tiempos convulsos en los que resulta difícil asimilar los cambios e interpretarlos. Un capitalismo voraz avanza con el mantra del crecimiento económico ilimitado llevando hacia el abismo la vida de las personas y del planeta. En menos de dos siglos ha consumido más de la mitad de los recursos fósiles y minerales, aquellos que eran más fáciles de extraer, y ha desencadenado una crisis ecológica sin precedentes con la saturación de los sumideros planetarios, el cambio climático y la sexta extinción masiva de especies ya en marcha.
El capitalismo avanza abriendo cada vez más la brecha de la desigualdad. El uno por ciento más pudiente de la población mundial tiene más ingresos que la mitad de la humanidad. En España el uno por ciento más rico concentra casi lo mismo que el setenta por ciento de la población según Oxfam. Esta brecha no para de crecer en las últimas décadas, y afecta especialmente a mujeres y niñas. El motor del capitalismo se alimenta de combustibles fósiles y recursos naturales al igual que lo hace del trabajo reproductivo, de cuidados y sostén de la vida socialmente desempeñado por las mujeres. Sin unos y sin otras no puede funcionar. No se sostiene.
En este contexto de crisis, en el que la inestabilidad hace que sin habernos recuperado del hundimiento económico de 2008 tengamos una nueva recesión en ciernes, nos planteamos diversas preguntas en torno a los cuidados que se abordan en diversos textos. ¿Cómo se vincula la crisis ecológica y social con los cuidados? ¿Qué paradigma seguir para poner la vida en el centro? ¿Cómo se medicaliza la vida en la sociedad capitalista? ¿Qué es la crisis global de los cuidados? ¿Qué impacto tienen las condiciones de vida en la salud? ¿Qué cambios se han producido en el sistema sanitario, social y de cuidados como consecuencia de la crisis? ¿Cómo cuidarnos en este contexto? ¿Cómo articular colectivamente respuestas hacia el cuidado colectivo y de lo público?
La segunda parte del libro trata de las comunidades y los cuidados. Un paseo por diferentes experiencias nos abre los ojos y la mente a cómo desde el contexto comunitario y la organización colectiva pueden articularse estrategias creativas de cuidados que mejoren la vida y transiten hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social, económica y ecológica. Una entrada posterior en este blog nos permitirá recorrer conjuntamente estos relatos.
Nos adentramos ahora en la tercera parte, saliendo de ese cuerpo complejo que es el barrio o el pueblo para acercarnos a la realidad subjetiva de la persona que cuida y de quien, antes o después, habrá de ser cuidada. Atravesamos narrativas, historias de vida, y reflexionamos sobre el cuidado individual frente al colectivo. Como afirma Coral Herrera Gómez colectivizar los cuidados es, hoy por hoy, la única manera de acabar con la desigualdad, la explotación, y la violencia patriarcal, y de transformar el mundo que habitamos en un lugar más pacífico, igualitario y amoroso. A lo largo de estas páginas se pone en valor el papel de las personas que cuidan y al mismo tiempo se da visibilidad a las desigualdades de género y sociales en los procesos de cuidado, así como al desigual reparto entre cuidados formales y no formales. Es necesario hacer preguntas que permitan avanzar hacia una toma de control de los factores que influyen en nuestro bienestar. Preguntarnos a nosotras mismas y también a las instituciones para reconducir su camino: ¿Hasta qué punto somos protagonistas en lo que está pasando con nuestras vidas? ¿Tenemos el control de los factores que influyen en nuestro bienestar?
Como colofón, resumen e invitación a tomar el relevo de todas estas experiencias y reflexiones, el cortometraje Los Cuidados, realizado con amor y maestría por Raquel Congosto y Antonio Girón, nos permite abordar esta cuestión desde otra perspectiva. Aporta una mirada delicada, cuya síntesis viene entre otras muchas imágenes representada por esa cuerda de tender la ropa que une al vecindario, de pared a pared, atravesando la calle. Esa belleza de lo cotidiano que no es posible sin la colaboración vecinal. Entre otros muchos momentos aderezados por mujeres significativas del barrio, por profesionales y por la música y el cante de Carmen París.
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