Renta básica
No es un debate sencillo, pero el miedo y la contención no son el camino

Fueron muchas las llamadas que recibimos ayer de amigos y amigas preguntando si podrían acceder al ingreso mínimo vital. Lamentablemente, en la totalidad de ellas la respuesta fue la misma. No podéis acceder. Aunque lleves desde febrero sin curro, el año pasado tuviste un empleo de 900€ al mes y, por lo tanto, no podrás acceder.

Este viernes se ha aprobado en el Consejo de Ministros el tantas veces anunciado ingreso mínimo vital. Una medida que parece que conocemos de toda la vida y que lleva ya meses provocando un ir y venir de noticias. Información que ha generado, dicho sea de paso, una serie de falsas expectativas en mucha gente que, a la hora de la verdad, verá que no puede acceder y simplemente no entenderá el por qué de tanto bombo.

Porque la verdad es que durante estos meses el presupuesto inicial del ingreso mínimo vital se ha reducido de unos 5.000 millones de euros a 3.000, el número de familias beneficiarias, de alrededor de 1.000.000 a 850.000 e incluso, hemos pasado de escuchar que esta prestación no iba a estar supeditada a la búsqueda activa de empleo, a leer al ministro Escrivá diciendo que “para cobrar el ingreso mínimo vital será obligatorio buscar trabajo”.

Renta básica
Se acerca una epidemia en salud mental y tal vez podríamos evitarla

La propuesta de la renta básica a pesar de ser una respuesta directa y efectiva a enormes problemas de pobreza, salud, nutrición, bienestar mental aún enfrenta las resistencias de muchos gobiernos mediocres y cobardes que no acaban de ceder ante el drama humano que se nos viene encima. 

Y entre dimes y diretes, finalmente, ha llegado el día de su aprobación. Ha tardado, y mucho. Y en nuestra opinión, lamentablemente, esperábamos más. Porque no sólo ha defraudado las expectativas a muchas de las personas que golpeadas por la desigualdad estructural o por la pandemia que se las ven y se las desean para poder cubrir sus necesidades, sino que además defrauda una apuesta real y decidida por la redistribución de la riqueza. Ha abandonado, a cambio de las recetas de siempre, el camino que lleva a ampliar miradas y a ensanchar políticas que den una respuesta estructural a los retos del siglo XXI.

La derecha acudirá feroz a gritar contra la paguita, y nosotras sentiremos el peso de la tristeza y la decepción. Porque, al final, queriendo acallar a unas y contentar a otras, se ha quedado en tierra de nadie.

Este ingreso mínimo vital  nos defrauda y nos entristece. Y lo hace porque podría haber sido la oportunidad perfecta para apostar por medidas más ambiciosas y, sobre todo, porque la gente no entiende de retrasos, controles presupuestarios o limitaciones

El ingreso mínimo vital es sin duda un avance, porque todo reconocimiento de derechos para la ciudadanía lo es. Pero la cuestión central a analizar, para nosotros al menos, no es sólo “la herramienta” en sí, sino su diseño y su alcance. Está claro que para quien no tenga nada y ahora tenga esto, es bueno. Está claro que para quienes esto legitime su absoluto abandono institucional, es malo. Y, sobre todo, está claro que este debate, para quien desgraciadamente vive de la crítica fácil, no es de blancos y negros. Contiene muchos matices de grises que toca analizar y sobre los que es indispensable posicionarse. Porque guste o no escucharlo, un avance puede considerarse un retroceso si no ayuda suficientemente a las personas y, especialmente, si las criminaliza e hipoteca sus vidas dándole, dicho sea de paso, al ‘enemigo’ carrete con el que reforzar sus posiciones.

No es por lo tanto una postura sencilla la que nos toca defender aquí y ahora. No es una postura cómoda y desde luego, no es una postura sin matices. Y es desde esta honestidad desde la que queremos reflexionar sobre tres aspectos de la medida que nos preocupan y consideramos que nos deben ocupar.

El  primero es que este ingreso mínimo vital  nos defrauda y nos entristece. Y lo hace porque podría haber sido la oportunidad perfecta para apostar por medidas más ambiciosas y, sobre todo, porque la gente no entiende de retrasos, controles presupuestarios o limitaciones.

Quienes lo están pasando mal hoy sólo entienden de necesidades y, estando de acuerdo al 100% con el objetivo que establece el primer artículo de esta ley de “prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social de las personas”, no entendemos ni el contenido de la ley ni el camino elegido. Prevenir es, según la RAE, “ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio”. Por el contrario, esta prestación se orienta a cubrir a una parte de las personas que ya están en la cara más dura de la pobreza y que, además, ni con ella conseguirán superarla. Y es entonces cuando nos preguntamos si hacía falta tanta alforja para este viaje. El ingreso mínimo vital servirá, sin duda, para contener algunas de las situaciones que se dan en la pobreza pero está lejos de prevenirla o evitarla. Y esto sin dejar de mencionar que no se nombra la perspectiva de género (a pesar de que la pobreza en el mundo tiene rostro de mujer) ni el interés superior de la infancia y la adolescencia (a pesar de oír por activa y por pasiva que esta herramienta se dirigía a las familias que peor lo pasaban porque sus hijas e hijos no merecen crecer en situación de necesidad).

La segunda reflexión que queremos plantear es que el ingreso mínimo vital nos da miedo. Y lo hace porque, a falta de ver cómo será la puesta en marcha y el día a día de quienes la cobran, el análisis de la normativa nos muestra que está llena de parches y zonas grises.Durante años ambos hemos sido tremendamente críticos con los fallos de gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) de Euskadi que, pese a ser de las más generosas del Estado, ha buscado (y se le ha permitido encontrar) un armazón de impunidad para excluir a mucha gente y poner el control por encima de la protección.

Pues bien, el ingreso mínimo vital “compra” muchas de las malas prácticas que se aplican en Euskadi mientras que soluciona muy pocas. ¿Será que lo que busca es la contención y no la prevención? Juzguen ustedes. Entre los requisitos, las obligaciones y los tipos de sanciones que se van a exigir o imponer, hay referencias constantes a “lo que diga el reglamento” y, ¿saben lo que eso significa? Inseguridad. Una de las pocas cosas de lo que las personas en la precariedad y la pobreza van sobradas. Inseguridad ya no personal, sino jurídica, porque para ellas implica que al solicitar una prestación no van a saber qué les van a pedir. Pero es que además, de alguna manera, obliga a fiarse de la buena fe de quienes la gestionen. En todo caso, ya habrá tiempo a analizar cómo se aplica y esperamos, sin duda, equivocarnos. En lo que no tenemos ninguna duda es en el aparente apoyo que esta reforma da al recorte sin precedentes que el PNV y el PSE quisieron imponer en Euskadi en el frustrado intento de reformar la RGI y ése es un camino que realmente asusta.

A falta de ver cómo será la puesta en marcha y el día a día de quienes la cobran, el análisis de la normativa nos muestra que está llena de parches y zonas grises

El tercer aspecto que queremos remarcar es que nos preocupa que este IMV no sirva para afrontar los problemas surgidos de la crisis actual. Y nos preocupa porque, para poder hacer frente a los problemas generados en muchísimas familias a raíz de la crisis que ha desencadenado el Coronavirus, el IMV tendría que atender a la situación de las personas hoy y, sin embargo, parece que también va a tener en cuenta los ingresos y el patrimonio del año 2019.

¿Cuántas personas que se han quedado sin ingresos por culpa de esta crisis no podrán entonces ser beneficiarias del IMV? Porque las miles y miles de familias en las que una persona tuviera un empleo a tiempo completo en el año 2019, incluso con un salario inferior al SMI, o las que tuvieran unos pocos ahorros en la cuenta bancaria, no. Y esto nos preocupa. Porque parece que no se han hecho esfuerzo suficientes para que esta normativa refleje y dé respuesta a los problemas actuales de la sociedad, a los problemas de las miles de personas que a día de hoy desayunan, comen y cenan pura incertidumbre. Y que mañana, seguirán haciéndolo.

Coronavirus
La emergencia sanitaria aviva la demanda de un ingreso incondicional para toda la población

Entre la urgencia de garantizar una seguridad material a quienes ven ahora en peligro su supervivencia económica y el empuje a un cambio de paradigma que permita repensar la relación entre trabajo y acceso a recursos, el debate de la renta básica se abre paso en los medios y quizás también en el gobierno. 

Fueron muchas las llamadas que recibimos ayer de amigos y amigas preguntando si podrían acceder al ingreso mínimo vital. Lamentablemente, en la totalidad de ellas la respuesta fue la misma. No podéis acceder. Aunque lleves desde febrero sin curro, el año pasado tuviste un empleo de 900€ al mes y, por lo tanto, no podrás acceder. Llevas solo 2 años viviendo fuera de casa de tus padres, por lo tanto, pese a no tener ingresos no vas a podrás acceder hasta el año que viene como pronto. Vives solo y tienes una plaza de garaje valorada en 14.000€ y más de 3.000€ en el banco, por lo tanto, no puedes acceder. Y habrá familias que lo consigan, pero creo que todas estamos de acuerdo en que la cobertura de este ingreso mínimo vital es muy escasa teniendo en cuenta la totalidad de personas que lo están pasando realmente jodido.

Todo esto nos lleva una vez más a recordar aquello de que “rectificar es de sabias”. Es imprescindible enfrentarnos a la situación con valentía y no sólo con buenas intenciones porque están lejos de ser lo que la gente come. Toca hacer una apuesta decidida si de verdad queremos salir juntas de ésta. Ahora que el virus pasa a un segundo plano, toca hacer una inversión en la salud de la sociedad; urge, también, curar la desigualdad y la precariedad. Por eso, para no seguir parcheando y poder garantizar unos mínimos vitales a todas las personas, hace falta pasar del miedo y de la contención a la libertad y la prevención. Necesitamos una Renta Básica Incondicional acompañada de una apuesta por el refuerzo de los servicios públicos que nos permita salir de ésta juntas y sin dejar a nadie atrás.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Fortalecernos para hacer frente al capital
Lo que limita la libertad es la falta de condiciones materiales de existencia que la forma de producir capitalista aboca a la gran mayoría de la población no rica.
Opinión
Opinión Contra la renta básica universal
La reivindicación de la RBU contribuirá a naturalizar la relación social capitalista, a distraer al proletariado de sus tareas urgentes.
Opinión
Opinión La nueva RGI: no solo recortes
Las declaraciones triunfalistas de los políticos profesionales hicieron pasar desapercibido un sutil movimiento burocrático destinado a reducir, a efectos prácticos, el acceso a la RGI para los estratos más empobrecidos de la población.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Acusan a una agencia pública catalana de complicidad con el apartheid y el genocidio en Palestina
Un reciente informe denuncia a ACCIÓ, la agencia gubernamental para la competitividad de las empresas catalanas, por impulsar relaciones económicas con Israel a pesar del “riesgo plausible de complicidad con genocidio y crímenes contra la humanidad”.
Catalunya
Antirracismo Las muchas voces de Catalunya: identidades diversas, segregación y más de 300 idiomas
En las últimas décadas la sociedad catalana se ha transformado con la llegada de personas migrantes, que ya suponen un 21% de la población. Aunque la exclusión y el racismo siguen ahí, en el día a día lenguas, experiencias e identidades se mezclan.
País Vasco
Los audios del PNV Itxaso Atutxa, sobre adjudicar un contrato: “Deben ser tres empresas de confianza del partido"
Hordago publica audios exclusivos grabados en Sabin Etxea que muestran a la presidenta del Bizkai Buru Batzar domesticando al entonces alcalde de Mundaka para acatar la disciplina del partido en materia de contratación pública en el consistorio.
Anticapitalistas
Miguel Urbán “En el inicio de Podemos dijimos que sin autoorganización nos iban a hacer mierda... y nos han hecho mierda”
El eurodiputado más longevo de la llamada política del cambio no repetirá en las elecciones de junio. En esta entrevista, repasa los asuntos más importantes del espacio de la izquierda institucional y las perspectivas de futuro de la Unión Europea.
Análisis
Polarización Una inflación de insultos y demagogia
En este clima de enfrentamiento que es ya el único referente de socialización política para algunas generaciones, el ciudadano parece tener que elegir entre qué mal es menos punible e inmoral.
ETA
Opinión Mis relaciones con ETA
Hay quien sigue empeñado en utilizarlo como espantajo electoral, pero es un argumento que no durará. Eso no quiere decir que debamos olvidar lo que pasó, pero sí evitar utilizar la memoria como arma de guerra y confrontación
Cuba
Proyectos artísticos en la isla El arte y la cultura como válvula de escape para resistir la crisis en Cuba
Entre todos los desafíos que enfrenta Cuba, el arte y la cultura se mantienen como refugios de creatividad y resiliencia.
Genocidio
Opinión La resistencia no necesita del derecho internacional
Los pueblos oprimidos no necesitan reivindicar la autoridad sobre su propia opresión, puesto que el desarrollo de su historia ya les otorga esa autoridad. Tampoco necesitan demostrar la barbarie de la ocupación.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Análisis
Análisis La responsabilidad como forma de poder
La enunciación continua de que el alcance de nuestros actos es limitado, reafirma nuestra distancia respecto a ciertas situaciones en las que nuestras acciones podrían llegar a generar una diferencia.
Más noticias
Laboral
Laboral CC OO, UGT y USO rechazan firmar el convenio de Decathlon al no incluir la cláusula de garantía salarial
Decathlon ha firmado el acuerdo con el sindicato mayoritario, SGICD, auspiciado por la propia empresa. El convenio para 2024-26 incluye un incremento salarial del 15%, que recupera la pérdida del 12% de los dos anteriores.
Italia
Italia El gobierno Meloni allana el camino a los antiabortistas
La Cámara de Diputados italiana ha aprobado por amplia mayoría una ley que permite a las organizaciones anti-elección entrar a los centros de asesoramiento público donde acuden mujeres que están pensando en interrumpir su embarazo.
Ley de Memoria Histórica
Memoria democrática La ofensiva legislativa de PP y Vox contra la verdad, justicia y reparación
Las asociaciones memorialistas del estado hacen frente común en la Unión Europea y no descartan acudir a los tribunales para defender los derechos de las víctimas del franquismo.
País Vasco
Los audios del PNV Las presiones de Unai Rementeria a un alcalde: “Le tienes que exigir que se pringue"
Hordago destapa nuevos audios sobre una operación del PNV para torcer el brazo de un funcionario de la administración local y un técnico de la Diputación Foral de Bizkaia y revestir de legalidad contrataciones públicas.
EH Bildu
Elecciones vascas EH Bildu se abre a un pacto abertzale en campaña electoral que no convence al PNV
Los ofrecimientos de la izquierda abertzale han sido constantes estas dos semanas y, frente a ello, los jeltzales han mantenido una postura beligerante. En la práctica, ambos partidos se han entendido en distintas materias.

Recomendadas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Palestina
Rafeef Ziadah “En honor a los poetas palestinos caídos siento que debo llevar sus palabras al escenario”
Rafeef Ziadah es activista palestina, poeta y periodista. El Mediterráneo es su casa y la palabra su resistencia. Con el recital “Let it be a tale”, intenta mantener vivas las palabras de los poetas palestinos asesinados por Israel.
Especulación urbanística
Turistificación Canarias dice basta: activistas organizan una movilización histórica en las islas frente a la turistificación
Precarización, pobreza, desigualdad y dificultad de acceso a la vivienda, así como la enorme contaminación de los espacios naturales causada por el modelo turístico, son algunas de las problemáticas por las que Canarias sale a la calle el próximo 20 de abril.