Pensamiento
¿Un nuevo momento de lo común?

Un análisis, en este final de un 2020 que nos ha puesto enfrente de nuestras vulnerabilidades y dependencias, de los retos provocados por la desigualdad social y económica. La sombra del neoliberalismo insomne, la trágica experiencia de lo colectivo con la COVID-19 y las inaplazables demandas democráticas inmediatas. 

Chalecos Amarillos 6
Kevin, un joven chaleco amarillo, posa de espaldas. En su chaleco se puede leer ‘No abandonamos’. Teresa Suárez Zapater
Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Extremadura. @Gabri91MG
31 dic 2020 12:00

El auge y consolidación de los nacionalismos a finales del siglo XIX en Occidente vino de la mano, como magistralmente describe Pierre Rosanvallon en “La sociedad de los iguales”, de un proteccionismo en lo económico y social frente al librecambismo, considerado excesivamente cosmopolita y contrario a los intereses patrios, y de la propia necesidad interna de articular un discurso político y simbólico que sirviera como argamasa social frente a las disparidades y tensiones de clase. Las tremendas desigualdades que caracterizaban a la sociedad occidental de la incipiente revolución industrial eran así sorteadas y ocultadas bajo una pléyade de banderas, himnos y soflamas, que creaban el mundo de ficción de una comunidad de iguales alrededor no de la igualdad de condiciones, sino de una identidad nacional exacerbada y aderezada de elementos artificiosos. Esa igualdad-identidad, frente a la igualdad material que buscaba y deseaba el movimiento obrero con pretensiones internacionalistas, terminó imponiéndose en la I Guerra Mundial, aunque a la larga provocaría unos efectos no deseados para los liberales conservadores que la blandían.

Crisis económica
Cédric Durand: “Estamos viviendo la segunda muerte del neoliberalismo y esta vez será la definitiva”
Entrevistamos al economista marxista Cédric Durand, profesor a la Universidad París XIII y partidario de una planificación ecológica para dar una salida progresista a la crisis de la covid-19.

George Orwell diría tras el conflicto: “si la guerra no os mató, os hizo pensar”. Y es que el hecho bélico, luego recrudecido con la guerra total de la Alemania de Hitler, manifestó como nunca antes la interdependencia e interrelación de la vida humana, de las personas que viven y existen en comunidad. Se produjo en las dos guerras una especie de “nacionalización de las existencias”, como dice Rosanvallon, en la que hasta los mínimos aspectos del día a día se vieron condicionados por lo colectivo. Tras la II Guerra Mundial esa concienciación, que pudiera parecerse a la que defendiera en su día el proteccionismo nacionalista, fue sin embargo vehiculada hacia la igualdad material, y no la igualdad-identidad, gracias al esfuerzo de todos y al empuje de quienes, hombro con hombro, habían luchado en el frente o trabajado tras sus líneas para ganar la batalla.

El llamado “Espíritu del 45”, que tan bien ha glosado Ken Loach, fue el impulso, fue el ánimo de una época, que terminaría cristalizándose en el famoso “pacto Capital-Trabajo” y la consolidación del llamado Estado social de posguerra. Lo colectivo entraba en la Constitución para servirse de sus instrumentos normativos, ahora remozados, y se instauraban por doquier mecanismos de redistribución de la riqueza, impuestos progresivos o empresas públicas en los sectores estratégicos, mientras el Estado se encargaba, además, de garantizar y proteger el derecho a la seguridad social, la sanidad o la salud. Lo nacional-identitario se transmutaba en una comunidad de redistribución y solidaridad.

Ni supo superarse un patriarcado que se institucionalizó en torno al empleo, ni se intentó tampoco un sistema-mundo, en palabras de Wallerstein, más justo y equitativo. Pero, con todo, el Estado social permitía tanto el pluralismo político en su seno como una intervención decidida, activa, de lo público sobre lo privado

La marea de lo colectivo, de la hegemonía del bien común sobre los intereses particulares de los sectores oligárquicos que hasta entonces habían delineado los horizontes de lo público, logró incrustarse en las constituciones económicas del viejo continente europeo y en las políticas públicas de numerosos países fuera de su entorno, si bien con latentes carencias. Ni supo superarse un patriarcado que se institucionalizó en torno al empleo, ni se intentó tampoco un sistema-mundo, en palabras de Wallerstein, más justo y equitativo. Pero, con todo, el Estado social permitía tanto el pluralismo político en su seno como una intervención decidida, activa, de lo público sobre lo privado para, sin anular esta esfera, reconducirla a los objetivos de un interés común, colectivo, democráticamente decidido.

Esta apertura fue cerrada tras los llamados “treinta gloriosos”, cuando aquel “Espíritu del 45” comenzó a apagarse por completo. ¿Qué lo sustituyó? Una nueva subjetividad, la neoliberal, caracterizada por su inconformista individualismo, su rechazo a la redistribución de la riqueza y a la concreción de la justicia y, sobre todo, por su concepción de que el homo oeconomicus, el hombre maximizador de beneficios puramente cuantitativos, es el que ha de presidir todas las relaciones humanas. Entronizado el There Is No Alternative de Thatcher, los Estados se desarmaron, el sistema financiero se desquició y el individualismo propietario, que en parte había sido impulsado por las clases medias consumistas del modelo crecimentista del propio Welfare State, se desaforó.

Pero el sujeto neoliberal, al atacar directamente las verdaderas redes sociales que constituían vínculos primarios (E. Fromm) entre la ciudadanía, la eterna fraternidad natural que se deriva de la empatía y de nuestra vida en común, ha venido también a amenazar la argamasa social que nos unía. Su atomización, su precariedad sociolaboral y económica, y su permanente cambio que somete al individuo a un “hacerse a sí mismo” como modelo auto-empresarial, está provocando una inestabilidad de la que el propio neoliberalismo es consciente. Y como lo es también de sus problemáticas aparejadas y de la posibilidad de que el clima de descontento permanente se vuelva en contra de sus postulados, intenta reconducir cualquier ventana de politización rupturista hacia la antigua igualdad-identidad de los proteccionistas decimonónicos. Ahí están Trump, Bolsonaro y toda la caterva de líderes de extrema derecha en Europa que regresan al nacionalismo excluyente, a las sombras de discursos puramente identitarios, para ocultar el desastre sin paliativos que supone la continuación que protagonizan de las políticas neoliberales, lamentablemente fundadas en un consenso mayor del que muchos se atreverían a admitir. El talón de hierro está volviendo a pisar fuerte, pero en medio de ese impulso se ha interpuesto la pandemia del Covid-19.

La materia, el objeto del cambio y de la transformación está ahí, aquí, delante de nosotros. Pero falta ese “nosotros”, falta ese sujeto colectivo transformador que recupere el espíritu de lo común mediante un nuevo contrato social

De repente la humanidad en pleno, y nuestras sociedades individualistas y atomizadas, ha recobrado lo que ya sabía pero olvidaba: que somos seres vulnerables, interdependientes e interrelacionados. Que de esa interdependencia social, que es la que calibra el grado de inclusión y cohesión de nuestras comunidades, se pueden derivar esfuerzos colectivos que acaben condicionando nuestras existencias individuales, sí, pero para cuidarnos entre todos y todas, para relanzar el ideal de fraternidad a través de la responsabilidad individual y colectiva, ambas fundidas como nunca antes en una misma naturaleza. Una inesperada y trágica experiencia de lo colectivo nos está sacudiendo, pero aún no se atisban los mimbres de un posible y deseable “Espíritu del 2020”. ¿Por qué?

La desigualdad social y económica es rampante tras décadas de neoliberalización y privatizaciones; las prestaciones y servicios públicos, como la sanidad, han manifestado su debilidad después de innumerables recortes y ataques; la insolidaridad de quienes más tienen, tanto entre territorios como entre clases sociales, ha sido y es demasiado evidente. Al igual que en la sociedad industrial, tenemos por delante retos que sólo pueden ser enfrentados desde las lógicas democráticas de preservación y garantía del bien común frente a los espurios intereses particulares de unos pocos.

Actualidad
La superación imaginaria del neoliberalismo
Sectores de la izquierda han sacado a relucir un “optimismo de la voluntad” según el cual nos encontraríamos a las puertas del fin del neoliberalismo

A esta situación, ya de por sí preocupante, hemos de añadir el gran desafío de nuestro tiempo, el cambio climático, cuya salida verdadera solo se atisba desde la acción común y colectiva, desde la corrección pública de lo privado. La materia, el objeto del cambio y de la transformación está ahí, aquí, delante de nosotros. Pero falta ese “nosotros”, falta ese sujeto colectivo transformador que recupere el espíritu de lo común mediante un nuevo contrato social que acabe con un modelo, el del capitalismo neoliberal, a todas luces irracional, destructivo e inhumano; que reconstruya, al fin y al cabo, aquellos vínculos primarios y redes sociales de fraternidad que han sido arrojados al abismo del desprecio mercantilista y de las dinámicas del egoísmo contemporáneo.

Para construir ese nuevo sujeto de lo común, que parta de nuestras vulnerabilidades e interdependencias (¡hay que leer más a Simone Weil!) y que aproveche su actual y cruda manifestación, se hará más necesario que nunca un pacto intergeneracional en el que la juventud abandone la alienación del capitalismo insomne y vigilante, cada vez más intenso. Y para ello, quizá, tendríamos que empezar por replantearnos el papel alienante que desempeñan la hiperconectividad y la instantaneidad de un mundo digital que, si no somos capaces de controlar y encauzar, se irá convirtiendo poco a poco en otro mundo de ficción que vuelva a servir de ocultación de los problemas reales y de las desigualdades materiales de las personas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Pensamiento
Lola Olufemi “No me atraen las utopías lejanas, estoy más interesada en el ahora”
La escritora e investigadora británica Lola Olufemi trabaja desde la certeza de que el presente no es una jaula, desde la confianza en que viviremos cosas diferentes aunque no se sepa exactamente de qué tipo van a ser.
Feminismos
Andrea Proenza “Debemos aproximarnos a nuevos horizontes feministas en nuestra forma de amar”
‘Cartografías del deseo amoroso’ es el título de un ensayo intimista sobre chicas que quieren ser Bravo y buscan no solo el amor, sino un buen relato.
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Justicia
Justicia Cómo retorcer el derecho antidiscriminatorio: apuntes del juicio penal a una activista trans
La presidenta del Partido Feminista pide cinco años de prisión y 50.000 euros en daños a una mujer trans por considerar que un tuit que no la mencionaba constituye una amenaza y una incitación al odio. Pero, ¿qué son los delitos de odio?
Reducción de jornada
Laboral El ‘obstáculo’ catalán a la jornada de 37,5 horas semanales
Frente al ‘no’ de Junts, los sindicatos desmontan los argumentos de la oposición y la patronal a lo que consideran “un avance” en los derechos de los y las trabajadoras.
Yemen
Yemen Los hutíes de Yemen, única milicia en Oriente Medio que sigue bombardeando Israel “en solidaridad” con Gaza
El grupo armado ha lanzado decenas de misiles contra territorio israelí desde que el Gobierno de Netanyahu retomó el bloqueo total de ayuda humanitaria en el enclave a inicios de marzo.
Industria armamentística
Feria de armas Un grupo de activistas señala en IFEMA la complicidad de la industria de armas con el genocidio palestino
“Nuestras balas, nuestros muertos”: así gritaba un grupo de activistas en la mañana de este domingo en el recinto ferial IFEMA, en Madrid, donde entre el 12 y el 14 de mayo tendrá lugar una nueva edición de la Feria Internacional de Defensa.
Estados Unidos
Roberto Montoya “Nos dicen que hay que armarse contra Putin cuando el mayor peligro para el mundo es Trump”
Más Donald Trump que nunca, el multimillonario ha regresado para terminar lo que no pudo hacer en su primer mandato. El periodista Roberto Montoya bucea en el personaje y su contexto en el libro ‘Trump 2.0’ (Akal, 2025).
Palestina
Ocupación israelí Miles de personas se manifiestan en Madrid contra el genocidio en Palestina
La organización cifra en 50.000 las personas asistentes a la convocatoria unitaria de todas las organizaciones que forman la Rescop, a la que se han sumado cientos de colectivos ciudadanos con una voz común: Muévete por Palestina.
La vida y ya
La vida y ya Algo más que leer
“Cuéntale hasta cuándo estuviste trabajando”, le dicen a otra. “Yo trabajé hasta los setenta y pico”, comenta sin orgullo pero sin resignación.
Cine
Cine Colectivo y sin autor: breve historia de otro cine
La película ‘Una isla y una noche’, autoproducida y autodistribuida por el colectivo francés Piratas de Lentillères, es la puerta de entrada para recordar otros modos de hacer cine, alejados de la firma de autor y los grandes estrenos.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Tauromaquia
Maltrato animal Un año más las fiestas de San Isidro “se manchan de sangre” por el maltrato animal en las corridas de toros
Este domingo al medio día, AnimaNaturalis y CAS International han realizado una acción de protesta frente la Plaza de Toros de Las Ventas, coincidiendo con el inicio de los festejos taurinos de las las fiestas más grandes de la capital madrileña .
Opinión
Opinión Cinco ideas decrecentistas frente al apagón
El autor de ‘La espiral de la energía’ (Libros en Acción, 2014) reflexiona sobre las lecciones que se pueden extraer del corte de suministro eléctrico del pasado 28 de abril.
Análisis
Energía El apagón de la liberalización: cómo el mercado eléctrico ha fallado a la ciudadanía
La liberalización no ha cumplido ninguna de sus promesas y ha generado riesgos estructurales para la economía, el medioambiente y la cohesión social
Más noticias
Violencia machista
Violencia institucional Un observatorio registra en un año más de un centenar de casos de violencia institucional contra las mujeres
El Observatorio de Violencias Institucionales Machistas, creado hace un año, recoge 117 casos de violencia institucional contra las mujeres, la mitad de ellos cometidos por el sistema judicial.
Palestina
Ocupación Isarelí Primera movilización unitaria contra el genocidio en Palestina y por el fin del comercio de armas con Israel
Este sábado 10 de mayo se espera en Madrid una asistencia multitudinaria de personas venidas desde cientos de municipios de todo el Estado español para concentrar la protesta de los ataques indiscriminados del Israel contra la población palestina.
Tribuna
Tribuna Para acabar de una vez con las nucleares: sobre el último intento de prolongar la vida de las centrales
Los voceros de la nuclear han encontrado la oportunidad ideal para difundir sus bulos con el apagón del 28 de abril. Quieren generar polémica para mantener operativa una infraestructura innecesaria, peligrosa y que genera residuos incontrolables.

Recomendadas

Historia
Historia El largo viaje de Pepe Díaz
Se cumplen 130 años del nacimiento en Sevilla de una figura carismática y trágica del movimiento obrero español.
México
Recursos naturales Los “millonarios del agua” aumentan el estrés hídrico de México
Bancos españoles y grandes corporaciones obtienen beneficios del agua ante un Estado que incumple su obligación de garantizarla. Más de un millón de viviendas en México se abastecen de forma recurrente por servicios de entrega privada de agua.
Energía
Juan Bordera “En la crisis energética, el tecnooptimismo es mesiánico y juega a favor de Trump"
El diputado en Les Corts se pronuncia sobre el apagón del pasado lunes y carga contra la forma en la que se están implantando las renovables. También señala el peligro de que el sentimiento antirrenovable cale entre la población.
Galicia
Investigación Varios refugiados denuncian a la ONG Rescate Internacional por explotación laboral y agresión sexual
La Guardia Civil investiga al centro de Mondariz-Balneario tras varias denuncias por parte de voluntarios migrantes que aseguran trabajar sin contrato a cambio de 50 euros semanales. La ONG gestiona 1.700 plazas del programa estatal de acogida.