México
Marichuy: un mensaje de solidaridad y apoyo mutuo entre pueblos del mundo contra el capitalismo y sus cómplices
Marichuy está haciendo una visita para explicar la situación en la que se encuentran los pueblos indígenas de México ante los megaproyectos capitalistas que el Gobierno de AMLO quiere acometer y que inciden directamente en la forma de vida de estas comunidades originarias
María de Jesús Patricio Martínez, más conocida como ‘Marichuy’, nació a principios de los años 60 en Jalisco (México). Miembro de la etnia Nahua, médica y activista defensora de los Derechos Humanos y de la dignidad e historia de las comunidades indígenas, fue elegida como representante de su comunidad en el foro nacional indígena ya en 1994 y en el V Congreso Nacional Indígena (CNI) de 2016, esta asamblea de pueblos originarios, como vocera o portavoz representante del Concejo Indígena de Gobierno CIG) con el objetivo de presentarla como candidata a las elecciones presidenciales de México de 2018.
Este fin de semana, Marichuy ha podido explicar la lucha de los pueblos indígenas de México y los retos a los que se enfrentan en un encuentro que varias organizaciones han hecho posible en el CSO La Ingobernable de Madrid.
Sin duda, los pueblos indígenas de México se encuentran en la actualidad en una encrucijada. La misma Marichuy explicaba a lo largo de su charla que el “monstruo” del capitalismo, respaldado por el sistema político y el sistema policial de los Estados, no se detendrá hasta eliminar todo tipo de disidencia o resistencia social. Por eso, la activista indígena resaltaba que “se hace muy necesario que las luchas sean colectivas porque de lo contrario nos eliminarán por separado”.
El Congreso Nacional Indígena (CNI), que se constituyó en 1996 nació en 1995, un casi tres años después del levantamiento zapatista en Chiapas, surgió como un espacio de encuentro e interacción entre los diferentes pueblos indígenas de México. Se partió de la base de que los problemas que sufrían eran comunes a todos ellos, y a pesar de que el Gobierno de México pretendía hacer ver a la opinión pública y a la Comunidad Internacional que el problema de México era solo Chiapas, no logró detener esta iniciativa de los zapatistas, quienes convocaron a todos los pueblos en una gran asamblea. Este espacio común, donde nadie es más que nadie, donde las decisiones se toman entre todos y por supuesto, no existe ningún tipo de jerarquía, se constituyó paradójicamente un 12 de octubre. “Tomamos esta fecha como un día de lucha, un día en el que no conmemoramos ni festejamos nada, puesto que en estas tierras, hace muchos años, ya existían pueblos originarios”, explicaba Marichuy.
El lema con el que nace el CNI es “Nunca más un México sin nosotros”, precisamente para reivindicar el estado de abandono, saqueo, represión y persecución al que habían estado sometidos todos estos pueblos originarios. Y así comenzaron a funcionar hasta que en octubre de 2016, en el marco de la celebración del V Congreso del CNI, la asamblea analiza cómo les afectaría el avance de los megaproyectos capitalistas en los que trabaja el Gobierno de México. Los zapatistas plantean participar en el proceso electoral de las elecciones presidencialistas del país. Tras dos días de debates y discusiones concluyeron que era necesario dar ese paso y participar en ese proceso electoral. “Tuvimos claro que no se trataba de llegar al poder por el poder, sino que teníamos dos objetivos fundamentales que cumplir porque así lo había expresado la voluntad de la asamblea. Uno de ellos era exponer la problemática en la que se encuentran las comunidades y pueblos indígenas de México, y otro trabajar para demostrar que es posible una organización de la sociedad desde abajo y a la izquierda, una organización donde el pueblo verdaderamente mande y los gobiernos no tengan más remedio que obedecer”.
El CNI es un espacio de confluencia de palabras, un espacio donde nadie dispone lo que se hace, sino un lugar en el que las decisiones son colectivas
Marichuy admitió en su intervención que tuvieron críticas por acordar que estarían presentes en el proceso electoral mexicano, pero también explicó que quienes participaban y participan en el CNI se deben a los acuerdos de su asamblea, y esta había hablado claramente al respecto. De este modo, se prepararon para poder llevar a cabo este mandato. Realizaron una convocatoria para que cada pueblo o comunidad mandara a sus representantes o concejales y concejalas al CIG, dejando claro que la participación de la mujer era muy importante. Pero debido a las actuales leyes de México, finalmente tuvieron que elegir a una persona y la asamblea volvió a hablar para elegirla a ella. De las casi 900.000 firmas que necesitaban para poder presentarse a los comicios solo consiguieron cerca de 285.000, por eso muchos lo vieron como un fracaso. Sin embargo, Marichuy considera que en absoluto puede considerarse como tal puesto que lograron cumplir con uno de los objetivos que se plantearon consistente en llevar el mensaje del CNI al resto de territorios y comunidades indígenas, sumando más pueblos a esta iniciativa y creando conciencia. “Por lo tanto sí que ganamos, porque el poder verdadero está en el pueblo, lo que pasa que como tal no está organizado todavía. Cuando esto ocurra, cuando el pueblo se organice, entonces podremos hablar de la existencia de un sistema de gobierno que lo haga obedeciendo a la población”, decía Marichuy.
Hay que caminar al margen de los partidos políticos porque rompen a los pueblos. Hay que reforzar la comunidad y en este reforzamiento y construcción tienen que tomar un papel protagonista las mujeres, porque sin ellas el proyecto no estará completo
Con la llegada al poder del “progresista” Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la situación de estos pueblos no ha mejorado. Marichuy aseguró que precisamente había ocurrido todo lo contrario. Ahora había más represión que antes. Se suceden asesinatos de líderes indígenas y los megaproyectos capitalistas vuelven a retomarse con fuerza, como por ejemplo el “tren maya”. Según la activista indígena, las comunidades indígenas están muy concienciadas en su lucha contra estos megaproyectos por entender que acabarán con la vida tal y como la han conocido en sus territorios. “Los Gobiernos han abierto los brazos al capitalismo y sus policías y militares no están para proteger al pueblo, sino para defender los intereses de estos Gobiernos”, recalcaba Marichuy. Y por esta razón la vocera indígena insistía en la urgente necesidad de trabajar en otro tipo de organización de los pueblos y entre pueblos, porque el capitalismo, según ella, “es un monstruo enorme pero al que se le puede derrocar si nos sumamos a las luchas colectivas, porque no hay una sola y única manera de pelear contra él, sino muchas y muy diferentes desde la diversidad de ideas y de actividades”.
El capitalismo está afectando a todo y a todos y todas por igual. Si no hacemos una lucha colectiva nos irán eliminando, poco a poco, por separado
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