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México
Algunas hipótesis sobre el atentado a los colaboradores cercanos de la alcaldesa de Ciudad de México

Ciudad de México.— El asesinato de dos colaboradores próximos a la jefa de gobierno de la capital mexicana, Clara Brugada, ha sido un duro golpe en el centro de flotación de su administración, y asomó las deficiencias de la estrategia de seguridad pública de la presidenta Claudia Sheinbaum, porque los servicios de inteligencia fueron incapaces de prever este crimen de alto impacto en el principal bastión político del partido en el poder.
Hasta la publicación de este texto, las autoridades de investigación no han dado a conocer el móvil del doble homicidio de Ximena Guzmán y José Muñoz, ella secretaria privada y él coordinador de asesores de la gobernante capitalina. El desconcierto fue mayor porque ninguna de las víctimas tenían responsabilidades relacionadas con temas de seguridad o cuya labor pudiera afectar a grupos violentos o poderes fácticos. Aunque sí eran interlocutores centrales de Clara Brugada con las alcaldías capitalinas y en tareas políticas y de coordinación de su administración.
El doble homicidio sigue siendo tema recurrente en conversación de café, en tertulias familiares y entre la clase política. Las opiniones discurren entre un “mensaje” del crimen organizado afectado por operaciones policiales que busca atajar su control en zonas de la Ciudad de México, intereses económico-empresariales ilegales, motivaciones políticas o una combinación de todo ello. Lo que sí está claro para la Fiscal General de la Ciudad de México, Bertha Alcalde, como señaló en conferencia de prensa, es que se trató de un “ataque directo”, con un “alto grado de planeación”, y quienes lo ejecutaron tienen “experiencia operativa previa”.
El golpe en el bastión político
Manuel Balcázar, especialista en temas de seguridad nacional y servicios de inteligencia, explica a El Salto que a reserva de conocer el móvil de este crimen, el hecho sí tuvo un impacto político per se que golpeó al war room (cuarto de guerra) de Brugada.
“Este doble homicidio tiene un efecto principal , que es político y en menor medida de seguridad, por el perfil de las víctimas. José Muñoz era el coordinador de todos los asesores de Clara Brugada, lo conocía desde muy joven, y era vital en la operación de la gobernante. Y Ximena era una interlocutora muy importante de la jefa de gobierno con distintos actores políticos, incluso así lo dejan ver los pronunciamientos de los jefes delegacionales de la capital, incluso los de oposición, con una enorme consternación por esta pérdida.
“Creo que es un impacto de gran magnitud, porque eran la vía de comunicación para llegar a la jefa de gobierno y de ésta a distintos actores políticos en la metrópoli”: Manuel Balcázar, especialista en temas de seguridad nacional
Con ello privaron a Clara Brugada de dos operadores de su cuarto de guerra, de la cabina de control de su vehículo político, y eso por supuesto supone una gran afectación. Mas allá que en la contención de daños el gobierno capitalino trató de no hacer tan explícita la afectación, “yo creo que es un impacto de gran magnitud, porque eran la vía de comunicación para llegar a la jefa de gobierno y de ésta a distintos actores políticos en la metrópoli”.
Ximena Guzmán Cuevas, de 42 años, era socióloga egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana y contaba con una maestría en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, en París. Desde 2018 trabajaba como colaboradora cercana de Clara Brugada, primero en la alcaldía Iztapalapa, luego en su equipo de campaña para la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México y finalmente en el puesto de secretaria. En redes sociales promovía un proyecto agroecológico llamado “Filodecielo”.
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José Muñoz Vega, politólogo con tres décadas de experiencia, inició su carrera como asesor legislativo en la Cámara de Diputados. Fue secretario técnico en el grupo parlamentario del PRD entre 2003 y 2006. Acompañó a Brugada en el gobierno de Iztapalapa como coordinador de asesores, mismo papel que ocupaba en el gobierno de la metrópoli.
Golpe en el bastión político
Otro elemento que destaca Balcázar es que el ataque se cometió en la Ciudad de México, bastión político del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, “pero sobre todo, caja de resonancia de la gobernabilidad en el país”. Vemos que tanto Clara Brugada como Claudia Sheinbaum fueron jefas delegacionales, la primera en Iztapalapa –la demarcación con mayor densidad poblacional de la capital— y la actual presidenta, en Tlalpan.
“Vemos como Morena tiene una autogeneración de cuadros en la Ciudad de México, porque éste es un semillero político para este partido. No hay que perder de vista que como bastión, la capital fue la base que llevó al presidente López Obrador a la presidencia, y luego a Claudia Sheinbaum. ¿Por qué atacar aquí?, es una línea de investigación natural”.
Asimismo, el principal artífice de la seguridad a nivel nacional, es Omar García Harfuch, el alfil de la presidente Sheinbaum. Él mismo dirigió la seguridad en la Ciudad de México durante el mandato capitalino de la hoy presidenta. Harfuch sufrió un atentado del Cartel Jalisco Nueva Generación, en junio de 2020, donde murieron dos escoltas y una mujer que circulaba por Las Lomas de Chapultepec, un exclusivo barrio donde se ubican varias embajadas. Los agresores utilizaron letales fusiles de calibre 50.
El ataque
A las 7:00 horas del 20 de mayo, Ximena Guzmán paró su coche en el carril más cercano a la acera de la Calzada de Tlalpan, una avenida de alta velocidad con un cuerpo central por el que corre el metro, para conectar el emblemático Zócalo de la ciudad con la carretera a Cuernavaca, al sur. En ese punto cercano al metro Xola, Ximena solía recoger a José Muñoz para ir al edificio del Gobierno de la Ciudad de México, distante a escasos 4 kilómetros.
En el video de un comercio que fue difundido en redes sociales, se aprecia el vehículo de Ximena con las luces intermitentes, y un hombre con casco y chaleco reflectante que está de pie unos metros más adelante. El hombre simula esperar a alguien. En ese momento, José entra en la toma cuando sube las escaleras de un paso peatonal subterráneo, mochila al hombro, y se dirige al vehículo, abre la puerta y cuando va entrando al auto, momento preciso en el que los dos funcionarios están juntos, el hombre del casco de motociclista voltea hacia ellos, les apunta con una pistola con silenciador y hace una primera tanda de seis disparos, cuatro a ella y dos a Muñoz.
El vehículo se mueve lento hacia adelante, ya sin control, y el homicida rápidamente se coloca a un costado de la ventanilla del conductor y dispara nuevamente. En su huida dispara dos veces más a José que había intentado huir del vehículo. El atacante corre en sentido contrario al flujo vehicular. En total doce disparos. Todos dieron en el blanco. El manejo del arma y los movimientos del atacante son de una persona con destreza para estas tareas, como señaló la fiscal.
De hecho, Manuel Balcázar también apunta que el ataque y la actuación del sicario se percibe como una cuidada preparación, porque éste no solo usó la pistola con silenciador, sino que los tiros son precisos y dieron en el blanco. Las imágenes de los primeros disparos dirigidos a la conductora, simulan un pequeño `cuadro´ en el parabrisas para dar en el blanco en el cuerpo de la conductora.
El hombre sale de escena en el video, pero el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Pablo Vázquez Camacho, aseguró que el atacante dio vuelta en la primera esquina en la calle Napoleón, en la colonia Moderna, subió en una motocicleta de alto cilindraje, con placas falsas, conducida por un cómplice. Recorrieron 500 metros de la escena del crimen y en la calle Rubén Darío 55 cambiaron de vehículo.
En este punto, las autoridades encontraron cerca de la moto, unos guantes negros, un casco y un chaleco fluorescente. Los atacantes subieron a un vehículo color azul marino, conducido por otro cómplice, que más tarde fue hallado en la calle Reyna Xóchitl, en el Barrio La Asunción, en la alcaldía Iztacalco de la capital. Posteriormente, la célula atacante se dirigió a otro punto donde cambiaron a un tercer vehículo, una camioneta Urvan blanca con placas sobrepuestas, detectada en las inmediaciones de la alcaldía Iztapalapa, en dirección al Estado de México, colindante con la capital, donde se les perdió la huella. Las autoridades de investigación se han centrado en estos cuatro miembros de la célula que perpetró el ataque y la operación de huida.
Periodistas especializados siguen una hipótesis de investigación sobre tres grupos criminales que actúan en la Ciudad de México: el Cártel Jalisco, la Unión Tepito, una escisión de éste denominada la Antiunión y el Cártel de Tláhuac
Periodistas especializados en sucesos, como Antonio Nieto, han informado que ya hay hipótesis de investigación sobre tres grupos criminales que actúan en la Ciudad de México. Hasta ahora se repite el nombre del Cartel Jalisco, la Unión Tepito, una escisión de éste denominada la Antiunión y el Cartel de Tláhuac, una red mermada, pero no se han hecho públicos datos que permitan conocer si existe una conexión. En la única conferencia de prensa, tres días después del ataque, el jefe de la policía capitalina, Pablo Vázquez Camacho, deslizó la idea de una venganza por las detenciones “muy relevantes” de líderes de redes delictivas que operan en la ciudad y en la zona metropolitana.
Sorpresa en “la mañanera”
En plena conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, ese modelo de encuentro con los periodistas que inició su antecesor Lopez Obrador y se conoce como “la mañanera”, las cámaras enfocaron a Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, sentado a un lado del podio, cuando lee un mensaje en su teléfono y cambia su semblante y su actitud. Harfuch escribe rápido en el teclado de su móvil respondiendo al reporte de la ejecución, y tras hacerle llegar una tarjeta a la presidenta, se le acerca y le muestra el teléfono. El presidenta Sheinbaum se ve consternada, porque Ximena y José era gente que ella misma conocía.
Harfuch sale tras bambalinas de la mañanera para hacer llamadas y dar instrucciones. Un cámara de Milenio tomó la imagen de Harfuch tapando el teléfono con una mano mientras moviliza a la gente bajo su cargo. Para Balcázar, consultor asociado en MIM Inteligencia y director de MB Consultores especializadas en análisis de riesgos, evaluación de seguridad y escenarios complejos, este doble homicidio también perjudica a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien vio las debilidades de su estrategia de seguridad para el país.
Más allá de un discurso de sintonía con su antecesor, Sheinbaum ha modificado diametralmente su política de seguridad pública al abandonar aquello de “abrazos y no balazos” de López Obrador, y al haber reactivado la parte operativa de la policía y las fuerzas armadas para detener delincuentes, asegurar drogas y destruir laboratorios para la producción de fentanilo, entre otras labores.
“Los servicios de inteligencia se están recuperando de un desmantelamiento sistemático y de una politización que tuvieron durante el gobierno de López Obrador, que al darle ese sesgo político inhibió las capacidades de investigación”
El asunto, explica el experto, es que “los servicios de inteligencia y contrainteligencia están aletargados, cuando su misión es precisamente detectar la preparación de un atentado, como el que sucedió en la Calzada de Tlalpan”. En su opinión, “Los servicios de inteligencia se están recuperando de un desmantelamiento sistemático y de una politización que tuvieron durante el gobierno de López Obrador, con un director, el general Audomaro Martínez, que al darle ese sesgo político inhibió las capacidades de investigación”.
Esto hace a la presidenta Sheinbaum otra damnificada del doble homicidio, porque “su estrategia de seguridad muestra deficiencias y falta de coordinación, y esa es la política que encabeza Omar García Harfuch, y que en la Ciudad de México, en Seguridad Pública tiene a Pablo Vázquez, que trabajó cinco años en la Policía capitalina con Harfuch”, añade.
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Con esos elementos Balcázar considera que los dos gobiernos de Morena -el de la ciudad y el federal- han abandonado la doctrina de la seguridad nacional y reenfocado todo a la seguridad pública o seguridad ciudadana; realizaron una depuración de funcionarios y entró personal improvisado y con limitadas capacidades táctica y estratégica en áreas de seguridad, y con muy poca experiencia operativa.
El experto en seguridad señala que el actual titular del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Francisco Almazán Barocio, tiene una visión táctico-operativa mucho más policial, al igual que el secretario de Seguridad Federal, García Harfuch, y su foco se centra en aspectos más pequeños, en lugar de tener una visión con alcance de seguridad nacional que incluya temas a escala global, agendas de riesgos, insurgencia criminal, movimientos económicos y sociales, entre otros aspectos. “Y creo que estas debilidades en el aparato de Estado, lo está pagando la clase política, lamentablemente me atrevo a decir que con sangre, porque por supuesto que tendrían que haber estado muy al pendiente de la seguridad de funcionarios de ese nivel”, sostiene Manuel Balcázar.