Medio ambiente
¿A quién le importan las alcantarillas?

El accidente en Montornès y la emergencia ambiental en el Besòs son un cable a tierra y de proximidad para la lucha medioambientalista.

Mollet Futur al Besòs
Activistas de Mollet Futur denuncian el desastre ambiental en el río Besòs Quim Pérez

@MiquelCarr

16 dic 2019 11:56

Quienes nacimos y nos criamos a ambos lados de los ríos y torrentes que cruzan el área metropolitana de Barcelona, nunca pensamos que algún día aquellas alcantarillas a cielo abierto pudieran albergar un soplo de vida. El Llobregat o el Besòs eran en realidad un especie de frontera natural, con la que la gran urbe cosmopolita se protegía de los barrios de aluvión que la rodeaban. Vadearlos suponía adentrarse en un mundo que se nos había negado, a causa de nuestra clase o de simplemente haber llegado tarde a un reparto de riquezas y prebendas iniciado mucho tiempo atrás. Desde las atalayas erguidas por el desarrollismo de los felices sesenta y setenta, se veía al fondo la ciudad de los prodigios, rodeada de una empalizada de hedor y corrientes multicolores.

Nuestros padres tenían un trabajo en esas fábricas que teñían caprichosamente el río. También un piso dentro de esas colmenas, un ambulatorio  y un colegio al que llevar a sus hijos, lo cual parecía más que suficiente. La revolución obrera se acababa con el asfalto, y el olor a disolventes o goma quemada eran parte del precio a pagar por todo eso que ya habían conseguido nuestros mayores. Una pena, oiga, pero las cosas son así. El medio ambiente era algo que vivía muy lejos, había que hacerse la mochila y coger un tren por lo menos durante una hora para poder verlo. Contaba la leyenda que los viejos del lugar se habían bañado en aquellas aguas nauseabundas, pero nadie se lo creía. Nosotros teníamos que ir a lejanas montañas para tener el valor de meter un pie a remojo. Confieso que, muchos años después, sigue causándome una emoción infantil contemplar las aguas cristalinas de un cauce. Aquello no era para nosotros, nuestro mundo era irremediablemente sucio.

También recuerdo la primera vez que alguien me habló de que, en sus ratos libres, iba a fotografiar aves al delta del Llobregat, cuando ya teníamos edad para esos vicios. Lo cual era un oxímoron completo: no había nada que volara al final de la cloaca, más que las ratas, ni tiempo libre que gastar en aquel no lugar. Aquella noticia despertó una tremenda curiosidad en mí, como quien ha pasado toda su existencia ignorando un secreto, viviendo de espaldas a un territorio tan cercano como desconocido. Un tesoro nos había sido negado durante años, como si estuviera prohibido para nosotros. Todavía hoy, citar ese río y el Besòs es sinónimo de pestilencia en el subconsciente colectivo de la metrópolis. Todavía hoy, la gente no da crédito a sus ojos, cuando descubre que en el patio trasero, entre nudos de infraestructuras, el tiempo, la desindustrialización, el poder municipal y la fuerza de la gente acabaron recuperando y dignificando un espacio maravilloso. Recuperar campos de cultivo, poner nombre a peces, pájaros y plantas, limpiar playas, trazar caminos. Dignificar un territorio, descubrir que la salud y el medio ambiente eran un derecho, tanto como el trabajo, la vivienda o la educación.

Eso que ha costado más de tres décadas, casi se ha echado a perder la semana pasada en una de esas alcantarillas reconvertidas en ríos. La fábrica Derpin, propiedad de DITECSA, una empresa con un extenso historial de fraudes ambientales y laborales, ardió por los cuatro costados en Montornès del Vallès. En la extinción del incendio, miles de metros cúbicos de agua contaminada con los disolventes que se consumían, fueron a parar al Besòs, arrasando la vida que había surgido en su cauce. Por fortuna, la movilización ciudadana ya no se acaba en el pavimento: la gente de Mollet pel Futur organizó el sábado un rescate de especímenes todavía con vida, algo que en otro tiempo habría causado una sonora y proletaria carcajada.

En estos días en que la agenda política e informativa ha girado alrededor de la COP25 en Madrid y de las partículas por millón de CO2 que podemos permitirnos, retrasmitiendo las negociaciones como un espectáculo de masas, conviene recordar de qué estamos hablando cuando hablamos de medio ambiente. El capitalismo ha crecido vampirizando los recursos de un planeta que llega a sus límites, abusando de los bienes comunes, sacrificando el aire o el agua, cambiándonos el paisaje por pantallas de plasma, deslindando nuestro espacio vital. Pensando que a nadie se le ocurriría nunca pretender que esos colectores fueran parques o que los desmanes cometidos en tierras lejanas llegaran un día a golpear a nuestra puerta, y que al fin y al cabo el greenwashing siempre es más barato que la coherencia. El ecologismo es lucha de clases, ni jardinería para pusilánimes, ni postureo para corazones instagramers.

Lo que ha pasado en el Besòs no nos deja tristes, sino muy cabreados. No nos resignamos a salarios de mierda como no aceptamos tener un río de mierda. A nosotros sí que nos importan nuestras cloacas, y mucho. Volverán a ser las alamedas en las que disfrutar la vida que siempre merecimos.

Sobre este blog
Un blog desde la convicción de que la cooperación internacional es política con letras mayúsculas, lo otro se llama caridad. El internacionalismo nos hizo así, es la única manera de vincular las luchas en las que creemos, aquí y en todas partes.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Minería
No a la mina de Cáceres Los tropiezos de Extremadura New Energies
Extremadura New Energies, filial de Infinity Lithium y promotora de la mina de litio de Valdeflores acumula en su haber numerosos contratiempos e irregularidades que ponen seriamente en cuestión la viabilidad real del proyecto extractivista.
Medio ambiente
Galiza Activistas de Greenpeace instalan 'unha celulosa' na sede da Xunta en protesta contra Altri
Os ecoloxistas realizaron unha acción na sede do Goberno galego de Alfonso Rueda para animar a galegos e galegas a asistir á manifestación deste domingo na Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Medio ambiente
Medio ambiente Quen lidera o negocio do eucalipto en Galiza ao que Altri quere sumarse?
O estourido social que produciu o intento da multinacional Altri e a Xunta de instalar unha nova celulosa en Galiza abre a necesidade de pór o foco no sector forestal, onde se atopan algunhas das maiores fortunas do Estado.
Sobre este blog
Un blog desde la convicción de que la cooperación internacional es política con letras mayúsculas, lo otro se llama caridad. El internacionalismo nos hizo así, es la única manera de vincular las luchas en las que creemos, aquí y en todas partes.
Ver todas las entradas
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Últimas

Más noticias
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.