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Glovo
Pedalear más para ganar lo mismo
Glovo ha reducido la tarifa base de los pedidos a la mitad, complementándolos con promociones económicas que bonifican las distancias largas. Para cobrar más o menos lo mismo, ahora los repartidores deben trabajar más. El jueves, entre 50 y 100 riders marcharon por Madrid en señal de protesta.
En el campo, muchos agricultores que venden sus productos a grandes compañías desconocen el precio que van a cobrar finalmente por el kilo de naranja recolectada. El mercado proveerá. Glovo ha dado esta semana un paso más hacia ese tipo de relaciones económicas, con la diferencia de que el rider ni tiene tierras, ni tiene naranjas.
En esta situación de crisis sanitaria, la empresa de reparto a domicilio ha reducido a la mitad la tarifa base por pedido de sus trabajadores, pasando de 2,50 a 1,20 euros, o incluso menos, como en Gasteiz, donde el pedido se cobra a un euro.
Glovo asegura que ha compensado adecuadamente esta reducción tarifaria con la inclusión de una promoción económica, que bonifica especialmente los desplazamientos largos, y otra promoción temporal, llamada Covid-19. El objetivo es que los riders cobren más o menos lo mismo que antes, pero trabajando más.
“Redujeron los bonos que teníamos el fin de semana hasta que desaparecieron. Esta inseguridad de unos pagos fijos es lo que nos causa rechazo a este nuevo sistema”
Un grupo de trabajadores consultados explica cómo les afecta económicamente el cambio: “Con la tarifa anterior, por una entrega a 5,4km de distancia, cobrábamos 4,11 euros, mientras que ahora nos pagan entre 3,73 y 4 euros. A los que vamos en moto o en coche, este cambio nos afecta algo menos, pero a los repartidores que van en bicicleta les afecta más, ya que hacen pedidos más cortos y ven significativamente reducido el pago”, indican a través de una conversación mantenida por email en la que se acuerda su anonimato por temor a represalias.
La primera respuesta a esta medida llegó en la tarde del jueves en forma de manifestación en la calle Bravo Murillo de Madrid, donde entre 50 y 100 riders pedalearon y condujeron juntos hasta que la Policía les disolvió. Para este fin de semana, un grupo de trabajadores convocó dos jornadas de huelga, a sabiendas de que no iba a prosperar. “Desde que los restaurantes han cerrado, y a pesar de los acuerdos de reparto alcanzados con supermercados, el volumen de trabajo ha descendido mucho, y ahora la empresa se sobra y se basta con entre el 20 y el 30% de la plantilla”, indican los trabajadores. “Para que la huelga funcionara al menos el 90% de la plantilla debería secundarla”, y eso es imposible si dos terceras partes de ella está sin trabajar y ve esos días como una oportunidad para generar ingresos.
Tarifas no ratificadas
El grupo de trabajadores consultados sigue repartiendo durante el estado de alarma, ya que Glovo es su única fuente de ingresos. La relación entre un autónomo y su cliente pasa por la ratificación de la tarifa acordada. La empresa asegura que ha sido así en un comunicado remitido a El Salto: “Los cambios en la estructura de pago se están implementando tras haber sido validados con los repartidores, después de recoger todas sus peticiones y consideraciones”.
Sin embargo, los riders lo niegan y especifican que, “un jueves a las 7.30h, Glovo nos informó a través de un correo de los cambios de tarifa. Estos cambios entraron en vigor medida hora más tarde. En el mismo correo se nos informó de dos reuniones ese mismo día para explicarnos los cambios. Es decir, Glovo no nos ha consultado y nos ha avisado con media hora de antelación. Nos consta que otro repartidor, que ha sido interlocutor entre Glovo y nosotros durante el estado de alarma, sabía que se iban a cambiar las tarifas dos o tres días antes, ya que nos avisó, pero ni él mismo conocía los cambios que iba a haber exactamente. En otras ciudades, tampoco han hablado anteriormente con los riders, y han implantado los cambios escalonadamente en varias ciudades”.
El futuro incierto
Lo que más preocupa ahora a los repartidores es el futuro incierto de su salario. Como en el campo, estos agricultores de ciudad dependen de factores externos para intuir cuánto ganarán. Una pandemia es como una granizada que arruina la fruta pero, en su caso, las pocas naranjas que se salvan, no se venden más caras, sino más baratas. Y el siguiente año, aunque el granizo ya sea historia, puede que el descenso tarifario se mantenga: “Nos remitimos a la experiencia de bonos antiguos que teníamos los fines de semana y que redujeron hasta quitárnoslos, por lo que prevemos que estos también irán bajando e incluso desapareciendo. Esta inseguridad de unos pagos fijos es lo que nos causa rechazo a este nuevo sistema”, concluyen.
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Yo soy un riders y puedo dar fe lo que se reclama a la empresa Glovo lo doy por cierto en Costa Rica hicieron lo que quieren hacer en España , y eso no funcionó al final puedo presentar pruebas de antes y un después , a nosotros nos mintieron y nos engañaron con eso y tampoco nos reunimos para negociar y ellos lo hicieron sin estar de acuerdo.......
Son unos malditos... Varios grupos de whatsapp dicen que escupiran la comida de sus clientes mientras esto dure..