Estados Unidos
Sigue la huelga tras el despido masivo de asistentes de enseñanza en la Universidad de California

Ante la extrema dificultad de vivir en la ciudad menos asequible para los profesores de Estados Unidos, el 10 de febrero los asistentes de enseñanza de la Universidad de California de Santa Cruz (UCSC) comenzaron una serie de manifestaciones. En septiembre, habían planteado una mejora de las condiciones laborales. Pero además de no haber logrado un incremento de sus salarios, y dos semanas después de la primera manifestación, la Universidad anunció el 28 de febrero el despido de 54 asistentes de enseñanza, mientras que a otros 28 se les comunicó que “no serán tomados en cuenta” para el siguiente trimestre.
Incluso el candidato del Partido Demócrata, Bernie Sanders, se pronunció a través de su Twitter, donde expresó que “los trabajadores tienen el derecho de manifestarse por la mejora de salarios”. “This is disgraceful. All workers deserve the right to bargain and strike for better wages and benefits. To Janet Napolitano and @UCSC: stop this outrageous union busting and negotiate in good faith”, escribió en inglés.
Los trabajadores procedentes de otros países podrían ser deportados de Estados Unidos al perder su visa de empleo
Actualmente, la cifra de despidos ha superado los 70, y todos ellos son instructores de estudiantes de postgrado y asistentes de enseñanza que se negaron a presentar cerca de 12.000 calificaciones en el trimestre de otoño.
El motivo fue la impasibilidad de los rectores de la UCSC para atender las medidas laborales que reclamaban. Los trabajadores consideran que el sueldo que obtienen de la institución es insuficiente para cubrir sus demandas, teniendo en cuenta que California es el Estado más caro del país en el ámbito de la vivienda.
El vicerrector acusó a estos trabajadores de haber “dañado a los estudiantes y alterado las operaciones universitarias” y amenazó a los estudiantes que se solidarizaron con ellos de que podrían perder la ayuda financiera
Solidarizándose con los empleados de la UCSC, miembros de los diferentes campus de la Universidad de California han atendido a las manifestaciones. Entre ellos, los de Davis, Santa Bárbara o Irvine. Además, han recaudado más de $250.000 en donaciones (la cifra el 6 de marzo ascendía a $254.253).
Por otra parte, la situación es incluso más alarmante para los trabajadores procedentes de otros países, que podrían ser deportados de Estados Unidos al perder su visa de empleo.
Ante esta situación, el vicerrector Quentin Williams escribió una carta en la que acusó a estos trabajadores de haber “dañado a los estudiantes y alterado las operaciones universitarias”. Aparte de despedir a los empleados, también amenazó a los estudiantes que se solidarizaron con ellos, y les comunicó que podrían perder la ayuda financiera, y la posibilidad de obtener honores académicos y el asesoramiento requerido.
Nace la campaña para obtener un salario digno
El pasado 10 de febrero más de 300 asistentes de enseñanza de la UCSC, portando pancartas y unidos por el espíritu de rebelión, salieron a protestar. Pese a la movilización policial, que arrestó a 16 manifestantes el 12 de febrero, la huelga siguió creciendo e incluso se unieron trabajadores procedentes de otros campus de la Universidad de California.
Ni siquiera las amenazas proferidas el 21 de febrero por Janet Napolitano, presidenta de la Universidad de California y antigua secretaria de Seguridad Nacional de Barack Obama, lograron detener el movimiento.
Tras los despidos del 28 de febrero, los manifestantes no cesaron en su empeño, y el pasado 5 de marzo imposibilitaron el acceso a la Universidad a modo de protesta, mientras seguían organizando asambleas generales para tratar de encontrar soluciones.
Originalmente, las demandas a la administración de la UCSC surgieron septiembre del año pasado. A través de la campaña para lograr un “Ajuste de Coste de Vida” (COLA), los asistentes de enseñanza exigieron un pago adicional de $1.412 teniendo en cuenta el encarecimiento que ha experimentado California en los últimos tiempos.
Para calcular esa cifra, trazaron una ecuación en la que tomaron en cuenta diversos factores, incluyendo el salario que obtienen, que es de $2.434 brutos, la media de un apartamento de tres habitaciones en Santa Cruz, que ronda los $1.154, más los costes de necesidades vitales como alimentación y transporte.
Durante los meses siguientes, 200 asistentes de enseñanza explicaron sus demandas de manera verbal y escrita a los directivos de la UCSC.
Pero el 5 de diciembre comenzó a encenderse el conflicto. Tras un intercambio de correos electrónicos entre un estudiante y el Vicecanciller, este último le adjuntó el manual de conducta, expresando de manera implícita su falta de educación. Sintiéndose intimidados por este hecho, el cuerpo estudiantil se envalentonó y empezó a planear la huelga.
A raíz de ahí, se hicieron encuestas a favor de la manifestación, y se tomó la decisión de no entregar las calificaciones del trimestre de otoño, cuya fecha límite era el 18 de diciembre.
Con una amplia mayoría respaldando esta decisión, llegaron meses de reuniones y estrategias, y el 9 de enero, alrededor de 200 asistentes de enseñanza estuvieron a favor de intensificar las protestas. De esa manera, casi 400 personas se reunieron en ese día en una concentración.
Con ese ambiente llegó el 5 de febrero, el día en que los asistentes de enseñanza recibieron una carta firmada por el Vicerrector, Quentin Williams, en la que se alertó de posibles represalias contra los manifestantes.
Obviando estas amenazas, los empleados no solo retuvieron las calificaciones de otoño, sino que expresaron que tenían la misma idea para las del trimestre de invierno. Ahí, se propuso el 10 de febrero como la fecha para comenzar las protestas, y desde entonces los asistentes de enseñanza se lanzaron en masa a ello.
California: el estado donde la vivienda es más cara
Las manifestaciones que se están dando en la Universidad de California son una muestra más del descontento social que se viven en un país con desigualdades tan evidentes. Por otra parte, Estados Unidos tiene una historia reciente de movimientos estudiantiles, como sucedió en 1968 debido a diversos factores como la crisis económica o la intromisión del país americano en Vietnam.
En el caso concreto de California y teniendo en cuenta que los costes de vivienda son los más elevados de Estados Unidos, no sorprenden estos movimientos revolucionarios.
Con el objetivo de ilustrar la realidad económica, la web Best Places elaboró una clasificación para calcular el coste de vida en las distintas regiones de la nación americana. Para ello, tomó en cuenta diferentes parámetros entre los que se incluyen el precio de vivienda, la salud, el transporte o las compras básicas.
Estipulando el número 100 a modo de indicador para atribuir el coste medio de los Estados Unidos en las diversas categorías, el coste de vivir en California alcanza la cifra de 149,9.
Respecto al tema de la vivienda, la diferencia crece excesivamente con la media del país, alcanzando un valor de 242,3. Detrás, se encuentran los Estados de Washington y Colorado, pero muy alejados, con una puntuación de 156,6 y 155,6, respectivamente. Esto significa que, mientras que el coste medio de una vivienda en Estados Unidos es de $231.200, en California la cifra asciende hasta $552.800.
En cuanto a los alquileres en la región, el precio medio de un estudio es de $1.156, y el de un piso con una habitación es de $1.358. Indudablemente, el alquiler es la opción más factible para vivir, y pese a ello, cuatro de las cinco ciudades menos asequibles a nivel económico para los profesores de los Estados Unidos se encuentran en California.
Además, el estudio realizado por la Oficina de Estadísticas Laborales muestra que Santa Cruz, donde se han dado las protestas, se encuentra en primera posición.
Los elevados precios de las viviendas en California se deben, entre otros factores, a la estructura topográfica de la región. Ubicada en la costa, el precio de los materiales y de los servicios requeridos para edificar son más elevados, y han ido aumentando en el último lustro.
La crisis de la vivienda
Este problema ha dado lugar a numerosas protestas en los últimos tiempos. Sin embargo, a finales de enero de este año, los legisladores de California rechazaron una norma para combatir la crisis de vivienda.
Llamada SB50, con esta ley se pretendía obtener el permiso para la construcción de apartamentos que pudiesen albergar a familias, y así disminuir el número de personas sin hogar que habitan en el Estado. Porque se estima que se deberían construir al menos 3,5 millones de hogares. Pero por tres votos no se llevó a cabo esta propuesta, y el número de personas sin hogar sigue aumentando, situación que afecta especialmente a personas de raza negra y latinos.
En Los Ángeles, las estadísticas señalan que el 37,5% de la gente sin hogar es de raza negra, mientras que en Oakland la cifra asciende hasta el 70%. Junto a los latinos, otro de los colectivos que más ha sufrido por el aumento de los precios en los hogares, muchos de ellos han de vivir en campamentos ante la imposibilidad de financiarse un hogar.
En este contexto de desamparo que se vive en California no es de extrañar que el progresista Bernie Sanders haya obtenido la victoria en la reciente votación. Entre ellos, más del 70% de los latinos menores de 30 años eligieron al candidato demócrata de Vermont.
Aún en plena campaña y teniendo a Joe Biden como principal rival para liderar el Partido Demócrata en la batalla por disputar las elecciones ante Donald Trump, Bernie Sanders es indudablemente la opción más válida para alcanzar una democracia real en un país donde las desigualdades entre clases son abismales.
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