Elecciones del 26 de mayo
Echando números: ciudades extremeñas y municipales a la vista

Hemos tirado de hoja de cálculo, hemos hecho nuestras simulaciones D´Hondt y hemos echado un vistazo a ver qué podría pasar en los seis mayores núcleos de población de la región y en la conformación de sus ayuntamientos.

19 may 2019 10:30

Y llegaron las temidas elecciones generales; como llegaron, pasaron de largo y, en poco tiempo, casi parecen remotas. Dejaron temporalmente conjurados algunos miedos, a otros los fijaron peligrosamente en el paisaje (ese fascismo indisimulado emergente en Badajoz) y, cómo no, provocaron sofocos a izquierda y derecha de un PSOE extremeño que solo tuvo que dejarse ir a remolque de su liderazgo estatal (tocado por la fortuna, eso nadie lo puede negar). VOX, si bien quedó lejos de ser la ola arrasadora que desde distintas voces se anunciaba, tuvo un clarísimo efecto movilizador en la izquierda, pero se quedó en Badajoz con el escaño que antes poseía Amparo Botejara, de Podemos.

Del análisis acerca de la oportunidad de algunos carteles electorales en esta marca política, de la ubicación de determinados liderazgos (¿agotados?) en los mismos y de la opinable eficacia de la confección de listas, con aquellas primarias exprés de Podemos en diciembre, se podría hablar horas, pero igual habría que encontrar mejor momento. Resumiremos señalando que hay no pocas voces autorizadas sosteniendo que con otra cabecera de candidatura, con otro tipo de implicación en la campaña pacense o con algún capital simbólico ilusionante tirando del carro se hubiera podido conservar esa plaza en el Congreso de los Diputados (unos pocos, muy pocos miles de votos tuvieron la culpa). Nada de eso sucedió y, ahora, todo se reduce a hablar de lo que pudo ser y no fue y de constatar que, a veces, ir a obligado y consciente remolque de un Madrid ajeno a la realidad política extremeña tiene también estas cosas: que los fascistas se sientan en el Congreso y dicen que te representan.

El miedo a una derecha sin complejos, extremada y desatada, y la consiguiente movilización general de la abstención de izquierdas enjugaron unos resultados que, sin esos condicionantes, hubieran podido ser muy diferentes

Con todo, la situación a la izquierda del PSOE no llegó en mayo al cataclismo absoluto. Se mantuvo un nivel razonable en votos y porcentajes, cuando unos pocos meses antes la percepción en el ambiente era de completo miedo escénico. El miedo a una derecha sin complejos, extremada y desatada, y la consiguiente movilización general de la abstención de izquierdas enjugaron unos resultados que, sin esos condicionantes, hubieran podido ser muy diferentes. Haría bien en tomar buena nota de ello cualquiera que, en el núcleo irradiante de la nueva política regional, tenga la tentación de anotarse como un logro organizativo o político esta derrota incompleta. Todo está por hacer y por reconstruir, no hay ningún motivo de satisfacción. Lo que volvió, puede volver a marchar mañana mismo, y hay mucho, muchísimo, que no llegó a retornar.

Elecciones del 26 de mayo
26 de mayo: ¿final de trayecto?

Final o nuevo trayecto. El 27 de abril hay que elegir. Pero el 26 hay que votar contra el monstruo.

Los comicios generales nos dejaron, también y sobre todo, números. Números para administrar y con los que proyectar y especular. Y, aunque las referencias sean necesariamente diferentes en función de la naturaleza objetivamente diversa de cada convocatoria electoral, nos permiten visualizar escenarios posibles para lo que, dentro de una semana, el 26 de mayo, se vuelva a votar. Finalmente, este ciclo que tantos propusimos tan diferente, curiosamente nos está colocando frente a las urnas bastante más de lo esperado, otorgando al espacio institucional y a la representación una centralidad completa, peligrosamente totalizadora. Pero ese es otro debate, es el gran debate pendiente, el que no podrá demorarse mucho más allá de la próxima cita con las urnas, con un panorama ya previsiblemente asentado, para desgracia del común, en una normalidad institucional y en una habitualización a la política de toda la vida más que preocupante.

En unos días se votará para las autonómicas, para las europeas (qué lejos queda aquel entusiasmo vibrante del 2014) y las municipales. Como quiera que el marco político de proximidad más complejo es justamente el municipal, plagado de excepciones, propicio a liderazgos emergentes y posibilidades de experimentación fuera de las líneas de tensión política mayoritarias, parecía interesante usar (y abusar) de esos números antes comentados para proyectarlos en forma de hipótesis. Así, hemos tirado de hoja de cálculo, hemos hecho nuestras simulaciones D´Hondt y hemos echado un vistazo a ver qué podría pasar en los seis mayores núcleos de población de la región y en la conformación de sus ayuntamientos. Todo, casi como excusa para acompañar un breve repaso a sus especiales ecosistemas políticos, a sus fragmentaciones, a sus particularidades y a la observación paciente de la evolución de los sufragios desde el 2015. Una mirada intencionadamente centrada en lo que se mueve en las “fuerzas del cambio” extremeño, en todo lo que bulle a la izquierda del PSOE, podría quedar esbozada como sigue a continuación.

Badajoz

La ciudad de Badajoz se ha constituido, con diferencia, en uno de los espacios más convulsos de la región. En IU y su entorno (pretérito y presente), permanecen abiertas múltiples heridas del conflictivo tiempo del escobarismo, con filias y fobias heredadas, incompatibilidades personales y una larga lista de reproches mutuos. No entraremos en estos ni en las razones que los envuelven, porque darían para un artículo completo, y a lo mejor sus protagonistas debieran ser quienes tomaran la iniciativa en esa narrativa necesaria.
La ciudad de Badajoz se ha constituido, con diferencia, en uno de los espacios más convulsos de la región

En Podemos, por su parte, los últimos meses han sido de permanente choque entre Recuperar Badajoz, la fórmula con la que desde esa organización se abordó la llegada al ayuntamiento en las pasadas elecciones locales (cuyo líder indiscutible, Remigio Cordero, fue cabeza de lista en las mismas), y la renovada dirección local del partido, el Consejo Ciudadano Municipal electo, con Erika Cadenas como secretaria general. Ambas situaciones, sin duda, han tenido que marcar la gestación de la confluencia y la articulación formal de la misma (IU, Podemos y Equo).

Echando cuentas, vemos que Unidas Podemos cosechó en mayo 8.563 votos, el 9,94% del total, virtualmente en la media porcentual de la región, situada en el 9,49%. Eso, ahora, le supondría revalidar los 3 munícipes que ya tuviera Recuperar Badajoz. No es poco premio, habida cuenta de que se viene de un 13,57% en las generales del 2016, de un 16,64% en las de 2015 (metodológicamente, para este trabajo hemos sumado los números de IU y Podemos antes de sellar su confluencia regional) y de alrededor de un 15% en las municipales y autonómicas de 2015. De hecho, en aquellas elecciones locales concurrieron tres fuerzas diferentes disputando parecido nicho de voto: Recuperar Badajoz, que tuvo un 10,41% de sufragios; IU-Ganemos, con un 2,85% y Badajoz en Común, con un 1,82%. De esa dispersión, solo la marca de Podemos pudo alcanzar presencia en el ayuntamiento.

Elecciones del 26 de mayo
Apuntes apresurados de sociología electoral extremeña

Fernández Vara no es Pedro Sánchez, y entregarse al abrazo del oso del PSOE más corrupto y caciquil, más desarrollista y antiecologista, más casposo y antiilustrado, puede ser un suicidio a medio plazo.

Habiendo acudido menos fracturado, ese entorno político sin duda hubiera obtenido mejores resultados. Ahora, parece evidente que las cuestiones que motivaron tanta pluralidad de referencias todavía permanecen, en gran parte, sin resolver (fundamentalmente en el lado de IU, cuya dirección regional, no olvidemos, llegó al extremo de desalojar de su sede al sector liderado por Manuel Sosa, cabeza visible de Badajoz en Común y, hoy, finalmente fuera de la confluencia local). Una completa maraña que, si bien se resolvería con un aprobado (tres concejales es un resultado aceptable), deja bien a las claras que, de nuevo, las potencialidades de una convergencia completa de los sectores más activos de la ciudad permanecerán, de momento, inexploradas.

Villanueva de la Serena y Don Benito

En estas dos localidades vecinas, que consideradas en conjunto aglutinan el tercer núcleo poblacional de la región, la situación, aun condicionada por los trazos gruesos del resto de Extremadura, reviste características propias. En el lado de Podemos, por su extrema fragilidad organizativa, y en el de IU, por no presentar su situación interna los caracteres ásperos de la capital provincial. En Villanueva, con una confluencia cerrada sin problemas ni estridencias, si esta mantuviera su 9,82% de voto en mayo, se aseguraría dos concejales, uno más que el que IU en solitario obtuvo en 2015.

En Don Benito, donde no hay en la actualidad concejales a la izquierda del PSOE (ni IU, con 823 votos y el 4,22%, ni Don Benito en Común, con 850 y el 4,36% obtuvieron representación) se podrían conseguir también dos, pero cualquier especulación en este sentido es baldía porque Podemos e IU han decidido comparecer a los comicios locales de mayo por separado. Los recientes 2.108 votos y ese 9,81% de Unidas Podemos no sirven, pues, de referencia. IU acude a la convocatoria con una candidatura hecha a la medida de la casa y Podemos intenta el abordaje con caras absolutamente desconocidas, a excepción de León Romero, el que fuera primer alcalde electo en democracia y presidente de la Diputación provincial de Badajoz con el PSOE de los 80. Una mezcla sorprendente de la que puede salir cualquier cosa, pero que amenaza con dejar a ambas fuerzas por debajo del 5%, repitiendo los números de la pasada legislatura.

Mérida

La capital de la Comunidad Autónoma requiere, cómo no, una interpretación diferente. Las actuales agrupaciones locales de IU y de Podemos mantienen una buena sintonía desde hace tiempo y, curiosamente, ambas han tenido con sus direcciones una relación de cierta autonomía, cuando no de abierta y prudente distancia. En el caso de Podemos, además, habiendo tenido que retejer en los últimos meses una organización con síntomas de completo agotamiento.
La papeleta de Unidas por Mérida sí que garantiza incluir todo lo existente. Pero paradójicamente, ahora y con los datos señalados, esa confluencia se tendría que conformar con tres concejalías

Centrándonos en las ciudades, los resultados porcentuales de Unidas Podemos en las generales de 2019 han sido, junto con los de Plasencia (11,85%), los mejores de toda la región, alcanzando 3.981 votos y un 11,71%, casi dos puntos y medio por encima de la media regional.. En las pasadas elecciones municipales se alcanzó un 14,31%, 4.268 votos (2.165 de Mérida Participa, la marca de Podemos, y 2.103 de IU) y cuatro concejales, dos para cada una de las organizaciones. No parece un objetivo imposible de igualar o superar aquellas cifras, atendiendo a que la confluencia se ha cerrado sin tensiones dignas de señalar, incluyendo también la aportación de Equo (modesta, pero con innegable referencia simbólica) y un interesante grupo de independientes.

Aquí, la papeleta de Unidas por Mérida sí que garantiza incluir todo lo existente. Pero paradójicamente, ahora y con los datos señalados, esa confluencia se tendría que conformar con tres concejalías, debido al efecto de concurrencia de nuevas fuerzas en la aplicación de la Ley D´Hont y obligando a recordar a todos los analistas que la segunda concejalía de IU en 2015 se consiguió por apenas un puñado de votos. Lo que el sistema electoral, en ocasiones, concede, en otras quita. El acceso al cuarto concejal dependerá, fundamentalmente, del tirón en campaña de una candidatura con innegable atractivo y capital simbólico, muy motivada y, en el caso de IU, acostumbrada a obtener sus mejores resultados en convocatorias municipales. El techo de ambas fuerzas, en cualquier caso, parece alto: en 2015, sumando sus resultados se colocaron en 6.299 votos (19,44% en las generales), y en 2016, ya en confluencia, se descendió a 5.054 (16,44%). Suficiente sitio para almacenar esperanzas en una justa recompensa electoral.

Cáceres

En las pasadas elecciones municipales de 2015, y siguiendo milimétricamente los pasos de Badajoz, fueron tres las fuerzas que se hubieron de repartir similar espacio electoral. Los resultados se produjeron de la siguiente manera: Cáceres Tú (la marca de Podemos) obtuvo 4.448 votos y un 8,78% (dos concejales); Coalición por Cáceres, 2.308 y el 4,46% (rozando una concejalía); IU, 1.933 sufragios y 3,82%, también sin representación. En conjunto, dos ediles y un perfectamente estéril 17,16% acumulado. Ahora, en las elecciones generales, Unidas Podemos ha descendido hasta un 11,53%. No obstante, y en dirección opuesta a la de Mérida, aquí ese descenso vendría premiado con tres concejales (uno más que en la actualidad).
En la capital cacereña, las tensiones habidas entre los tres agentes de las anteriores municipales se han mantenido en el tiempo, condicionando el proceso de gestación de una confluencia finalmente completa y exitosa

En la capital cacereña, las tensiones habidas entre los tres agentes de las anteriores municipales, aunque con cierta modulación, se han mantenido en el tiempo, condicionando el proceso de gestación de una confluencia finalmente completa y exitosa que, detallando, sí incluirá a Podemos, IU, Equo, Coalición por Cáceres y Extremeños. No han podido estar ausentes, con todo, señalan desde distintas fuentes, los males que han aquejado a casi todas las confluencias a nivel regional (la construcción apresurada y desde arriba, la ingravidez programática hasta prácticamente concluido el proceso o las inevitables negociaciones de puestos). El techo electoral, en cualquier caso, y siguiendo los pasos de Mérida, se colocó alto, en un 20,66% en las elecciones generales de 2015 (esas que sin confluencia consiguieron, en todas partes, mejores cifras globales), de manera que se aprecia un claro margen de mejora.

Plasencia

De nuevo, volvemos a las características propias y a un panorama de necesaria explicación detallada. En las elecciones municipales de 2015, en la cresta de la ola, sorprendentemente, ni Podemos ni su entorno pudieron presentar una candidatura local. Nos quedamos, así, sin comprobar el previsible impacto electoral local que hubiera podido obtener la formación morada, habida cuenta de que, después, en otros comicios, los resultados de Podemos en esa plaza han sido siempre altos (en las autonómicas de esa misma fecha obtuvo 2.603 votos y un 12,58% y, en las generales de diciembre de 2015, alcanzó 4.024 papeletas y el 17,15% ). El sector “oficial” de IU sí concurrió (970 votos, un 4,7% y ningún edil), así como Plasencia en Común (iniciativa vertebrada entre independientes y el sector no oficialista de IU), que con un meritorio 6,54% y 1.349 votos conseguiría un único concejal.
En pocas partes como en Extremadura es tan matemáticamente verificable una dependencia y correlación tan completas con las dinámicas centrales

Se dibuja ahora un escenario en el que, aplicando los 2.796 votos de las generales de mayo (un 11,85%), las fuerzas agrupadas en Unidas Podemos podrían alcanzar los dos concejales. Pero -otra vez, una mezcla de tensiones, dispersión y fragilidades- habremos de aplicar el condicional más intenso posible porque, no podía ser de otro modo, la situación se torna más compleja dado que Plasencia en Común, como organización, finalmente, ha quedado fuera de la confluencia, volviéndose a presentar en solitario y quedando por ver la influencia que eso pueda tener en la distribución del montante global de sufragios. Como guinda, únicamente resta señalar que Equo y Extremeños, aquí, además, van por libre. Todo está abierto en su interpretación, pero la única certeza es que, sea por lo que fuere, queda pendiente presentar y construir un formato compartido para el abordaje institucional a escala local.

Reflexiones finales sin conclusión posible

Como colofón, nos atreveremos a esbozar una reflexión partiendo de todo lo descrito. Por una parte, es de recordar que los procesos locales son muy diferentes, en su textura material, del resto de convocatorias y que, por tanto, los números aquí volcados en forma de previsión posible pueden verse sustancialmente modificados. También hay que poner en cuarentena la posibilidad de que se siga incrementando el voto útil al PSOE (en evidente detrimento de cualquier opción de izquierda) o que retorne a la abstención parte del electorado que se movilizó en una clara apuesta antifascista. En cualquiera de los dos casos, la Ley D´Hont (con la aparición de nuevas fuerzas como VOX, el previsible ascenso de Ciudadanos o el mantenimiento del tirón del Partido Socialista) se encargará de sancionar a las fuerzas del cambio, si no lo está haciendo ya mismo, al penalizar, curiosamente, las convergencias con mejores números y realidades de partida. Quedan por ver muchas más cosas en las fronteras de este esbozo, como, por ejemplo, el papel que la crisis dentro de Equo y su propia debilidad en Extremadura reserve a su participación confluyente; o la incógnita que supone el concurso de Extremeños dentro de Unidas por Extremadura y su aportación final a nivel autonómico, siendo que en lo municipal su apuesta en solitario es absolutamente mayoritaria.

Lo que parece seguro es que el tirón estatal será definitivo en un sentido o en otro. En pocas partes como en Extremadura es tan matemáticamente verificable una dependencia y correlación tan completas con las dinámicas centrales. Partiendo de unos números que, desde aquellas europeas de 2014, han estado bastante por debajo de la media estatal (empezar la carrera varios puestos por atrás parece ser el sino de esta tierra), en Podemos Extremadura (ahora hablamos solo de este partido) siempre se ha observado de forma casi milimétrica un incuestionable “efecto franquicia”. Cada oscilación porcentual en el plano estatal se ha visto trasladada aquí punto por punto, y ningún agente local ha sido capaz de alterar la situación. Parece que, obtenga lo que obtenga porcentualmente Podemos en todo el país, en Extremadura se verá reducido a un 60% del mismo. En las pasadas generales, si el porcentaje estatal fue del 14,31%, aquí fue del 9,49%; en las generales de 2015, el 20,66% frente al 12,64%; en las de 2016 (ya en confluencia), 21,10% frente a 13,04%. Misma relación, misma traslación. Sorprende tanto como pone en evidencia demasiadas discusiones a abrir.

Al final, seguro que habrá quien echará idénticas cuentas y, a la vista de tanta precipitación para hacer en meses lo que pudiera haber sido construido en cuatro largos años, de las prácticas poco virtuosas en la confección de las confluencias, del medio ambiente político extremeño, viciado desde la base y necesitado de una revisión completa en actitudes, fórmulas y nombres propios (esto sí que tiene ya el aspecto de un fin de ciclo) se felicitará por, al menos, disponer de esa opinable certeza de dependencia, esperando que del centro peninsular llegue el tren en el que alojar un cambio que se antoja ya imprescindible. Pero los ayuntamientos, ese sitio desde el que habría que empezar a edificarlo todo, ya se sabe, ya lo hemos dicho, son otra cosa. Igual, esta vez, algo cambia, igual nos sacudimos inercias y vamos marcando agenda y territorio, haciendo realidad aquello de un pie en las instituciones y mil en la calle. El 27 de mayo hablamos, en cualquier caso. Por nuestra parte, eso sí, con la calculadora en la mano.

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#34427
19/5/2019 11:14

Vaya, se ve que en este medio cada vez más la objetividad brilla por su ausencia y se barre para casa. No sé hasta que punto es razonable que alguien muy significado dentro de cierta corriente de Podemos opine (porque no se puede llamar a esto noticia) sobre sí mismos y de manera tan parcial e interesada y tan poco humilde.
De todos modos, me gustaría que el autor de este artículo hiciera otro sobre la candidatura de Cordobilla de Lácara. Me gustaría saber como un miembro de CNT y tan anticapi va a una lista tan casposa y derechista como la de Extremeños allí (nada que ver con otros sectores de Extremeños, como el de Carcaboso).

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Fernando Llorente
19/5/2019 12:49

Sinceramente: todos los que hacéis ataques ad hominen escóndidos en el anonimato os desautorizáis ya de entrada. Y por tanto ni caso.

16
13
#34433
19/5/2019 13:16

y una persona que se presenta de candidato por otro partido y a su vez es diputado, con lo cual estará trincando un pastizal, es legal? esto es la nueva política?

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