Opinión
21D: posverdad, bulos y emociones

Una visión a pantalla completa de unas elecciones a las que todo el mundo ha llegado con la lengua fuera.

Jornada electoral 21D Catalunya.
Brais G. Rouco / Directa Colas para votar durante la jornada electoral del 21D en Catalunya.
21 dic 2017 20:04

Llego a casa y enciendo la tele, a ver cómo van las elecciones en Cataluña. En los telediarios dicen que transcurren con normalidad, que raro… Normalidad es lo que menos define estas elecciones. Analizan la última actualización del grado de participación, la comparan, luego estadísticas, suposiciones, hipótesis, teorías, charlas y más charlas.

Voy a mirar en Twitter, que suele ser más movido. Con mi gran asombro veo que las elecciones catalanas no son trending topic, gana Operación Triunfo que, con un guiño a la actualidad, nos asegura que los triunfitos también han podido votar. Nos quedamos mucho más tranquilos.

El ciberataque a Indra anunciado por Anonymus tampoco parece haberse realizado. Va a ser verdad que las elecciones han transcurrido sin incidencias

No parece haber nada destacable, ni rastro de hackers rusos ni de conspiraciones venezolanas. El ciberataque a Indra anunciado por Anonymus tampoco parece haberse realizado. Va a ser verdad que las elecciones han transcurrido sin incidencias.

Algún insulto a la Arrimadas, alguna señora que arranca propaganda de la CUP de los muros de Barcelona, acusaciones de fascismo por doquier, los apoderados de cada partido que cuidan la legalidad democrática, algunos, como los del PP hasta han venido de fuera de Cataluña. Albiol los ha recibido encantado esta mañana en la estación de Sants, parece ser que de los catalanes no se fía demasiado.

No hay mucho más.

Bulos, de esos sí, hay bastantes. Hace unas horas corría la voz que Junqueras sería sancionado en la cárcel por la entrevista que concedió a Rac1. Su abogado y el Ministerio de Interior lo han desmentido. Normalidad pues. La normalidad de unas elecciones con políticos en la cárcel.

Mientras tanto, en la red se ha ido tejiendo el bulo del otro bando: unos independentistas que disfrazados de simpatizantes de Ciutadans (lamentablemente no se especifica en qué consistiría el disfraz) habrían estado engañando a abuelitos dándoles sobres de Ciutadans con papeletas de ERC dentro.

A pesar de la satisfactoria participación en los colegios, en las redes sociales se respira cierto aire de tristeza, casi una apatía postcoital

La posverdad ha caracterizado esta campaña electoral, que en las redes sociales continúa hasta el último momento. Una campaña que por lo menos en las redes deja un rastro de creatividad llamando a la causa a la familia Adams o a Star Wars. Normalidad.

Basta con mirar algunos hastags: #YoVotoPorEspaña , #LaSoluciónEsEspaña, #HolaDictadura, #ContraLaBandaDel155, #AdiósRégimen78. Por si alguien tenía dudas de que estas elecciones son polarizadas y referendarias. Es la normalidad de unas elecciones que no parecen representar una oportunidad para nadie, salvo para los de la equidistancia, quizás.

Urnas que son una revancha para unos y una imposición para otros y que no hacen ilusión a nadie. A pesar de la satisfactoria participación en los colegios, en las redes sociales se respira cierto aire de tristeza, casi una apatía postcoital.

Nada que ver con el estallido popular del 1 de octubre, que, guste o no, se vivió como una fiesta democrática, a pesar de las cargas policiales. Más allá de la legalidad, el referéndum despertó la autorganizacion ciudadana, y llenó las calles de ilusión. Pero estas de hoy son unas elecciones normales. La normalidad del 155.

Y siguen los bulos…

Unos independentistas que NO se han atado a unos árboles, Indra que NO hace el recuento, la Junta electoral que NO ha prohibido ir a votar con el lazo amarillo, etcétera. ¿Y la ilusión? Brilla por su ausencia.

Tres meses de bulos, de manipulación mediática, de frustración, de divisiones, de miedos, de oportunismos, y de discurso polarizado, parece que han agotado a todos. Es el revés de la medalla de una política altamente emocional, cuando la adrenalina baja y las emociones se frustran queda el vacío y el cansancio. Quedan los bandos, la crispación y la desconfianza recíproca. Y falta el proyecto político ilusionante que sacó a los catalanes a las calles. Los colegios están a punto de cerrar, llega la hora del recuento, parece que un bloque (el de la DUI) se adelanta al otro (el del 155). Llega el tiempo de las alianzas. Veremos… 

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