Banca
La cuadratura del círculo: las entidades financieras empiezan a cobrar también a la Administración por dar sus servicios en Extremadura
El pasado mes de agosto, la Diputación de Badajoz anunció que ya había instalado 25 cajeros automáticos en varias localidades de la provincia. El negocio es redondo: las entidades financieras cobrarán ahora dos veces por ofrecer el mismo servicio: a la ciudadanía y a la Diputación provincial.

La crisis que asoló al sistema financiero español en Extremadura se notó con más intensidad que en otros territorios. La región, que partía de una situación privilegiada como es el fuerte arraigo de las cajas de ahorros en la sociedad extremeña, podía haber resistido mejor la recesión, pero el poder tenía otro plan: aprovechar la circunstancia para desmantelar las cajas de ahorro extremeñas.
Caja Badajoz, con una historia a sus espaldas de más de 100 años y con una fuerte presencia en toda la provincia, incluso llegó a traspasar fronteras, fue fusionada en 2010 con la Caja Círculo de Burgos y la Caja Inmaculada de Zaragoza para crear Caja3, una nueva entidad que empezó a operar el 1 de enero de 2011. El 25 de julio de 2013, la filial bancaria de Ibercaja adquirió el 100% de Caja3, terminando así la historia de la Caja Badajoz.
Dichas fusiones despojaron a Extremadura de sus cajas de ahorros y, con ellas, del importante peso social que éstas tenían en nuestra Comunidad Autónoma, especialmente en nuestros pueblos.
En la provincia de Cáceres vivieron lo mismo con la Caja de Extremadura, entidad nacida en 1990 como resultado de la fusión de la Caja de Ahorros de Cáceres (fundada en 1906) y la Caja de Ahorros de Plasencia (fundada en 1911). Aprovechando la crisis, fue fusionada con Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria dando como resultado Liberbank.
Dichas fusiones despojaron a Extremadura de sus cajas de ahorros y, con ellas, del importante peso social que éstas tenían en nuestra Comunidad Autónoma, especialmente en nuestros pueblos. No sólo eso, la operación de conversión de las Cajas (que siempre deben destinar una parte de sus beneficios a la inversión social) en Bancos conllevó el cierre de centenares de oficinas que dejaron a decenas de pueblos sin servicios financieros y miles de trabajadores y trabajadoras despedidos en varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) salvajes.
Liquidar Cajas para crear Bancos. Un negocio redondo. “¿Qué es robar un banco comparado con fundarlo” escribía Bertolt Brecht en “La ópera de tres centavos”.
PLAN DE LUCHA CONTRA LA EXCLUSIÓN FINANCIERA
Como consecuencia de la pérdida del acento extremeño en las nuevas entidades que nacieron de las extintas cajas de ahorros de la región, éstas dejaron de mirar por el interés social y suprimieron un servicio que ofrecían a miles de extremeños y extremeñas. En la provincia de Badajoz un 18% de los pueblos de la provincia quedaron sin oficinas.Pero la Diputación de Badajoz en vez de optar por exigir y reclamar a las entidades financieras que den los servicios por los que cobran a la ciudadanía, ha optado por financiarles la instalación de los cajeros automáticos, asumiendo la institución provincial el gasto de dicho servicio.
La Diputación de Badajoz en vez de optar por exigir y reclamar a las entidades financieras que den los servicios por los que cobran a la ciudadanía, ha optado por financiarles la instalación de los cajeros automáticosPara ello la Diputación de Badajoz sacó a concurso un contrato de 4,8 millones de euros, calculándose el costo de la obra para la instalación de los cajeros en 219.354 euros. Los cajeros, por su parte, cuestan 807.070 euros y su mantenimiento durante 5 años será de 3,7 millones de euros.
COBRAR DOS VECES POR EL MISMO SERVICIO
Tras la puesta en marcha de este plan, sin ningún tipo de autocrítica por parte de una Diputación que había dicho que la conversión de las Cajas en Bancos no afectaría a nuestras poblaciones rurales, podemos decir que las entidades financieras en Extremadura cobran dos veces por el mismo servicio: cobran a los usuarios de la entidad las diversas comisiones (como la de mantenimiento de la cuenta o la tarjeta de crédito) y a este beneficio le suman ahora que la Diputación les pagará por tener un cajero con el que poder dar servicio a sus propios clientes.Un negocio redondo para bancos y cajas a los que la administración debería de exigir que dieran el servicio que cobran a sus ciudadanos, no pagarles por ello.
IU HA DADO LA VOZ DE ALARMA
Izquierda Unida, a través de su diputada en el Grupo de Unidas Podemos, Eva García Sempere, ha pedido al Gobierno en funciones a través de una iniciativa parlamentaria que especifique si “va a promover alguna medida para que las entidades bancarias aporten y financien soluciones efectivas a los cierres de oficinas en pueblos pequeños del mundo rural”.García Sempere ha registrado una pregunta en el Congreso para que el Ejecutivo responda por escrito donde recuerda que “el proceso de reestructuración en el que se ha visto inmerso el sector financiero español, la bancarización de las cajas de ahorro y la ausencia de instrumentos públicos financieros, unido a la despoblación de algunas regiones, han provocado que prácticamente la mitad de los pueblos de España se hayan quedado sin sucursal bancaria y sin cajero automático para disponer de efectivo”.
La parlamentaria advierte de que “esta situación dispara el riesgo de exclusión financiera en las zonas rurales, sin que las entidades financieras ofrezcan soluciones satisfactorias, ya que atienden exclusivamente a la rentabilidad del negocio bancario privado”.
Izquierda Unida tiene constancia de que algunos pequeños ayuntamientos “están destinando recursos para disponer al menos de un cajero automático en la población, a través de convenios con una multinacional que cuenta con una extensa red de cajeros”. Además, en otros lugares se producen concursos públicos para instalar cajeros en pequeños municipios financiados con recursos públicos de las diputaciones.
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