Opinión
A favor de una energía y unas telecomunicaciones soberanas y sostenibles

Presidenta de Goiener
Director de Izarkom
Cinco segundos bastaron para que casi todo Hego Euskal Herria se quedara sin electricidad e incomunicado. El 28 de abril de 2025, pasadas las 12:32 pm nos dimos cuenta, una vez más, de lo dependientes y vulnerables que somos. Por cierto, durante esas largas horas nos pusimos en la piel de quienes sufren a diario la pobreza energética o la brecha digital.
Aunque las razones técnicas aún no están claras, las consecuencias que ha provocado el apagón y sus lagunas son más que evidentes. Hubo enormes pérdidas económicas para millones de personas, hogares, empresas e industrias. En un mundo donde vivimos más conectados que nunca, somos más dependientes que nunca y la capacidad de satisfacer nuestras necesidades está en manos de las multinacionales.
Vale la pena recordar que la energía o internet son derechos humanos básicos y lamentablemente está totalmente asumido recibir estos servicios a través de empresas privadas
Vale la pena recordar que la energía o internet son derechos humanos básicos y, a diferencia de la educación o la salud, lamentablemente está totalmente asumido recibir estos servicios a través de empresas privadas. Consideramos necesario revelar y abrir un debate sobre quién es propietario de la infraestructura crítica y cómo opera.
Modelo actual en duda
Este no ha sido un problema puntual, sino más bien un fallo causada por un sistema cuyo único objetivo es maximizar las ganancias. Poner el beneficio económico por encima de la sociedad y del planeta tiene consecuencias nefastas. Algunas a corto plazo y de golpe. Otras que las sentiremos a largo plazo.
El grupo empresarial REDEIA es actualmente el gestor técnico del sistema eléctrico, es decir, decide cómo y cuándo se distribuye la energía a través de RED ELECTRICA. Además, REINTEL, parte del mismo grupo, gestiona, entre otras, la red de fibra óptica oscura. La propiedad pública de este grupo (a través de acciones) es solo del 20%, el resto está en manos de fondos de inversión como Amancio Ortega o BlackRock.
Aprovechando el apagón, los sectores reaccionarios están difundiendo el mismo y contagioso debate de siempre para minar las energías renovables y promover la nuclear, el gas o el carbón
Por debajo, tenemos distribuidores dueños de marcas y grandes campañas publicitarias, con distintos colores y formas ya conocidas, pero en esencia, actores de la misma carrera del kilovatio y el gigabyte que promueve el consumo desenfrenado en nombre del libre mercado. Detrás de este oligopolio de distribuidores prevalece la lógica de “mínima inversión – máxima rentabilidad”, alimentando la red hipercentralizada y manteniendo sistemas débiles para evitar el colapso.
Además, aprovechando el apagón, los sectores reaccionarios están difundiendo el mismo y contagioso debate de siempre para minar las energías renovables y promover la nuclear, el gas o el carbón, entre otras. Hay datos objetivos por encima del negacionismo de la emergencia climática. Cuando se han producido apagones similares en otros países del mundo, los pasos han sido en la dirección correcta. En Australia del Sur, por ejemplo, ocho años después del accidente, el mix renovable se ha duplicado y alcanzará el 100% en 2027. Texas, por su parte, solo necesitó cuatro años para duplicar su capacidad y almacenamiento, colocándose a la vanguardia en Estados Unidos en la implementación de energías renovables.
Alternativas populares
Tenemos claro que necesitamos construir un sistema energético y de telecomunicaciones más resiliente, promoviendo modelos más sostenibles, interconectados, pero a la vez, descentralizados. Mientras que las infraestructuras y la distribución no estén garantizadas por las administraciones publicas, debemos crear y proteger estructuras de empresa cooperativas y redes comunitarias.
La colectivización de los recursos es la oportunidad que tenemos hoy, que nos permite evitar que el poder quede en manos de unos pocos y promover un uso responsable y sostenible. De esta forma ampliamos el poder de decisión e intervención, creando modelos organizativos más transparentes y democráticos.
Cuando nos sentimos vulnerables, debemos reconocer el potencial de la comunidad y aprovechar esta fuerza para lograr transformaciones estructurales
Por eso, es necesaria la participación y la fuerza de la ciudadanía, para examinar críticamente los servicios que utilizamos en nuestra vida diaria y transformar nuestros hábitos de consumo. Construir una alternativa de base empieza por una misma. Depende de cada una activar la red energética y de telecomunicaciones vasca.
Llamamos a las instituciones a promover medidas y políticas activas basadas en la soberanía y la sostenibilidad para superar la dependencia. Ciudadanía, agentes sociales, instituciones públicas y cooperativas debemos trabajar juntas para lograr una transición eco social, construyendo alternativas sólidas y evitando el riesgo de otro apagón.
Como sucedió durante la pandemia o los desastres climáticos, la solidaridad floreció en nuestras calles el 28 de abril. Cuando nos sentimos vulnerables, recurrimos al colectivo para protegernos, encontrar soluciones, crear y compartir recursos. Debemos reconocer el potencial de la comunidad y aprovechar esta fuerza para lograr transformaciones estructurales. Y tú, ¿estás listo/a para explorar alternativas?Con ese objetivo, Goiener e Izarkom lanzamos un manifiesto para promover una energía y unas telecomunicaciones soberanas y sostenibles.
Energía
Komunitate energetikoak energia demokratizatzen
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