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Observatorio de medios
Ser antisistema hoy
Cierro mi portátil. Ahí dejo las ideas de lo que últimamente considero las significaciones de ser libre. Esbozos, creo, apuntes de años que constantemente evolucionan. Ahora tengo un drive con no sé cuántos chorrocientos mil gigas y la sensación donde me lleva es a la de tener una libreta infinita, quédate con eso. Me tumbo en el sofá y el idear cosas no para, no se detienen las letras que pasan deprisa como queriendo decirme algo. No puedo, el torrente es inagotable, miles, millones de letras que generan palabras y frases que sobrevuelan mi mente. Cierro los ojos y es más claro el dibujo que van creando, las preguntas que me hacen y que se ciernen como nubes negras, como bituminosos pensamientos: ¿qué es ser antisistema hoy? ¿Cómo hago un sticker que lo englobe? ¿meme sí o meme solamente a veces? ¿Qué es eso de que la libertad es una esclavitud concienciada?
Spotify hackeado sin anuncios. Ahí estamos. Suena la Chicha peruana, Peruvian Psychedelic Chicha para sanar el corazón, o por lo menos para apaciguar, y recuerdo esta letra de Nicomedes:
Ritmos de la esclavitud
contra amarguras y penas.
Al compás de las cadenas
[...].
Nicomedes Santa Cruz no hacía chicha, llegó antes, pero ya pintaban sus brochazos el futuro de canto y sororidad. ¿Serían rollo antisistema? Quiero decir, a finales de los años 50 otros gallos cantaban, claro, pero me refiero a que en sus fueros internos ya se aferraban las ideas de no buscar la normativa, sino surcar la tangente de lo que el sistema con sus mordazas iba imponiendo.
Ejemplos miles, la verdad y, qué pereza venir a enunciarlos, disculpa lo de Nicomedes, no sé ni por qué viene a cuento. Sigamos, ya veremos hacía dónde nos lleva este vendaval. Aquí hemos venido a hablar de movidas del sistema y qué es eso de ir en contra de la bruma. La movide (gracias Padial).
1939. Menudo añito, eh. Me decía un colega que Hitler era antisistema. Pero qué te voy a contar, si hoy en día, donde la opinología fragua como para montar castillos, las posturas de libertad de bote están expuestas en las esquinas de los principados, ajá, así como lo ves, fascismo progre, papi, dale ahí, ¡siémbralo! Y ya ves, qué quieres que te diga; sigue siendo un 39 maquillado de otra cosa; de sostenibilidad, de autonomía: libertad al punto de golpe de dedo y a distancia de clic. Somos libres…, claro, de comprar cuanto queramos. Libres de navegar los mares del capitalismo, del sistema que el mundo ha elegido, ¿mundo?, bueno, algunos cuántos del mundo, los que te indican la cortografía correcta. Y qué cosas, verdad, también hay cartógrafos para plasmar la contracorriente. Y aquí estamos, de vuelta al ajo. Ser antisistema hoy, entrar en los modelos correspondientes a la zona tangencial de lo que la normativa institucional indica. Caguen…, no tengo tampoco sticker para describir esto, ni meme.
Por cierto, ¿será el meme el nuevo punk? Perdona que divague, pero esta vez así van las letras, no sé por dónde tratar de domarlas, son salvajes y ellas quieren utilizarme como instrumento para esto. No me tomes en cuenta el desajuste, hoy no, ya si eso, mañana hablamos por whatsapp, o no, mejor por telegram que es menos capitalista, dicen los entendidos. Ah sí, volvamos: lo del antisitema… Ya no lo tengo claro, quizá en twitter encontremos algo, quizá los medios de producción eran solamente el inicio y ahora ya sea demasiado tarde para dejar de comerle el gusano negro a Satán, la opinión mediática como estatuto para seguir la ruta. Ojo con la imagen previa: apostemos duro por ello: tu madre dentro del sistema capitalista, y la metáfora, ahí, comiéndole lentamente el gusano negro al demoni, poco a poco y disfrutándolo: ¡mira hijo, me he comprado esto en Wallapop, mira, me he reservado el finde semana un Airbnb en Cuenca, mira…, aquí estoy engullendo el gusano negramente hermoso a satán!, ¡mírame, que me hago un selfie! Y mientras, tu padre, impasible, ni móvil tiene porque ya está harto de toda esa bola de hijos de puta. Sí señor, ahí sus cojonazos. Él está tranquilo escuchando a Julio Iglesias y viendo vídeos de Eugenio, porque yes, porque lo nuevo es una mierda, ni sistema ni sostomo. El mundo le importa tres cuartos de kilo de polla. ¿Eso es ser antisistema?
No nos perdamos, ¿recuerdas cuando hablamos de Nicomedes? Qué momentos hemos vivido al inicio ¿verdad?, los principios son complicados pero van cogiendo forma, y ahora qué, míranos, tú leyendo el vacío y yo pensando en por qué estoy aquí con esto. ¿Es ser antisistema escribir en Radical de El Salto? ¿Era eso? ¿O es antisistema hacerme un fanzine con imágenes robadas de tumblr? ¿Qué mierdas es ser antisistema, hablar de Žižek, escuchar a Cecilio G?, ¿dejarme el pelo largo y hacerme tatuajes? ¿Es antisistema pensar que C. Tangana es antisistema y que Escuela Grind también? Vamos, no dejemos que nos arrastre esto. ¿Es antisistema pensar en qué es ser antisistema? ¿La crítica es antisistema? ¿El antisistema de verdad es antisistema, o es un sistema?, ¿se puede decir que querer ser antisistema te convierte en esclavo de la idea de ser antisistema y entonces te hace pertenecer al sistema pero en un subapartado llamado antisistema?
Claro está que el sistema nos engulle, es más, el sistema (tal y como lo conocemos) está dispuesto a transformar revoluciones en economías salvajes domadas bajo las órdenes de sus amos, y cuidadín con esto, porque como no estés de su lado, quizá te pegue un bocado y te arranque los ojos. Piensa en ello: un animal salvaje domado que a la orden de su dueño, es capaz de extirparte los ojos, da igual cómo, es tan rápido que no lo ves venir y de pronto te quedas con las cuencas vacías. Qué asco.
No, amiga, aquí usted no es antisistema. Hoy está siendo parte de lo que el desarrollo de la humanidad va construyendo, un escenario para que sus intereses mantengan apaciguado lo que usted cree como alternativa al sistema. Digamos que la puesta en escena es correspondiente al usuario, usted tiene la libertad de elegir qué imagen quiere vivir, sí, es verdad, pero desde la plataforma ofrecida por tha fucking system.
Ya. ¿Qué es ser antisistema hoy? ¿Dónde están los bordes, las fronteras del sistema…, existen? ¿Puede haber un individuo y un sociedad fuera del capitalismo? Vamos, mami, dámelo todo: yo puedo ser o intentar estar fuera del sistema, pero… ¿como colectivo?, ¿podemos optar a ello? Sigo sin entenderlo, sin dejar plasmado claramente lo que trato de decir. Es la búsqueda de lo paralelo, la tangente, ya lo he dicho, el meme primigenio, la exégesis del sticker.
Cambiemos el rol, mejor dicho, la pregunta: ¿por dónde empezamos?
Si bien es cierto que David Graeber en el libro Fragmentos de antropología anarquista nos plantea cuáles son los otros modos de vivir en sociedades diferentes al modelo actual del capitalismo, lejos nos queda el hecho de poder introducir un sistema que (ya estando) no encaja con las modalidades del consumo y, claro; con esto no quiero asegurar que la lucha no sea esa, pero sí que la dificultad de generar un cambio está a años luz si no se idealiza desde el colectivo, ya que si el cambio es en el individuo y ahí se mantiene, lo que tendremos es a un inadaptado intentando crear conciencia. Hola inadaptade, sigamos que vamos bien.
La hipótesis de que otro mundo es posible bien puede desarrollarse desde el imaginario colectivo dentro de una coartada casi metafísica donde la revolución (entendiendo regeneración) no sea ideada como una cosa, sino como una acción; y como diría Graeber, que esa acción revolucionaria como acción colectiva, rechace y por lo tanto confronte cualquier forma de poder o dominación y al hacerlo reconstituya las relaciones sociales bajo esa nueva perspectiva. ¿Complejo, verdad? Claro, lo es, por eso las dudas de lo que representa un cambio real siendo este nombrado antisistema.
Como te he dicho antes, la complejidad del tema radica en su simpleza, porque me dirás: bueno, para ser antisistema se es y ya está. Y claro, la premisa teórica es fácil, pero en el momento de ejecutar esta pieza de actuación, es donde se tuerce la ola y nos hace volver a la pregunta ¿cómo ser antisistema hoy?
Al principio del texto te decía que sigo con este pensamiento, que es un torrente de ideas, de cosas que leo, veo y que paso a paso se van desarrollando; son bocetos que se generan día a día con las actividades que hago, dentro de los colectivos donde participo y la sociedad que habitamos. Quizá el mecanismo práctico sería generar consenso de pensamiento en los circuitos cercanos, compartir formas de ver el mundo que generen cambios, desarrollar la crítica desde la sinceridad y el entendimiento mutuo, crear comunidad y que esté en continúo crecimiento dentro de marcos distendidos de colaboración (¡uh eh!). Quizá nada y lo que falta son más memazos, quizá estamos descuidado el mundo del sticker, quizá el reel y el tik tok son la llave al fabuloso mundo del antisistema. Quizá sobra todo esto y darle vueltas es síntoma del sistema que poblamos, donde nos regodeamos enfáticamente cual seres deleznables o flores que esperan su turno a ser cortadas. Quizá ya se me está yendo de las manos y ahora es tu turno para pensar qué podemos hacer con el sistema a veces roto, el antisistema que parece no existir y lo demás, que es seguir respirando como si no hubiese mañana.