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Una noche de sábado hablando con ‘bots’ independentistas
Una información de ‘El Español’ denuncia el uso de una red de "bots". Hemos podido interactuar con algunos de ellos.

Parece que fue ayer cuando El País sacaba por primera vez en portada a los “bots” rusos. Han pasado dos meses y la injerencia rusa ha ocupado su espacio en unos medios ávidos de explicaciones para todo aquello que se escapa de su manera de entender el mundo. Por el mismo motivo, suponemos, la cosa ha llegado a marcar la agenda del mismísimo Consejo de Ministros.
La historia ha dado también para momentos tan hilarantes como preocupantes: toda una ministra de Defensa aparentemente dispuesta a creerse cualquier cosa sobre la injerencia rusa cuyos únicos argumentos sobre el tema parecen sacados directamente de las informaciones que ha leído en la prensa.
Desde el principio echamos de menos que las informaciones diesen los nombres de esas cuentas que supuestamente eran bots, sobre todo dadas las múltiples imprecisiones y falacias de los artículos firmados por David Alandete en El País, que son de los que parte el tema.
hablando con robots
Este sábado El Español sacaba a pasear de nuevo el tema de los robots. Lo hacía en un artículo que denunciaba una campaña de acoso en redes sufrida por uno de sus periodistas a raíz de la publicación de una entrevista a una persona que decía que unos independentistas habían intentado quemar la bandera de España que colgaba de su balcón.
Desde ciertas cuentas de Twitter se señaló que la historia, tal y como la contaba la entrevistada, generaba ciertas dudas. El periodista denuncia que muchos usuarios le insultaron y acosaron. En un momento dado, según su relato, “los bots se activaron” repitiendo todos el mismo mensaje para sumarse a lo que define, a pesar de que los mensajes no iban dirigidos a él, como un “escrache virtual”. Así lo explicaba:
“El mensaje era exacto siempre, lo colgase quien lo colgase. Era idéntica hasta la errata (donde pone 'se' debería poner 'de'). Estaba claro: habían programado a las máquinas para que pareciesen vecinos de Balsareny culpando a Cristina del ataque. Una operación quirúrgica. Primero me habían lanzado a las personas y luego a los robots. Por una parte conseguía desprestigiar a la víctima (Cristina), por la otra atemorizar e intimidar al periodista (yo), y por la otra hacer ver que los vecinos de Balsareny tenían todos claro que la quema de la bandera había sido un montaje. Una tormenta perfecta”.
Al incluir el texto del mensaje y un pantallazo en el que un usuario de Twitter denuncia el comportamiento de estas cuentas era fácil en esta ocasión hacer las comprobaciones. Buscando el texto del mensaje repetido lo primero que llama la atención es que tan solo cinco cuentas lo habían escrito. El ejército de máquinas programadas no va sobrado de unidades.
Mariluz Congosto es una investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid que estudia la propagación de mensajes y la caracterización de usuarios en Twitter. Llegamos a ella tras leer su hilo analizando esta supuesta red de bots. Respecto al escaso número de usuarios nos asegura que “las redes de perfiles falsos son de unos veinte para poder manejarlos por una persona y que den juego. En este caso si eran perfiles falsos, se usaron solo unos pocos”.
Por nuestra parte, para comprobar la reacción de las supuestas máquinas pusimos este tuit y obtuvimos las siguientes respuestas:
Tres de las cinco cuentas respondieron con total normalidad. Una no contestó y otra se había dado de baja de la aplicación cuando hicimos la pregunta. Sus respuestas reafirmaban la impresión que da echar un simple vistazo a su comportamiento en redes.
Congosto nos explica que no hay un método seguro para identificar una red de bots pero se podría obtener una aproximación “con las descripción del perfil, la fecha de alta, el comportamiento (generalmente retuiteador), la frecuencia de publicación, la red de seguidores y la evidencia de que benefician a alguien, a veces se puede decir que son bots con una cierta probabilidad”.
Aplicando estos parámetros la investigadora indica que “si son esas no las llamaría bots. No están conectados, todos responden y comentan cosas”. Aún así considera que “puede haber algún perfil falso”. De las cinco cuentas comprobamos que una es evidente que no lo es y respecto al resto no se puede demostrar esa posibilidad.
La excusa para llamarles así en el artículo de El Español es que tuitearon exactamente lo mismo. Más allá de que en realidad no es así, ya que uno de los usuarios borró los puntos suspensivos que contenía el mensaje, no parece tampoco una prueba definitiva de nada. Según nos indica uno de ellos, lo que ocurrió es que copió y pegó el mensaje.
“Lo que pudo pasar es que les llegara el mensajes por sus seguidos o estuvieran viendo el HT #Balsareny y copiaron y pegaron el texto del tuit con erratas y todo”, explica Congosto en las conclusiones de su hilo.
Lo que señala el artículo de El Español es, como mínimo, un error. Ni hay robots detrás de estos mensajes ni nadie los ha lanzado contra el periodista, tal y como este asegura. El sábado nos pusimos en contacto con él a través de Twitter por si quería aclarar algo o rectificar pero no hemos obtenido respuesta. A esta hora el artículo sigue publicado sin modificación alguna.
En cualquier caso se agradece la transparencia de haber mostrado las cuentas. Desde el lanzamiento del tema de los bots rusos por parte de El País ninguno de sus artículos ha aportado esos datos, necesarios para realizar comprobaciones respecto a lo afirmado. La sensación sigue siendo, hoy un poco más, que el tema no hay por dónde cogerlo.
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