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Izquierda Unida (IU)
Fernández de Cosa: "Las asambleas locales deben ser soberanas en la confluencia"
Ana Fernández de Cosa saltó a la palestra pública cuando llamó "fascista, misógeno y asesino" al poeta franquista José María Pemán para exigir la retirada de su busto en Jerez. Cuando la familia de Pemán se querelló contra ella, la noticia se volvió de ámbito estatal y recibió el apoyo de las direcciones andaluza y federal de Izquierda Unida. Se convertía así en una de las caras de la renovación de IU. En los últimos meses, sin embargo, el debate sobre confluencia la ha colocado frente a Garzón y Maíllo.
Licenciada en Filología Hispánica y saxofonista, la concejala de Izquierda Unida Jerez, Ana Fernández de Cosa, ha sido la nº 2 de la candidatura "Por una IU fuerte y autónoma", encabezada por el antiguo secretario de Organización de Diego Valderas, el veterano dirigente José Luis Pérez Tapias.
El resultado ha salido y la candidatura no ha tenido suficientes apoyos. ¿Cuál es el análisis que hacéis para explicar no haber obtenido más votos? ¿No os habéis sabido explicar o la militancia no estaba receptiva?
No estoy totalmente de acuerdo en plantear el resultado como una derrota. Partimos de la base de que Antonio Maíllo era un candidato ganador, no en vano era el coordinador saliente y con mucha presencia en el parlamento andaluz. Sin embargo, hemos obtenido el 17% de los votos, tanto el documento como la candidatura. No lo veo una derrota. Partíamos de la nada y hemos metido 11 personas de nuestro equipo en la nueva Coordinadora Andaluza. Por tanto, es bastante positivo, de venir con nada a 11 personas y poder defender nuestras pasturas en la nueva coordinadora. Lo considero bastante poderoso. Más aún teniendo en cuenta la campaña con muy poquita fuerza, sacando a toda la Asamblea de Jerez, que ha puesto mucho en juego, mucho empeño y muchas ganas. Hacer una campaña contra el aparato es complicado y por eso estoy contenta con el resultado.
¿Por qué IU Jerez se ha posicionado tan claramente? ¿Ha habido un contexto provincial que haya influido?
Hace dos años, sacamos un manifiesto con muchos cargos públicos y militantes de la provincia de Cádiz titulado “La palabra por la base”. En él planteábamos todas las cuestiones más peliagudas de este proceso de convergencia y del papel de las asambleas. Ahí quedaron reflejadas todas dudas. Situaciones que nos colocaban en la ambigüedad política. A partir de ahí hemos tomado una línea, una postura política, que nos ha traído hasta ahora. Decidimos plantear esta candidatura para concretar cómo afrontar convergencia, cómo las asambleas locales podrían decidir o cuestionarse la posible convergencia electoral de cara a 2019. Desde Jerez simplemente hemos sido fieles a “La palabra por la base” y coherentes con ese documento hemos puesto toda la carne en el asador y nos hemos seguido situados en ese plano. El plano de buscar certezas políticas y dejar de lado las cuestiones más ambiguas que plantea el otro documento. Y de hecho en Cádiz tanto la candidatura como el documento han obtenido un 35,5% de los votos de los militantes.
De aquí debemos salir con un clima de consenso y fraternidad
Durante toda la campaña ha existido en los medios el eje discursivo vieja guardia versus renovadores. La idea de que los antiguos cargos ejecutivos de Valderas volvían para controlar el partido y de que los renovadores estaban con Maíllo.
Personalmente, me sentaron muy mal algunas de las declaraciones por parte de la otra candidatura cuando se supo que presentaríamos nuestra candidatura. Ese ataque a unos compañeros posicionándonos como la muleta del PSOE, como vieja guardia, me pareció una crítica un poco desleal. Aquí hay cargos públicos, militantes, gentes de base, que vienen defendiendo desde su vida política, más larga o más corta, el mismo proyecto político que ellos. Me molestó leer esas acusaciones, las sentí como hirientes. ¿Qué respondo? Pues que la mayoría de los de Jerez ni somos vieja guardia, ni valderistas. Que nos hablen de muletas al PSOE en Jerez, pues desde luego que no. Esa acusación se responde fácilmente. Además, en la otra lista hay que ver que hay en torno a 50 personas que han pertenecido a viejos órganos de dirección, que han formado parte de ese gobierno andaluz o han sido cargos liberados mucha de su vida política en IU. Y no pretendo hacer ningún ataque, es un hecho objetivo. Yo solamente he sido concejala en Jerez y no he pertenecido a ninguna dirección andaluza ni supralocal. Querría constatar una obviedad y es que me molestó mucho esas primeras declaraciones. Eso ha sido en campaña y ya está. De aquí debemos salir con en un clima de consenso y fraternidad, espero que dejemos de escuchar lo de vieja guardia o valderistas porque esas peleas internas no nos llevan a nada. Debemos salir y defender el mejor proyecto político para trabajar en pro de la clase trabajadora que nos necesita urgentemente.
En el ámbito federal está abierto el mismo debate que en Andalucía. Sectores vinculados a antiguas direcciones, donde destaca Gaspar Llamazares, ya han planteado que si IU se hace el harakiri, ellos no se lo van a hacer. Si la confluencia tirara por unos derroteros que no os gustaran, ¿se plantearía una candidatura al margen, a nivel andaluz o niveles locales?
Es hablar de un futurible. Yo soy de Izquierda Unida, he votado desde mis 18 años a IU, siempre voy a votar a IU y moriremos con las botas puestas. Y mientras se presente Izquierda Unida, la votaremos. Lo que pase después, ya lo veremos. Hablar de si se hace una candidatura de confluencia y nosotros nos quedamos en una candidatura paralela con reminiscencias a la antigua IU... no creo que ocurra. Estaremos construyendo con los compañeros en torno a un eje programático. Porque hablar de sujetos está muy bien, si mantenemos unos ejes y una postura ideológica, sino no sabemos qué se construye ni qué piensa tu compañera de al lado. Eso es lo fundamental en la construcción, tener claras las bases y el adónde vamos. Y si tenemos eso claro, allí estaremos y estaremos en la lucha.
Volviendo a la metáfora del harakiri, si la otra candidatura es tan ambigua como criticáis con la confluencia ¿la militancia se ha hecho colectivamente el harakiri? Parece difícil creer que la militancia de IU quiera que IU se diluya...
Es un tema complejo. Haciendo el tour por las asambleas de base, hablando con los compañeros y compañeras, hay quienes te dicen que “yo soy de IU y voy a serlo siempre y el momento que se una con Podemos romperé este carnet y no iré a ese sujeto”. Pero luego votaba el documento de la candidatura de Maíllo. Es complejo, la gente realmente quiere el proyecto de IU, cree que es una herramienta útil y válida para defender lo que venimos defendiendo. Sin embargo, es una situación compleja que la militancia vote a una lista minoritaria incluso compartiendo sus tesis. También es cierto que cuando unos cargos públicos están en una lista oficial o toman partido en un sentido, es lógico que la asamblea de base se sitúe del lado de ese cargo de público o de la persona de referencia para esos militantes. Es lógico, y es difícil luchar contra eso. Pero si vas tomando el pulso a las asambleas, la mayoría de la militancia sigue viendo IU como válida.
Habéis puesto sobre la mesa una serie de dudas razonables que han generado debate en las asambleas locales, y en las intervenciones de las asambleas provinciales se han repetido algunos de vuestros argumentos. ¿Es esa vuestra victoria?
Es una de las satisfacciones más grandes y donde más hemos puesto el foco. Entendemos que las asambleas deben ser soberanas para decidir cómo encaran un proceso para conformar una candidatura para su pueblo. Es decir, tanto las asambleas de IU o sus grupos municipales saben la realidad de su pueblo, de quiénes son las personas de Podemos, Ganemos u otra candidatura ciudadanista que haya su ciudad. Son ellos los que tienen relaciones directas, diferencias, nexos de unión o puntos de encuentro con esos otros actores locales. Por eso, es la asamblea de base la que debe ser soberana en el análisis de si quieren o no hacer esa convergencia local. Analizar también, desde un punto de vista táctico, si interesa hacer ese acuerdo preelectoral. Quizás haya lugares donde igual es mas interesante que sea un acuerdo poselectoral. Que hablen, que acuerden, Podemos e Izquierda Unida, y tener dos grupos y hacer un acuerdo postelectoral. Esa cuestión ha protagonizado el debate que ha habido aquí, y que va a seguir habiendo, no está cerrado. Ahora nos queda un año o menos para cerrarlo y construir. El ciclo electoral empieza en unos meses, con la precampaña para las locales. Y a ver si no tenemos andaluzas o generales anticipadas.
La no participación también es legítima. Es sintomático
La participación ha sido raspada. ¿Cómo lo valoráis? ¿La gente está harta? Y muy importante, ¿la nueva coordinadora andaluza sale legitimada con un resultado tan ajustado?
Es preocupante, bastante preocupante, la poca participación de la militancia en este proceso. Aunque es algo sintomático de lo que viene pasando en este tiempo. No es que hayamos defraudado, es que le pedimos mucho, le exigimos mucho a la militancia. Ha habido una serie de meses en que todos los fines de semana había una movilización, sino una concentración, pegar carteles o repartir panfletos por tal campaña. Y en las asambleas de base, de 50 militantes igual participan más cotidianamente diez. A esos diez los agotamos, los quemamos. La militancia está exhausta. Además, ante el debate Podemos-IU, después de las últimas generales la militancia salió un poco desconcertada, después de ese batacazo de perder un millón de votos. Creo que la gente se desencantó y hemos ido perdiendo músculo de militancia. De cara a afrontar un ciclo interno, la gente no ha querido implicarse más porque ya ha puesto mucha carne en el asador.
Y sobre si creo que si la coordinadora sale legitimada... casi el 50% de la militancia, siendo un proceso abierto, pudiendo votar todo el mundo, es legítimo. La no participación también es legítima, es sintomático y habrá que hacer un análisis a posteriori, pero también es legítima.
Cerrado el proceso, ¿veis posible el diálogo con Maíllo? Hay cierta sensación de incomunicación de cuando vosotros habláis de dudas concretas, la dirección habla de no tener miedo y de esperanza. ¿Es posible una comunicación más efectiva para despejar esas dudas?
Salimos de un proceso interno y debemos ponernos a trabajar en un clima de confraternidad, de saber que nuestro enemigo esta fuera. Entendernos en que nuestro objetivo es el bienestar de la clase trabajadora. Creo que el debate no es el correcto. Hablamos mucho de cómo salir a la calle cuando siempre hemos estado en la calle, nos lo han dicho aquí CCOO, el movimiento saharaui, el movimiento por la educación pública. Nos han dicho que siempre hemos estado ahí, sin tener que llamarnos. Por eso creo que debemos aparcar ese debate y centrarnos en por qué la gente no nos vota, porque no llegamos a ellos, porque si las Marchas de la Dignidad fueron un éxito, un desborde de alegría, de entusiasmo y sobre todo de lucha, ¿por qué la gente no se decide a votar nuestro proyecto? Ahí debemos centrar nuestro debate. Y da igual que se llame IU, se llame Marea Andaluza o se llame como se llame. Pero necesitamos llevar nuestro discurso a la clase trabajadora, porque al final son los trabajadores los que votan al Partido Popular o al Partido Socialista, que es la derecha en Andalucía, en contra de sus intereses. Y por ese objetivo no vamos a tener problema en sentarnos a trabajar con Maíllo.
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