Iglesia católica
La revuelta feminista llega también a las mujeres de la Iglesia
Teólogas, integrantes de parroquias, feligresas, comunidades de base y algunas congregaciones de religiosas alzan la voz contra la profunda discriminación que viven por parte de la jerarquía eclesial. La primera concentración será este domingo 1 de marzo.

Mujeres de la Iglesia Católica, apoyadas por colectivos religiosos y laicos, han convocado una primera concentración, este domingo 1 de marzo, bajo el lema de Revuelta de mujeres en la Iglesia. Teólogas, integrantes de parroquias, feligresas, comunidades de base y algunas congregaciones de religiosas alzan la voz contra la profunda discriminación que viven por parte de la jerarquía eclesial.
A través del lanzamiento de un comunicado y la convocatoria para el próximo 1 de marzo a concentrarse en varias ciudades, estas mujeres se suman a la acción global del movimiento internacional Voices of faith (consejo de mujeres católicas) por la igualdad y dignidad para las mujeres en la Iglesia católica.
Estas mujeres dicen estar cansadas de las incoherencias y el autoritarismo que perciben, situación que solo cambiará si hay un profundo cambio a todos los niveles de la jerarquía eclesial. En su comunicado, aseguran que “la institución se está quedando al margen de las conquistas sociales en igualdad y corresponsabilidad”.
En palabras de Marifé Ramos, doctora en teología y una de las portavoces de esta revuelta, el “¡basta ya!” significa que, “esta vez, vamos a salir también al ámbito público, manifestarnos más, alzar más la voz, conectar más con las redes del Estado español, de Europa... las redes y los medios de comunicación son ahora nuestro púlpito”.
“Con el movimiento feminista hemos tenido grandes conexiones y lazos”, explica la doctora en Teología Marifé Ramos
El llamamiento de esta Revuelta en el inicio del mes de marzo, y a solo siete días del la celebración del Día Internacional de las Mujeres, que cada año consigue globalizar las demandas del movimiento feminista mundial, no es casual. “Con el movimiento feminista hemos tenido grandes conexiones y lazos, y unas relaciones muy buenas”, explica Marifé, que añade que muchas feministas que antes les sugerían simplemente abandonar la institución ahora entienden la importancia de la fe para ellas.
Otra portavoz de la Revuelta, Pepa Torres, religiosa y educadora social, considera que “esto forma parte de un movimiento en el que muchas de nosotras ya estamos hace mucho tiempo pero que en este momento, hechos tan provocadores como el Sínodo de la Amazonía y su silencio sobre el acceso de las mujeres a los ministerios, o los últimos informes sobre la violencia sexual hacia las monjas y la explotación laboral, nos indican que hay que seguir con más fuerza”. Para ella, esta revuelta es como el 15M de las mujeres de la Iglesia. Torres estima que la iglesia ha perdido su misión pastoral porque se ha centrado en el clericalismo, es decir, que se ocupa de los que forman el clero —la mayoría, hombres— olvidando el cuidado y la atención a la gente.
Las reivindicaciones
Las convocantes de la Revuelta coinciden en señalar un hecho indiscutible como es que las mujeres suponen una mayoría aplastante. “La Iglesia está impregnada del trabajo de las mujeres y, sin embargo, la mayoría de las veces no nos ven”, subraya Ramos. “¿Qué sería de la Iglesia si dejáramos de hacer todos estos trabajos?”, plasman en el comunicado.
Reivindican que se reconozca y visibilice su trabajo, que se reconozcan sus derechos así como tener voz y voto en los mecanismos de la institución para participar directamente en la toma de decisiones. Además, piden que se integre la teología feminista como motor de cambio; que se incorpore en todo documento la igualdad y el lenguaje inclusivo o que la Iglesia se una a denunciar las injusticias del sistema económico neoliberal que no solo expolia territorios sino que favorece la explotación laboral y sexual de las mujeres.
En Madrid, recuerdan que en el año 2000 celebraron el Jubileo de las Mujeres ante la catedral de la Almudena. Veinte años después vuelven a hacerlo. Será a partir del medio día de este domingo 1 de marzo y convocan a otras mujeres y colectivos más allá del ámbito creyente para se solidaricen con esta causa.
“Nos movilizaremos de manera pacífica y creativa en las puertas de las catedrales. Fuera, porque así es como nos sentimos”. Barcelona, Bilbao, Santiago de Compostela, Sevilla, Santander, La Rioja, Valencia, Zaragoza y Madrid son las ciudades en las que esta Revuelta de mujeres en la Iglesia dará comienzo. A la pregunta de si se han reunido, llevado sus reivindicaciones o invitado a la concentración a la jerarquía de la Iglesia Católica, Marifé Ramos responde: “¿Para qué? Cuando nacimos hace 36 años enviamos al episcopado una carta diciendo que habíamos nacido como grupo de Mujeres y Teología para explicar sobre nuestro papel en la Iglesia y, seguimos esperando la respuesta. Si quieren dialogar, aquí estamos”.
A su vez, Torres apunta que “esta movilización no tiene un carácter rupturista, somos mujeres que queremos sensibilizar a hombres y mujeres para que la iglesia crezca en algo que le es intrínseco y que hasta el siglo II así fue, una comunidad de iguales”.
Al manifiesto se han unido más de 50 colectivos y decenas de personas a título individual. A la concentración de este domingo, insisten, está invitado todo el que quiera compartir con ellas, ya sea jerarquía eclesial o no.
La teología feminista como motor de cambio
Buena parte de quienes llaman a la Revuelta de las mujeres en la iglesia son estudiosas de la fe, mujeres con con décadas de experiencia en trabajo social y profesionales en distintos ámbitos. Según Marifé Ramos, “en el año 2000 la teología feminista estaba todavía invisibilizada. En esos años, “funcionábamos con las fotocopias de libros que conseguíamos en el extranjero y que traducíamos. Ahora esta teología es visible en algunos ámbitos de colectivos muy concienciados, está entrando en algunos ámbitos de la universidad —hay muy buenas publicaciones— nada más hay que ver la página web de la Asociación de Teólogas españolas y ahí estamos abriendo camino”.
Las mujeres de la revuelta son claras a la hora de señalar cómo la institución religiosa ejerce su poder. “La institución arrincona, desprecia, silencia a las mujeres que la sustentan; la hegemonía masculina se legitima y se perpetúa sin ninguna autocrítica”, mencionan en su comunicado, y enuncian la desproporción entre el número de teólogas preparadas y los puestos que ocupan como docentes en facultades de Teología u otros puestos de responsabilidad.
De la misma manera ven la imperiosa necesidad de abrir el acceso al diaconado y al presbiterado femenino. “No es que sea fácil, es que hay unos techos que son de cristal y otras veces son barreras directamente. “La pena es la descalificación que hay hacia la teología feminista sin conocerla. Se cree que es la reflexión de cuatro locas sueltas, pero no, tenemos una preparación y formación que nos ha permitido decidir. Aquí hay agua fresca, esto tiene sentido” asegura Ramos.
Estas mujeres reivindican como parte de la genealogía de las mujeres en la iglesia figuras como la de Marguerite Porette, beguina que murió en la hoguera; Mary Ward que quiso ser jesuita y fue encarcelada; la sudanesa Josefina Bakhita, o María Teresa de Jesús, entre muchas otras. Consideran la teología como motor de cambio y estiman imprescindible continuar trabajando para que se reconozca y valore su riqueza. Esfuerzo que no se detendrá, dicen, “hasta que se elimine el lenguaje sexista de las homilías, textos litúrgicos y documentos, y hasta que la moral sexual de la Iglesia deje de culpabilizar a las mujeres”. “Se ha corrido el velo sobre mujeres tan valiosas que transformaron la iglesia y la sociedad, y muchas lo pagaron con su vida. Todo eso nos da fuerza, energía y ánimo para decir basta ya", zanja Marifé.
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