Historia
Cuando la playa era la puerta al infierno

La novela de Daniel Blanco Parra, Los pecados de verano, y los documentos que saca del olvido, ofrecen un interesante retrato de la España de los años 50, que se abre al turismo a la vez que sufre una intensa campaña moralizadora por parte de las autoridades.

Playa y moralidad
Dos mujeres y dos niñas en la playa a mediados del siglo XX.
14 sep 2017 08:00

En noviembre de 1950, la ONU revoca el acuerdo de 1946 que instaba a la retirada de embajadores. Esta resolución, debida a los intereses geopolíticos de EE UU y que coloca al régimen franquista en el bloque occidental, es el primer paso de una década de cambios. El país está al borde del colapso y Franco ve la necesidad de salir de la política de aislamiento y de la autarquía económica que han mantenido a España al margen de la eclosión de vitalidad de la posguerra.

Mientras, a principios de los años 50, el racionamiento y las restricciones eléctricas continúan siendo el símbolo de las penurias cotidianas de la mayor parte de la población española, el resto de Europa está impregnada por el deseo de celebrar la vida y de divertirse. Es cuando empieza el boom del turismo, y Franco vislumbra el negocio. En 1950, el Instituto Nacional de Industria crea Atesa, la primera empresa pública del sector turístico.

Toda esa década está marcada por la intención de aprovechar la aceptación internacional del régimen para cambiar el rumbo de la política económica y, al mismo tiempo, por la preocupación de evitar los cambios que esta abertura pueda traer. En su discurso de fin de año, el mismo Franco lo deja claro: “El año 1950 significa, en nuestras relaciones exteriores, la solemne rectificación internacional del acuerdo de las Naciones Unidas, pero sin que ningún cambio sustancial de posiciones doctrinales se haya producido en nuestra Patria.”

A ese fin la Iglesia tendrá un papel determinante. La religión católica legitima internacionalmente al régimen –contra el peligro bolchevique y en sintonía con los gobiernos democristianos europeos– y al mismo tiempo “protege” a los españoles de las nuevas costumbres que traen los extranjeros.

Es este el marco histórico en el que Daniel Blanco coloca la historia de su novela Los pecados de verano (Ediciones B, 2015). Investigando sobre las costumbres de la época, Blanco se topa con algo sorprendente: el Primer Congreso Nacional de Moralidad en playas, piscinas y márgenes de ríos, convocado de urgencia por Franco y organizado en Valencia, en la primavera de 1951, por la Comisión Episcopal de moralidad y ortodoxia.En las costas, una nueva amenaza acechaba los “valores nacionales”. La dictadura intentó potenciar un turismo religioso asignando un presupuesto especial a la promoción del Camino de Santiago y de los museos apostólicos y monumentos religiosos, pero sirvió de poco: los extranjeros querían divertirse y seguían prefiriendo las playas.

Se trataba de “barrer la basura que importamos de otros pueblos de la Europa salvaje”, como declaraba, ya en el 41, el obispo de Pamplona

El hallazgo de la documentación del Congreso rescata del olvido una parcela de historia de aquella España reprimida y mojigata donde la Iglesia moldeaba la sociedad según las pautas del integrismo católico. Fiel aliada de la dictadura e instrumento de control de las conciencias, la jerarquía eclesiástica ya tenía un protagonismo abrumador en la vida pública.

Adoctrinamiento en la enseñanza, censura cinematográfica y de cualquier actividad lúdica, regeneración moral de la sociedad en respuesta a las posibles influencias externas. Se trataba de “barrer la basura que importamos de otros pueblos de la Europa salvaje”, como declaraba, ya en el 41, el obispo de Pamplona. Ahora les había llegado el turno a las playas. Esta obsesión moralizadora –el Congreso de Valencia será solo el primer paso de una intensa campaña que durará toda la década– implicaba la represión sexual en la acepción más amplia del término: todo se convirtió en pecado.

“El objetivo claro de este congreso era mantener a los españoles sometidos –remarca Blanco–, la dictadura no solo gestionó el país, se metió en las casas y gobernó hasta las alcobas”. 

“Con España en bancarrota, Franco necesita el turismo”, explica, “potencia las visitas de extranjeros, pero procura también que la gente de aquí no se contagie de esas costumbres. Por eso se convoca de urgencia este congreso, con casi cien representantes eclesiásticos y civiles que durante tres días hablan de decencia".

Tres días en los que, los participantes a ese conclave de la rectitud católica, debaten sobre problemas tan acuciantes como qué partes del cuerpo son decentes. Se determinará, por ejemplo, que las clavículas no lo son, en cuanto “flechas que apuntan peligrosamente al escote”.

Daniel Blanco reflexiona sobre cómo el país experimentaba una progresiva llegada de extranjeros que tenían “otra forma de vivir, otras creencias y otra forma de relacionarse”. Para entender hasta qué punto esto preocupaba al régimen, merece la pena detenerse en algunas de las conclusiones publicadas por los participantes al Congreso.

El Congreso pide angustiosamente al Poder Público que ponga coto a la invasión paganizante y desnudista de extranjeros que vilipendian el honor de España

“El Congreso cree muy oportuna la organización, por la jerarquía, de una gran campaña nacional de DECENCIA” (texto original). La Comisión Episcopal de Moralidad y Ortodoxia pide “señalar un sacerdote que asesore con autoridad a los correspondientes organismos del Ministerio de la Gobernación y de la Dirección General de Seguridad en todo lo referente a este aspecto de moralidad” y “desea que todas las Comisiones Diocesanas de ortodoxia y Moralidad funcionen, actúen, asesoren y vigilen”.

La “decencia” se convierte en un problema de seguridad pública y la Iglesia toma el papel de agente de control. A este fin llegan a pedir la colaboración de “seglares católicos, para que sus disposiciones se cumplan en todo el ámbito nacional, otorgándoles facultades como auxiliares de la policía, con la que realmente puedan actuar”.

Tan preocupante es el peligroso influjo de los turistas que “el Congreso pide angustiosamente al Poder Público que ponga coto a la invasión paganizante y desnudista de extranjeros que vilipendian el honor de España y el sentimiento católico de nuestra Patria”.

Los ponentes zanjan también el tema del “baile agarrado, impúdico, inmoral y deshonesto”, instando al Gobierno a que “se prohíban terminantemente los bailes en las playas y piscinas, y mucho más en traje de baño, abuso gravísimo que se va extendiendo y que no puede tolerarse”.

Playa y moralidad 2
Una mujer pasea con dos criaturas por una playa a mediados del siglo pasado.

A partir de este momento se determinó la separación de sexos en playas y lugares de baño y "la prohibición de estar fuera del agua sin albornoz", cuenta Daniel Blanco. "Se establecieron multas astronómicas y la publicación en los periódicos del nombre de los denunciados por escándalo público, en caso de llevar un bañador más corto de lo apropiado".

Para ello se creó una policía que recorría las playas vigilando el cumplimiento de las normas, que afectaban especialmente a las mujeres. Una brigada de la moral que, armada de metro, controlaba la longitud de los bañadores. “No es de extrañar que casi todos los multados en esos años fueran mujeres”, apunta el autor. Considerada un ser inconsciente, cuando no un instrumento demoniaco, las mujeres tenían que ser permanentemente tuteladas y controladas por padres, maridos y sacerdotes.

Sin embargo, había una permisividad muy distinta con las extranjeras. A raíz de la sanción que recibió una turista inglesa y de la que se hicieron eco los medios internacionales –el periódico británico The Guardian se preguntaba: “¿Esperan que nos bañemos con trajes del año 1900?”– el dictador prohibió expresamente que se multara a los extranjeros, consciente de que el turismo era su mejor arma propagandística.

“Esa doble vara de medir creaba una frustración tremenda en la mujer española”, reflexiona Blanco. Si por un lado hubo mujeres que miraban a las extranjeras como un ejemplo de libertad, otras, asumiendo el mismo modelo que las oprimía, las vieron como un peligro.

Los círculos femeninos cercanos al poder político y a la parroquia secundaban los postulados moralizadores. “Se organizaron rosarios de la aurora y hasta manifestaciones contra los extranjeros. Hubo pueblos que sacaron a pasear a sus patronas en procesiones extraordinarias para pedir protección contra las hordas foráneas”, cuenta el autor. 

Ese sentimiento de frustración “agresiva” vertebra la personalidad de una de las protagonistas de la novela, Consuelo, la Señora. Aplastada por las convenciones, encorsetada por una moral muy rígida y condenada a conformarse con un matrimonio que le repugna, vive en un permanente hastío y les amarga la vida a los demás. Todo cambia cuando el marido es invitado a participar en el Primer Congreso Nacional de Moralidad en Playas y Piscinas. “Este viaje de toda la familia a una ciudad costera”, explica Daniel Blanco, ”los abruma y los desarma, les muestra a todos un nuevo paisaje de libertad. Y nunca volverán a ser los mismos”.

Moralidad
Documentación del congreso nacional de moralidad de 1951

Con el trasfondo del Congreso de Moralidad, Daniel Blanco reflexiona en su novela sobre las consecuencias intimas de una dimensión política, “la gestión del deseo por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas”.

Fascinado por el aspecto “doméstico” del periodo de la posguerra, “ese ámbito de lo privado en el que la dictadura consiguió meterse”, el autor profundiza en el conocimiento de una generación “con la que aun compartimos espacio”, una generación “de incendios invisibles” que vivió la represión de un sistema que ponía cerco a sus deseos y sentimientos.

Los pecados de verano es también “un pequeño homenaje a las heroínas que han librado batallas entre cuatro paredes, y han logrado cambios que nunca son inútiles”. Las tres protagonistas de la novela luchan en el angosto espacio de su cotidianeidad. Al machismo, la sumisión y la obediencia, contraponen el coraje, la rebeldía, las ilusiones y la búsqueda desesperada de libertad.

Archivado en: Historia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sidecar
Sidecar Soluciones bonapartistas
Las turbulencias en el seno de los dos partidos estadounidenses dominantes refleja el problema más amplio de un sistema capitalista cada vez menos capaz de proporcionar ganancias materiales a la clase trabajadora.
Historia
Historia 25 años después del bombardeo de la OTAN a Yugoslavia: la hiperpotencia en declive
Un cuarto de siglo después de la que fue llamada Operación Fuerza Aliada contra Yugoslavia, el orden internacional ha retrocedido a favor de una carrera armamentística encabezada por Estados Unidos pero seguida también por otras potencias mundiales.
Tecnología
Alberto Venegas Ramos “Los programas de IA perpetúan los imaginarios dominantes”
El investigador Alberto Venegas Ramos indaga en la representación de la historia que se muestra en videojuegos, memes y otras manifestaciones audiovisuales contemporáneas.
#77459
18/12/2020 13:04

porque no ponéis un historial sobre el amor sexsual

0
0
Economía
En primera persona Instrucciones por si encuentras muerta a tu suegra
Todo el que está en el mundillo sabe que el sector funerario vive casi un duopolio de facto y lo máximo que se está dispuesto a hacer es poner una multa de vez en cuando. Cuando alguien llama a una, ni se imagina al entramado que está llamando.
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegios, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Genocidio
Ayman Qwaider “A la gente se le pide una cantidad excesiva de dinero para poder salir de este campo de exterminio de Gaza”
Profesor especializado en educación en emergencia y educación inclusiva, Ayman Qwaider vive en Australia. Desde allí, intenta ayudar a su familia a salir de Gaza, mientras denuncia la ocupación israelí y la complicidad de la comunidad internacional.
Ocupación israelí
Opinión Las palestinas también existen
La morbilidad femenina, el conjunto de enfermedades, factores de riesgo y motivos de consulta recurrentes en las mujeres que merecen una atención específica, tiene múltiples ejes de discriminación: no es lo mismo en Suecia que en Palestina.
Venga, circula
Venga, circula Un paso, luego otro
Llega un día en el que vemos con claridad algo que solíamos observar en los demás pero que nunca —prometíamos— nos sucedería a nosotros.
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Sexualidad
Consultorio de sexualidad ¿Qué tengo si me diagnostican Síndrome de Ovario Poliquístico?
Afecta a entre un 7 y un 13% de las mujeres en edad reproductiva, y el 70% están sin diagnosticar. Pero, ¿qué es el SOP y como podemos apaciguar sus síntomas?

Últimas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.
Momus Operandi
Momus operandi Todo es una narración
Nos dicen que las mentiras son la única realidad. Que aprendamos a mentirnos, que nos engañemos, que no nos importa la salud, ni los derechos laborales, ni las violencias estructurales.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La PAH València clama por el derecho a una vivienda digna: “¿Duermen tranquilos?”
Centenares de personas protestan frente al palacio de la Generalitat para exigir que se haga efectivo el derecho a la vivienda ante la insoportable alza de los precios.
Sidecar
Sidecar Crisis intratable en la República Democrática del Congo
Una y otra vez los actores externos han fracasado a la hora de contener la escalada de violencia en la República Democrática del Congo.
Más noticias
Accidentes laborales
Accidentes laborales Detenidos tres empresarios en Galicia tras la muerte de un migrante que trabajaba sin equipo de protección
El joven de 28 años, que estaba empleado con un contrato irregular, falleció el 26 de febrero tras precipitarse desde una carretilla elevadora sin la protección necesaria para esa labor.
Deportes
Rugby femenino +35 Las Milnoh Granada, un club de rugby femenino +35 creado y gestionado por mujeres
32 mujeres nacidas en mil novecientos y pico, federadas en un equipo que les ha dado un espacio propio, sentido de pertenencia, una tribu donde “yo soy porque somos”

Recomendadas

Argentina
Argentina Myriam Bregman: “El de Milei es un típico gobierno neoliberal con recetas ortodoxas clásicas”
Quien fuera candidata de la izquierda a la presidencia en las elecciones en las que Milei salió victorioso, evalúa las consecuencias del gobierno de La Libertad Avanza y las respuestas que están dando los distintos actores políticos.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.
Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Euskal Herria
Korrika Correr a favor del euskera cruzando fronteras
La Korrika es el mayor evento de Euskal Herria. En la última edición de esta carrera de más de 2.500 kilómetros ha participado un tercio de la población vasca.